CONDOLENCIAS



Hace unos días, a colación de la muerte de la excelentísima presidenta de la Diputación de León, se han volcado en las redes gran cantidad de “tuíteres”, muchos de ellos ofensivos y de mal gusto, dentro de lo que ha dado en llamarse corrección política.
Parece lógico que una personalidad política suscite adhesiones, tantas como posibles desafecciones. Unos, que era una política de incontrovertible rectitud, de intachable andadura en su cometido, dejando muestras de su bonhomía y agrado por do pasaba. Otros, que era una cacica y hacía lo que se le antojaba, cayera quien cayese. Ocurre como con los toreros: unos vitorean a sus madres y otros se cagan en sus padres.
Pues bien, las manifestaciones de agrado y afecto hacia su persona han sido bien recibidas, claro. No así las de los que no la amaban precisamente. Esta últimas han desagradado a sus conmilitones y partidarios y gobernantes. No han tardado en elevarse voces de los justicialistas demandando penas de galera y prisión y más para los que han osado disentir, al manifestar su, al parecer, sincera opinión: que la   presidenta  no les gustaba lo más mínimo, lo cual me parece una respetable apreciación.
Lo que menos ha agradado ha sido que muchos se alegrasen de la forma de la muerte: asesinato. Cualquier asesinato es horrible y repudiable por la irreversibilidad del acto. Porque la muerte fuera de horas sólo puede administrarla Dios o, en su defecto, Estado. Éste  puede erogarla de forma directa, patíbulo, o  derivada, o delegada o inducida o, como diría “La Rechonchita”, diferida. Diversas formas que pueden llevar a la desesperación a los súbditos porque han sido abandonados a su suerte, no azarosa, sino provocada por bandidos de guante blanco que han hecho de Estado su patio de Monipodio desde el que con sus leyes cometen crímenes de leso pueblo con total impunidad. Honorables bandidos que han pactado con el sacrosanto Dinero por encima de todo y, sobre todo, de los desposeídos, que se ven empujados al más horrible asesinato, el propio: el suicidio.
Y es  en estos casos, ahora sí,  cuando la gente de Estado se manifiesta  sin ningún  pudor y  con ostensible alacridad vergonzosa en forma de un descriptivo “¡Que se jodan!” o “ ¡Que coman tortas!” y otras expresiones igualmente obscenas acerca de la suerte que sus decretos y leyes causan en el común, en los súbditos, en su propio pueblo.
Los que tuvimos la “suerte” de padecer la dictadura del aciago general Ísimo, tuvimos que escuchar al día siguiente en radio y televisión :”Todos los españoles lloramos la muerte de..” . Yo contabilicé, al menos,  a 62 personas que no lloramos, muy al contrario, celebramos, “concelebramos” el venturoso evento que, a decir verdad, hubiéramos deseado devenido de otro modo más acorde con la personalidad del infausto personaje.
Si la sinceridad es la virtud más destacada en nuestros políticos  y gobernantes, ¿no desearán que en todo momento sus súbditos también seamos sinceros?
Particularmente, no siento dolor alguno por el acontecimiento, tampoco alegría ninguna.

P.D.- Por suerte y por muy poco, esta vez no le han echado la culpa a Zapatero.


EL BOBO DE KORIA

ABSTENCIONISMO

Libertad de no participar en los asuntos de Gobierno y Estado o de alguno de ellos en concreto; el abstencionismo, como movimiento, es una acción política que entraña una repulsa hacia el sistema electoral en sí o hacia la forma, el objeto y la organización de unas elecciones o de cualquier otra llamada a la participación.

del "Diccionario Político" de Eduardo Haro Tecglen.
si..., El rojo.

