WENDY LOWER
1965. ESTADOS UNIDOS
Se suele suponer que las mujeres
tuvieron un papel secundario en la historia del nazismo, y sobre todo en sus
crímenes. No es verdad… Desde organizarla represión en los despachos hasta
colaborar directamente con las SS, tomando parte en los crímenes del
holocausto…
Sorprendentemente, la mayoría de ellas
escapó a los juicios y al castigo después de la derrota de Alemania…
Esas mujeres ocupaban cargos en la
jerarquía nazi desde lavase hasta la cúspide…
La emergente perspectiva feminista se
centró en la victimización de la mujer, no en su capacidad criminal.
Los estudios sobre el Holocausto y el
genocidio coinciden en que los sistemas que posibilitaron la matanza en masa no
habrían podido funcionar sin la amplia colaboración de la sociedad y, sin embargo
la historia del Holocausto ha dejado a la mitad de la población fuera, como si
la historia de las mujeres ocurriera en otra parte. DE LA INTRODUCCIÓN
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El dictador no necesita una policía secreta cuando los
vecinos están más que dispuestos a vigilar para el régimen, por miedo,
conformidad, fanatismo o despecho…
Las campañas masivas para la reproducción selectiva
reunieron a mujeres alemanas de todas las generaciones y clases que acabaron sufriendo,
así como avanzando, la guerra racial nazi…
Las chicas y mueres alemanas no debían pintarse las uñas,
depilarse las cejas, pintarse los labios, teñirse el pelo ni ser demasiado
delgadas. Los líderes nazis condenaron el auge de los cosméticos en los años
veinte tachándolo de un producto judío que rebajaba la feminidad alemana a la
categoría de prostituta y conducía a la degeneración racial…
En las clases de matemáticas, los estudiantes calculaban lo
que se gastaba el Gobierno en el bienestar de los discapacitados internados en
centros estatales, implantando así en las mentes jóvenes la justificación
económica del programa de exterminación de pacientes a los que se referían como
“bocas inútiles”…
La socialización nazi en realidad animaba a observar a los
inferiores como afirmación de la propia superioridad…
A. Kneissler se hizo asesina profesional en Grafeneck,
Hadamar y otros centros de la “eutanasia” en Alemania, su ayuda en los procedimientos de las
cámaras de gas, dejó morir de hambre a los pacientes y administró inyecciones a
los enfermos mentales y físicos casi diariamente a lo largo de cinco años…
Las mujeres que sí mataron lo hicieron aprovechando la
“oportunidad” que el fértil escenario sociopolítico les brindaba para ello…
Al contemplar, en retrospectiva, la locura de esa ideología,
nos cuesta comprender cómo es posible que toda una generación pudiera abrazarla
y, además, con ese apremio y firmeza…
El personal delos territorios ocupados mandó el producto de
sus saqueos a sus familiares de Alemania o Austria: cajas de huevos, harina,
azúcar, ropa y muebles. Se trató de la mayor campaña de robo organizado y
explotación económica de la historia y las mujeres eran algunas de sus
principales expendedoras y beneficiarias… Las mujeres prestaron su maestría
organizativa y sus habilidades personales al servicio de la maquinaria de
destrucción…
Las secretarias LIselotte Meier y Sabine Dick estuvieron en
el mismo centro de la maquinaria del exterminio nazi y ellas, como tantas
otras, optaron por beneficiarse de su cercanía con el poder, expoliando todo lo
que pudieron y de las maneras más depravadas que se les ocurrieron…
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Altvater entró en el edificio que servía de hospital
improvisado. Se fue directamente al ala infantil y se paseó por todas las
camas, fijándose en cada niño. De vez en cuando se detenía, cogía aun niño,
selo llevaba hasta el balcón y lo dejaba caer al vacío…
La violencia doméstica adquirió otro sentido y dimensión en
el Tercer Reich. Las asesinas llevaron a cabo sus odiosos actos en sus hogares
o en las inmediaciones. Lo más común era disparar desde los balcones, en
presencia de sus familiares o amantes…
Los criminales que negaron sus crímenes no consideraban que
hubieran hecho nada malo ni que merecieran castigo alguno…
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Suponer que la violencia no es una característica femenina y
que las mujeres no son capaces de llevar a cabo una masacre tiene obviamente su
atractivo: nos permite albergar la esperanza de que al menos la mitad de la
raza humana no devorará a la otra, protegerá a los niños y salvaguardará el
futuro…
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Un profesor de la Universidad de Bielefeld (en 1979)
pronunció un emocionante discurso que condenaba al sistema judicial alemán por
eludir la persecución de los criminales nazis, por discriminar a los testigos y
por tolerar el neonazismo…
Fueron pocas las mujeres perseguidas tras la guerra e incluso
menos las juzgadas y condenadas. Los testimonios de primera mano de los
supervivientes, a menudo las únicas pruebas de que disponían, no se
consideraban suficientes y muchas de las acusadas, especialmente las mayores y
más sumisas, no parecían capaces de cometer esas atrocidades. La apariencia
física y los estereotipos de género contuvieron a la mayoría de jueces y
fiscales y, favorecieron a las acusadas, cuyos actos habían sido en algunos
casos peores que los de sus colegas masculinos.
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EL BOBO DE KORIA
(RECOPILADOR)