Gracias

A todos aquellos que se atrevieron a cruzar una frontera, haciendo mi mundo más colorido y diferente. A todos los que rompieron las hegemonías y los convencionalismos que fueron establecidos de antemano. A todos los que dijeron NO cuando había que decirlo, y a los que dijeron SI cuando también había que decirlo. A aquellos que se preguntan y reflexionan sobre lo que les dicen, poniendo en entredicho esas mentiras que nos hacen prisioneros de otros. A esos que no empuñaron el fusil que les fue impuesto para asesinar a otros como él. A todos los que tienden la mano incluso en las situaciones más adversas. A los que miran a su alrededor antes de tomar una decisión. A los que sonríen incluso en el corazón de la calamidad. A los que de cualquier modo contribuyen a terminar con un pensamiento reaccionario enquistado en el mundo en el que vivimos. A todos ellos mi mas profundo agradecimiento, tanto si están vivos como muertos, por haberme enseñado y por enseñarme aun, que el silencio y la rendición no son el camino, a no ser que se quiera ir hacía el patíbulo que nos habrá la puerta de una muerte en vida. Por haberme enseñado y enseñarme que los pequeños movimientos importan, que los caminos se andan paso a paso y que una vez que encuentras la senda debes seguir hasta el final.


Yorick.

denuncia




La fotografía está sacada en la calle Beneficencia de Valencia, en unas viviendas primero expropiadas y después desalojadas para ampliar el Instituto de Arte Moderno de Valencia.

el desarraigo

Camino por la calle Beneficencia de Valencia, esta parece muerta, sin vida, sobre todo en las horas en que el instituto del Carmen no soporta el empuje de sus alumnos.
Hace unos años, el ayuntamiento de Valencia expropió las viviendas de la calle argumentando la ampliación del IVAM. Malpagó los pisos a sus propietarios y amablemente les instó a que se fueran. Pasados unos años y aletargado el proceso de ampliación las viviendas fueron ocupadas, las que no habían quedado vacías en el primer embite, las personas que allí se rehalojaron y las que se resistieron a abandonarlas dotaron de vida a la calle, y por simpatía a un barrio castigado ultimamente de falta de vecindad callejera. Cuando el ayuntamiento creyó que era hora, envió a su ejercito de municipales a acelerar el desalojo, y cualquier paseante puede ver los resultados.
Las puertas de las viviendas tapiadas hasta la altura del primer piso, el resto presenta una imagen apocalíptica,brutal en sí misma. Solo el viento dota de vida a las cortinas allí abandonadas, las persianas colgando y las macetas abandonadas en los balcones. ¿Es difícil imaginar voces en cadaver tan grande? Yo creo que no. No cuesta pensar en las gentes que habitaron aquí, hasta que sus gobernantes buscaron pretextos para echarlos, para desarraigarlos de un barrio que respira a duras penas el escaso aire que le llega. Así, casa por casa, calle por calle, el enemigo avanza, con el pretexto de la cultura, su cultura colonizadora nos expulsan de unos territorios enclavados en la pirámide urbana donde las garras de la especulación se clavan sin piedad y donde el valor material se impone a la presencia de sus gentes.

Desearía ver un movimiento silencioso de protesta, de hecho lo imploro desde aquí, la imagen de sus museos vacíos, donde el aullar del viento les ponga la piel de gallina, donde un susurro se convierta en un alarido a los oídos de sus contados funcionarios. Por el contrario, en las calles cercanas, en el rio, en cualquier parte menos donde nos incitan a ir, sería maravilloso oir las risas, las conversaciones, los juegos de los niños, ajenos a ese edifio monstruoso que come humanidad y se alimenta de sus abstractos motivos rodedados de sobriedad y buen orden.

el reverendo Yorick.

intereses.

Aquellos fueron malos tiempos para la lírica. Pero hoy también lo son, aunque… ¿Cuando tuvo la lírica buenos tiempos? Hoy menos que nunca, tiempos en los que se crea con el fin de ganar dinero, donde cada consejo dado exige su diezmo miserable, donde se ejercen profesiones alumbradas por las cifras brutas de una nómina. El progreso se interpreta de forma curiosa. Hoy día, infinidad de escuelas de diseño pueblan las ciudades, tanto públicas como privadas han tardado pocos años en introducirse en la oferta de las diplomaturas universitarias (autentico nido de ecucación desestructurada que solo ofrece puntos de vista parciales) El errar diario me llevó a pasar un rato en una de estas escuelas. En ese corto rato pude apreciar de cerca los objetivos de estos centros, la fauna humana que los puebla y los endiosados profesores que la coronan, así como sus métodos y formas de enseñar: el juicio de un cretino que esfuerza a sus alumnos a buscar un eslogan para una imagen, el inquisidor que apaga la poca y tímida poesía que asoma en la frase de un alumno en busca de la simpleza aplastante, sin que haya lugar a ningún debate.
Esta visita ocasional me plantea algunas cuestiones y no sin cierta malicia ¿Pues no es cierto que la presencia de un ordenador ha pasado a ser imprescindible en cualquier vivienda? ¿De la misma forma, no es el número de ordenadores en los colegios una promesa política constante? ¿Acaso las virtudes de internet no se nos recuerdas a diario desde los medios de desinformación oficiales? Y antes de que alguien se plantee adonde quiero llegar, lo explico, resulta que una de las expresiones artísticas, y uno de los canales de comunicación más antiguos que se conocen, sufren de un ostracismo institucional bastante flagrante, me refiero al teatro, se podrían contar con las dos manos las escuelas superiores que hay por estas tierras ibéricas, y las dificultades por las que debe pasar cualquier estudiante que desee aprender y desarrollar los conocimientos y capacidades que el teatro les ofrece, está claro, que cualquier carrera que ellos consideran rentable, bien por el número de alumnos que tendrán matriculados, soñando con un futuro en el mundo del diseño, cuando las posibilidades reales de trabajo, están tan limitadas como cualquier otra, son apoyadas de forma casi ilimitada, mientras que como decía antes cualquier estudio que permita que el pensamiento, la lírica, y el acercamiento entre personas se ve abocado a la pura anécdota. La imagen de jóvenes ensimismados en una pantalla, mientras el mundo gira imperceptiblemente debe ser muy del agrado de quienes planean y ponen en marcha tan particular sistema educativo.

Yorick.

los supervivientes

Comienza el día con imágenes reales, con personas reales. En un cervecería plagada de funcionarios de un edificio cercano, y también de tenderos del mercado central, dos supervivientes de la noche procedentes del cercano barrio chino.
Ante estas personas, todas las conversaciones intrascendentes del lugar dejan de tener importancia, toda la gente deja de tenerla. Ellos charlan, se sonrien y apuran sus copas de coñac. Son hermosos en su miseria, en la ignorancia que todos les profesan. Ella tiene un golpe en la cara que no parece importarle, la vida del superviviente talla a cuchillo cicatrices en el rostro. En el instante en que vuelvo mi vista al café humeante desaparecen, absorbidos por otro día de calendario calcado de ayer. Al salir del bar, en una plaza cercana más personas reales, más supervivientes: Aquellos que rebuscan en los contenedores montan cada mañana un mercado clandestino de despojos. Allí acudo en busca de libros, hoy estaba animado. Una liturgia hipnótica se muestra al visitante en la colocación de los objetos encontrados, manos sucias y arrugadas recolocan en los puestos sus tesoros en busca de un atractivo a los ojos de los viandantes. Se acaba la venta pronto, alguien avisa de la llegada de la policia, rapidamente a mi alrededor los puestos desaparecen dentro de improvisados hatos. Todos se dispersan a la carrera. Yo también me voy, la vista de fluorescentes municipales no me apetece.
Así camino hacia el trabajo, empachado con los colores del mercado, y con los rostros de los supervivientes rondando mi pensamiento.


Yorick.

el sencillo arte de pensar

Ayer mientras realizaba una reparación en un domicilio, capté una conversación entre sus inquilinos. El, un hombre de 84 años, contaba a una mujer que tenía diez años, cuando empezó la guerra civil, ella a su vez, le contó que su abuelo había participado en la guerra de Marruecos, en el desastre de Annual. Al terminar mi trabajo no pude evitar entablar un poco de conversación con ellos. Casualmente, estos días estoy leyendo un libro de Arturo Barea: Cuentos misceláneos. El mismo Arturo Barea que denunció las tropelías cometidas en la guerra de Africa, y luego en la guerra civil, en su libro, “la forja de un rebelde”
Anoche me desperté pensando en todo esto, preguntándome como siempre ¿Por qué tenemos esta falta de memoria que nos condena una y otra vez a cometer los mismos errores?
La guerra de África, la semana trágica, hechos ignominiosos y terribles que ocurrieron bajo el yugo de unos gobernantes tan pésimos como ineptos, que condenaron a morir a miles de personas.
Hoy día el nieto de uno de ellos continúa reinando en este país, aclamado por una masa ignorante de seres que lo encumbran a la categoría de héroe, olvidando o simplemente obviando nuestra historia y nuestro pasado, donde se encuentran motivos más que suficientes para prescindir de un sistema político que solo supone un lastre y una descarada esclavitud para nosotros mismos, y una inmunidad vivencial perpetua para ellos y sus formas de vida. La fiebre por el estudio de la historia acaecida en los años setenta fue curada extirpándola de raíz, hoy día los textos históricos que narran con una supuesta objetividad los acontecimientos pasados no dejan de ser un manual del decir sin contar, pasando superficialmente de forma banal y burda por lo que fue una realidad que dejaría en evidencia el hacer político de nuestro día a día.
Las facultades de humanidades y filosofía basan su enseñanza en manuales plagados de datos y análisis superficiales, posicionando el estudio de estas materias como algo muerto y lejano que hay que aprender de carrerillas. Conscientemente estas instituciones olvidan el papel fundamental que tiene un análisis histórico, así como la necesidad de una evolución filosófica que ampare y guíe nuestro errático devenir por el mundo, convirtiendo estas prácticas en guías vivas y útiles en nuestro hacer cotidiano.
Por descontado que esta manipulación del pasado y del pensamiento tiene un fin, que no es otro que sumergirnos en un olvido, donde la única verdad sea la que se nos ofrece a diario en sus medios de comunicación, por eso se hace necesario fomentar un pensamiento crítico que contrarreste tan poderosa máquina del engaño, una rebelión contra la mentira, y en contra de sus verdades que no hacen otra cosa que maquillar y justificar el poder al que tenemos que vernos sometidos.
Todos nosotros tenemos un pasado, todos nosotros tenemos una historia, todos nosotros tenemos ojos y capacidad de analizar lo que vemos. Supone poco esfuerzo compara la realidad con los discursos, con las mentiras, con los aparejos informativos que nos hacen caer en la trampa. No podemos convertirnos en el campo de cultivo donde se siembra miedo que nosotros nos encargaremos de recoger y que nos someterá al pavor de que ocurra algo, cuando con una sola mirada a nuestro alrededor nos convenceremos de que poco hay en la realidad de lo que nos están contando, de que podemos tomar nuestras propias decisiones, con el gusto de saber que de equivocarnos también podemos aprender.

Yorick.