TRIBUCRACIA



Hace muchos, muchísimos años (cuando todavía no había... ni televisión), cuentan que existía una tribu de salvajes que tenía la costumbre de convocar cada cuatro años un triburréndum en el que la tribu elegía a un líder. Cada barrio de la tribu presentaba su candidato.
Los días que precedían a los comicios el personal se ponía eufórico. Editaban lajas con el careto de cada candidato y, en piedras mas pequeñas, publicaban pan­fletos; los tam-tam se ponían a parir, pues desde que empezaba la campaña, que duraba una semana, no paraban de emitir sus sonoros mensajes. Lo peor de la campaña, al decir de los tribulanos, era cuando pasaba un burro "embalao" y el que lo montaba se dedicaba a tirar pan­fletos, muchos quedaban "escalabraos"; pero, a pesar de estos inconvenientes, desde que llegó la tribucracia, todos los tribulanos querían ejercer su derecho al voto.
Las conversaciones más habituales durante aquellos días, según los antropólogos, solían ser, salvando los lógicos errores de transcripción:
- Fulano promete ser un buen líder.
- Yo votaré a Zutano, lo veo más hecho.
- Sí, pero lo importante es el resultado que saquemos luego.
- Nunca se sabe, todos prometen al principio y después...
- El del pasado triburréndum salió chungo.
- ¡Claro, estos días se ponen tantas plumas y adornos encima que consiguen engañar a más de cuatro!
- Los años también hacen.
- Tienes razón, la tribucracia es más chunga que la tripública.
- Aquello era otra cosa.
- Antes un líder era un líder, y el pueblo lo agradecía.
- Oye, ¿sabéis qué os digo?, pues que en las urnas nos veremos y que gane el mejor.
- ¡Que Babalú te oiga!
-¡Una mierda de cebú!, yo paso de dioses, prefiero a un líder conocido que a un dios que ni lo ves ni lo tocas.
- ¡La jodimos, ya salió el tributeo!
Con el acaloramiento, muchas veces se endiñaban en los morros con los pan­fletos o con los palos del tam-tam, pero nunca llegaba la sangre al río. Estaba muy lejos de la tribu.
Por fin llegaba el domingo, y, ¡hala!, todo el personal de la tribu a la plaza. Callaban los tam-tam, pues no se podía hacer propaganda de los líderes a partir de las seis de la mañana de ese día.
En medio de la plaza había una gran urna. El personal ya estaba con sus hojas de parra en la mano, en ellas habían puesto el nombre de su candidato. A las doce de la mañana se empezaba a votar, lo hacían muy ordenadamente.
Después del recuento de votos ....¡El ganador ha sido..... La tribu entera conte­nía la respiración. El ganador ha sido "TIAM-LEMA". Que quería decir "CUERPO RECHONCHO".
No veáis la que se armaba. La tribu se alborozaba. Muchos ya sacaban sus ca­zuelas de barro y sus cuchillos de sílex haciéndolos repicar. Todos se ponían muy contentos. Menos el candidato elec­to, que solía ponerse muy triste. Pero le duraba muy poco. Uno de la mesa electo­ral le arreaba con una cachiporra en la cabeza y, cuando caía al suelo, inmedia­tamente se ponían a trocearlo y en una gran olla que tenían dispuesta, iban echan­do los trozos.
- Ñam, ñam, ñam, glup,...ya decía yo que teníamos que haber votado al otro.
-Ñam,...sí,...ñam, está un poco duro, pero tiene menos grasa.
- ¡Jollín, ñam..., pues la oreja que me ha "tocao" está para mojar pan!.
- Ñam, gurufffg... tenían que hacer triburréndums cada semana.
- Hummmmmmm, ñam....en eso es­toy de acuerdo.-.slurp!!


ELBOBODEKORIA

¿Fe en la democracia o...?


Entiendo que para un persianero de barrio, de vida aburrida y monótona, apasionado de los deportes, y que deposita sus esperanzas de futuro en cualquier lotería, o en todas, que traga televisión y periódicos locales, hojeándolos por encima, que se aburre los fines de semana con su familia y opina de todo sin profundidad, pueda creer en la democracia. Que a pesar de afirmar -que todos son unos mangantes- acuda religiosamente a votar cuando le llaman, creyendo que él, controla el contenido del papelito que acaba de depositar en una urna. Satisfecho, pensará que su voto castiga a unos y premia a otros.
Cualquier otra persona más leída, con sentido crítico, que observe a su alrededor y dirija sus lecturas a entender el mundo en el que vive, además de ser también persianero, comprenderá sin dificultad, que vive regido por una plutocracia, que se enmascara casi sin esfuerzo bajo un disfraz democrático, amordazando el sufragio universal, bajo una ley electoral diseñada para que siempre gobiernen los mismos. Aunque se escondan bajo diferentes siglas y nombres.

