la sumisión: un camino sin retorno

Llevamos muchos años bajando escalones de una escalera que subimos una vez. Pero cada vez quedan menos por bajar, lo más alto de la escalera se convierte casi en un sueño, que nos plantea la duda de si alguna vez estuvimos allí, y si así fue ¿Cuánto nos quedaba aun por subir? Ahora tengo la certeza de que nunca lo sabremos. De que el hecho de llegar hasta allí fue premeditado, medido y calculado, para acallar a una generación combativa, que seria seducida por otro tipo de engaño, que permitiera poco a poco minar su espíritu de lucha sindical, lo que permitiría que dócilmente fueran bajando los escalones que subieron. Ahora estamos a muy pocos pasos de donde una vez empezamos a subir. La superficie pulida y limpia donde termina la bajada nos espera. Si volvemos la vista, el tramo escalonado que descendemos se pierde en la altura, como nuestra conciencia y nuestra dignidad.
Aceptamos de buen grado cada una de las mentiras con las que hemos sido regalados, compartiendo una suerte de catarsis colectiva y solidaria frente a quien siempre administro nuestra desgracia. Perdida toda capacidad de discernir la realidad caemos embobados y participativos de la mano de los comunicadores a sueldo del poder. Un poder perpetuo, feudalista, usurero, despiadado, implacable, al que rendimos sumisión absoluta. Sus experimentos para ver hasta donde estamos dispuestos a llegar, para seguir siendo sus esclavos no tienen fin. Deben de reír bien a gusto del servilismo que le profesamos.

Ahora como antes, vuelve la amenaza del paro, frente a esto se desata un pánico atroz, que nos envuelve, convirtiéndonos en devotos trabajadores, capaces de cualquier sacrificio con tal de no constar en la temida lista. Cualquier sacrificio.
Los trabajadores de SEAT aceptan una congelación salarial. Me pregunto que clase de reflexión harían. Con esa claudicación bajamos un escalón más, la derrota final esta próxima. Pero cada uno de esos trabajadores podrá respirar tranquilo, podrán pensar relajadamente: -Ya no me va a tocar a mí-
Sin percatarse en el fondo de lo equivocado que están. Arrastrados por un individualismo cobarde abren la caja de Pandora, la prensa y la televisión saca partido y las opiniones de los cerdos no se hacen esperar, alabando la decisión e instando al mundo empresarial a seguir su ejemplo, y hacer la propuesta en sus propios negocios. Se veía venir. Mientras ellos se han dedicado a saquear descaradamente, sin invertir ni en industria, ni en formación, ni en la creación de puestos de trabajo. Dedicándose a exprimir con impuestos a las pequeñas y medianas empresas, que a su vez han asfixiado con leyes inflexibles de cobros, y dependencias de estas de las líneas de créditos de los bancos. Han especulado, encarecido y exprimido todos los flancos de donde podían sacar dinero. Ahora, la crisis es de todos, si de todos. Nos corresponde a nosotros hacer sacrificios, congelar el salario, abaratar el despido, etc, etc. Todo sea por el país, por el mundo, por los banqueros, por los gobernantes. Todo sea por ellos, pero no por nosotros, los trabajadores, los excluidos, los que solo pretendemos vivir sin excesos, los que siempre recogimos las migas de miseria que nos fueron esparcidas.
La decisión de los trabajadores de SEAT llega mas allá de sus propias puertas, con ella nos condenan a todos a seguir el mismo camino, y no es por ahí, por donde deben empezar los recortes.


el reverendo Yorick.

El calor del amor en un bar

¿Cuántas horas no hemos pasado en ellos? ¿Cuántas risas, peleas, frustraciones y borracheras han sido? ¿Cuántos poemas se han escritos en las frágiles servilletas de los bares?
¿Cuántos amagos disfrazados de amor?
Instalamos una parte de nuestra vida en la barra desgastada de un bar, desde esa atalaya del fracaso observamos la vida, o nos observamos a nosotros mismos, en busca del olvido que nos proporciona el agua de fuego de los chamanes de barrio. En un territorio comanche que diluye sus fronteras encontramos una tierra de nadie, un templo pagano donde los devotos se cuentan por miles. Un ritual, que la resaca desenmascara y al que volvemos automáticamente a la próxima ocasión.
El vestido misterioso de la oscuridad nos contagia de aventura, y recorremos las calles de bar en bar en busca de un destino soñado, mientras la realidad agazapada nos espera detrás de la puerta de nuestro monótono hogar. Algunos nombres se pegan a la memoria, atravesados por recuerdos fundamentales: Chaston, Código, El metro, Sanchez, la bruja, la manola, el King Creole, el Fardela…
Una lista sin fin que demarca una ruta de peregrinaje en el tiempo, donde una balanza misteriosa se declina para empujar a la primera ficha de un laberinto de domino. ¿O acaso no influyeron esos lugares en las vidas de quienes los visitan?
El rostro de muchas personas que se quedaron en el camino, no se hace claro, sin el escenario oscuro de un garito, con un vaso en la mano y el humo del tabaco enturbiando la imagen. Ahí siguen y seguirán hasta que el portador de su recuerdo le siga en su camino hacia la nada.
Hay quien abandona, para entrar en un estado de melancolía permanente que disimula para los demás, pero que la chispa de un vaso de vino de mas delata, descubriéndole la marca indeleble de quien una vez visito Baal-Babilonia, de quien se dejo atrapar por los encantos de la mujer-serpiente que se enroscaba a su cuello depositando su aliento caliente en su cuello.
Todos los que estuvieron y siguen estando, buscaron y buscan algo, muchos ya saben que nada encontraran, pero siguen acudiendo puntuales, pues que mas encuentro que la rotura del tiempo, en unos lugares donde la moral se queda en la puerta. Donde las leyes no están escritas pero existen, basadas en el rito de la noche, la música y el alcohol.


