No fue un primero de mayo más. No puede serlo, ni se deben contar estos días como si se tratara de un coleccionable. Es un día, dentro de un año, solo uno, en el que podemos y debemos manifestarnos y gritar bien fuerte. Gritar contra las malas condiciones laborales, contra los accidentes en el trabajo, contra la explotación y los abusos. Gritar contra todo lo que perjudica a una clase obrera que reclama sus derechos laborales. Gritar contra las crisis de los bancos, y cuyas consecuencias pagaremos todos, gritar contra el estado, contra la monarquía, contra el abuso del poder.
No fue un primero de mayo más. Fue el primero de mayo del año 2009, donde cerca de 300 personas se manifestaron en Ferrol bajo la bandera de la CNT con la ilusión intacta, con las ganas puestas en una jornada combativa y reflexiva, una jornada que sirva para despertar esas conciencias dormidas o ausentes, que sirva para que todo el mundo se pregunte ¿Por qué no estoy ahí?
Por eso no es un primero de mayo más, porque cada año es diferente, y siempre debe ser como la primera vez, para transmitir las ganas a todo aquel que se asoma a la ventana al paso de la manifestación, o que se acerca por la calle, para demostrar que no todo esta perdido, ni todo el mundo se ha rendido.
Por eso no es un primero de mayo más.
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