Los ricos no perdonan

Nuevamente lo han vuelto a hacer. En primera página, con letras bien grandes, el fasci-periodico –Las Provincias- de Valencia, arremete de nuevo contra los colectivos libertarios. Con un titular demoledor, convierte el trabajo de dichos colectivos en laboratorios de terrorismo callejero. En un artículo miserable, con el estilo burdo y plano que los caracteriza denuncia la quema de unos cajeros automáticos, acusando directamente a “grupos anarquistas violentos” La aparición de folletos exigiendo la libertad de Amadeu Casellas, da pie al autor para cebarse con el preso, denegándole y despreciándole con solo nombrarle. El pasado delictivo de Amadeu no tarda en asomar, recalcando bien, su estigma de peligro social. En ese contexto, ni una palabra de los 23 años que este hombre lleva preso, nada de la mentira y los silencios de las instituciones, de la injusticia aplicada a su persona. Eso sí, referencias ridiculizantes a su huelga de hambre, huelga reanudada después de que todos prometieran… para no cumplir. Huelga que Amadeu está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias, esfuerzo noble que pone en evidencia la cadena perpetua encubierta que padecemos en este país, que nos evidencia para quién están hechas las leyes, llenas de laberintos y subterfugios preparados para alargar las condenas eternamente de los que no pertenecen a su casta: la de los ricos. Así cualquier persona puede permanecer años y años encerrado, mientras los verdaderos ladrones, mangantes y asesinos campan a sus anchas en sociedades hechas a su medida, donde pretenden, como siempre pretendieron convertirnos en sus esclavos.

Yorick.

manifiesto anti-demócrata

Ser demócrata hoy día supone penetrar voluntariamente en una masa homogénea de personas cuyos pensamientos son dirigidos por unos líderes políticos cuyo discurso de tremenda laxitud intelectual flirtea sin reparo en las pocas luces de dicha masa humana. Así los individuos se sienten representados y participan activamente en una rueda malsana de hacer política para las masas de forma infantiloide y primitiva. Mientras los dirigentes políticos actúan a sus anchas, manteniendo de cara al público una cara y unas formas y actuando a placer en los asuntos importantes de estado. La complicidad del resto de fuerzas políticas y sindicatos, la manipulación de la información mediante el control de los medios y la pasividad de la población crean un caldo de cultivo adecuado para manipular la sociedad a su antojo.
En esta realidad difícilmente se mueven las ideas y las críticas a dicho sistema. La elasticidad otorgada a las leyes, sitúa peligrosamente a los colectivos críticos cerca de la ilegalidad, ya sean partidos políticos o asociaciones de cualquier tipo. Pensar diferente en estos tiempos nos lleva a ser criminalizados, o a ser ridiculizados por el poderoso sistema de manipulación de masas en manos del poder. Asimismo, los seguidores de tan demencial sistema se convierten en una suerte de policías morales, bajo unas premisas consensuadas y aprendidas a conciencia, por lo que razonar con individuos que piensan que su existencia es el colmo de la felicidad, se torna una tarea peligrosa y casi imposible, pues permanecen en un estado de aceptación permanente unidos mediante burdos símbolos encumbrados por los medios, desde el tan manido tema de la nación hasta los éxitos deportistas por el mundo, provocando en sus mentes un sentimiento de fuerte nacionalismo que se acerca peligrosamente a lo que en otros tiempos fue llamado fascismo.
Los medios por su parte, enfocan la información desde el punto de vista de la culpabilidad, eximiendo de esa forma, a los dirigentes, banqueros, economistas etc. Arrojando balones fuera, es decir inculpando de forma soterrada y constante a la situación política o económica del resto del mundo de nuestros males, justificando la subida de impuestos, el envío de tropas como nuevo medio de colonización, y blindando y protegiendo a los grandes grupos empresariales que dominan el mundo (Industrias farmacéuticas, alimentarías, militares y energéticas)

Ante estos hechos manifiesto mi absoluta repulsa a pertenecer a este sistema que mantiene el pensamiento aborregado y adocenado, me niego a ser domesticado y emplearé toda mi fuerza en combatir dicho sistema con una DESAFECCIÓN permanente, desafección que proclamaré constantemente allá donde vaya, proclamando un reniego total a las instituciones, banderas, ideas y estados que abrazan y fomentan una permanente y calculada estupidez.

yorick.

la calumnia

Si desgranáramos cada minuto vivido, si analizáramos esas experiencias emocionales que acumulamos a lo largo de las horas, nos quedariamos sin respiración a cada instante. Debemos de llevar una coraza muy fuerte para defendernos de todas esas emociones, una coraza que puede resultar nociva por la ignorancia a la que nos aboca. Brutales descargas de emotividad o de falta de ella nos golpean constantemente, cuando por ejemplo, observamos los cambios de conceptos en cuanto a sentimientos se refiere.Por decir una: La amistad, se ve sumida en un saco de indefiniciones donde perdidos sus valores se pone en duda constantemente careciendo de la más mínima confianza por quienes dicen regalarla altruistamente. ¿Como se llega a que quién dice ser tu amigo te ponga en evidencia a la primera de cambio escondiendo su cobardía y su torpeza en una masa calumniadora?
Así nos movemos peligrosamente en los terrenos pantanosos de la calumnia, vendidos por una palmadita en la cabeza del colectivo implacable que pretende absorber nuestro pensamiento libre. Las calumnias demoledoras que hunden a cualquiera en el desprecio o el olvido colectivo, usadas como tapaderas que nos eviten asomarnos a la verdad las derramamos insconcientemente sobre todo aquel que actúa solitariamente, condenándole a un ostracismo infalible, a un destierro permanente, a un exilio excluyente que libere la conciencia del calumniador y de los que la extienden por el mundo....Siempre hay dos versiones de la historia ¿En cuantas ocasiones has escuchado las dos?

Yoric...sin acritud

currículum vitae

Ni siquiera se si esta bien escrito, currículum vitae, puedo intuir su origen, pero no se a cuento de que, hoy día el uso de esta palabra esté tan extendido. Lo que si que sé es que solo pensar en ello me pone mal cuerpo. Los que trabajamos de forma precaria nos echamos a temblar, cada vez que tenemos que preparar uno, un par de folios, donde estamos obligados a contar nuestra vida, donde de manera soterrada se nos exige ser los mejores en lo que ofrecemos, donde una lista boba de nombres de empresas y títulos nos da preferencia frente a otros, donde el arte de mentir o maquillar la realidad en casi todas las ocasiones roza el ridículo.
Un trámite demoledor de uno mismo, tan lejos de la poesía de la vida como un pez pueda estarlo del Everest. Sin embargo, el mundo no parece entenderlo así, para cualquier empresa o empresario, el currículum se convierte en la llave que abre la puerta a una selección de personal acertada. Los supuestos trucos para hacerlo digerible son innumerables, y estúpidos. Casi todas las personas de a pie estamos obligados en alguna ocasión a preparar uno. Las de a pie digo.

Ayer un individuo que dirigió una comunidad autónoma durante años siguiendo su línea de bocazas se permitió elaborar un poco más el collar de "perlas" de su carrera política dirigiendo su ataque sobre la atención en la seguridad social al extranjero.
El tipo en cuestión regüeldaba: -la seguridad social para los españoles...
Ante la fantochada que suponen hoy día las supuestas inclinaciones ideológicas de los partidos políticos, me pregunto:¿Como hemos podido ser engañados durante tanto tiempo, por indeseables que se disfrazan de lo que no son?
Y porqué refiriéndome al título de este escrito ¿desconocemos el origen y formación de los políticos de este país? ¿Porqué si a todos se nos exige el currículum allá donde vayamos con los políticos no ocurre lo mismo? Se nos oculta el pasado tránsfuga de muchos, los cambios ideológicos radicales, sus litígios con la justicia, o el paso por la dirección de empresas favorecidas gubernamentalmente, etc,etc,etc...
Sin embargo ahí están, engañando, aplastando, enriqueciéndose, a costa de quienes les votan y de quienes no.
Vivimos en un estado corrupto, llenos de dirigentes corruptos. Un estado de mierda lleno de mierdas plagados de moscas. Y todos contentos.
Decía Haro Tecglen hace años, que en este país existe una clase política, una clase parcelada y hereditaria donde solo se entra por nacimiento o por cantidad de bienes. El se preguntaba: ¿Si veo a los Calvo-Sotelo, Pío Cabanillas etc, donde están los Negrín, Azaña, etc?
Las listas cerradas de los partidos provocan todo esto. La mentira de la exclusividad impide que personas capaces y necesarias se habrán paso, más allá de contados ejemplos de municipalismo.
¿Qué haría falta para que las personas se dieran cuenta de lo que ocurre aquí en realidad? ¿De que somos dirigidos por intereses económicos y empresariales? ¿De qué ningún político actual ni venidero va a sacarnos nunca las castañas del fuego?
¿Sigo?
Si, sigo. Intentándolo digo, intentando cada vez que alguien se pregunte, planteando una duda que nos haga crecer, que nos haga perder el miedo, ese miedo inoculado y dirigido que nos convierte en marionetas, en criaturas llorosas que imploran amparo y buscan cobijo bajo las zarpas implacables de la bestia.

el reverendo Yorick.

variaciones endogámicas

el niño llora
la madre suspira
el padre clama

el niño suspira
la madre clama
el padre llora

el niño clama
la madre llora
el padre suspira

miradas II

3 de Septiembre: Observaciones a pie de calle.

por motivos de trabajo, visita a diferentes casas, en cada una de ellas, diferentes recibimientos. Amabilidad en unas, y malos gestos en otras. en general personas muy mayores encerradas en sus domicilios oscuros. La televisión a volumen generoso. De un vistazo se perciben sentimientos diversos: Amargura, aceptación, rencor, desconfianza, dolor, abatimiento, desidia. Faltan las casas donde una persona sonriente abra la puerta, donde un retraso sea disculpado, en vez de condenado a un fusilamiento, donde una confianza prime sobre las miradas vigilantes que acechan desde una cobardía aceptada, donde las viviendas se convierten en dictaduras territorializadas por una estupidez intrínseca que va de la mano a una existencia servíl.
Así todo el día, y solo por hablar de las viviendas, en la calle, con el trafico, todo se complica. Difícil,muy difícil mantener todo el día unas ganas de abrazar al mundo, a medida que pasan los minutos los obstáculos puestos a la sonrisa crecen, la zancadilla intencionada contra las buenas intenciones se magnifica, y poco a poco casi imperceptiblemente se va cayendo en un estado de decepción que desgasta profundamente y del que cuesta remontar sin ayuda. La que haría falta para que uno no se sintiera absolutamente solo, por empezar desde algún sitio, la que haría falta para que los días parecieran más cortos y luminosos, solo a base de sonrisas, la necesaria para que nos hiciera entender que el egoísmo individualista no nos enriquece como el altruismo colectivista. En definitiva, otro día más esperando una sorpresa, con la promesa echa de no sucumbir a una cobarde derrota y con la esperanza lista para esperar un día diferente.