Yorick.

el 8 de marzo y la escuela de teatro de Vilalba




Sin entrar a valorar ahora, la estupidez y la simpleza que me supone la celebración del día de los fulanitos o las menganitas, por lo vacío de su contenido y su existencia, y por el tonto propósito de que todo el mundo se sienta especial por un día. Si que me gustaría llamar su atención sobre un ejemplo de cómo un día de esos señalados para que los menganitos o fulanitas se sientan bien, y se sientan reconocidos, se puede convertir en un modo de aclarar un poco las cosas, reinterpretando el discurso lanzado por oportunistas gobernantes que siguen empeñados en pensar que sus burdas manipulaciones sobre la realidad afectan a todos por igual.
Los protagonistas de esta historia son los alumnos y la directora de la escuela de teatro de Vilalba, que fueron reclamados por el municipio, para preparar un montaje para el día de la mujer trabajadora.
Todos se pusieron a pensar, y bajo la batuta de Teresa fueron creando y puliendo un montaje digno y grato de ver.
En mi opinión la importancia del montaje radica en la sutileza con que muestra su propia dignidad. Siendo un día de reivindicación de la mujer trabajadora, se suele reivindicar todo menos lo de la mujer trabajadora. Se manipula el discurso victimizando a sus protagonistas en detrimento del universo masculino con esa forma tan correosa que suelen tener las instituciones, lanzando consignas que ni ellos mismos son capaces de aplicar.
Y es la realidad precisamente el campo de trabajo de la escuela de teatro. Una realidad que explora la verdad de un universo de contradicciones e imperfecciones de todos los seres humanos, hombres y mujeres. Un universo donde todos convivimos con nuestras frustraciones que van mas allá de nuestras diferencias de sexos y donde el miedo a la soledad impone su ley de relaciones imposibles y fracasos existenciales.
A través de textos de Angelica Lidell, Heinër Muller, Kim Monzó, Edurne Rodríguez Muro, y Gioconda Belli. Y con un montaje pleno de poesía visual, se pretende hacer una invitación a la reflexión, a mirar a nuestros compañeros a los ojos, y preguntarnos que sabemos de él, después de preguntarnos que sabemos de nosotros mismos.
No hay discursos, no hay gesticulación baldía, no hay respuestas…solo preguntas, las que están ahí desde siempre, las que dejamos de hacernos, porque creímos más cómodo adoptar las respuesta de otros, las que nos dan miedo, y las que nos hacen ser tan diferentes, y en el fondo tan iguales.

El impacto de la representación de esta obra en Vilalba esta por ver, la repercusión igualmente también, en los duros oídos enladrillados de dogmas de mucha de su población, esperamos que la brisa cumpla su papel, arrastre palabras y las estrelle contra ellos provocando quizás que alguno se tambalee, o como poco retumbe.
Estas personas que dedican su tiempo al teatro, que se embarcan en días y proyectos largos a cambio de nada, tienen mi respeto, porque puede que sin saberlo estén participando de un cambio, estén plantando una semilla, abriendo un camino, quien sabe. Lo que si que es seguro, es que si yo pasara el domingo por ese lugar en el mundo llamado Vilalba, no dejaría de dar una vuelta por el auditorio a eso de las ocho y media.


el reverendo Yorick.

RECORTA, PINTA Y COLOREA TU CIUDAD.

