GUERRAS DEL SIGLO XXI


GUERRAS DEL SIGLO XXI (Edit. 2002)

IGNACIO RAMONET

5 mayo de 1943. REDONDELA. España

 

         La Tierra vive una nueva era de conquistas, como en la época de las colonizaciones Pero si los principales actores de la anterior expansión conquistadora eran estados, esta vez quienes pretenden el mundo son empresas privadas y conglomerados, grupos industriales y financieros… El objetivo de este poder moderno no es la anexión de territorios, como en las épocas delas grandes invasiones o en los periodos coloniales, sino el control de riquezas… Porque los verdaderos dueños del mundo no son aquellos que ostentan las apariencias del poder político.

         Del casi billón y medio de euros que representan las transacciones financieras diarias a escala mundial, solo un 1% se dedica ala creación de nuevas riquezas. El resto es de naturaleza especulativa.

 

         En este contexto económico y sobre este humus social, hecho de miedos y confusión, los partidos surgidos de la corriente fascista experimentan un auge considerable.

 

         Para la socialdemocracia, que gobierna en solitario en varios países europeos, la política es la economía; la economía, las finanzas; y las finanzas, los mercados. En consecuencia se esfuerza en favorecer las privatizaciones, el desmantelamiento del sector público…Tras suceder al GATT en 1995, la OMC se ha convertido en una institución dotada de poderes supranacionales y exenta del control de la democracia parlamentaria. Una vez consultada, puede declarar las legislaciones nacionales en materia de trabajo, medio ambiente o salud pública “contrarias a la libertad de comercio” y exigir su derogación.

 

         Las enfermedades infecciosas tendrán una importancia creciente y se cobrarán decenas de millones de vidas todos los años. Sobre todo en el sur.

 

         Los auténticos dueños del mundo ya no son quienes ostentan la apariencia del poder político, sino quienes controlan los mercados financieros, los grupos mediáticos planetarios, las autopistas de la información, las industrias informáticas y las tecnologías genéticas…

         Indiferentes al debate democrático e inmunes al sufragio universal, estos poderes oficiosos gobiernan de hecho el planeta y deciden soberanamente el destino de sus habitantes sin que ningún contrapoder permita corregir, enmendar o rechazar sus decisiones.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

GENERACIÓN OFENDIDA


GENERACIÓN OFENDIDA, DE LA POLICÍA DE LA CULTURA A POLICÍA DEL PENSAMIENTO

CAROLINE FOUREST

19 septiembre de 1975. AIX-EN-PROVENCE. Francia

 

         Bajo el pretexto de no herir sensibilidades, las ideas progresistas han invadido nuestra intimidad, asignando identidades y restringiendo el libre pensamiento. De la Introducción.

 

         En mayo de 1968, la juventud soñaba con un mundo en el que estuviera “prohibido prohibir”. Hoy, la nueva generación solo piensa en censurar aquello que le agravia, que la “ofende”…Antaño, la censura venía de la derecha conservadora y moralista. Ahora, brota de la izquierda. O, mejor dicho, de cierta izquierda, moralista e identitaria que abandona el espíritu libertario y lanza sus anatemas o edictos contra intelectuales, actrices, cantantes, obras de teatro o películas. ¡Si al menos se alzara contra los verdaderos peligros, la extrema derecha y el repunte del deseo de dominación cultural!

 

         En adelante, basta con que un grupo tome prestada “la cultura de otro” para cometer un acto de dominación cultural en sí mismo…

         ¿En qué mundo viviríamos si el blues fuera considerado “música negra” y solo se difundiera en radios “negras”?...

 

         He aquí las nuevas caras del antirracismo y del feminismo a la americana. Abrazado por una juventud estudiantil sedienta de radicalidad para poder olvidar sus privilegios, el antirracismo identitario no sueña con otra cosa que con eliminar su competencia universalista.

 

         La cuestión ya no es saber si un hombre viola a una mujer, sino si ese hombre pertenece a una minoría cultural o no. Si tal es el caso, el hecho de salir en su defensa por ser minoritario prima sobre la denuncia de violación.