Optimus de Alégria

sobre los salvadores de almas


Me pregunto quien sería el primer charlatán, que ante las preguntas y miedos de sus congéneres, sobre la muerte, o sobre cualquier fenómeno inexplicable, se autodoctoró en explicar mediante mentiras todo lo que sus convecinos querían saber. Es fácil imaginarselos vestidos con la piel de algún animal poderoso, hablando en una lengua arcana y con tono grave e intimidatorio dirigirse a sus asustados paisanos. Y él, consciente de lo que podría hacer con el poder que le proporcionará ese miedo colectivo, sonriente y satisfecho de la estupidez de su pueblo.
De una forma u otra, ese es el origen de las religiones. A partir de ese punto todos los pueblos del mundo desarrollaron una cosmogonía adaptada a sus necesidades. Solo en muy contados casos, estas invenciones se han usado, con el único fin de contar historias alrededor del fuego. En el resto del mundo, el resultado ya lo conocen.
Paralelamente a la historia y el desarrollo de los asuntos religiosos de más calado, existe otra dimensión donde conviven adivinos y curanderos de todas las pieles. Cretinos investidos de maestros, doctores y magos con unos nombres y curriculums de lo más pintoresco, dotados de una cara dura que sería difícil de rayar aun intentándolo con un diamante, poco más o menos igual que sus colegas cristianos, musulmanes o de cualquier otra tradición religiosa. Embaucadores y mentirosos que con una baraja de cartas llenan el corazón de unos desgraciados de esperanzas mientra por otro lado vacían sus bolsillos. Como si de pitonisas de feria se tratara, se proveen de una parafernalia barata, donde se mezclan con el orden caótico de un anticuario, vírgenes, budas y bolas de cristal, acompañados de los chillones colores de amuletos de plástico importados de oriente. Inventores de una liturgia tan ridícula como la de cualquier religión se afanan en captar desgraciados que con sus actos desesperados nos demuestran que seguimos colocando la fe en lugares equivocados...

El reverendo Yorick.


(Los recortes de la foto fueron recogidos en Valencia fortuitamente de los parabrisas de los coches en el transcurso de una semana...)
Todos se desean buenas vacaciones. Todos avisan y ruegan precaución en la carretera. Todos te desean un buen viaje. Todos esperan volverte a ver. ¿Todos?..............
En cualquier hospital, hay cientos de personas esperando un trasplante, para ellos, los accidentes de trafico se convierten en una posibilidad real de conseguir un donante que les habrá el camino de la cura....
Y ellos, muchos, estarán pendientes de las estadísticas, desearan que esos accidentes ocurran, soñaran con ver entrar al médico por la puerta, con la noticia de una pronta visita a los quirófanos.

Este texto, nace de unos comentarios oídos a una persona cuyo padre se encontraba en lista de espera para un trasplante doble. Creo que no me queda moral ni para comentarlo, después de las vueltas que le llevo dando a la historia desde que la oí.

solo dos pregunta: ¿Hasta donde llega nuestro egoísmo? ¿Hasta donde somos capaces de justificar tanta miseria?

Yorick.

Sobre la desobediencia electoral

Una breve referencia o análisis sumarísimo de la opción que, con los datos en la mano, parece mayoritaria en las elecciones al parlamento europeo. Me refiero a la abstención. Con la abstención hemos ganado aquellos que, considerando el corporativismo de la clase política, queremos deslegitimar un sistema de partidos que patrimonializa el estado y la representatividad de la soberanía popular; un sistema democrático en el que los partidos gobiernan haciendo uso ilegítimo del "interés general".
Un poco de memoria: el voto (la democracia) es una institución humana (no una fuerza sobrenatural) y por ello histórica, es decir, cambiante. En la actualidad "votar" ha perdido su significado original, en el supuesto de que alguna vez lo haya tenido. Más bien es al contrario, una aproximación distanciada a su funcionamiento nos devuelve una imagen alejada de su sentido etimológico. Una vez la ideología dominante del voto se ha instalado (y el que se sale es tildado de irresponsable, desideologizado o, en el extremo, "radical" o "terrorista") y es instrumentalizada por un grupo corporativo singular y minoritario (clase política, segmentada a su vez, en competencia en el mercado político) el acto del voto se convierte en el mecanismo por el cual se enajena la capacidad política de la sociedad civil (como el salario su capacidad productiva, como el examen su capacidad intelectual), ocultando la relación de dominación política que opera en su seno. Mientras seguimos yendo a votar pensando en derechas e izquierdas (horizontalismo), olvidamos que las coordenadas han ido cambiando por el camino (verticalismo), siendo los de "arriba" (pocos, pero con recursos) los que someten a sus intereses a los de "abajo" (muchos, pero sin recursos), dentro de los márgenes de lo que se llama "gobernabilidad" (el sistema aprieta pero no ahoga) que se convierte así en el arte de gobernar la asimetría.
Ello tiene mayor relevancia cuando los parlamentos (y los gobiernos que emanan de ellos) se constituyen con niveles crecientes de abstención electoral, es decir, que la voluntad de un 46% del censo electoral se impone sobre la del conjunto de los habitantes de un país (más que los incluidos en el censo), lo cual deja muy en entredicho el nivel de representatividad y, en consecuencia, de legitimidad de la autoridad política así constituida. Como abstencionista, no pretendo un vacío de poder, sino utilizar estratégicamente el valor simbólico del voto como principio de delegación y legitimación de la autoridad política con el propósito (y esto no lo tengo claro) de forzar pacíficamente a la "clase política" a redefinir las bases de su contrato electoral, es decir, el acuerdo tácito en virtud del cual unos (representantes) representan el "interés general" de los otros (representados). No me puedo reconocer en una democracia sin demos... sólo cracia. No necesitamos organizarnos para luchar por más democracia; al contrario, precisamos desprendernos de esta idea de organización política tanto como los esclavos de la esclavitud.
No es verdad que "la derecha vota en bloque". El PP ha perdido 3.148.129 votos respecto a las elecciones generales de 2004, y el PSOE 4.993.663 (me he tomado la molestia de contarlos). En mi opinión, los sectores progresistas de la sociedad civil deberían organizarse, no para formar más partidos, sino para dar forma colectiva a la desafección del electorado, concibiendo estrategias de desobediencia electoral (voto blanco, nulo, abstención), de modo que ello no se interprete en clave individualista o de masas abúlicas, sino más bien de todo lo contrario, una posición colectiva de ciudadanos sobradamente informados del grado de desvinculación de la "clase política" respecto al "interés general". Insisto en esta idea: en la actualidad, dada la correlación de fuerzas democráticas (bipartidismo de derechas: PSOE, liberal; PP, conservador), el que vota da su consentimiento para reproducir ad infinitum un sistema de dominación política (democracia) y explotación económica (capitalismo). Y concluyo contra el sentido común: si votas, no te quejes.

Fuente: ATENEO LIBERTARIO AL MARGEN.

maneras de llorar

¿Podría soñar alguien con mejor tumba que el mar? ¿Es imaginable mejor forma de desaparecer? ¿De que te recuerden? Allá donde fueren los que te lloren encontraran tu recuerdo traído por el romper de unas olas. ¿Tan insoportable se hace al ser humano no saber del cuerpo de sus caídos? ¿Tan fuerte es la necesidad de control que incluso después de muertos debemos estar localizados y a ser posible enterrados bajo una piedra?
El egoísmo siempre tiene un disfraz a su alcance, una excusa, un pretexto que impedirá llamar a las cosas por su nombre, y también impedirá actuar con sensatez.
Que soberbia es la miseria mental. No tenemos escrúpulo ninguno en matar de hambre a medio mundo, en condenar a la guerra y al subdesarrollo, en explotar y esquilmar pueblos enteros, sin derramar una sola lágrima, y sin que nos tiemble el pulso. Sin embargo, ante un desastre aéreo, en mitad del océano, se moviliza medio mundo para recoger unos trozos de aluminio y algunos cadáveres que con certeza ya daban por muertos. Una tarea baldía y absurda cuyo coste se pierde en las aguas que van a morir a las playas de un suburbio.
Todas las semanas, pierde la vida algún ser humano cruzando el estrecho, o los estrechos, mangas de mar que separan un mundo de otro. Fronteras azules surcadas por embarcaciones podridas y atestadas de personas, cuyos ojos se clavan en la línea del horizonte. Con el presentimiento de que si mueren allí, nadie vendrá a recogerlos, a no ser que sus cuerpos flotantes se cruce en la ruta de algún crucero, que molesten con sus miserables cuerpos, la visión de los turistas adinerados. En ese caso, con celeridad serán retirados, solo en ese caso. El resto se hundirán en el océano, mientras todos lloran y se conmueven por los pasajeros de un avión que se precipito al mar.


el reverendo Yorick.

Como convertir a un mierda en un moralista y justiciero de primera

Para realizar esta operación, aparentemente sencilla, hacen falta varios pasos. Lo primero que hay que hacer, es hacerse con un buen número de mierdas, dispuestos a cualquier cosa con tal de entrar en la institución mierdosa a la que aspiran. Una vez logrado esto, escollo que no presenta ningún problema, dado el gran número de aspirantes que se apuntan todos los años, se procederá, a un lavado profundo y continuado de cerebro, con vejaciones psicológicas incluidas, inculcándoles constantemente, que no son dignos de llevar el uniforme al que aspiran, de esta forma sus deseos miserables se canalizaran hacia ese uniforme, convertido en sagrado para sus cerebros vacíos. Una vez logrado el objetivo, de que la ambición de todos los mierdas aspirantes pasa por lograr el uniforme, servirlo, respetarlo y amarlo por encima de su propia madre, se procederá a la más ardua tarea de que los mierdas aprendan y se familiaricen con los códigos y leyes que habrán de hacer respetar. Esta parte es la más difícil, dado el corto raciocinio de los aspirantes y aspirantas, cuyo coeficiente intelectual verdadero, o sea la capacidad de pensar roza la nada más absoluta, por lo que deberán aprender cada ley de carrerillas…

Otro de los puntos importantes, es aleccionar a conciencia a los mierdas de que nadie puede ni debe discutir ninguna de esas leyes. Que todo el mundo es sospechoso, y mas, si es extranjero, gitano, o su aspecto es desaliñado (desconozco el criterio utilizado para este último punto) La promesa de que gozaran de inmunidad, y protección si alguna vez se exceden en su cometido debe ser recalcada, para evitar futuras dudas y sentimentalismos.
Una vez logrado esto, solo falta preparar una ceremonia para que las mierdas henchidas de orgullo la graben en sus obtusos cerebros, convirtiendo ese día en el más importante de su vida. Se les entregara un arma, para que puedan fardar, y sentirse claramente superiores a los demás, y se los soltara en la calle, con un código por cerebro, y un talonario de denuncias adjunto.
A partir de este punto, el mierda, con las prerrogativas aprendidas y enquistadas en su cráneo, podrá dedicarse por completo a las tareas de control que se les encomienden, pues no dudara ni se preguntara si hace lo correcto, ya que tendrá la certeza de que así es.
Llegados a este punto el mierda, se creerá tanto lo que hace y porque lo hace, que se dedicara a obedecer, opinar y sentenciar a troche y moche, con lo que el objetivo planteado estará cumplido.


Yorick.

piensa bien lo que haces antes de votar

¿Aún no has tenido bastante? ¿Todavía no es suficiente?
¿Cuántas mentiras más necesitas? ¿Cuántas infamias? ¿Cuánto despropósito? Piensas de verdad que lo que te ofrecen es la vida que quieres vivir, explotado, excluido, denigrado, maltratado, vendido, engañado.

Estaría bien que alguna vez durante nuestra vida no siguiéramos el juego que nos somete, que negáramos sus argumentos, que miráramos al pasado con orgullo, recordando con dignidad, a quien se enfrento y lucho contra ellos y sus mentiras. Que dejáramos de tener como objetivo, el ser y parecernos a ellos. La vida no pasa necesariamente por su camino, y no tiene reglas fijas, ¿Por qué agarrarnos entonces a las de siempre? Desatar los nudos que nos atan al futuro se acerca bastante a la libertad, dejar que la improvisación entre en nuestras vidas, invertiría el polo magnético al que nos sometemos. Ser participes de nuestro tiempo de verdad, y no simples espectadores de lo que otros hacen con nuestro presente.
No basta con definir a las sociedades en las que vivimos como imperfectas, cuando la realidad nos dice que son implacables. Las convertimos en implacables con nuestro silencio, con nuestros votos, con nuestro temor.
¿A que tememos en realidad? ¿Tan rendidos nos encontramos que no podríamos andar por el mundo sin necesidad de luchar constantemente por un poder basado en la dominación de nuestros hermanos?

