Historias reales

Desde hace unos años, parece que la televisión patria, tiene especial interés en darnos clases de historia, creando series, donde poner de manifiesto la bondad, de esa institución tan arraigada en nuestros pésimos anales, sí, nos refererimos a: La Monarquía.
 De modo que  el arranque de estas clases de adoctrinamiento corrió a manos, nada más y nada menos, que de Isabel de Castilla, presentándonos un personaje más próximo a una conspiración actual de la CIA, que lo que tuvo de realidad. En la serie, no tardaría en aparecer el inefable Fernando de Aragón, para ya juntos, y machaconamente durante toda la historia televisíva, hacernos ver lo preocupados que estabán los dos por el bien de eso que empezaba a llamarse España.
 Al margen queda la ambición desmedida por conquistar y expandir los territorios, con el único fin de asegurarse el llenado constante de las arcas de su reino. Al margen del mismo modo queda el pueblo, las hambrunas, y las desgracias que atraen el estar bajo el yugo de este tipo de gobernantes.

Parece ser que la serie fue un éxito, como la revisión literaria de los guionistas de la misma. Así que alguien diría: ¿Porqué no seguimos con esto de visitar biografías de reyes y de paso contamos la historia como nos sale de los huevos? Y otro contestaría: ¿Y ya puestos, porqué no pasamos de reyes directamente a emperadores? Fijo que la audiencia se rechupetea de gusto.
Y de ese modo, sin cortarse nada, comenzaron a manipular otra biografía, la de Carlos I, el emperador.Un tío, que se pasó la vida, sin saber un carajo de lo que pasaba por aquí, que no sabía una papa de nuestro idioma, y que de paso, no tenía muchas luces, eso sí, bien aconsejado, y de nuevo, su máxima siempre fue, mantener el imperio, frente a sus enemigos, que claro, no querían otra cosa que arrebatárselo.
 Nuevamente, como en la serie anterior, las mentiras, despropósitos, y el culto exagerado a un personaje que debía parecerse a su homónimo de ficción lo que un huevo a una castaña.
 Y nuevamente, una historia centrada en un personaje y sus intrigas y amores, odviando la realidad de sus subditos, o de cualquier persona que pasara por allí, ya fueran literatos, pintores etc. Parece que los guionistas de este tipo de basura televisiva, tuvieron una educación histórica bastante deficiente, de aquella que encumbraba a los héroes patrios, reyes godos incluidos. Olvidando aquella tendencia histórica tan importante y tan en boga en los 70, la escuela de Annales, o lo que es lo mismo la Historia Social.

Pero, por si  el afán de ilustrarnos, de bañarnos en grandezas inventadas, de llenarnos de mentiras, de revisionismo ráncio no les quedara colmado, desde aquí me gustaría proponerles, la recuperación de otro personaje regio tan digno como el que más: El último de los Austrias, Carlos II conocido como "El hechizado"  ¿Porqué no atreverse con él?  Habría que ver como maquillaban la historia de un pobre imbécil, enfermo desde su nacimiento, víctima de aquello que los reyes se empeñaban en mantener: la continuidad dinástica. Y que los llevaba a abusar de las relaciones endogámicas, a tal punto de colocar el resultado, o sea Carlos II como rey. Sabiendo de antemano, que aquella criatura debió caerse de la cama en el momento de nacer. ¡Qué preocupado debía estar por su reino su padre! cuánto debían importarle sus subditos, para dejarlos bajo el yugo de aquel pelele que tenía por hijo. 
Que monarca ilustre, aquel Felipe IV que condenó a millones de personas a la miseria de manos de un hijo tonto, y de la ambición de sus gobernantes.
Un rey cubierto de piojos y que olía a podredumbre, tanto por los efectos de sus multiples enfermedades, como por la costumbre régia de no lavarse. Obsesionado de nuevo por la sucesión y de paso por el sexo, a pesar de que su primera mujer murió virgen 10 años después de casarse, debido a la "eyaculación  precosísima" del monarca.
Un cuadro en definitiva, pero ¿Porqué no? un reto para los lenguaraces guionistas, y los defensores de la história monárquica en España. Y si se lanzan, pueden continuar tranquilamente con los Borbones: Fernando VII, Isabel II, Alfonso XIII.

Seguro que el resultado no va a defraudar a esos fieles seguidores, que se plantan ante el televisor, sin criterio ninguno, dispuestos a tragarse todas las mentiras del mundo, creyendo estar entretenidos, mientras son manipulados y engañados descaradamente.
¡Señores por favor! ¡ Hágan una buena acción y córtense las venas!

el reverendo Yorick.

