PANZA DE BURRO

PANZA DE BURRO

ANDREA ABREU

1995. ICOD DE LOS VINOS. España

 

         Hice pipi y me aparté para que hiciera Isora. Lo hizo y, después de subirse los pantalones, después de ver su pepe peludo como un helecho abriéndose en el suelo del monte,…

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         Doña Carmen, usté hace sopa magi, la de sobre?, le dijo a la vieja. No, miniña, por qué? Dice mi abuela que la sopa magi es sopa de putas. (…)

         Doña Carmen estaba virada de la cabeza pero era buena.

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         La envidiaba por sus tetitas redondas  blanditas como una gomita con azuquita blanca, aunque a ella no le gustaban. Y porque tuviese pelos en el pepe. Isora tenía un monte de pelo negro tieso y picudo, como el cespe falso de las casas rurales.

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         …y come y come gomitas, y se engorda como una bestia, y comicomi y después le da cagalera y se pasa tres días en el cuartobaño como los abobitos,… después la siento arrojando, la cabrona se arroja toda y con cagalera, y come y caga  y arroja…

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         … el vulcán como la llamaba la abuela, y decía las faldas, como si el vulcán fuese Shakira.

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         Isora y yo estábamos hechas como estaban hechas las cosas que nacen para vivir y morir juntas y me di la vuelta y le dije shit, acompáñame aunque sea hasta cas los homosecsuales,…

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          …yo quería ser isora dentro de isora isora isora isora…

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         Se sacaba las bragas del culo continuamente y eso la hacía caminar con un ritmo de pato cojo con moño.

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         Contra la silla del colegio, así, como se estriegan los animales contra la mierda, contra las ranas en descomposición, sí nos estregábamos nosotras contra la silla del colegio. (…)

         Las cabezas de las barbis, los pelos de las barbis nos los estregábamos y ya después todo olía a pepe, a cangrejilla corriendo por encima de las piedras, al agua salada…

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         … pero a mí en realidad los niños medaban bastante asco, asco como medaba asco el pestazo del camión de la basura subiendo por la Iglesia parriba cuando estábamos jugando…

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         Ese día Iso y yo bajamos a la venta por el camino de tierra que pasaba por la Güerta Coles Fúbol Clú…

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         El día de después del monte de helechos no fui a cas Isora. Tenía los muslos y el pepe llenos de garrapatas y pulgas y me picaba todo el cuerpo.

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         Se me ocurrió que la tristeza de la gente del barrio eran las nubes, las nubes clavadas en la punta del cogote, en la parte más alta de la columna vertebral, a la hora de la novela.

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         Habían pasado los días, y yo había guardado el recuerdo del monte de helechos en un cuarto chico dentro de mi cabeza… la estampé contra la pared, la empujé con todas mis fuerzas…

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         …arrancarse los dientes uno a uno con unos alicates y colocarlos todos toditos en un plato con bayonesa por encima todos colocaditos como papas locas y alimentarse de los propios dientes como un perro comiéndose su propia mierda alimentarse de una misma hasta darse la vuelta como un calcetín hasta desaparecerse… (…)

         Pensé en que no aguantaba más sin ser su amiga, en que medaba igual quedar de poquita cosa, de lagarta arrastrada.

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         Era Eufracia que venía de la iglesia con un rosario amarillo fosforescente en la mano. Ay, miniña qué desgracia, tú vete pa cas tu abuela que ellas no vuelven hasta por la noche, ay, qué desgracia miniña, …y ustedes que eran como hermanas, y tú que sos solita y más nadien,… dile por dios a tu madreque te vaya mandando a buscar un hermanito, ay, miniña…

         El sol rajaba las piedras.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



 

SINDEMIA


SINDEMIA

 

Del artículo CAPITALISMO PANDÉMICO de SANTIAGO ALBA RICO en la revista ALJUMHURIYA.ES. 4-01-2021

 

