EL COCHERITO "LERÉ"







EL COCHERITO “LERÉ”

EL COCHE NO
No pienso interrumpirte si azotas a mis hijas.
Te daré mis ahorros aunque no me los pidas.
No voy a disgustarme cuando quemes mi casa
aunque vea a mi familia abrasarse ante las llamas.
Llena de chinchetas todos mis zapatos
y llama al Perú con mi teléfono inalámbrico.
Calcina mis bonsais con un soplete.
Rompe mis jarrones del Lejano Oriente.
Puedes lapidar a mis ancianos padres
robarles su pensión y los bonos desgravables.
Diviértete torturando a mi esposa,
déjala si quieres ciega y coja.
Escupe en mis lentillas y en mi prótesis dental.
Contagia con el virus mis cuchillas de afeitar.
Méate si quieres en mi almohada
y suda los domingos con mi nuevo chándal.
Pero ándate con ojo, no te equivoques.
Hagas lo que hagas, no me rayes el coche.
¡No, no, el coche no!
(…)
DEF CON DOS

Cuentan, que tenían la mayor libertad para elegir la marca y el modelo y hacer la cantidad de horas extras que creyesen necesarias para poder mantenerlo. Dicen los anales, que el certificado de “hombre” lo recibía un muchacho a la edad de catorce años, cuando sus padres le compraban una “amoto” y, que el espaldarazo definitivo, que le homologaba al resto de la ciudadanía, se daba a la edad de dieciocho años, cuando el mozo recibía –también de sus padres-, el coche.

Se lee que invertían billones en asfalto para aumentar la seguridad de las carreteras. Cuentan que, las calles-carreteras eran inmensas zonas de aparcamiento y que por ellas no podían transitar los peatones, sino que lo hacían por subterráneos. Que habían dos fechas al año en las que “soltaban” varios millones de coches y que todos ellos pretendían llegar media hora antes que el que le precedía al mismo lugar y allí exponer el culo al sol para ponérselo moreno, como alguien les había dicho que debían de hacer. Relatan las crónicas que el Estado subvencionaba generosamente a todo aquel que quisiera renovar el coche después de tenerlo cuatro años, con el fin de que no decayera la producción de coches.

Según los arqueólogos, se habían arrinconado interesantísimos proyectos de motores que gastaban muy poco combustible y que éste no contaminaba. Se sabe por documentos que se conservan, que los tribunales rebajaban las penas de homicidas, asesinos y violadores, siempre que los delitos se cometiesen con o desde el coche. Que cualquier conductor con la suficiente habilidad, podía atropellar a un peatón en zonas especialmente habilitadas en las calles, llamadas pasos cebra, lo cual se les tenía muy en cuenta a la hora de renovar el seguro del coche mediante bonificaciones extraordinarias.

Narran las crónicas que la 3ª Guerra Mundial tuvo su origen en una discusión por un aparcamiento.

Los documentos gráficos de la época –siglo XXI- lo demuestran: en ese tiempo las personas, todas las personas, disponían de dos apéndices llamados piernas con las cuales andaban y se desplazaban de un lugar a otro.

¡¡Qué forma más obsoleta de moverse!!

¡Piernas, para que os quiero, teniendo un “LERÉ” 4x4=16, con tracción a las 8 ruedas!

EL BOBO DE KORIA




20-N







Deshonras fúnebres por Francisco Franco

A la historia no pasan, si es que pasan,
sólo sus constructores.
Pasan también -como los terremotos,
como los huracanes y las inundaciones,
como las grandes plagas
y los grandes dolores-
los que intentan pararla a fuerza de odio
y destruyen la vida a suficientes hombres.

Así has pasado tú a la historia -¡al fin!-,
y con grandes honores.
Vencedor de la guerra más hermosa y más triste,
paciente destructor de vida y corazones,
héroe negro de España, héroe de sangre fría,
capitán general de las ejecuciones.

Le has dado nombre a un tiempo
de chulos y matones,
a una época larga como un día sin pan,
a una plaga de miedo, silencios y dolores,
a una charca de historia en la historia de España
que ha de tener también historiadores.

Quede tu nombre, pues, al frente de sus páginas
para que nadie olvide nunca tu triste nombre.

(De Canciones del amor prohibido)

JOSÉ LÓPEZ PACHECO                     



 
                                                        


LAS MASAS...




