Sobre la desobediencia electoral

Una breve referencia o análisis sumarísimo de la opción que, con los datos en la mano, parece mayoritaria en las elecciones al parlamento europeo. Me refiero a la abstención. Con la abstención hemos ganado aquellos que, considerando el corporativismo de la clase política, queremos deslegitimar un sistema de partidos que patrimonializa el estado y la representatividad de la soberanía popular; un sistema democrático en el que los partidos gobiernan haciendo uso ilegítimo del "interés general".
Un poco de memoria: el voto (la democracia) es una institución humana (no una fuerza sobrenatural) y por ello histórica, es decir, cambiante. En la actualidad "votar" ha perdido su significado original, en el supuesto de que alguna vez lo haya tenido. Más bien es al contrario, una aproximación distanciada a su funcionamiento nos devuelve una imagen alejada de su sentido etimológico. Una vez la ideología dominante del voto se ha instalado (y el que se sale es tildado de irresponsable, desideologizado o, en el extremo, "radical" o "terrorista") y es instrumentalizada por un grupo corporativo singular y minoritario (clase política, segmentada a su vez, en competencia en el mercado político) el acto del voto se convierte en el mecanismo por el cual se enajena la capacidad política de la sociedad civil (como el salario su capacidad productiva, como el examen su capacidad intelectual), ocultando la relación de dominación política que opera en su seno. Mientras seguimos yendo a votar pensando en derechas e izquierdas (horizontalismo), olvidamos que las coordenadas han ido cambiando por el camino (verticalismo), siendo los de "arriba" (pocos, pero con recursos) los que someten a sus intereses a los de "abajo" (muchos, pero sin recursos), dentro de los márgenes de lo que se llama "gobernabilidad" (el sistema aprieta pero no ahoga) que se convierte así en el arte de gobernar la asimetría.
Ello tiene mayor relevancia cuando los parlamentos (y los gobiernos que emanan de ellos) se constituyen con niveles crecientes de abstención electoral, es decir, que la voluntad de un 46% del censo electoral se impone sobre la del conjunto de los habitantes de un país (más que los incluidos en el censo), lo cual deja muy en entredicho el nivel de representatividad y, en consecuencia, de legitimidad de la autoridad política así constituida. Como abstencionista, no pretendo un vacío de poder, sino utilizar estratégicamente el valor simbólico del voto como principio de delegación y legitimación de la autoridad política con el propósito (y esto no lo tengo claro) de forzar pacíficamente a la "clase política" a redefinir las bases de su contrato electoral, es decir, el acuerdo tácito en virtud del cual unos (representantes) representan el "interés general" de los otros (representados). No me puedo reconocer en una democracia sin demos... sólo cracia. No necesitamos organizarnos para luchar por más democracia; al contrario, precisamos desprendernos de esta idea de organización política tanto como los esclavos de la esclavitud.
No es verdad que "la derecha vota en bloque". El PP ha perdido 3.148.129 votos respecto a las elecciones generales de 2004, y el PSOE 4.993.663 (me he tomado la molestia de contarlos). En mi opinión, los sectores progresistas de la sociedad civil deberían organizarse, no para formar más partidos, sino para dar forma colectiva a la desafección del electorado, concibiendo estrategias de desobediencia electoral (voto blanco, nulo, abstención), de modo que ello no se interprete en clave individualista o de masas abúlicas, sino más bien de todo lo contrario, una posición colectiva de ciudadanos sobradamente informados del grado de desvinculación de la "clase política" respecto al "interés general". Insisto en esta idea: en la actualidad, dada la correlación de fuerzas democráticas (bipartidismo de derechas: PSOE, liberal; PP, conservador), el que vota da su consentimiento para reproducir ad infinitum un sistema de dominación política (democracia) y explotación económica (capitalismo). Y concluyo contra el sentido común: si votas, no te quejes.