 

         Si ya no podemos interpretar un personaje que no tenga la misma identidad que nosotros, si los trans solo pueden hacer de trans, los homosexuales de homosexuales…

         Una parte no desdeñable de la histeria colectiva actual se debe a la delicada epidermis de las nuevas generaciones. Y más aún al hecho de que se les ha enseñado a quejarse para existir.

 

         Rosanna Arquette que ya no es noticia en el mundo del cine, de repente tuiteó_ “Lamento haber nacido blanca y privilegiada. Me da asco. Tengo tanta vergüenza”.

 

         Los “ofendidos” de la izquierda identitaria no conocieron la violencia del combate contra la segregación, el apartheid o el nazismo. No lucharon por el derecho al aborto, ni por el derecho a amar sin ser arrestados …

 

         Las universidades deberían enseñarles a contextualizar, a soportar la ofensa y a responder a esta por medio de argumentos. Lo que se produce es lo contrario. Los alumnos se creen que están en un supermercado, y no en un claustro universitario. La época sacraliza a las víctimas, y no la valentía. La renuncia responde a la intimidación.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

 


BREVIARIO DE LA DIGNIDAD HUMANA

ALBERT CAMUS

7 noviembre de 1913. DRÉAN. Argelia

4 enero de 1960. VILLEBLEVIN. Francia

 

         Qué es un hombre… Es esa fuerza que siempre termina derrocando a los tiranos y a los dioses.

 

         Sigo creyendo que este mundo no posee un sentido superior. Pero sé que algo en él posee sentido y es el hombre, porque él es el único ser que exige que lo tenga.

 

         Solo la servidumbre es solitaria, incluso cuando se escuda en mil bocas para ovacionar al poder.

 

         Escogimos la libertad al mismo tiempo que la justicia y, en realidad, en adelante ya no podemos escoger a una sin escoger a la otra. Si alguien os niega el pan aniquila al mismo tiempo vuestra libertad.

 

         Cuando el silencio o los trucos verbales contribuyen a sostener un abuso que debe rectificarse o una desgracia que puede paliarse, no existe otra solución que hablar claro.

 

         El arte, en cierto sentido, es una rebelión contra aquello que de fugaz e incompleto tiene el mundo.

 

         Juzgar si merece o no la pena vivir es responder a la cuestión fundamental de la filosofía.

        

         Cada vez que uno (que yo) cede a sus vanidades, cada vez que piensa y vive para “aparentar”, se traiciona. Siempre fue la gran desgracia de querer aparentar lo que me disminuyó frente a lo verdadero.

 

         No estoy hecho para la política porque soy incapaz de desear a de aceptar la muerte del adversario.

 

         Nietzsche, por monótona que fuera su vida exterior, prueba que el pensamiento por sí solo, profesado en soledad, constituye una aventura tremenda.

 

         El gran problema de la vida consiste en saber cómo pasar entre los hombres.

 

         No existe libertad para el hombre hasta que vence su temor a la muerte, pero no mediante el suicidio. Para vencerlo es necesario no abandonarse, poder morir plantando cara, sin amargura.

 

         Lo que más distingue al hombre del animal es la imaginación.

 

         Nada resulta más despreciable que el respeto basado en el miedo.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

TE INVITO A UN CÓCTEL

¡La gasolina! ¡el olor de la gasolina! ¡Huum! es cierto que le puse una buena cantidad de jabón perfumado, cosas de la modernidad, el poliéster ardiendo, junto con el jabón y el combustible dejaba un extraño pero a la vez persuasivo y enigmático aroma. Y al fondo, por supuesto, el olor de la carne quemada, hecha por fuera y al punto por dentro. Sellada, como diría un chef con cuatro estrellas michelin. Fue un espectáculo sublime, la envidia de artistas de lo efímero. En un mundo justo, los museos se pelearían por una “performance” así, pero claro está, en el que vivimos nadie admitiría la belleza del acto. La justicia poética que a veces inadvertidamente, de puntillas, se ofrece ante nuestros ojos y que solo unos pocos son capaces de ver.