(Este título hace referencia a la revista FUERA DE, concretamente al nº 2 de la nueva época publicada en Valencia en la primavera del año 2000 Sirva esto de homenaje a una publicación fundamental en la construcción de este artículo)


Desde hace décadas, hemos podido observar un fenómeno en prácticamente todas las ciudades del país, y las que faltan no tardarán en sufrirlo. Diseñar el entramado urbano desde un punto de vista económico, convierte los centros históricos de las ciudades en presas y objetivos primordiales de los gobiernos municipales. Las tácticas empleadas, son diversas, pero todas pasan por provocar el abandono y el deterioro de estas zonas, con el fin de obligar a sus habitantes, o bien, a abandonarlo por si solos, o en el peor de los casos a obligarles mediante la expropiación o la amenaza de derribo.
Una vez conseguido este objetivo, la reconstrucción del lugar atiende principalmente a la instauración de zonas de comercio elitista, zonas de ocio, y zonas de turismo, que explotan la imagen más tópica de las ciudades, desmembrando completamente el tejido urbano que separa definitivamente términos como urbanizar y habitar: “El territorio urbano, no puede ser considerado meramente como un espacio “urbanizado”, construido, ordenado, sino que es sobre todo el uso social lo que le da razón de ser, lo que lo convierte en lugar” (Pedro A. Cantero)
Es la sociabilidad, como patrimonio inmaterial, la que da fundamento a una ciudad.

En este contexto de transformación urbana, y transformación social, nacieron en el país hace dos décadas, movimientos sociales cuyo objetivo era plantar cara a las políticas locales de remodelación urbana. Estos movimientos se convirtieron en un híbrido entre el activismo político, la organización comunitaria, y numerosos artistas. El fruto de tan heterogéneo combinado no paso desapercibido y se realizaron acciones conjuntas de todo tipo, con la finalidad de llamar la atención sobre el problema del barrio, o la despiadada política urbana municipal. Inspirados en experiencias europeas parecidas como en el caso de los ingleses: ¡RECLAIM THE STREETS! O de los franceses: NE PAS PLIER. Sus métodos y acciones concretas están destinadas a implicar al mayor número de personas posibles, para que en cada nueva convocatoria, manifestación o maniobra artística, la participación sea cada vez más numerosa, obligando, en el mejor de los casos a la municipalidad, a revisar sus planes de organismos, denunciarlos ante las justicia, o como poco ralentizar y entorpecer lo más posible la destrucción de un entorno y de barrios con vida propia, barrios que en la mayoría de los casos conservan un trazado medieval, poco apto para el trafico, y que sin las personas que lo habitaron, que nacieron y vivieron en ellos poco tienen que expresar.

Uno de los problemas principales que encuentran estas organizaciones, bajo mi punto de vista, es el tiempo. El tiempo trabaja en su contra. Los ayuntamientos parecen no tener prisa, y diez años de lucha contra el gobierno municipal pasan factura. Es difícil mantener la atención de la gente tanto tiempo, difícil encontrar personas que releven al cabo del tiempo a las que empezaron, y que empiezan a manifestar síntomas de fatiga o a estar quemados. A estos hechos, hay que añadir la desproporción informativa, pues mientras los ayuntamientos disponen de periódicos y televisiones locales los movimientos sociales no logran llegar a todas partes con tanta rapidez y eficacia, por otro lado el papel objetivo de la justicia en estos casos esta por ver, y en la mayoría de casos tras años de lucha, el plan propuesto por los gobiernos es llevado a cabo casi sin remodelación. ¿Cuál sería la estrategia de resistencia hoy en día? Muchos de estos grupos hacen balance negativo de su experiencia, quizás por utilizar el propio marco legal para llevar a cabo su lucha, o quizás por no haber conseguido del ciudadano de a pie una implicación total con el problema del urbanismo de su propia ciudad. Una falta de conocimiento, de arraigo, que nos haga entender que habitar, lleva consigo ligar y destrabar, urdir y enmarañar, ensuciar y limpiar, demoler, construir, hacer y deshacer, pero nunca despoblar, porque en ese despoblamiento se diluye nuestra memoria colectiva, en ese despoblamiento es donde debiéramos ser más conscientes de la brutalidad del capitalismo, que nos riega con su gran meada zarandeándonos de un lado a otro, mientras comprueba nuestra capacidad de aguante, nuestra docilidad, y nuestra aceptación de sus reglas, hasta en el asunto más nimio de nuestras vidas.

Como conclusión cabe decir que el camino abierto por estas organizaciones hace veinte años puede ser más fructífero de lo que fue hasta ahora, pero sin la experiencia de ellos, y sin la colaboración de todos, solo nos queda esperar, para ver como todas las ciudades son remodeladas, intervenidas y poseídas por planes de urbanismos y arquitecturas destinadas a convertir los barrios en lugares incompatibles con la vida. Sin la diversidad de los usos sociales que les daban sentido quedan como inmensos esqueletos convertidos en territorios baldíos.



el reverendo Yorick.