Fuente: ATENEO LIBERTARIO AL MARGEN.

maneras de llorar

¿Podría soñar alguien con mejor tumba que el mar? ¿Es imaginable mejor forma de desaparecer? ¿De que te recuerden? Allá donde fueren los que te lloren encontraran tu recuerdo traído por el romper de unas olas. ¿Tan insoportable se hace al ser humano no saber del cuerpo de sus caídos? ¿Tan fuerte es la necesidad de control que incluso después de muertos debemos estar localizados y a ser posible enterrados bajo una piedra?
El egoísmo siempre tiene un disfraz a su alcance, una excusa, un pretexto que impedirá llamar a las cosas por su nombre, y también impedirá actuar con sensatez.
Que soberbia es la miseria mental. No tenemos escrúpulo ninguno en matar de hambre a medio mundo, en condenar a la guerra y al subdesarrollo, en explotar y esquilmar pueblos enteros, sin derramar una sola lágrima, y sin que nos tiemble el pulso. Sin embargo, ante un desastre aéreo, en mitad del océano, se moviliza medio mundo para recoger unos trozos de aluminio y algunos cadáveres que con certeza ya daban por muertos. Una tarea baldía y absurda cuyo coste se pierde en las aguas que van a morir a las playas de un suburbio.
Todas las semanas, pierde la vida algún ser humano cruzando el estrecho, o los estrechos, mangas de mar que separan un mundo de otro. Fronteras azules surcadas por embarcaciones podridas y atestadas de personas, cuyos ojos se clavan en la línea del horizonte. Con el presentimiento de que si mueren allí, nadie vendrá a recogerlos, a no ser que sus cuerpos flotantes se cruce en la ruta de algún crucero, que molesten con sus miserables cuerpos, la visión de los turistas adinerados. En ese caso, con celeridad serán retirados, solo en ese caso. El resto se hundirán en el océano, mientras todos lloran y se conmueven por los pasajeros de un avión que se precipito al mar.


el reverendo Yorick.

Como convertir a un mierda en un moralista y justiciero de primera

Para realizar esta operación, aparentemente sencilla, hacen falta varios pasos. Lo primero que hay que hacer, es hacerse con un buen número de mierdas, dispuestos a cualquier cosa con tal de entrar en la institución mierdosa a la que aspiran. Una vez logrado esto, escollo que no presenta ningún problema, dado el gran número de aspirantes que se apuntan todos los años, se procederá, a un lavado profundo y continuado de cerebro, con vejaciones psicológicas incluidas, inculcándoles constantemente, que no son dignos de llevar el uniforme al que aspiran, de esta forma sus deseos miserables se canalizaran hacia ese uniforme, convertido en sagrado para sus cerebros vacíos. Una vez logrado el objetivo, de que la ambición de todos los mierdas aspirantes pasa por lograr el uniforme, servirlo, respetarlo y amarlo por encima de su propia madre, se procederá a la más ardua tarea de que los mierdas aprendan y se familiaricen con los códigos y leyes que habrán de hacer respetar. Esta parte es la más difícil, dado el corto raciocinio de los aspirantes y aspirantas, cuyo coeficiente intelectual verdadero, o sea la capacidad de pensar roza la nada más absoluta, por lo que deberán aprender cada ley de carrerillas…

Otro de los puntos importantes, es aleccionar a conciencia a los mierdas de que nadie puede ni debe discutir ninguna de esas leyes. Que todo el mundo es sospechoso, y mas, si es extranjero, gitano, o su aspecto es desaliñado (desconozco el criterio utilizado para este último punto) La promesa de que gozaran de inmunidad, y protección si alguna vez se exceden en su cometido debe ser recalcada, para evitar futuras dudas y sentimentalismos.
Una vez logrado esto, solo falta preparar una ceremonia para que las mierdas henchidas de orgullo la graben en sus obtusos cerebros, convirtiendo ese día en el más importante de su vida. Se les entregara un arma, para que puedan fardar, y sentirse claramente superiores a los demás, y se los soltara en la calle, con un código por cerebro, y un talonario de denuncias adjunto.
A partir de este punto, el mierda, con las prerrogativas aprendidas y enquistadas en su cráneo, podrá dedicarse por completo a las tareas de control que se les encomienden, pues no dudara ni se preguntara si hace lo correcto, ya que tendrá la certeza de que así es.
Llegados a este punto el mierda, se creerá tanto lo que hace y porque lo hace, que se dedicara a obedecer, opinar y sentenciar a troche y moche, con lo que el objetivo planteado estará cumplido.


Yorick.