El día era perfecto, un domingo primaveral que amaneció nublado pero que según corría la mañana se fue despejando para dejar paso a un día que desafiaba al invierno agonizante, mostrando toda la fuerza de la vida y la naturaleza. La concentración era a las doce, como todos los años. Para no variar los sindicatos amarillos abanderando la manifestación, con sus obreros satisfechos y sus consignas vendidas y rendidas plasmadas en sus pancartas. Y detrás de todos, nosotros, dispuestos a que se nos escuchara, hartos de aguantar, comidos por la injusticia, sabiendo que nuestra batalla estaba perdida, pero que venderíamos cara nuestra piel. En un último acto desesperado decidimos reventar la manifestación, para denunciar la falsedad de la misma, jugar con las normas del poder nunca nos llevaría a cambiar nada, estábamos condenados a ser peleles de trapo en este sistema injusto. Estaba decidido que quemaríamos las naves, con nosotros dentro.

Para mi significaba la ocasión que había estado esperando toda la vida: venganza. Mi padre, fallecido el año anterior ya no lo vería, mejor, pensaba por dentro, para que hacerlo sufrir viendo a su hijo preso. Mirando con su único ojo, un ojo cansado de verter lágrimas de impotencia, desde que perdiera el otro por el pelotazo de goma de un antidisturbios en una huelga pasada hace mucho tiempo en los astilleros de Ferrol. Se lo debía, era mi obligación, devolverle la dignidad perdida en juicios que nunca llevaron a ninguna parte, fue engañado y pisoteado por un sistema que defiende y arropa a sus “perros cortijeros”. Su vida se fue consumiendo en la tristeza de haber creído en unos ideales que se fueron apagando año tras año, la agonía de la clase obrera de la que fue testigo y parte.

Los preparé con cariño y esmero, seleccioné las botellas de vidrio fino, de un buen vino que apuré con deleitación, probé la formula exacta, la cantidad justa de gasolina y jabón, muy difícil de apagar hasta con los mejores extintores. Los envolví como si fueran los biberones para mis cachorros hambrientos, a salvo de golpes inesperados, introducidos con mimo en un maletín de piel, me vestí con ropa de colores neutros, y omití las sudaderas con capuchas y las botas, mi rostro maquillado con barba postiza y rellenos en las encías, me hacia irreconocible hasta para mis mejores amigos, que también participarían en nuestra acción desesperada, ninguno seriamos reconocidos en nuestras propias casas, pelo cortado peinado con raya, polos, camisas, pantalones de pinzas, y mucho fijador. La idea era infiltrarnos entre los sindicatos mayoritarios, y cuando los compañeros de atrás comenzaran la jarana, sin que nadie lo esperara lanzar los cócteles desde nuestra posición a trescientos metros de ellos.

La desesperación a veces tiene sus recompensas. Nadie sospechaba que lo que era una manifestación más de un primero de mayo, se convirtiera en un caos, y que además escapáramos los cuatro, sin que consiguieran vincularnos a nuestros compañeros. La suerte, si es que existe, escoge caprichosos compañeros de viaje. Como si fuéramos kamikazes o fundamentalistas religiosos, estábamos dispuesto a ser sacrificados en un ultimo acto desesperado, creo que la falta de previsión o el exceso de confianza hizo el resto. Dos furgones de policía y un banco fueron los objetivos de los otros, pero yo tenia otra pieza en la mira, por mi padre, lo elegí bien, el más musculado, el más nervioso, de porra y gatillo fácil, aquel que llegado el caso, correría el primero contra la muchedumbre para apalear y golpear, disfrutando de sus instintos, de su maldad, sabiéndose protegido por el sistema. Pero aquel día no, la botella reventó contra la pared donde se apoyaba, y su contenido flamígero lo baño de la cabeza a los pies, lo miré un segundo, antes de perderme en la multitud, braceaba tirándose al suelo, ardiendo por los cuatro costados, por un instante me hipnotizó, las llamas pegajosas que se adherían a los guantes de sus colegas , la visera del casco derritiéndose en su cara. Corrí y lloré, por mi padre, por tantos. Seguramente lo convertí  en un héroe, y yo, el peor de los villanos, desalojado de la historia que no me absolverá. Tuve miedo, tengo miedo, sé que me buscan, y ese miedo me acompañará hasta que me cojan, pero aunque eso ocurra, siempre quedará en mi memoria el olor de la gasolina ardiendo, la carne quemada, y un bonito día de primavera plagado de poesía.


relato inspirado en realidades olvidadas

el reverendo Yorick.