Y me hago estas reflexiones a colación de las elecciones europeas, y de la propaganda electoral de un nuevo partido que se presenta bajo un nombre populista y llevado de la mano de un gurú de las izquierdas forjado en tertulias televisivas.
Precisamente en su figura, tienen origen estos pensamientos, pues, siendo profesor, persona estudiada, y conocedor del medio en el que pretende moverse ¿Cómo se presta a semejante farsa? Si ya lo es de por sí, participar en supuestos debates televisivos, controlados, y cuya formula consiste en invitar a antagonistas irreconciliables que rellenan horas de majadería catódica, para no llegar a ninguna conclusión, ni escuchar a los que tienen enfrente ¿No lo es más, presentarse a unas elecciones europeas?
La respuesta esta clara, y sería obvio explicarlo, pero aun así lo haré, por si mis compañeros de gremio algún día deciden hacerse preguntas y necesitan alguna pauta:
De la política, señores, también se vive, y cuantos más votos, más dinero. Bien en forma de subvención, o bien, mediante cuotas de afiliados, donaciones, legados, regalos, etc.
De esta manera, el señor gurú, contará con una tercera fuente de ingresos, su trabajo como profesor, las tertulias, y ahora, ser la cabeza visible de una nueva formación política.

Mis deseos para usted, señor libertador, no es ni más ni menos que para los demás representantes de la gran mentira del poder: Les deseo encarecidamente que nadie acuda ese día a participar en su rito de consagración de la esclavitud y la servidumbre.
Llegadas estas fechas electorales, siempre me siento tentado de recomendar el mismo libro, ¿Porqué no? Léanse el “Ensayo sobre la lucidez” y saquen sus propias conclusiones, siempre aprenderán más que en un debate televisivo.

!Ah! Por cierto, señor candidato, muy buena la foto de los carteles.


Yorick

EL SEÑOR DE LOS ANIMALES



Vitorino, el señor de los animales. Hoy da un biberón a un ternero recién nacido y mañana lo mandará a cualquier sitio para morir en el coso -Esto es un negocio- Imagino su frase estrella. Ahora dice sentirse en un punto de la vida donde puede decir cualquier cosa, gracias a sus 85 años, típica arrogancia de cacique que cuenta una y otra vez lo dura que fue su vida y el riesgo que asumió en el negocio de la ganadería brava.
Niño mimado de empresarios post-franquistas que protegieron su negocio y lo arroparon desde el principio.
 El gobierno heredero de aquellos tiempos, le ha otorgado la medalla de las artes, soberbia aparte, sabemos quién manda aquí, como siempre. Y esa mayoría absoluta que el pueblo estulto les brinda, les abre la puerta a “sutilezas” como esta.
El hombre afirma que los anti taurinos visitan sus fincas para ver a los toros en libertad. Que bien, que el fin justifique los medios. Me imagino al buen señor entre sus animales, hablándoles con cariño paternal, mientras un rato después cierra un contrato con cualquier plaza donde asesinarán a las mismas bestias.

Alguna vez tuve que quitar y asesinar a alguna camada no deseada de cachorros de mis perras y gatas. Ni en ese punto nos parecemos. Yo no vivo de los animales, no negocio con ellos, los acojo, y si ellos quieren quedarse, los trato como una familia, sin convertirme en victima de la falsa moral social que trata al perro mejor que a su padre. Los animales, animales son, eso no justifica al homenajeado ni a otros como él, más bien, nos denigra a todos.
Decir que su oficio sirve a un arte, es una forma de hablar, institucional por cierto, del mismo modo, el despellejamiento público del sujeto y su familia, podría parecérmelo a mí, independientemente del dudoso beneficio que este acto pudiera tener en sus víctimas.
Yo creo, como apuntaba antes, que el homenaje atiende a pagar un servicio que la casta del ganadero, desprendidamente, obsequió a algún mandamás de abolengo rancio como ellos mismos. La chusma adinerada y torticera se protege a si misma, se cubren las espaldas, y estarían encantados de cruzarse entre ellos, como en la ganadería. Tendría gracia, que ahí estuviera la clave de tanta distinción: que simplemente se tratara de un asunto de cruce de razas... o de cuernos.


El reverendo Yorick.