SI CADA UNO ...








Si cada uno no creyera que hace lo que quiere, sería imposible que hiciera lo que le mandan.

AGUSTÍN GARCÍA CALVO












RETALES XIV







¿Para qué tanto sacerdote, tanta teología, tanto templo? Si se supone que Dios está en todas partes, ¿no sería más práctico, incluso más comprensible, que apareciese una o dos veces por semana en el telediario?
FERNANDO ARAMBURU

Sólo hay que interesarse por la m..., cuando es abono.
PENSAMIENTOS DESPEINADOS -- STANISLAW J. LEC

Diálogo entre amigos:
- Tengo almorranas.
- Hacételas empujar.
(EN "DE JARDINES AJENOS" A. BIOY CASARES)

Es una lástima que España no esté en el extranjero.
COSAS MÍAS -- JOSÉ LUIS COLL

Ya no creo ni en mi propio padre que, por cierto, no sé quién es.
COSAS MÍAS -- JOSÉ LUIS COLL

Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa.
PATAS ARRIBA -- EDUARDO GALEANO

¿No es increíble todo lo que puede tener dentro un lápiz?
GUILLE, HERMANO DE MAFALDA

...y los automovilistas se metían los dedos en la nariz mientras aguardaban que el semáforo se pusiera verde.
LA CARNE ILUSTRADA -- ANA DAUMAS SARTÓ

Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
MARK TWAIN

“¿Quién manda aquí?”
pregunté
Me dijeron:
“El pueblo naturalmente”

Dije yo:
“Naturalmente el pueblo
pero, ¿quién
manda realmente?”
EN LA CAPITAL – ERICH FRIED

no sé por qué
pero aún me emociono
cuando veo a gente desfilar
por la calle
enarbolando banderas
de derrota
FERRÁN FERNÁNDEZ

El fútbol es uno de los grandes crímenes de Inglaterra.
BORGES

La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
NIETZSCHE

Sudar como puta en iglesia.
De la serie “JUSTIFIED”

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

SENTENCIAS IDIOTAS



A veces, paseando por las ciudades, suelo fijarme en esos alcorques o parterres que suelen dejar en las aceras para plantar árboles. Árboles que en el caso de existir suelen estar raquíticos o enfermos, polucionados de civilización y empachados de cemento. En alguna ciudad, al borde de esos alcorques, se observa a veces un pequeño azulejo con un nombre y una fecha de nacimiento. A algún concejal se le ocurriría la idea de aunar la natalidad municipal con la plantación de árboles. Hoy, todos los parterres están vacíos de todo, salvo de excrementos de perros papeles y colillas.

Imagino a esos padres haciendo suyo aquel dicho que decía que en la vida hay que hacer tres cosas: Plantar un árbol, tener un hijo, y escribir un libro.
Muchos, gracias a las facilidades municipales harían las dos primeras, y algunos se atreverían con la tercera.

Desde mi punto de vista, las tres experiencias son decepcionantes y duras.
El libro que he escrito, permanece encima de mi mesa, a la espera de que decida que hacer con él. Es el resultado de veinte años de escritura dispersa y errática, y contiene demasiados sentimientos para que no de pavor lanzarlo por el mundo. Sentir la desnudez del alma una vez que sea leído y juzgado por los demás. Y al mismo tiempo, no deja de provocar curiosidad el saber que aceptación tendría, un dilema en definitiva.

El siguiente asunto, el de la paternidad, tampoco ha sido un camino de rosas. Echando la vista atrás, sobre los diecisiete años que tiene mi hija, me encuentro que este recorrido temporal y vivencial ha tenido más de calvario que de experiencia satisfactoria. Mi pronta separación de su madre, el miedo a perder a mi hija, la presión social, las dificultades y desacuerdos educativos, la frustración de una separación forzosa con mi hija. Las desavenencias con ella según se fue haciendo mayor, las incertidumbres sobre su futuro.
Un calvario que está lejos de terminar, y donde te queda siempre la sensación de ser el perdedor.