Las masas van a la deriva entre una niebla cegadora y un revoltijo de emociones confusas, mientras los intelectuales se convierten en alcahuetes semánticos que venden la lengua materna como puta al servicio del rico.
LA SOLUCIÓN SALINA – MARCO VASSI      

Todo se encuentra allí con él, le da calor y ¡es tan hermoso estar solo! Cuando se está solo uno no se siente abandonado.
EL TREN LLEGÓ PUNTUAL – HENRY BÖLL

Al poco de casarnos, descubrí que había una excelente razón por la que sus ojos tenían aquella maravillosa serenidad de retrasada mental. Era una retrasada mental.
PLEGARIAS CUMPLIDAS – TRUMAN CAPOTE

En todos los lugares y situaciones hay cosas que aprender. Ningún lugar es aburrido si me dan una mesa, buen café y unos libros. Eso es una patria.
GEORGE STEINER – (EL PAÍS 1-7-20169)    
                                                          
-¿Qué tiene de malo la risa?
-La risa acaba con el miedo. Sin miedo no hay fe. Porque sin miedo al diablo, no se necesita a Dios.
EL NOMBRE DE LA ROSA – UMBERTO ECO        

Ya no hablamos de corrupción como una enfermedad del Estado: la corrupción es el Estado mismo y, en ese sentido, ya no hay un afuera de la ley. El deterioro del Estado de Derecho produce políticas exclusivamente depredadoras, que invalidan toda distinción entre el crimen y las instituciones.
ACHILLE MBEMBE – FILÓSOFO CAMERUNÉS                                        

Me di cuenta de que el único acto decente con respecto a aquel banco era arrasarlo con una carga de dinamita.
LA SOLUCIÓN SALINA – MARCO VASSI      

¿No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la de médico o la de abogado?
LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ – JOSÉ RUBÉN ROMERO      

Sin embargo, me dio la impresión de que, en realidad, ya había alcanzado el grado de inteligencia que hace a un hombre indiferente.
AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA – MICHEL HOUELLEBECQ            

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

VALE YA DE DIOS



Vale ya de Dios y demás basura. ¡Abajo la religión y el servilismo humano! ¡Arriba el socialismo y la dignidad del hombre!
EL MAL DE PORTNOY – PHILIP ROTH

Has de saber una cosa: nadie es para ti, lánzate a muchos brazos. Has de saber una cosa: que mañana serás vieja, el esto, hijita, olvídalo.
LOCUCIONES DE LA SIBILA – MARINA TSVIETAIEVA

Mi vida termina en mí. No me he reproducido. No le he pasado buena ni mala herencia a nadie.
DIEZ VECES SIETE – MARUJA TORRES

ALAIN: ¡No vais a retirar el medicamento porque haya tres o cuatro tíos que anden torcidos!... Por ahora no abráis la boca, no respondáis a nada…
UN DIOS SALVAJE – YASMINA REZA

¡Qué tétrico el silencio de una sala en que la espera se distrae con el móvil! ¡Qué triste la sonrisa congelada en la cara de quienes lo contemplan! ¡Cuánta lobreguez en la sutil fosforescencia que irradia!
JOSÉ VICENTE YAGO – (LEVANTE 26-9-2016)

Eso sí, estoy enganchado al tabaco, no es ningún secreto. No pierdo la esperanza de que me mate un cáncer. Un fuego en un extremo y un tonto en el otro.
UN HOMBRE SIN PATRIA – KURT VONNEGUT

-Mamá.
-¿Sí. Cariño?
-Apuesto a que a los esclavos no les parecían tan bonitos los campos de algodón.
UNA PUERTA AL RÍO – BARRY GIFFORD

-En la vida hay dos virtudes importantes: el arrojo y el sentido del humor. No tienes mucho arrojo, pero sí sentido del humor.
VIAJE AL FONDO DE LA HABITACIÓN – TIBOR FISCHER