Basándose en un concepto forjado en 1990 por el epidemiólogo Merrill Singer, Horton sostenía que no nos enfrentamos hoy a una pandemia sino a algo más complejo y, por lo tanto, más peligroso: una “sindemia”; es decir, un cuadro epidémico en el que la enfermedad infecciosa se entrelaza con otras enfermedades, crónicas o recurrentes, asociadas a su vez a la distribución desigual de la riqueza, la jerarquía social, el mayor o menor acceso a vivienda o salud, etc., factores todos ellos atravesados por una inevitable marca de raza, de clase y de género. (…)

El problema no es, pues, el coronavirus. El problema es un capitalismo “sindémico” en el que ya no es fácil distinguir entre naturaleza y cultura ni, por lo tanto, entre muerte natural y muerte artificial.  (…)

Rob Wallace dice: “Al hacer capitalista a la naturaleza se hace que el capitalismo sea algo natural”, y ello de tal manera que “las disparidades en nuestra salud surgen de nuestros genes o de nuestras entrañas, no de los sistema de apartheid”.

Los virus pasan de animales maltratados a humanos maltratados en una sinergia potencialmente apocalíptica. (…)

Ahora bien, lo que nos ha revelado la covid-19 es que la ciencia está no menos amenazada que la política por el capitalismo sindémico y sus espontaneidades destructivas. (…)

Queremos creer en los políticos y resulta que la política está secuestrada por los índices bursátiles, la prima de riesgo y los límites draconianos de déficit público. Queremos creer en los científicos y resulta que la ciencia está secuestrada por las farmacéuticas. (…)

El capitalismo sindémico, que ha seleccionado siempre y sigue seleccionando qué enfermedades son curables y cuáles no en virtud de criterios puramente económicos, ha encontrado la más fabulosa oportunidad de negocio en un mercado literalmente global que convierte a 7.600 millones de seres humanos en potenciales clientes de sus productos. (…)

La propuesta inicial de India y Sudáfrica para liberar las patentes y suspender cualquier derecho intelectual sobre medicamentos o vacunas –al menos hasta que el 70% de la población mundial estuviera inmunizado– fue rechazada en la OMS por los países europeos, Estados Unidos, Canadá y Brasil.(…)

En definitiva, si el capitalismo es una sindemia, va a seguir produciendo sin parar virus y pandemias; y va a seguir produciendo, también sin parar, vacunas y medicamentos selectivos y mal distribuidos. Ese es el futuro y no es halagüeño para la humanidad. Pero si el capitalismo es una sindemia, entonces la política y la ciencia, hoy cautivas, deberían estar luchando para liberar a la humanidad y a ellas mismas del capitalismo. Eso sí sería bueno para todos.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

CELTIBERIA SHOW


 Quizás muchos de ustedes, al leer el título de esta entrada recuerden con nostalgia el libro del mismo título de Luis Caraldell, periodista insigne de la transición, antes sufrido súbdito del franquismo.

En él, el autor hacía alarde de humor finísimo, a la vez de demostrar estar dotado de un ojo clínico para localizar absurdeces generadas por las tan extrañas costumbres del régimen. Tengo que decir, que siempre fui un entusiasta de la publicidad, concretamente de la publicidad más bizarra, que muchas veces cae en el ridículo y uno se pregunta si aquello de verdad fue creado por alguien estudiado y pagado por algún consejo de administración o tendero venido a más que se ponía en manos del creativo de turno, sin saber que más que salvar su negocio, una mala campaña de publicidad podía dar al trate con el mismo. Hoy día, pareciera que todas aquellas torpezas estaban superadas, pero no crean, aún es fácil toparse con anuncios que lo hacen a uno desternillarse de risa, augurándole posteriormente un cercano sepelio al producto o a la campaña del mismo, que aun es peor ¿por qué? no es enriquecedor y alimenticio para el alma ver anuncios que lo dejan a uno perplejo y con la carcajada a punto. Para que vean que no miento, uno de hace poco tiempo, aunque retirado en su infancia fue el de una conocida marca de linimentos para el dolor articular o muscular derivado del deporte, cuando de repente aparece anunciando una pomada para las tetillas irritadas provocadas por el rozamiento de las camisetas y sus fibras utilizadas por los “runners” Sin palabras. Me estuve riendo tres días seguidos recordando al sujeto masajeándose las “mamellas” ante el espejo.