Constantemente, tengo la necesidad de gritar todo esto bien alto, cada día de mi vida, que veo pasar muerto y predecible ante mi. Pero mas acuciante es mi necesidad de gritar, cuando la gran mentira del mundo celebra sin vergüenza su resurgir de las cenizas. La prueba que los reafirma, la claudicación colectiva que les da la llave del poder: LAS VOTACIONES

Una vez mas se vestirán con sus trajes, colocaran sus sonrisas, maquillaran sus rostros, babearan aparentemente ante nosotros, ordenándonos subliminal y amablemente que acudamos a sus urnas, para que nada cambie, para que no veamos mas allá de lo que nos ofrecen, para que temamos y como niños indefensos busquemos consuelo en sus brazos. Tienen la certeza de que será así. De que el ciclo será completado y renovado una vez mas, de que serán siempre necesarios, y bajo esa necesidad se reproducen, perpetuándose, generación tras generación.

De ahí este grito, esta llamada, esta invitación, a negarles ese privilegio que le otorgamos, ese voto de sumisión que nos anula y nos embalsa, dejando la llave de la compuerta en sus manos. Esas manos venenosas que en mis sueños, siempre acabo rompiendo.

el reverendo Yorick.

No te fíes de nadie

¡Ay! mi niño, mira que mamá siempre nos lo decía, pero tú nunca hiciste caso.
La pobre mujer, todos los días: -No te fíes de la gente. Y tu, mi niño siempre
tan confiado. Recuerdo cuando me hablaste de él por primera vez. –He
conocido a un tío especial –me decías- Un pringao, como yo, ahí, en la
excavación, todo el día sacando tierra, hemos hablado un poco, y le gusta leer,
como a mí- Fíjate mi niño, lo que me decías, le gusta leer, siempre me acuerdo
de ti cuando entro en la cocina. Aun me parece verte en invierno, solo, con tu
libro y tus grandes gafas, mientras el resto de la familia veíamos la televisión o
jugábamos al bingo. Y tú allí con tus libros. Y esos días en la excavación te
admiró que el también leyera libros… mi niño.
A los dos meses, te hiciste dibujante, ya no eras un pringao, como tú dices, ya
no tenías que estar todo el día sacando tierra. Tu trabajo cambió totalmente.
Me contaste, que todos los días bajabas al foso, a pasar un rato con tus
antiguos compañeros. Después a la hora de salir, quedabais todos en algún
bar cercano, el Torito, o el Tranvía. Todos polvorientos, bebiendo cerveza,
algunos días casi sin comer. Todos contentos, y con los ojos enrojecidos. ¡Ay!
Mi niño, tú tan delicado, tan sensible, y todos esos años en trabajos brutales.
Menos mal que ahora eso pasó. Aunque yo se bien que te sigue tirando esa
vida, te veo mirar a los obreros, en los peores tajos, y tus ojos te delatan
pidiendo estar allí. Quién entiende a los hombres. Cuando me llamabas a casa
me hablabas de él, de los libros que te recomendaba, y de tu fascinación por
sus conocimientos literarios, te quedabas siempre tarde leyendo, enganchado
por los descubrimientos que él te hacía. Me hablabas del conde de
Lautreamont fascinado, recuerdo cuando me pasaste aquel libro, no pude
pasar de la primera hoja, ¡que horror! Nunca entendí como te podían gustar
esos libros.
Ahora, tantos años después, me recordaste a aquel hombre, ha pasado tanto
tiempo ya, la verdad es que yo lo había olvidado por completo, y más después
de lo que te hizo. Y tú sigues defendiéndolo y disculpándolo, no hay quien te
entienda. Dices que encontraste los poemas que te dio, escritos por él, y que
los quieres publicar. Mi niño, que quieres que te diga yo, que ya los hubiera
tirado hace tiempo. ¿Ya no te acuerdas? Cuando fuiste a ofrecerle trabajo,
fuiste a buscarlo a aquel barrio tan oscuro, lo buscaste casa por casa, todas
abandonadas y ocupadas por gente, preguntaste a todos los vagabundos y
drogadictos que encontraste, hasta que diste con él. Estaba en una casa, sin
luz, me contaste, había una chica italiana con él, -muy guapa- recuerdo que
me dijiste. Le ofreciste el trabajo, y el acepto, empeñaste tu palabra con tus
jefes por él, del que no se fiaban por su aspecto feroz, y mira como te lo
pagó… ¡Que infeliz fuiste siempre mi niño!
Al principio todo fue bien, trabajaba duro, y estaban contentos con él, tú le
ayudabas siempre que podías, le preparabas un bocadillo, junto con el tuyo, y
le invitabas a café en el descanso, vuestras conversaciones literarias seguían.
Como ibas a sospechar lo que pasaría luego mi niño, tan confiado tu, siempre
sin hacer caso de mamá ¡Ay! Recuerdo tu cara de abatimiento, cuando todo
cambió, casi ni comías, cuando venías a casa esos días. Cuando me contabas
como todo cambió, te juro, que se me rompía el alma de verte sufrir. Contabas,
que al pasar el primer mes, cuando tu amigo cobro su primer sueldo su
comportamiento en el trabajo dio un giro. ¡Pero mi niño! Como no fuiste capaz
de verlo, cuando tuvo dinero, empezó a beber, una copa por la mañana, o dos,
-vete a saber- luego a la hora del bocadillo también, y después me contabas
que se despistaba durante la mañana, para ir al bar. Que congoja me da,
recordarte esos días, tan incomprensibles para ti, cuando viniste a mi casa
enseñándome el libro de Quevedo que te regaló, y la carita de pena que se te
ponía, allí plantado con el libro en la mano, sin abrirlo…¡ay mi niño! Tus jefes
empezaron a mirarte mal, como si tu tuvieras la culpa…tú que trabajabas tan
bien no tenías que cargar con la culpa de nadie, ¡que idiotas!
No quiero ni pensar cuanto sufrirías cuando empezaste a dejarlo de lado,
cuando tu relación con él pasó a un mero saludo de cortesía al llegar y al irte
del trabajo. ¡Que duro, mi niño! Tuvo que ser para ti. Y luego, el día de los
poemas. Tuvo que ser terrible, no sé como se atrevió. Aquel día llegaste muy
excitado a casa, enseñándome una carpeta amarilla, con unos folios dentro
–hermana, mira…- dijiste asustado, - mira lo que me ha dado- Te dije que se lo
devolvieras, que le dijeras que te dejara en paz, pero tu te empeñaste en
guardarlo, aunque ya casi no le hablabas, te empeñaste en guardarlo. A veces
no hay quien te entienda mi niño.
Luego terminó el trabajo, y dejaste de verlo, ocasionalmente, me contaste que
lo encontrabas de noche, rondando por el barrio, cerca de La Manola, pero no
era bien recibido allí, porque nunca pagaba nada, iba sableando copas, a todo
el que conocía, contigo no se atrevió nunca. De repente dejaste de verlo,
pasaron unos meses, antes de que oyeras el rumor. Aquél día también te
temblaba la voz cuando llegaste a casa. –Hermana… ¿sabes de que me he
enterado?- Cuando te vi me asuste, me dio un vuelco el corazón, y total, para
decirme que habías oído en la calle que él había muerto. Nunca te había visto
así de abatido, intenté consolarte como pude, te dije que te vinieras unos días a
casa conmigo, pero te negaste. Pasé varios días sin saber nada de ti
completamente asustada. Te juro, que estuve a punto de llamar a la policía,
solo saber que no me lo perdonarías me lo impidió. A la semana o así me
llamaste por teléfono, que si podías venir a comer. Como te voy a negar a ti un
plato de comida, te he dicho un millón de veces, que cada vez que sales por la
puerta me pongo a morir. Hasta que vuelvo a saber de ti mi niño.
Aquél día llegaste pronto, y aunque se te veía entristecido, estabas diferente,
estuvimos hablando, primero me dijiste que empezabas otra excavación, como
dibujante de nuevo. ¡Si supieras como me alegré! Después me contaste que
habías andado todo el barrio, día y noche, en busca de alguien, que te
confirmara el rumor de la muerte de aquel desagradecido. Preguntaste a todos
los aparcacoches, vagabundos, vagos y drogadictos que encontraste. Todos te
decían lo mismo: Algunos no lo conocían, y otros habían oído el mismo rumor
que tú. Me contaste que encontraste a un amigo común, que había estado en
la excavación donde os conocisteis y que se ganaba la vida aparcando coches
detrás de la iglesia de los mercedarios, vaya trabajo y vaya gente que tiene que
ser –pensaba yo para mí- El había oído lo mismo que tú, pero no sabía de
nadie que lo pudiera confirmar. Así que en cierto modo empezaste a aceptar su
muerte. Qué en silencio comiste aquel día, si hasta el niño te lo noto. En el
fondo, yo se lo que te torturaba, aunque en aquellos días nada me dijiste, pero
que te piensas, soy tu hermana mayor, y te conozco bien mi niño.
Se que la carpeta con los poemas que te dio aquel desalmado te quitaba el
sueño. Se bien, que pensabas, que si no tenía familia, ni nadie conocido, su
recuerdo se perdería en el tiempo, y tu, con su carpeta eras como el –guardián
de su memoria- como me confesaste ayer. Después de ocho años me lo
cuentas, vaya confianza que tienes en tu hermana. Ahora, después de ocho
años, dices que los quieres publicar, bien. Total, a ver si acabas de una vez
con esto, que no entiendo porque andas siempre con esos líos de poemas y
libros. Si solo se trata de eso, de publicarlos, adelante, a ver si lo olvidas de
una vez y te concentras en tu trabajo, y aprendes, aprende de una vez aquello
que tanto te decía mamá: No te fíes de nadie…hijo mío.




Este relato esta dedicado a FELIX I. TRIGUEROS cuyo rastro se perdio en Valencia en el año 2003. Lo narrado aqui, ocurrio de verdad, salvo algunas licencias literarias.
Los poemas de Felix siguen esperando a ver la luz en la carpeta amarilla, tal y como me los entrego.

Rafa Becerra.

música

Siempre estuvo ahí, siempre me encontró cuando yo ni siquiera la buscaba, cuando daba el naufragio por perdido aparecía. Sin preguntar siquiera se iba apropiando de mi, yo me dejaba hacer. Así me rescato para este infierno muchas veces. Es como si dijera levemente a mis oídos:- Ya lo se, pero sigue adelante, el final lo vas a conocer tarde o temprano- Esas palabras resonando en mi cabeza me hicieron seguir un poco mas, ¿que podía perder? una vez que se sube una montaña solo queda bajarla por el otro lado, donde el horizonte aparentemente es distinto del que acabamos de dejar atrás.
Tome conciencia de su poder de atracción, de su seducción, de su magia, y me deje tomar por ella, desde la primera vez, que ni siquiera recuerdo, he estado tomado por ella, conquistado, apropiado, invadido, pero no vencido, pues ella no pretende eso, todo lo contrario, su posesión, es siempre una forma de consciencia que nos hace descubrir y sentir que habitamos en nosotros mismos.
Ella también tiene un lado oscuro, ridículo, manipulado, pero para cualquiera que la conozca bien, sabe de sobra que es solo una mala imitación sin contenido, una mentira fabricada con el humo de la ignorancia, urdida por ingenuos mercaderes usureros, que no saben oír, y que no entienden que el lenguaje universal no se puede prensar ni manipular, que tampoco saben o no quieren saber que las cosas hechas con alma no se pueden copiar, no sale, se nota la burda imitación de lo inimitable. Así ocurre con ella, si no tiene alma no es. Simplemente. Cualquiera con un poco de oído y sensibilidad lo sabe, porque la ha oído hablar en la noche, en el día, en cualquier instante, ha sentido sus palabras y su aliento, como yo lo sentí. Su rastro se encuentra fácil en las noches estrelladas, en los rincones que permanecen habitados por sombras, en las vidas hiladas con imprevistos donde lo menos sorprendente de todo es la muerte representada por el último grano de arena de nuestro reloj. Si hay algo eterno, ella estará allí, cuando el postrero recuerdo del ultimo ser se pierda en la nada, cuando la sinfonía tiránica del silencio domine el infinito, ella estará ahí, acechando, poniendo las notas en su sitio, trabajando sobre un pentagrama de dimensiones titánicas, rompiendo los silencios, con vientos, derrumbes, tormentas y mareas.