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


agonía

Incluso en el último suspiro en mi lecho de muerte, seguiré preguntándome qué sentido ha tenido mi vida. En el segundo final seguiré sintiendo la herida mortal de mi nacimiento. Un ser como tantos otros, perdido en la inmensidad de la vida, y arrastrado por las circunstancias. Persiguiendo sueños y mentiras durante toda una vida predestinada a ser como fue. Adoctrinado desde niño a pertenecer a una sociedad hostil que hoy mira mi muerte con indiferencia y desprecio. He sido como todos, marioneta en sus manos, atado con los mismos hilos de los prejuicios y obligaciones y sujetos estos por la cruceta de la cobardía.
Intenté muchas veces romper esos hilos, pero como decía, las circunstancias me arrastraban de nuevo al redil, donde todos se empeñan en sujetarte. Dando valor al tiempo he intentado aferrarme a la vida lo más posible, ¿Para qué? ¿Porqué? Hubiera sido más fácil arrancarme esta enfermedad lúcida y desaparecer. Pero todos los dogmas aprendidos pudieron conmigo y cada día me levantaba creyendo que era distinto de los otros y que en cualquier momento cambiaría mi suerte. No fue así. Ni de lejos, ni por asomo, ni por un segundo. Siempre fui un mediocre, perdido entre mis congéneres mediocres. Todos adulados por si mismos e hipnotizados por la visión desoladora de los demás.
Anhelo el olvido, deseo que llegue mi estertor, que la visión de los seres que me lloran y cuidan desaparezca. Deseo paz, y sobre todo saber que nada recordaré y nada seré.
He intentado muchas veces explicar a otros mis pensamientos, transmitirles mis dudas, mis reflexiones, y de nada sirvió. Nadie quiere escuchar nada que no sea a ellos mismos, y supongo que ese es mi caso también. Más pilares para una constante incomunicación. Me tortura pensar que desde que tengo uso de razón, desde que recuerdo, nada ha cambiado, los mismos pensamientos me atormentan, las mismas dudas, y la misma cobardía para acabar con la vacuidad de una vida que equivocó el camino de las bestias.
Ahora que tengo la valentía de hacerlo, me fallan las fuerzas. Veo la ventana frente a mi cama, pero no puedo alcanzarla. Veo la liberación frente a mi, llamándome, pero las piernas no me responden, mis fuerzas ya hace mucho que me abandonaron. Un sinfín de tubos y agujas me crucifican a la cama. Ni la voz me queda para quejarme.
Ahora recuerdo con extraña clarividencia las veces que intenté quitarme la vida, o las que fantaseé sobre ello. Y me arrepiento enormemente de no haber actuado. De haber consentido haber querido ver un día más, igual que el anterior.
Ya los he visto todos, y la decepción no ha hecho más que crecer y devorarme. Y ahora la pregunta terrible que me devora las entrañas es ¿Cuánto me queda? ¿Porqué no muero de una vez? Cada día se acerca un médico y habla de esperanza a mis allegados, yo me estremezco en mi cuerpo inútil ¿Porqué ese afán de mantenerme con vida? Debe ser un castigo, una venganza por mi existencia cobarde e inútil. Cierro los ojos pero no hay descanso, todo vuelve, todas las imágenes, las personas, las decisiones erróneas, todo vuelve.
Creo estar enterrado en vida, sin poder moverme, sin poder gritar, asfixiado de calor en esta inmunda atmósfera hospitalaria. Ninguna de las personas que hay aquí, a mi alrededor parece darse cuenta de que se enfrentan a su propio destino, solo unos pocos afortunados morirán de golpe, sin enterarse, la mayoría caerá en mano de carniceros de bata blanca, que se enconarán en mantenerlos con vida, a base de martirizar los cuerpos rendidos insuflándoles la falsa gasolina de la farmacopea. Cuento las noches, los días, todo se confunde en la iluminación fluorescente y aséptica que me rodea.
¡Desenchufenme de toda esta maquinaria indecente!
¡Dejen que mis despojos me devoren! Que acudan las moscas, que el camino de mi decrepitud continúe ¿Porqué lloráis a mi alrededor? ¡Idiotas! ¡Estáis hechos de la misma ruina que yo, a cada minuto que pasa envejecéis en busca de vuestro destino!
¡Porqué no me muero! Siento la vida ahora mismo, como el peor dolor de todos, donde no hay médico ni morfina que lo calme. Mi cuerpo pide a gritos pararse y no lo dejan.
 No me dejan morir...no me dejan morir...no me dejan morir...

Yorick.

De GEORGES PEREC



Apenas has vivido y sin embargo ya está todo dicho, terminado. Sólo tienes veinticinco años pero tu existencia está toda trazada. Los roles asignados, las etiquetas; del orinal de tu primera infancia a la silla de ruedas de tu vejez, todos los asientos están ahí y esperan tu turno.
UN HOMBRE QUE DUERME – GEORGES PEREC

La indiferencia disuelve el lenguaje, enturbia los signos. Eres paciente y no esperas, eres libre y no eliges, estás disponible y nada te moviliza. No pides nada, no exiges nada, no te impones nada.
UN HOMBRE QUE DUERME – GEORGES PEREC

Desterrados, parias, excluidos, portadores de estrellas invisibles. Caminan rozando las paredes, cabizbajos, con los hombros caídos, las manos crispadas, pegándose a las piedras de las fachadas, con gestos exhaustos de derrota, de mordedores de polvo.
UN HOMBRE QUE DUERME – GEORGES PEREC

Te sientes poco hecho para vivir, para actuar, para hacer cosas; no quieres más que durar, no quieres más que la espera y el olvido.
UN HOMBRE QUE DUERME – GEORGES PEREC

Su vida era como una prolongada costumbre, como un aburrimiento casi sereno: una vida sin nada.
LAS COSAS – GEORGES PEREC

No querer nada más. Esperar, hasta que no haya nada más que esperar. Holgazanear, dormir.
UN HOMBRE QUE DUERME – GEORGES PEREC

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)