Se habrán fijado en la imagen que encabeza este artículo, pues bien, aunque parezca recuperada de una hemeroteca de los años 70, la realidad es que es la etiqueta perteneciente a unos calcetines comprados hace unas semanas en un mercadillo. La verdad, las prisas de quedarme sin efectivos me hizo adquirir dicho producto sin fijarme mucho en él, pero una vez llegado a casa y escudriñado el mismo, no pude evitar fijar la mirada en aquel rostro que me observaba desde la misma, preguntándome después quién podría haber puesto aquella cara en unos calcetines y estar convencido de la competitividad del mismo. Luego caí en la cuenta de la marca y de la forma de narrar las características del mismo y no pude más que retorcerme de la risa e idear este artículo que están leyendo.

PENETRA. Es muy difícil mantener el tipo e intentar analizar a quién podría habérsele ocurrido un nombre semejante, y encima acompañarlo del rostro de ese individuo con mirada de masturbador compulsivo y sacado directamente del libro de reclutamiento de un cuartel de Cartagena. Llevado por el humor, no puedo evitar pensar que el afortunado modelo no sea otro que el creador de tan insigne y patria empresa, dedicado a proteger los pies de todos los varones viriles de este país, porque dudo de que con ese nombre tengan una línea de calcetines femeninos.

Luego viene lo del consejo de comprar productos europeos para fomentar el empleo de aquí. Sobran los comentarios. Cuesta creer que cualquiera que sienta atracción por el mundo publicitario, pueda idear un nombre de marca más deplorable y quedarse tan ancho, pero ahí lo tienen, en el año 2021 siguen ocurriendo estas cosas, me imagino que encuentran su mercado en la falta de criterio y de raciocinio de sus compradores, o en la necesidad apremiante que fue mi caso. De cualquier modo y como homenaje a Luis Carandell, no tiene desperdicio, sobre todo comprobar que su proyecto sigue vivo cuarenta años después.


el reverendo Yorick.

Tres poetas: Sor Kampana, Álex Badal, Rafa Becerra.


 

 

Tres poetas peleando a la contra, conscientes de ser supervivientes, de ser inadaptados y a pesar de ello, capaces de abrirse hueco en un mundo inhóspito. Disconformes con una sociedad basada en la banalización, en la falta de ideas, en el vacío, en ella se mueven rabiosos. Lanzan sus versos feroces allá donde los llaman, donde les apetece, menos en la corte de adocenados junta-letras que se inventan títulos y medallas, auspiciados por una administración mediocre que hace cultura con cualquier desperdicio. Mantienen lejos su destartalado territorio, a sabiendas de lo difícil que es hacerse oír fuera de esos círculos, pero orgullosos de ser los inesperados visitantes allí donde no se les espera, son celebrados en las calles, en tabernas, en los sueños de “squaters” del nuevo siglo que sueñan con revoluciones que están por llegar.

Amantes del verso, en el que buscan cura para las heridas, cuidadores de las buenas amistades, de la conversación humorística que por fuerza se vuelve ácida y mordaz.Amantes de la vida a pesar de todas las limitaciones, a pesar de estar fuera de tiempo, no son adoradores del pasado, aceptan la pelea y con orgullo y astucia enfrentarán lo que les esté por llegar, pues no hay destino por aciago que sea que los asuste.La poesía se alimenta de la vida, de los sueños, de los fracasos; a partes iguales del amor y del odio, de la rabia y la risa. Sólo los que viven hasta las últimas consecuencias lo saben, y saben transformar todos esos sentimientos en versos sinceros, en poemas desgarradores y sobrios, a pesar, a veces, de estar bañados en pura vivencia etílica. Todo esto se refleja en sus obras, no hay impostura ni poses, un alambique hay en ellos capaz de destilar y convertir en poemas todo lo que viven y respiran.