Y la tercera parte, la de plantar un árbol, no ha ido mucho mejor. No es cuestión de abrir un agujero en el suelo, plantar el esqueje, regarlo y adiós. Es mucho más complejo, las posibilidades de que ese pequeño tronco llegue a ser un ejemplar adulto son muy pocas. Una vez leí que para que un árbol sea adulto, han de pasar sobre veinticinco años, entonces y solo entonces, se podrá hablar de absorción de anhídrido carbónico y expulsión de oxígeno. Sin entrar en aspectos tan técnicos, yo he plantado muchos árboles, y no he visto sobrevivir a ninguno. Mi última y frustrante comprobación me dejo clara la fragilidad de estos seres vivos, y las dificultades para crecer.
Hace años me fui a vivir al campo, rodeado de bosques y vacas. Tenía una finca donde abundaban los castaños, los robles, abedules y frutales, pero no había ningún acebo. Yo adoraba estos árboles, y empujado por una tonta codicia deseaba uno. Un día, en uno de los largos paseos que daba por la región, observe al borde de un camino un pequeño acebo cuya supervivencia estaba amenazada por la cercanía del camino. Las huellas de los tractores pasaban a pocos centímetros y seguro alguno de ellos no tardaría en aplastarlo. No lo dude, fui a casa y volví con una azada dispuesto a llevármelo.
El pequeño árbol no tuvo dificultades para crecer en casa, y pronto otros como él. Aunque algunos sufrieron la voracidad de unas ovejas que criaba por aquel entonces.
Un día tuvimos que dejar aquella casa, y allí quedaron los árboles. Tarde unos años en volver, cuando lo hice, los nuevos dueños habían talado y limpiado las lindes de la finca y talado algunos árboles, pero los acebos que yo había plantado seguían allí, hermosos y con sus dos buenos metros de altura. Estaban preciosos, y yo lleno de orgullo, pensaba que lo había conseguido, que ya nada impediría que aquellos ejemplares llegaran a adultos. Estaba equivocado.
Hace unas semanas volví a aquella maravillosa tierra, y pasé cerca de la casa. Los dos acebos estaban arrasados, triturados bajo las potentes mandíbulas de dos caballos. Un tronco pelado era lo que quedaba de ellos, después de diez años.
A veces me pregunto ¿Quiénes somos nosotros para inmiscuirnos en el ciclo de la vida?
Creemos estar por encima de muchas cosas que ni siquiera entendemos.

Vuelvo a vivir en el campo, lejos de donde lo hacía antes, sigo plantando árboles, pero no espero nada. En el fondo hago como que los ignoro, por miedo a quererlos demasiado. Intento no meterme, dejarlos. Los árboles que ya había en la casa, ni siquiera los podo. Quiero entender que no me pertenecen, que seguro saben arreglárselas sin mi.


Ellos crecen...Yo también.

Yorick.

SUEÑOS



Como todos los meses, acudo puntualmente a la consulta de mi psiquiatra, aunque quizás debería decir, de mi familia.

El doctor Onofre, considera que los sueños son transcendentales para explicar el mundo de la vigilia y por ello me pide le cuente todos los sueños que he tenido durante el último mes. Saco mi libretita en la que he recogido puntualmente las experiencias inconscientes que he experimentado en el último mes.

-Este sueño se ha repetido varias veces, doctor. Estoy delante de una urna y después de depositar mi papeleta por el candidato Rajoy, me empeño en votar, esta vez a Aznar. Me dicen que no es posible, que solo se puede votar una vez, pero yo me abalanzo sobre la urna y trato de introducir la otra papeleta. Forcejeo con el presidente de la mesa y los vocales, hasta que la policía me detiene y me lleva esposado…

Cuando acabo, el doctor empieza a rellenar una receta. Pastilla para el cuerpo, me digo. Otra que añadir a las siete que me tomo diariamente…

-En este otro sueño, doctor, estoy en una procesión. Cientos de personas jalonamos el recorrido de la misma. Se acerca el palio que es portado por Gabi, Fofó, Miliki y Milikito. Bajo el palio, un cerdo, que me recuerda a aquel general al que llamaban Ísimo,  porta en sus pezuñas delanteras el Santísimo. De hinojos me postro y me santiguo. Y, cuando trato de meterme bajo el palio, unos cerdos con porras me apalean…

El doctor vuelve a coger el recetario y escribe algo. Después levanta la vista y me dice: “Estas dos, antes de acostarse”. ¡Coño!, pienso yo. Siga, me dice.