Yorick.

estrategias

Pareciera que con el anterior presidente de EE UU se hubiera acabado un ciclo. El de los presidentes autoritarios. Una corriente de cercanía recorre el mundo de la política. Los nuevos mandatarios de los países más ricos adoptan poses similares, buscando una complicidad con los votantes. Una filosofía de buen rollo e incluso camaradería se percibe en esta casta que muta, siempre persiguiendo el mismo fin: La permanencia mediante el engaño. En nuestro país, también lo vivimos, el cambio del presidente del extraño bigote, al presidente de las cejas a dos aguas fue notable, el primero caracterizado por sus gestos hoscos, prepotentes y desagradables, el segundo, como si de un misionero en Brasil se tratara va dando palmaditas y regalando su sonrisa de caricatura allá donde se presente. Incluso la monarquía decimonónica que padecemos se alisto a este movimiento de proximidad al vulgo, casando a su heredero, nuestra pesadilla venidera, con una periodista divorciada.
El colmo de este movimiento ha sido la proclamación del último presidente americano.
En la crónica política, estos cambios de imagen se traducen en una estrategia adoptada por todos, esto es, crear la ilusión de que les importamos algo, adoptar caras de preocupación y transmitir una imagen de político que sufre con su pueblo y es consciente de la repercusión de sus actos. Dichos actos no cambian, la forma de disculparlos si. Sus biógrafos se encargan de hacer notar la procedencia humilde de muchos de estos seres, recalcando que su origen no dista mucho del de cualquier persona normal, incluso en algunos casos, estas biografías, se sumergen en una historia de dificultades económicas. El mundo del folletín al servicio de la política.
Hace unos días, el presidente americano salio en televisión pidiendo disculpas por las victimas civiles de un bombardeo llevado a cabo en Afganistán. El discurso colonizador de su antecesor es el mismo, las formas no. La cara humana de la política vende, y es socialmente aceptada. Sin embargo, como decía, toda la verborrea humanitaria se queda de cara a las televisiones. En la realidad las garras opresoras se siguen clavando en los mismos sitios, mediante la falacia moralista de los grandes policías terráqueos que justifican la explotación y el expolio de gran parte del mundo. Pero ahora son simpáticos, y cercanos, y esas formas son suficientes para acallar a muchos, para expandir la falta de juicios propios, para ahondar en la ignorancia de la realidad. Para demostrarnos con su nueva estrategia lo serviles que podemos llegar a ser, en una nueva vuelta de rosca que aplaudimos, soñando con avaricia con que nuestros hijos lleguen a ser como ellos.


el reverendo Yorick.
Existen unhas murallas
Que o dividen todo
E crean a limitación
Os carros van por riba delas
Pero non atopan a saída
Só chegan a lugares a pastar
Herba artificial e neve artificial
Hai quen camiña ata cansar
Sen sair do castelo
As murallas están por todos os lados
E ti cres que non existen
Porque che sopla algo de ar
No nariz
Come pedra e líquen
Para rillalas e comprobalas
Na súa abundancia
De formigón e ladrillo
Crúzaas e rebate con elas
A súa organidade
O seu organigrama
Que prevalece sobre todo
Foron creadas por todos nós
E agora nos escravizan
Estamos empachados delas
De correr por elas
Sen atopar a saída
As bombas non son suficiente
Só atopar a saída
Por riba delas
Só deixalas atrás
Dunha vez
Dunha maldita vez
Ás murallas da nosa vida.

1º de mayo

No fue un primero de mayo más. No puede serlo, ni se deben contar estos días como si se tratara de un coleccionable. Es un día, dentro de un año, solo uno, en el que podemos y debemos manifestarnos y gritar bien fuerte. Gritar contra las malas condiciones laborales, contra los accidentes en el trabajo, contra la explotación y los abusos. Gritar contra todo lo que perjudica a una clase obrera que reclama sus derechos laborales. Gritar contra las crisis de los bancos, y cuyas consecuencias pagaremos todos, gritar contra el estado, contra la monarquía, contra el abuso del poder.
No fue un primero de mayo más. Fue el primero de mayo del año 2009, donde cerca de 300 personas se manifestaron en Ferrol bajo la bandera de la CNT con la ilusión intacta, con las ganas puestas en una jornada combativa y reflexiva, una jornada que sirva para despertar esas conciencias dormidas o ausentes, que sirva para que todo el mundo se pregunte ¿Por qué no estoy ahí?

Por eso no es un primero de mayo más, porque cada año es diferente, y siempre debe ser como la primera vez, para transmitir las ganas a todo aquel que se asoma a la ventana al paso de la manifestación, o que se acerca por la calle, para demostrar que no todo esta perdido, ni todo el mundo se ha rendido.

Por eso no es un primero de mayo más.

defensión

Me niego a decirte que el fracaso me de miedo
Dejo para mis mentiras la forma de contarlas
Engalano los oídos de quien me escucha
Con mieles preparadas en laboratorios

Participo del mismo juego que todos
Fabricando muecas nuevas cada día
¿Te fijaste en la última?
¡Que derroche de talento!

La vergüenza nunca es suficiente
Para enrojecernos las caras
Ni la mía ni la de nadie
De ahí que el surco sea tan profundo

Las heridas siempre son superficiales
Apenas arañazos
En la farsa de quien las infringe
Se descubre que sobra cordura

Los náufragos acaban varando en playas concurridas
Donde no serán tenidos en cuenta
Por eso duele tanto contemplar:
La profundidad de los pasos impide sacar el pie de la huella





rafa becerra

de terremotos y semanas santas...

Hay mañanas en las que la vergüenza me ahoga. En las que las caras sonrientes de falsedad me saturan. Esos malditos televisores y sus malditas declamaciones. Allá donde vaya los encuentro.
Hace tiempo conocí a un hombre con el que trabaje dos años en una carpintería de aluminio. Nos fuimos de allí casi al mismo tiempo, yo al paro, y el a montar su propio negocio, un bar. Hablando muchas veces le dije que no pusiera televisión en su bar. Que ya teníamos bastante, se lo decía por el rechazo que siempre me supuso las televisiones en los bares. Cuando entras en uno, y están todas las personas pendientes de ellas, da igual lo que pongan, un partido, publicidad, o el noticiero que toque en ese momento.
La imagen de varias personas mirando hacia la televisión, ausente de lo que ocurre a su alrededor, ajena a la vida que los rodea se me hace insoportable.
Mi amigo me dijo que era imposible, que tenia que ponerla, que la gente la pedía. Ya lo sabía. Al igual que sabia que repetir una mentira mil veces la convierte en verdad, como hacen en la televisión, apoyados por la prensa y la radio.

Antes de ayer hubo un terremoto en el centro de Italia, nadie sabe cuantas personas hay sepultadas bajo los escombros, enterrados en el propio piso que muchos no habrán podido ni pagar, enterrados en sus hipotecas. Me consta que hay muchas personas a las que en una situación como esa, cada segundo les duele, les duele porque saben que cada segundo que pasa, es un segundo menos de vida para el que permanece sepultado y vivo aun bajo un desecho arquitectónico. Por el contrario, también me consta que hay personas que respiran aliviados de que no les haya tocado a ellos, y ponen tierra de por medio, con el objetivo de olvidar rápidamente lo sucedido y volver a su tranquila cotidianeidad.
La televisión y la prensa los presenta como héroes, a los segundos digo.
La noticia repetitiva estos días y que me ahoga de vergüenza es la que con una sonrisa de jesuita, falsa y venenosa a la vez los presentadores de telediarios se congratulan en dar: los estudiantes españoles que había en Italia de Erasmus ya están en casa. Les entrevistan en el aeropuerto, donde dicen que a trescientos metros de sus casas había muerto gente, dicen que ya están repuestos y que no piensan volver. Es muy respetable, pero lo que no lo es tanto, es que esos medios de comunicación se empeñen en convertir a los cobardes en héroes, que por el echo de salir corriendo de un lugar donde sus manos son necesarias e imprescindibles, huyendo de ayudar a alguien que los necesita, nuestra televisión y nuestra prensa nos los muestre, como ejemplo de lo que quieren que hagamos todos, salir corriendo y volver a la protección de ‘papa-estado’ Sin saber que un terremoto no entiende de países, que lo mismo mañana ocurre aquí, ¿Qué diríamos al ver que todas las personas extranjeras que viven, trabajan, estudian o veranean, salen pitando, diciendo que no piensan volver, mientras los llamamos por un agujero de nuestra vivienda sepultura? ¿Qué nuestro vecino sale corriendo a casa de su abuela en la sierra, diciendo que solo piensa en olvidar y dando gracias de que no le haya tocado a el?

Por eso me ahoga la vergüenza. Por tanta cobardía, por tanta ignominia, por tanta infamia. ¿En que nos hemos convertido? ¿No se han dado cuenta? Detrás de cada uno de nosotros va un ser invisible portando una palangana con agua. Para que llegado el momento podamos lavar nuestra conciencia de cobardía, de indiferencia, de crueldad…y quedar limpios e impolutos otra vez… ¡que asco de humanidad!


el reverendo Yorick

confesión

Soy yo quien reniega de tus dioses. De sus templos-museos de la hipocresía. También reniego de tus fiestas, de esas que sigues todos los años felizmente, con otros muchos como tu, y que te embotan de una realidad a la que vuelves la espalda. Del mismo modo reniego de tus gobiernos, los que crees que eliges, mediante la falacia de tu derecho al voto. Asimismo reniego de tus leyes, las que te son impuestas, y aceptas sin rechistar.

Soy yo el enemigo de tu paz, la que condena al silencio, la que excluye y la que esclaviza a todo aquel que no esta tocado por el dedo de tus dioses.
Así acepto convertirme en perseguido, en odiado, en ser el epicentro de tu miedo, que me condenara y me difamara para que tus hijos no tengan pesadillas en la noche.
Detrás de mi esta toda la historia de los oprimidos. Detrás de ti, la de los opresores.
Solo por ser desafecto de tu mundo, atraeré hacia mí, el temor y el odio de ti y de los tuyos. Solo por ser y declamar que reniego de tu orden, de tu pulcritud, de tu perfección, de tu virtud, de tu fe, de tu historia y de tu poder, condeno mi futuro puesto en tus manos desde mi nacimiento, solo por eso, espero que en cualquier momento tu mirada de odio se vuelva hacia mi, en busca de la venganza, que arrasara mis huellas en el tiempo. Sea entonces lo que tenga que ser. Pues si yo no surgí de la nada, otros encontraran los pasos que yo seguí, otros estarán siempre ahí, en la frontera de tu miedo, en el punto que desequilibra tu falso universo, donde no te sirve la oración piadosa a tus retablos de cartón-piedra.