Paloborde

LA TENTACIÓN DE LA INOCENCIA

LA TENTACION DE LA INOCENCIA. Edit. 1995

PASCAL BRUCKNER

 

15 diciembre de 1948. PARÍS. Francia

 

         Todos los demás son culpables, salvo yo.

         Celine

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         Llamo inocencia a esa enfermedad del individualismo que consiste en tratar de escapar de las consecuencias de los propios actos, a ese intento de gozar de los beneficios de la libertad sin sufrir ninguno de sus inconvenientes- Se expande en dos direcciones, el infantilismo y la victimización, dos maneras de huir de la dificultad de ser, dos estrategias de la irresponsabilidad bienaventurada. (…)

         ¿Qué es el infantilismo? No solo la necesidad de protección, legitima en sí, sino la transferencia al seno dela edad adulta de los atributos y de los privilegios del niño. (…)

         ¿Por qué es escandaloso simular el infortunio cuando no nos está pasando nada en particular? Por que se usurpa entonces el lugar de los auténticos desheredados.

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         El hombre moderno, liberado en principio de cualquier obligación que no se haya asignado él mismo, sucumbe bajo la carga de una responsabilidad virtualmente sin límites. Eso es el individualismo: el desplazamiento del centro de gravedad de la sociedad hacia el particular, sobre quien descansan a partir de ahora todas las servidumbres de la libertad.

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         Nuestras sociedades viven obsesionadas por conformismo, porque se componen de individuos que alardean de singularidad pero alinean su comportamiento con el de todos.

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         El ocio, la diversión, la abundancia material constituyen a su nivel una tentativa patética de reencantamiento del mundo, una delas respuestas que la modernidad aporta al sufrimiento de ser libre, al inmenso cansancio de ser uno mismo.

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         Los hermosos juguetes mecánicos que son una tentación para la puerilidad eterna de los adultos.

         E. LEVINAS

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         El consumo es una religión degradada, la creencia en la resurrección infinita de las cosas cuya Iglesia es el supermercado y la publicidad los Evangelios.

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         Ya no estamos educados como nuestros padres para ahorrar, calcular, renunciar sino para tomar y reclamar.(…)

         La hipoteca del futuro es poca cosa comparada con la embriagadora felicidad de tener inmediatamente lo que se codicia.

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         “I shop, therefore i am”, compro luego existo, así reza el cogito del consumidor siempre dispuesto a recurrir a “esa artimaña hedonista” para alejar la morriña o “el dolor de ser”.

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         En los países desarrollados el espíritu democrático está enteramente sometido al mercado y sacrifica al culto exclusivo del crecimiento y de la racionalidad económica. (…)

         El desahogo material sigue siendo en efecto, la invención más noble del hombre occidental y la lucha por el poder adquisitivo es el último tabú que nadie se atreve a tocar.

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         Solo con la ayuda de un personal adecuado, podremos conseguir que el mundo entero vuelva a la infancia.

W. GOMBROWICZ

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         Repitámoslo una vez más: el infantilismo en Occidente nada tiene que ver con el amor por la infancia sino con la búsqueda de un estado fuera del tiempo en el que se esgrimen todos los símbolos de esta edad para embriagarse y aturdirse con ellos. (…)

         Lo queremos todo y su contrario que esta sociedad nos proteja sin prohibirnos nada, que nos cobije sin obligaciones, que nos asista sin importunarnos, que nos deje tranquilos pero que nos envuelva en las densas redes de una relación afectuosa; resumiendo, que esté ahí para nosotros sin que nosotros estemos para ella.

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         Si basta que a uno le traten de víctima para tener razón, todo el mundo se esforzará por ocupar esa posición gratificante.

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         El homo democraticus mantiene con el despotismo una relación ambigua: lo aborrece pero lamenta su desaparición. Llevado al extremo, parecería casi inconsolable por no estar ya oprimido: entonces, a falta de enemigos reales, se los crea imaginarios… (Pierre Yves Pétilion)

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         La victimización es el recurso del que, presa del miedo, se constituye en objeto de compasión en vez de afrontar lo que le atemoriza.