-Este sueño, digo, lo tengo todos los años en la misma fecha. Lo se porque lo he anotado como usted me dijo. El 16 de octubre. Estoy en medio de una muchedumbre vociferante. Muchos llevan un gorro parecido a la barretina catalana. En medio de la plaza se alza un patíbulo y en él una guillotina. Cuando los ayudantes del verdugo ayudan a subir las escaleras a una tal María Antonieta, el populacho irrumpe en gritos y levantan los amenazadores puños. Uno del gorro flojo que tengo al lado me dice que el verdugo es el mejor. Es de la familia de los Sanson, los mejores, apostilla. Cuando el tal Sanson acciona el mecanismo que libera la cuchilla y la cabeza de la tal María Antonieta cae al cesto… En ese momento me despierto y, doctor, a diferencia de otros sueños que yo diría pesadillas, después de este, una sensación de paz y sosiego invade mi cuerpo…

Cuando acabo, el doctor coge las recetas que acababa de rellenar y, después de romperlas, me dice: S. usted está mejorando.


No he entendido lo que me quería decir con esas palabras, pero salgo a la calle y me siento alacre.



Nota: Hoy hace 222 años que María Antonieta, la de las tortas,  reina de Francia, esposa de Luis XVI, fue ajusticiada en la plaza de la Revolución, hoy, Plaza de la Concordia.



EL BOBO DE KORIA

¡MA VOITURE!









             ¡Les filles, les filles! Fue lo último que escuchó a su mujer, antes de abandonar la casa como alma de que lleva el Diablo. A trompicones bajó los siete pisos que le separaban del portal sin dejar de gritar como un poseso: ¡Mondieu…mondieu…!
Mientras, su esposa, Edit, postrada de hinojos pedía por la suerte de sus tres hijos: Pierre, Pauline y Mirelle. Piadosa, meapilas y rezadora hasta las trancas, se encomendaba con todo el fervor posible a saint Arnulfo de Metz, a Jeanne d´Arc y, sobre todo, a su preferida: Sainte Teresita de Lisieux.
Entretanto, Jean-Pierre, su marido había alcanzado la calle y se vio arrastrado por el torrente en el que se había convertido su avenida. Sintió un fuerte golpe en la frente y se agarró a la farola contra la que había chocado. Por un instante vio la mancha de sangre en el metal antes de que la farola también fuese arrancada y arrastrada por la corriente. Jean-Pierre, agarrado al báculo, descendía avenida abajo, hacia el garaje donde guardaba su flamante Peugeot de alta gama. ¡Mondieu quelle chance! Pensó mientras se precipitaba por la rampa de acceso al garaje, precedido y empujado por multitud de enseres.
¡Ma voiture, ma voiture! Pensó que era el eco de sus gritos el que repetía sus gritos, pero pudo ver a otros vecinos chapoteando desesperadamente hacía sus coches. ¡Ma voiture, ma voiture! Ahora a coro perfectamente sincronizados los cinco nadadores: ¡Mondieu, ma voiture….!
En el interín, Edit, su esposa, apelaba al favor de saint Honorato de Arlés y saint Agobardo, este último especialista en riadas, crecidas de ríos,atascos y roturas de cañerías. Les rogaba que su esposo hubiese llegado a tiempo de salvar a las niñas, Pauline y Mirelle, que se encontraban haciendo un curso de majorettes de Montpellier –aunque ellas querían ser falleras-, a unas manzanas de la casa.
¡Mondieu, ma voiture…! Fue lo último que se le escuchó exclamar a Jean-Pierre antes de de que su voiture quedase cubierto por el agua.
Y, es que, se puede vivir sin mujer, sin hijos, sin casa, pero no SIN COCHE.

P.D.- En las inundaciones de Francia del domingo pasado, de los veinte muertos, varios murieron cuando trataban de salvar sus coches. R. I. P.

EL BOBO DE KORIA

        
   














RECUERDOS



Escuchaba aquella canción por la radio, mientras contemplaba a los miembros de la compañía dormir. Allí estaban tan tranquilos, todos aquellos cabrones que dedicaban buena parte del día a hacerme la vida imposible, durmiendo como si la vida no fuera con ellos. Me preguntaba porqué no reventaban todos aquella noche, para librarme de volver a ver sus caras, para dejar de presenciar su mediocridad que los hacía repugnantes, escondidos en la hermandad que le daba la veteranía en la mili ¿En eso me convertiría en unos meses? No, no y no, no quería tener nada que ver con esa gentuza, que una vez finalizado su servicio volverían a sus vidas de mierda, y que allí, en los cuarteles creían, por primera vez en sus vidas, tener poder, solo porque podían atemorizar a unos reclutas desubicados.