Yorick.

la sumisión: un camino sin retorno

Llevamos muchos años bajando escalones de una escalera que subimos una vez. Pero cada vez quedan menos por bajar, lo más alto de la escalera se convierte casi en un sueño, que nos plantea la duda de si alguna vez estuvimos allí, y si así fue ¿Cuánto nos quedaba aun por subir? Ahora tengo la certeza de que nunca lo sabremos. De que el hecho de llegar hasta allí fue premeditado, medido y calculado, para acallar a una generación combativa, que seria seducida por otro tipo de engaño, que permitiera poco a poco minar su espíritu de lucha sindical, lo que permitiría que dócilmente fueran bajando los escalones que subieron. Ahora estamos a muy pocos pasos de donde una vez empezamos a subir. La superficie pulida y limpia donde termina la bajada nos espera. Si volvemos la vista, el tramo escalonado que descendemos se pierde en la altura, como nuestra conciencia y nuestra dignidad.
Aceptamos de buen grado cada una de las mentiras con las que hemos sido regalados, compartiendo una suerte de catarsis colectiva y solidaria frente a quien siempre administro nuestra desgracia. Perdida toda capacidad de discernir la realidad caemos embobados y participativos de la mano de los comunicadores a sueldo del poder. Un poder perpetuo, feudalista, usurero, despiadado, implacable, al que rendimos sumisión absoluta. Sus experimentos para ver hasta donde estamos dispuestos a llegar, para seguir siendo sus esclavos no tienen fin. Deben de reír bien a gusto del servilismo que le profesamos.

Ahora como antes, vuelve la amenaza del paro, frente a esto se desata un pánico atroz, que nos envuelve, convirtiéndonos en devotos trabajadores, capaces de cualquier sacrificio con tal de no constar en la temida lista. Cualquier sacrificio.
Los trabajadores de SEAT aceptan una congelación salarial. Me pregunto que clase de reflexión harían. Con esa claudicación bajamos un escalón más, la derrota final esta próxima. Pero cada uno de esos trabajadores podrá respirar tranquilo, podrán pensar relajadamente: -Ya no me va a tocar a mí-
Sin percatarse en el fondo de lo equivocado que están. Arrastrados por un individualismo cobarde abren la caja de Pandora, la prensa y la televisión saca partido y las opiniones de los cerdos no se hacen esperar, alabando la decisión e instando al mundo empresarial a seguir su ejemplo, y hacer la propuesta en sus propios negocios. Se veía venir. Mientras ellos se han dedicado a saquear descaradamente, sin invertir ni en industria, ni en formación, ni en la creación de puestos de trabajo. Dedicándose a exprimir con impuestos a las pequeñas y medianas empresas, que a su vez han asfixiado con leyes inflexibles de cobros, y dependencias de estas de las líneas de créditos de los bancos. Han especulado, encarecido y exprimido todos los flancos de donde podían sacar dinero. Ahora, la crisis es de todos, si de todos. Nos corresponde a nosotros hacer sacrificios, congelar el salario, abaratar el despido, etc, etc. Todo sea por el país, por el mundo, por los banqueros, por los gobernantes. Todo sea por ellos, pero no por nosotros, los trabajadores, los excluidos, los que solo pretendemos vivir sin excesos, los que siempre recogimos las migas de miseria que nos fueron esparcidas.
La decisión de los trabajadores de SEAT llega mas allá de sus propias puertas, con ella nos condenan a todos a seguir el mismo camino, y no es por ahí, por donde deben empezar los recortes.


el reverendo Yorick.

El calor del amor en un bar

¿Cuántas horas no hemos pasado en ellos? ¿Cuántas risas, peleas, frustraciones y borracheras han sido? ¿Cuántos poemas se han escritos en las frágiles servilletas de los bares?
¿Cuántos amagos disfrazados de amor?
Instalamos una parte de nuestra vida en la barra desgastada de un bar, desde esa atalaya del fracaso observamos la vida, o nos observamos a nosotros mismos, en busca del olvido que nos proporciona el agua de fuego de los chamanes de barrio. En un territorio comanche que diluye sus fronteras encontramos una tierra de nadie, un templo pagano donde los devotos se cuentan por miles. Un ritual, que la resaca desenmascara y al que volvemos automáticamente a la próxima ocasión.
El vestido misterioso de la oscuridad nos contagia de aventura, y recorremos las calles de bar en bar en busca de un destino soñado, mientras la realidad agazapada nos espera detrás de la puerta de nuestro monótono hogar. Algunos nombres se pegan a la memoria, atravesados por recuerdos fundamentales: Chaston, Código, El metro, Sanchez, la bruja, la manola, el King Creole, el Fardela…
Una lista sin fin que demarca una ruta de peregrinaje en el tiempo, donde una balanza misteriosa se declina para empujar a la primera ficha de un laberinto de domino. ¿O acaso no influyeron esos lugares en las vidas de quienes los visitan?
El rostro de muchas personas que se quedaron en el camino, no se hace claro, sin el escenario oscuro de un garito, con un vaso en la mano y el humo del tabaco enturbiando la imagen. Ahí siguen y seguirán hasta que el portador de su recuerdo le siga en su camino hacia la nada.
Hay quien abandona, para entrar en un estado de melancolía permanente que disimula para los demás, pero que la chispa de un vaso de vino de mas delata, descubriéndole la marca indeleble de quien una vez visito Baal-Babilonia, de quien se dejo atrapar por los encantos de la mujer-serpiente que se enroscaba a su cuello depositando su aliento caliente en su cuello.
Todos los que estuvieron y siguen estando, buscaron y buscan algo, muchos ya saben que nada encontraran, pero siguen acudiendo puntuales, pues que mas encuentro que la rotura del tiempo, en unos lugares donde la moral se queda en la puerta. Donde las leyes no están escritas pero existen, basadas en el rito de la noche, la música y el alcohol.


Yorick.

el 8 de marzo y la escuela de teatro de Vilalba




Sin entrar a valorar ahora, la estupidez y la simpleza que me supone la celebración del día de los fulanitos o las menganitas, por lo vacío de su contenido y su existencia, y por el tonto propósito de que todo el mundo se sienta especial por un día. Si que me gustaría llamar su atención sobre un ejemplo de cómo un día de esos señalados para que los menganitos o fulanitas se sientan bien, y se sientan reconocidos, se puede convertir en un modo de aclarar un poco las cosas, reinterpretando el discurso lanzado por oportunistas gobernantes que siguen empeñados en pensar que sus burdas manipulaciones sobre la realidad afectan a todos por igual.
Los protagonistas de esta historia son los alumnos y la directora de la escuela de teatro de Vilalba, que fueron reclamados por el municipio, para preparar un montaje para el día de la mujer trabajadora.
Todos se pusieron a pensar, y bajo la batuta de Teresa fueron creando y puliendo un montaje digno y grato de ver.
En mi opinión la importancia del montaje radica en la sutileza con que muestra su propia dignidad. Siendo un día de reivindicación de la mujer trabajadora, se suele reivindicar todo menos lo de la mujer trabajadora. Se manipula el discurso victimizando a sus protagonistas en detrimento del universo masculino con esa forma tan correosa que suelen tener las instituciones, lanzando consignas que ni ellos mismos son capaces de aplicar.
Y es la realidad precisamente el campo de trabajo de la escuela de teatro. Una realidad que explora la verdad de un universo de contradicciones e imperfecciones de todos los seres humanos, hombres y mujeres. Un universo donde todos convivimos con nuestras frustraciones que van mas allá de nuestras diferencias de sexos y donde el miedo a la soledad impone su ley de relaciones imposibles y fracasos existenciales.
A través de textos de Angelica Lidell, Heinër Muller, Kim Monzó, Edurne Rodríguez Muro, y Gioconda Belli. Y con un montaje pleno de poesía visual, se pretende hacer una invitación a la reflexión, a mirar a nuestros compañeros a los ojos, y preguntarnos que sabemos de él, después de preguntarnos que sabemos de nosotros mismos.
No hay discursos, no hay gesticulación baldía, no hay respuestas…solo preguntas, las que están ahí desde siempre, las que dejamos de hacernos, porque creímos más cómodo adoptar las respuesta de otros, las que nos dan miedo, y las que nos hacen ser tan diferentes, y en el fondo tan iguales.

El impacto de la representación de esta obra en Vilalba esta por ver, la repercusión igualmente también, en los duros oídos enladrillados de dogmas de mucha de su población, esperamos que la brisa cumpla su papel, arrastre palabras y las estrelle contra ellos provocando quizás que alguno se tambalee, o como poco retumbe.
Estas personas que dedican su tiempo al teatro, que se embarcan en días y proyectos largos a cambio de nada, tienen mi respeto, porque puede que sin saberlo estén participando de un cambio, estén plantando una semilla, abriendo un camino, quien sabe. Lo que si que es seguro, es que si yo pasara el domingo por ese lugar en el mundo llamado Vilalba, no dejaría de dar una vuelta por el auditorio a eso de las ocho y media.


el reverendo Yorick.

RECORTA, PINTA Y COLOREA TU CIUDAD.

(Este título hace referencia a la revista FUERA DE, concretamente al nº 2 de la nueva época publicada en Valencia en la primavera del año 2000 Sirva esto de homenaje a una publicación fundamental en la construcción de este artículo)


Desde hace décadas, hemos podido observar un fenómeno en prácticamente todas las ciudades del país, y las que faltan no tardarán en sufrirlo. Diseñar el entramado urbano desde un punto de vista económico, convierte los centros históricos de las ciudades en presas y objetivos primordiales de los gobiernos municipales. Las tácticas empleadas, son diversas, pero todas pasan por provocar el abandono y el deterioro de estas zonas, con el fin de obligar a sus habitantes, o bien, a abandonarlo por si solos, o en el peor de los casos a obligarles mediante la expropiación o la amenaza de derribo.
Una vez conseguido este objetivo, la reconstrucción del lugar atiende principalmente a la instauración de zonas de comercio elitista, zonas de ocio, y zonas de turismo, que explotan la imagen más tópica de las ciudades, desmembrando completamente el tejido urbano que separa definitivamente términos como urbanizar y habitar: “El territorio urbano, no puede ser considerado meramente como un espacio “urbanizado”, construido, ordenado, sino que es sobre todo el uso social lo que le da razón de ser, lo que lo convierte en lugar” (Pedro A. Cantero)
Es la sociabilidad, como patrimonio inmaterial, la que da fundamento a una ciudad.

En este contexto de transformación urbana, y transformación social, nacieron en el país hace dos décadas, movimientos sociales cuyo objetivo era plantar cara a las políticas locales de remodelación urbana. Estos movimientos se convirtieron en un híbrido entre el activismo político, la organización comunitaria, y numerosos artistas. El fruto de tan heterogéneo combinado no paso desapercibido y se realizaron acciones conjuntas de todo tipo, con la finalidad de llamar la atención sobre el problema del barrio, o la despiadada política urbana municipal. Inspirados en experiencias europeas parecidas como en el caso de los ingleses: ¡RECLAIM THE STREETS! O de los franceses: NE PAS PLIER. Sus métodos y acciones concretas están destinadas a implicar al mayor número de personas posibles, para que en cada nueva convocatoria, manifestación o maniobra artística, la participación sea cada vez más numerosa, obligando, en el mejor de los casos a la municipalidad, a revisar sus planes de organismos, denunciarlos ante las justicia, o como poco ralentizar y entorpecer lo más posible la destrucción de un entorno y de barrios con vida propia, barrios que en la mayoría de los casos conservan un trazado medieval, poco apto para el trafico, y que sin las personas que lo habitaron, que nacieron y vivieron en ellos poco tienen que expresar.