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No pudiendo hacer que lo justo fuera fuerte, se hizo de modo que lo fuerte fuera justo.

PASCAL

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         La terrible lección del siglo es esta inversión que trasforma a los oprimidos, una vez alcanzado el poder, en dictadores, a los proletarios en tiranos, a los colonizados en nuevos amos. (…)

         Ahí radicaba la fuerza de la propaganda de Milosevic: invocar los males sufridos por su pueblo, especialmente entre 1941 y 1945, para exigir un pasaporte de inmunidad perpetua, colocarse al margen dela ley con total legalidad.

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         “Quien desee construir la historia tiene que olvidar la historia” (Ernest Renan).  Si todos los pueblos tuvieran que rumiar sus dolencias respectivas, no habría paz ni concordia en el planeta. (…)

         Cuanto más conmemoramos a los sacrificados del pasado, menos vemos a los de la actualidad. (…)

         El verdadero valor no consiste en ser un héroe a posteriori y en aniquilar el nazismo en 1995, sino en combatir la ignominia propia de nuestro tiempo.

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         Comprar la solidaridad con un par de vaqueros o un bote de yogur es respecto a la preocupación por el prójimo lo que la prostitución respecto al amor. (…)

         Cuando el mercado se pone al servicio dela moral y pretende promover la ayuda y la solidaridad está poniendo la moral a su servicio porque ésta se ha vuelto rentable.

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         La idea según la cual el explotado siempre tendría razón, incluso cuando cae en la violencia ciega, ya no es sostenible. Una causa no es forzosamente justa porque haya hombre que mueran por ella: el fascismo fue una causa, el comunismo también, y el islamismo es otra. (…)

         Y esos mismos grupos no pueden escudarse indefinidamente tras un pasado de sufrimientos para disculpar sus brutalidades presentes o exigir una dispensa.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



 

 

STULTITIA


STULTITIA QUOUSQUE TANDEM

B.K.





LICHTENBERG, AFORISMOS II

LICHTENBERG. AFORISMOS II

GEORG CHRISTOPH LICHTENBERG

 

1 julio de 1742. OBER STADT. Alemania

24 febrero de 1799. GOTINGA. Alemania

 

         Al pasar un día frente al cementerio, dijo: “Aquellos al menos pueden estar seguros de que ya no los ahorcarán; nosotros no podemos estarlo”.

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         ¿No es extraño que se pueda acceder a los más altos cargos honoríficos del mundo (rey) sin dar exámenes, y que a cualquier médico de provincias se le exija examinarse.

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         La palabrita puta, que no suena muy musical que digamos.

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         El patíbulo, árbol de la libertad.

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         Daría parte de mi vida por saber cuál ha sido la presión barométrica media en el Paraíso.

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         Tenía una tos tan cavernosa que en cada golpe de tos uno creía escuchar la doble caja de resonancia del pecho y del ataúd.

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         ¿No es extraño que los hombres combatan tan a gusto por la religión y vivan tan a disgusto según sus preceptos?

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         Ha escrito ocho tomos. Sin duda hubiera hecho mejoren plantar ocho árboles o engendrar ocho hijos.

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         Me gustaría haber tenido a Swift de barbero, a Sterne de peluquero, a Newton desayunando y a Hume tomando café.

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         Todo el mal de este mundo se lo debemos al respeto, a menudo inconsiderado, por las antiguas leyes, las antiguas costumbres y la antigua religión.

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         Los llamados hombres civilizados, que, dicho entre nosotros, son los más incivilizados de todos.

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         Quien tenga dos pantalones, que venda uno y se compre este libro.

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         La mayoría raramente tiene en la cabeza más luz que la necesaria para darse cuenta de que está vacía.

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         Darle la última mano a su obra, es decir, quemarla.

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         Hay nombres que deberían clavarse en todos los patíbulos del        mundo.

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         Lo que aquellos llaman corazón está muy por debajo del cuarto botón del chaleco.

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         Si otra generación quisiera reconstruir al hombre según las obras de nuestra literatura, acabaría creyendo que era un corazón con testículos. Un corazón con escroto.