Cuanto ignoraba yo, que esas aptitudes mezquinas del genero humano, habría de encontrármelas también, fuera de los cuarteles, en los trabajos, y prácticamente en cualquier situación de la vida. Lugares donde llegar de novato te convertía en la última mierda, donde solo los que se encontraban en la misma situación que tu, mostraban simpatía por tus desgracias, ya que así se creaba una camaradería que hacía más llevaderas las horas de vida que perdíamos en los tajos, vestidos con una funda-mono apestosa, y calzado con pesadas e hirientes botas.

Cuando busco en la memoria algún recuerdo amable, éste, siempre aparece rodeado de miseria, solo la transgresión, perseguida como un delito en estas sociedades programadas proporcionan el gusto de la verdadera vida. Incomprensiblemente, la mayoría de la gente prefiere permanecer enclaustrados en las pautas marcadas de normas y horarios. Disimulando en esas lindes, ser felices.
¡Basura! Que luego, fuera de sus hogares, arrojan contra los infelices que los rodean. No es difícil suponer que dentro de sus casas hacen lo mismo, amargando las vidas de sus familias porque todo debe hacerse según lo correcto.

Desobedecer en este panorama no es nada fácil, simplemente por querer ser uno mismo, por gritar de angustia ¿Cuántos no se han quedado por el camino? Es difícil de imaginar, desde que existe la civilización, el número de personas que han muerto asfixiadas en manos de aquellos que les dieron la vida. La idea que estos progenitores dieron a sus vástagos, siempre fue la misma: El mundo es de esta manera y a nadie interesa tu opinión, aplícate en aprender las normas cuanto antes y todo irá bien.
¿Puede haber algo más desangelante, cuando la juventud te muerde, cuando te hierve la sangre, tus ojos se llenan de colores, tu boca de sabores, tu tacto se arrastra por montañas y tus oídos explotan con la música de lo vivo?
Me viene a la cabeza una cita de Ramón Gómez de la Serna, que creo resume lo que quiero decir: “ Las bodas se repiten. Esa que se casa hoy, se caso hace tres siglos con el mismo marido y tuvo los mismos padrinos y los mismos testigos. Tendrán los mismos hijos”


Yorick.

RETALES XIII






Las palabras son más que los hechos; cuando se emiten y llegan al otro tienen en el otro un efecto devastador o de consuelo, y son tan necesarias como el agua.
JUAN CRUZ – (EL PAÍS 10-5-2015)

El cultivador de tópicos es el hombre que no hace ningún uso de la facultad de pensar y que vive o parece vivir sin haber sentido un solo día la necesidad de comprender cosa alguna.
ANÓNIMO

Existen cientos de millones de cretinos que creen que el Estado está para protegerles.
B. K.

Como el verbo divino en el Cristianismo, la mentira se ha hecho carne, ha tomado vida,, se ha materializado en la organización de la realidad misma. Y nos gobierna.
CARLOS PARÍS – EN LA ÉPOCA DE LA MENTIRA

Tú que concebiste sin pecar, haz que yo peque sin concebir.
De UNA NOVELA DE ANATOLE FRANCE, UN PERSONAJE REZANDO A LA VIRGEN

se mueren por clavar las rodillas
por servir y adorar
para no perderse en la inmensidad
de sus terrores
De una poesía de RAFA BECERRA

El individuo bien equilibrado esta loco.
CHARLES BUKOVSKI

Levantaos, la tierra para quien la trabaja.
EN LOS MUROS DE UN CEMENTERIO – 1977

Tú y yo, cerdo, no seremos estimados sino después de nuestra muerte.
JULES RENARD

…y bigotes como manillares de bicicleta.
EL CAMINO DE WIAN PIER – GEORGE ORWELL

El río Tinto, vena extraída limpiamente del cuerpo y que, abierta, sajada, deja correr su sangre por la superficie de la tierra.
EL CORAZÓN DE LA TIERRA – JUAN COBOS WILKINS

El vizcaíno es laborioso (ved labradas sus montañas hasta la cumbre); el español, perezoso y vago (contemplad sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación).
SABINO ARANA

Cuando una persona sufre de un engaño, se le llama locura. Cuando muchas personas padecen de un delirio que se llama religión.
ROBERT PIRSING
Los prejuicios son la razón de los tontos.
VOLTAIRE

EL BOBO DE KORIA  (RECOPILADOR)