Uno de los problemas principales que encuentran estas organizaciones, bajo mi punto de vista, es el tiempo. El tiempo trabaja en su contra. Los ayuntamientos parecen no tener prisa, y diez años de lucha contra el gobierno municipal pasan factura. Es difícil mantener la atención de la gente tanto tiempo, difícil encontrar personas que releven al cabo del tiempo a las que empezaron, y que empiezan a manifestar síntomas de fatiga o a estar quemados. A estos hechos, hay que añadir la desproporción informativa, pues mientras los ayuntamientos disponen de periódicos y televisiones locales los movimientos sociales no logran llegar a todas partes con tanta rapidez y eficacia, por otro lado el papel objetivo de la justicia en estos casos esta por ver, y en la mayoría de casos tras años de lucha, el plan propuesto por los gobiernos es llevado a cabo casi sin remodelación. ¿Cuál sería la estrategia de resistencia hoy en día? Muchos de estos grupos hacen balance negativo de su experiencia, quizás por utilizar el propio marco legal para llevar a cabo su lucha, o quizás por no haber conseguido del ciudadano de a pie una implicación total con el problema del urbanismo de su propia ciudad. Una falta de conocimiento, de arraigo, que nos haga entender que habitar, lleva consigo ligar y destrabar, urdir y enmarañar, ensuciar y limpiar, demoler, construir, hacer y deshacer, pero nunca despoblar, porque en ese despoblamiento se diluye nuestra memoria colectiva, en ese despoblamiento es donde debiéramos ser más conscientes de la brutalidad del capitalismo, que nos riega con su gran meada zarandeándonos de un lado a otro, mientras comprueba nuestra capacidad de aguante, nuestra docilidad, y nuestra aceptación de sus reglas, hasta en el asunto más nimio de nuestras vidas.

Como conclusión cabe decir que el camino abierto por estas organizaciones hace veinte años puede ser más fructífero de lo que fue hasta ahora, pero sin la experiencia de ellos, y sin la colaboración de todos, solo nos queda esperar, para ver como todas las ciudades son remodeladas, intervenidas y poseídas por planes de urbanismos y arquitecturas destinadas a convertir los barrios en lugares incompatibles con la vida. Sin la diversidad de los usos sociales que les daban sentido quedan como inmensos esqueletos convertidos en territorios baldíos.



el reverendo Yorick.

deseo de ser un jíbaro

Soy un jíbaro reciclado
En lugar de reducir cabezas
Reduzco mi existencia

Trabajo en una fabrica de salchichas alemanas
Donde de mucho pensar
Decidí aplicar formulas matemáticas a mi vida

Allí descubrí el absurdo de los números
Y de los jíbaros en Alemania

Después cambié las salchichas por fregaderos
La diferencia mas notable fue el olor
Aun pasaron meses hasta que deje de oler a salchichas
Se me pasaron para siempre las ganas de comerlas
Las pocas que tenía
De lo que no se me pasaron las ganas
Era de reducir las cabezas de los jefes
Mientras embalaba fregaderos
Recordaba de memoria
El viejo arte de mi pueblo
Ya no pensaba en matemáticas
Sino en seguir un rastro por la selva
Una selva sin hormigón
Donde poder cortar la cabeza del enemigo
Y después reducirla

Creo que soy el único jíbaro de Alemania
No hay mujeres jíbaras
Y las rubias de dos metros no me gustan
Salvo para reducir sus enormes cabezas
Tendría que esmerarme mucho
-pienso mientras embalo otro fregadero-
Para que sus cabezas no quedaran muy grandes
Después de reducirlas

Cuando llegue a este país
Me instale en un enorme parque
Vivía bajo un seto al pie de un árbol
Un barrendero me denunció y tuve que mudarme a una pensión
Por suerte convencí a la dueña
Para que me dejara vivir en el patio trasero
Tengo mi choza allí
Fabricada con ramas y follaje del parque


Cuando salgo de la fábrica
Me descalzo
Me quito la ropa
Y me voy al parque
Allí esta mi arco escondido
Entre los árboles cazo
Pájaros o roedores
Tengo cuidado de que nadie me vea
Porque esta vez no dejaría que me denunciaran
Y usaría mi arco y mi cuchillo
Ya tendría una cabeza para reducir

En este país no se ve el Sol ni las estrellas
Y eso me impide volver a la selva
No quiero ir más al norte
No podría vivir siempre abrigado
Sin los rayos de Sol rondándome el cuerpo

Algún día volveré a la selva
Llegare al mar y construiré una balsa
Para cruzar el océano
Luego me internaré en los bosques
Hasta encontrar a mi pueblo
Por el camino iré olvidando
Las lenguas que aprendí
Las normas que me impusieron
Las extrañas costumbres
Las matemáticas
Las salchichas
Los fregaderos
Olvidare todo
Justo después
De advertir a mi pueblo
De que nunca abandonen la selva




Rafa Becerra

los parados

Hay una clase de personas en este país que saben bien lo que es estar en el paro laboral. Me refiero a los que rondan edades en torno a los cuarenta y cinco años. Su andadura profesional comenzó a mediados o finales de los ochenta, en la mayoría de los casos, con unos estudios mínimos, o como mucho una FP que abría pocas puertas, la verdad. Los estudios superiores, estaban al alcance de muy pocos, y siempre había una forma de vetar a quien no proviniera de una familia solvente económicamente.
Entonces comenzabas a trabajar en un taller, o una fábrica, o una obra, con un contrato laboral de seis meses o de un año, hasta un máximo de tres. La esperanza de todo trabajador de la época era llegar a esos tres años, y alimentar la ilusión de que la empresa valorase tus servicios hasta tal punto que pasaras a ser un ‘fijo’
Esto, como se podrán imaginar, no ocurría casi nunca. Y digo casi, porque fui testigo de casos de tipos que a través de plataformas sindicales, negociaron su salto a la categoría de los fijos, ante la mirada estupefacta de los eventuales, que lógicamente fueron sacados de su lista de prioridades.
Así, que cumplidos esos tres años, te inscribías en el paro, en la mayoría de los casos por primera vez. Las generaciones anteriores a esta, la de nuestros padres, conocian de sobra lo que era ser un parado en España, al principio de la década de los ochenta. Era poco menos que una maldición, un estigma diabólico, que provocaba tanto rechazo como un pordiosero (ver prensa de la época)
Cuando le toco a la generación de la que hablaba antes, las cosas no habían cambiado mucho. Salvo en la aceptación social, y en la mejora en los subsidios. Pero encontrar trabajo de nuevo no era tarea fácil, ni estaba supeditado a ninguna regla. Puro azar, igual tardabas un mes, que dos años. Aun no se hablaba de estrés ni de depresiones, aunque les puedo asegurar que existían en muchos trabajadores parados.
Los que encontraron su siguiente empleo descubrieron pronto otra sorpresa: el contrato laboral básico era por tres meses prorrogables a seis. Entonces comprendías que nunca jamás formarías parte de la plantilla de una empresa, que nunca jamás contarías para los sindicatos, y que en tiempos de crisis, serías el primero en cruzar la puerta de la empresa en sentido inverso. Al llegar a la oficina de empleo, ya constatabas que el subsidio había menguado, y el tiempo de cotización subido, empezaba la carrera para completar los días que te faltaban para poder cobrar.
Los que no han vivido esta situación se podrán hacer una idea de las páginas que puede llegar a tener una vida laboral.
También hubo muchos casos de trabajadores que con dinero ahorrado, o con el desempleo cobrado en su totalidad, se atrevían a formar una empresa.
Les puedo decir, que de los osados que conozco, solo los que apostaron por el ramo de la hostelería tuvieron éxito. Aquellos que abrieron un taller, se dedicaron al montaje, o a la manufactura, aprendieron pronto las reglas del juego: Los pagos aplazados a 30, 60 y 90 días. Si tu empresa dependía de esos ingresos para seguir funcionando, y con tu capital ya menguado por la puesta en marcha del negocio, este no tardaría en expirar.
De esta forma, después de liquidar tus deudas con hacienda y la seguridad social, volvías al paro. Con suerte escapabas bien de la aventura, en otros casos las deudas sin pagar, te jugaban un divertimento extra: los juicios, el embargo de tu nómina y de tus bienes y la ruina total, del desgraciado y de su familia. Ya saben lo que dice la canción: -Cuando el dinero no entra por la puerta, el amor salta por la ventana-
Lo sorprendente de esta historia, es que cuando has pasado así quince años de tu vida, sazonados por cambios políticos, de gobiernos, de leyes, de ministros y de toda esa lacra que nunca ha movido un dedo por mejorar tu situación, algunos sigan pensando que el gobierno de turno les ayuda, que los sindicatos gubernamentales defienden los intereses de los trabajadores, y que con tu voto, apoyando a la oposición tu situación mejorará, hipnotizado por promesas electorales, que no son mas que miguitas de pan para los pájaros.

Sin embargo no tengan duda, de que tras años de robar descaradamente de las arcas del estado y de machacarnos económicamente, a través de impuestos abusivos, encarecimientos del suelo, los alimentos y las energías, llegada la ruptura del sistema financiero, volverán sus esfuerzos a mantenerse ellos a flote, a que el ritmo de amasar dinero no pare. Mientras con la mirada de un cordero degollado nos instan a aguantar, a nacionalizar el sufrimiento, que no el reparto del dinero ni de las condiciones de vida.

No serviría de nada largar un discurso. Llegados a este punto, todo el mundo debería saber de que va esto, a que clase social pertenece, y que intereses debe defender. La intención era solo recordarlo, porque visto lo que se ve en la calle, parece como si muchos no se enteraran de que siempre van a ser unos explotados, que se jubilaran llenos de achaques y cobrando una pensión de mierda, sino se matan antes trabajando, viendo crecer a sus nietos con el sello del esclavo tatuado en su frente.


Yorick.

el camino amargo

Con acritud, con mucha acritud, con resentimiento, con rabia, con asco. De esta forma los días se le transforman en cárceles. Condenado a no tener la capacidad de vivir en una mentira, a no ser capaz de convertirse en un mediocre, mezquino e imbécil ser, igual a los que pueblan el mundo a su alrededor. Condenado a escuchar constantes estupideces que andamian una sociedad erigida para acabar con todos los instintos naturales de los humanos. Una sociedad que tiraniza a base de dependencia de si misma, que anula la muerte y promete, siempre promete un mañana mejor.
En esta situación, con acritud, con mucha acritud, con resentimiento, con rabia y con asco no pasa un solo segundo del día en que no espere una catástrofe, le da igual, que sea natural, como provocada, lo mismo le importa que empiece una guerra mundial, que una glaciación, o un meteorito choque con el planeta. Algo, que pase algo, que haga llorar al mundo, que los humanos vuelvan la cara para pedir ayuda, que existan unos valores, que te haga apreciar a la persona que tiende su mano para levantarte del suelo. Que deje de tener importancia toda la parafernalia con la que disfrazamos nuestros desvalidos cuerpos y desvalidas mentes, que se borren pensamientos de superioridad, del cerebro humano para volver a la sencillez, a una sencillez que nunca debimos abandonar.
En las contadas ocasiones en que reveló su verdadero pensamiento a algún congénere, no faltó nunca quien sugiriera un suicidio, quien con malicia apuntara la posibilidad de que acabara con su vida. Más idiotas. ¿Porqué pensarían estos imbéciles que el no querría vivir? No serán capaces de entender nunca que no se trata de no vivir, sino de sentirse vivo, de dejar de tener la sensación de ser una marioneta en manos de otros, de ser consciente de nuestra pequeñez frente al mundo y a la propia vida que lo colma.