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         Lápidas para libros.

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         La esbeltez gusta debido al mejor acoplamiento durante el coito y a la diversidad de movimientos.

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         En realidad, solo había dos personas en el mundo a las que amaba ardientemente: una era su máximo adulador de turno, y la otra, él mismo.

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         Es cierto que ya no quemamos brujas, pero sí, en cambio, toda carta que contenga alguna verdad cruda.

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         Es casi imposible llevar la antorcha de la verdad a través de una multitud sin chamuscarle la barba a alguien.

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         Cuando ven a un hombre que piensa libremente, los clérigos arman un alboroto similar al de las gallinas que descubren entre sus polluelos a un patito que se lanza al agua. No piensan que algunos viven tan seguros en este elemento como ellos en seco.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

OTRA MIRADA AL AÑO 2020



¡Ojalá se acabe ya el año! Esta seguramente sea la frase más repetida en los últimos dos meses, un deseo que se propaga entre las masas, como si el hecho de cambiar de año llevara implícito que cambiaran las cosas. El ser humano lleva en su ADN la tontería de que dios, el futuro, o lo que sea, propiciará mejoras en su vida, a pesar de que continuamente se demuestra lo contrario.

Este año sin duda ha tenido sus singularidades, encabezada por la pandemia y todas las novedades derivadas de la misma. Pero aparte de los sinsentidos que nos han querido hacer ver y creer, y que desde luego han funcionado en un porcentaje alto de la población, a mi me gustaría poner la mirada en otro sitio, en ese comportamiento que nos define como sociedad, donde la ruindad sale a la superficie apestando el ambiente. Frente a esa horda de imbéciles aplaudiendo desde sus casas convencidos de estar en las mejores manos y dejando que verdaderos chiflados decidan por ellos se cuelan pequeños detalles que deja ver la verdadera pasta de la que estamos hechos.

El primer asunto del que quiero hablar es el del pánico más irracional que llevó en las primeras semanas de pandemia al desabastecimiento de supermercados y tiendas de alimentación. Como siempre cada cual a salvar su culo, y ya que hablamos de culos, fijémonos en la inquina con que se vaciaban las estanterías de papel higiénico. ¿De verdad esto pudo ocurrir? que una caterva de imbéciles se preocupara en no tener con que limpiarse el orto. ¿Dónde estarán aquellos que salieron en televisión dentro de un súper con las bolsas del mismo puestas en la cabeza? ¿es lícito que estos idiotas voten?

El segundo tema que tiene su importancia ha sido el protagonizado por los llamados “policías de balcón” unos descerebrados que no tenían nada mejor que hacer que contar las veces que su vecino bajaba al perro a la calle ¿pero entre que clase de resentidos y amargados vivimos? Todo el día con la televisión y la radio puesta, atemorizados y vengativos, sintiendo a toda la humanidad enconada en infectarlos.

El tercer asunto, y no sé porqué me da, tiene bastante que ver con los imbéciles de los dos anteriores se refiere a aquellos que sabiendo que una enfermera o enfermero, médico o celador viviera en su mismo patio, les hiciera la vida imposible colocando cartelitos instándoles a que no los querían allí. Alegando que eran personas que podían llevar el virus a sus casas.

Los medios han manipulado a placer, reclutando a ineptos que se han hecho pasar por expertos que solo dicen lo que les han escrito en el guión, han culpabilizado de la mala praxis a todos menos a los que verdaderamente la han llevado a cabo, todo por no admitir asuntos como que la sanidad pública no funciona tan bien como nos han dicho durante años. Se han cubierto unos a otros maquinando despropósitos enormes cuyo olor tratan de tapar con gel hidro alcohólico. Han simplificado tanto el asunto y la manipulación que han convertido un tema de suma gravedad en discusión de pescadería o de patio de luces. En fin, no les cuento nada nuevo, que con reflexionar un poquito cada uno llegará a sus propias conclusiones. Pero sin ánimo de desilusionar a nadie, que no creo que acaben leyendo esto, no esperen muchas mejoras del año 2021.


el reverendo Yorick