Ahogado por estos pensamientos, la soledad se hace necesaria, imprescindible, cuanto más solo, cuanta más incomunicación, mas fácil le resulta respirar, la ecuación es sencilla: menos oyes, menos discutes, menos desesperas. Piensa sin equivocarse, que todo esta dicho, inventado, que se agotaron las ideas, y el mundo sobrevive reinventando, renombrando y plagiándose a si mismo en una constante necesidad de tener satisfechos a quienes aplauden a sus semejantes y a sus carceleros.
Esa es la realidad, que todos vislumbramos en el espejo, que nuestra imagen reflejada trata de decirnos desde el fondo de los ojos, y que acallamos delegando el pensamiento, claudicando la voluntad, agonizando de por vida.
Cuando cuentas esto, tu teléfono deja de sonar.
Nadie quiere volver a verle, si fortuitamente se cruzan con el por la calle, hacen lo indecible para desaparecer, meterse en una tienda, volver la cara, hasta salir corriendo, para evitar una mirada, un saludo, una conversación inocente, porque en el fondo, el terror de saber que esta desnudo ante el los ahoga, los anula, y si pudieran fulminarlo en ese momento lo harían, para evitar tener que oír otra vez la verdad.
Esa verdad, que no es sino la denuncia de la mentira.

En esa soledad solo tiene cabida el aguardiente. Elixir que nubla los sentidos, que hace las noches más profundas y olvidadizas. Junto al aguardiente siempre un libro. Uno cualquiera de aquellos que se atrevieron a hablar y contar lo que sabían, lo que veían en el espejo. Sorprendería saber cuanto hace que las palabras ya están dichas, reflexiona el hombre apurando el vaso, sintiendo el aguardiente flameándole la traquea en su camino hasta el estomago, un camino sin retorno hacia la autodestrucción, en el camino amargo que empezó en el vientre de su madre, lo que hubiera dado por no nacer, por no padecer la grandeza que dicen tienen los seres humanos, por continuar inmerso en la nada, inmune a la idiotez de sus semejantes.
Pero no ocurrió así, nació y acepta ese nacimiento, porque aprendió a afrontar las cosas como llegaran, fueran buenas o malas. Los lamentos no tienen sitio ni sirven para que las cosas vayan mejor, por eso aceptó su nacimiento, y solo la esperanza de esa catástrofe le mantiene en pie, la esperanza de respirar en libertad una sola vez, solo eso. Eso y…la satisfacción secreta de que sus semejantes adocenados no le vean rendirse.



el reverendo Yorick.

consumo responsable

No necesito, ni quiero estar a la última. Tampoco aspiro a vivir como un millonario ni a cubrirme de caprichos y generar gastos y derroches innecesarios. Cuando compro un objeto, que tiene una función, nunca pienso, que mañana se habrá quedado anticuado, sino que espero que siga funcionando mucho tiempo mientras sirva para su cometido. Sigo pensando que la ropa que adquiero debe durarme varios años, que sea cómoda y resistente, lo mismo que el calzado. De verdad, que no necesito unos pantalones nuevos cada tres meses, ni zapatos, ni ropa interior. El envoltorio no me hace mejor ni más especial.
Mi chaqueta de cuero ha aguantado ya diecinueve inviernos, y otras que recibí ya usadas doblan ese tiempo, aun así, me protegen del frío ¿Por qué he de cambiarlas? Alguna vez he tenido que recoserlas por algún sitio, pero eso que importa.
Estadísticamente hablando, soy un desastre de consumidor, el bombardeo publicitario que recibo, no me afecta, suelo leer las etiquetas de los alimentos que compro, así como la de los productos de limpieza, en muchos casos, los componentes son los mismos, todo es igual en muchas marcas excepto el precio. Estudio las ofertas con lupa, y en casi todas las ocasiones no existe tal oferta, todo mentira.
Me gustan los rastros, reutilizar aparatos desechados por otros. Una vez conseguí una cocina de gas sin horno, con dos fuegos por mil pesetas. La desmonté, limpie los conductos y le saque la grasa que acumulaba en los quemadores y estuvo funcionando muchos años, estuvo en mi casa hasta que recogí otra con horno.
En casa no hay un solo mueble nuevo, y no es mi intención fardar, porque no fue necesario comprarlos, fueron recogidos de la calle, o donados por personas que ya no iban ha hacer uso de ellos.

No pretendo ser mejor que nadie, ni demonizar ni despreciar a quien compra compulsivamente o innecesariamente. Solo pretendo invitar a una reflexión:

El mundo es esquilmado para que las tiendas rebosen de actualidad, para incitar y mover un engranaje económico absurdo y nocivo. Preguntándonos de donde vienen esos productos, a que precio humano están manufacturados, que tremendo impacto habrán provocado en el planeta nos acercaría un poco a una convivencia global. Un consumo crítico es necesario, imprescindible. A través de compras banales y descontroladas mantenemos empresas prescindibles pues el sentido práctico de sus géneros es nulo.
Si el capitalismo está tocado, antes de que se recomponga, aprendiendo de sus errores, y encontrando la forma de apretar más la cuerda en el cuello del planeta y en el de nosotros mismos, metamos la mano en la grieta, acrecentando su herida podríamos acercarnos a una forma de vida cada vez más alejada de ese terrible y envenenado caramelo llamado dinero.


Yorick.

la guerra

Bastaría una sola vez para entenderlo. Contemplar de cerca el vació vidrioso de unos ojos muertos para entender todo, para que la vergüenza, el horror, el arrepentimiento, y la pena nos evitaran volver a caer en el mismo error. Bastaría una sola guerra en nuestra historia para entender que ese es un camino sin retorno, que tiene que haber otro modo de arreglar las diferencias, por encima de utilizar la muerte como argumento y cuyo único resultado se basa en la fuerza mayor de uno de los enfrentados.
Sin embargo, desde siempre hemos combatido, desde el principio de los tiempos, hemos plagado los anales de la historia de muerte y sangre inocente, buscando siempre una justificación para la matanza ¿De que sirve el progreso entonces? Si seguimos comportándonos como hace miles de años. ¿Solo hemos avanzado en nuestra capacidad de matar y en nuestra capacidad de justificar esas muertes? ¿De verdad deberemos vivir con el estigma de ser seres sin moral?

Bastaría una sola vez para entenderlo. Pero…¿cuantos años de paz simultanea en todos los lugares del mundo han existido?

Los libreros

Hubo un tiempo en que encontrabas en ellos a un amigo, a un maestro, a un cómplice. Buscabas una referencia, y ellos te ofrecían diez más. Cuando volvías por la librería, después de haber devorado las sugerencias hechas por ellos, y las tuyas propias, siempre había tiempo para comentar, para discutir, para escuchar y para aprender. La calidad de las obras hacia difícil encontrar algún libro malo en los estantes. Te perdías entre novelas, ensayos, estudios, biografías, etc. Diluyéndose en muchas ocasiones la noción del tiempo, sin tener nunca la sensación de perderlo, todo lo contrario, salías enriquecido por haber invertido aquellas horas en aquellos lugares.
Una lectura te llevaba a otra, y así se hilaba un libro único e impredecible que redactaba el caprichoso y tortuoso sendero del aprendizaje libre. En el, el librero casi sin querer, tenia un papel fundamental, sus comentarios, sugerencias, aportaciones, y también su rechazo de algunas obras tallaban esmeradas filigranas en los caminos de la búsqueda personal.
Poco a poco, aquellas librerías fueron desapareciendo. El acoso de una literatura de consumo, de usar y tirar, de libros de moda, de novelones disfrazados de obras maestras, de negociantes de las letras, creadores de libros fáciles y masificados, fue arrinconando la artesanía de una profesión. Los libreros ya no encontraban ediciones acordes con sus negocios, fueron apartados hacia el lance y los volúmenes descatalogados, les llevaron hacia la antigüedad, como ellos mismos.
Se convirtieron en un vestigio del pasado, sus locales adoptaron el aire silencioso y polvoriento de una biblioteca con siglos de vida. Pequeños negocios familiares dedicados al conocimiento que en pocas ocasiones fueron bendecidos con un relevo generacional. El cierre, o el negocio de las ferias de ocasión los alcanzó pronto, mercaderes que ignoran las manos anónimas que escudriñaron las páginas de aquellos libros, los venden por lotes, y van de ciudad en ciudad, de feria en feria, de rastro en rastro.
Aquellos hombres y mujeres que amaban los libros, que atesoraban una trastienda revolucionaria donde los libros prohibidos se mercaban ilegalmente, desaparecieron para siempre.

Apestosas tiendas cuyos escaparates no permanecen iguales ni una semana, intentan adoptar aquel aire, colando alguna obra inmortal, entre toda la paja adornada de colores y criticas benevolentes que alienten la venta consumista de los libros actuales. Con música de fondo y un: -esta muy bien este libro- acompañado de una sonrisa de los dependientes, se convence a unos compradores compulsivos que se sienten cultos por una vez en su vida.
En el ‘summun’ de la humillación literaria se sitúan las grandes superficies comerciales que sin escrúpulo ninguno mezclan fideos, pañales, bicicletas y libros, en una amalgama de ruidos y luces, donde se hace imposible pensar siquiera en los cientos de volúmenes que se amontonan en las estanterías y mesas. Y donde no se trata de elegir un libro, sino de comprar un producto, de ahí esa insensata forma de presentación, y ese desprecio por el pensamiento y el conocimiento. Lugares de los que habría de huir corriendo si se tiene algún amor por los libros. Horrores demenciales creados con el fin de restar importancia a las ideas, dirigidos a la manipulación del pensamiento y a acabar con la libertad de elegir por uno mismo.

Si queda alguna vieja librería en las ciudades en las que viven, prueben a entrar un día, de manera sutil consulte algo con el librero, sondee su conocimiento y se sorprenderá de lo que oculta ese lento proceder con el que buscara sin prisa por los estantes, mientras le comenta el libro, le habla del autor, o de su época, y cuando lo encuentre, si usted decide comprarlo o por una de aquella conoce el libro solicitado y le rebate algo al anciano, mire sus ojos sin miedo, allí en esas pupilas cansadas encontrara un brillo inusual, una complicidad, un hermanamiento, quien sabe… déjese recomendar y estará viviendo algo, que esta pronto a desaparecer.


El reverendo Yorick.

el poderoso (en verso libre)

Clava puñales en sus ojos
Golpea su cuerpo con terremotos
Amputa los pensamientos en su mente
No sentirá dolor alguno

Permanecerá inmune al sufrimiento
Brillándole la sonrisa en el rostro
Con el sueño fácil y plácido
Ignorara las guerras del fin del mundo

Vestido por manos idiotas
Pasea la desnudez del emperador
Sin vergüenza ni complejo
Que desmonte su argumento

Ornado de plata y oro
Con la codicia insaciable
La excusa indispensable
Y las leyes que le dan respaldo

No aventura su mirada
En los túneles oscuros
No aventura sus preguntas
Más lejos de sus respuestas

El cuajaron no le inmuta
La lágrima ajena no le turba
Desinfecta su egoísmo en manos ajenas
Feliz de que sus sucesores escriban su epitafio




Yorick.