¿HIJOS PARA QUÉ?


¿HIJOS PARA QUÉ? (fragmento)

AGUSTÍN ZARAGOZÁ            (Diario Levante (25-8-2017)
(PROFESOR DE FILOSOFÍA Y ÉTICA)


        ¿Qué tiene en común todas estas personas? Platón, Simone Weil, T. Hobbes, Hannah Arend, D. Hume, Simone de Beauvoir, I. Kant, E. Cioran, F. Nietzsche, J. P. Sartre, B. Spinoza, R. Descartes, A. Schopenhauer, Voltaire… Sí, en efecto, se trata de filósofos y filósofas reputados, quienes, además, compartieron una voluntad común, a saber: librarse de la descendencia. Me sumo a tan noble causa, pues, de no vivir en un mundo mercantilizado y profundamente puritano, la gente apostaría por una existencia sin la carga hipotecaria que supone tener hijas e hijos. El placer asociado a la maternidad-paternidad no deja de ser una espuria ficción útil, antioxidante de conciencias estereotipadas que embadurnan su mísero transitar vital de proyectos utópicos, melosos, ridículos. Planean el futuro de sus criaturas proyectando quimeras, sombras, frustraciones. Los educan inspirados en sus miserias, delirios, ensoñaciones.(…)
         Hijas e hijos, ¿para qué?


EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

RATAS

NUESTRAS HERMANAS LAS RATAS
de

MICHAEL DANSEL perteneció al grupo de escritores surrealistas franceses. Tras diplomarse en lÉcole Practique des Hautes Etudes de Paris, estuvo muchos años viajando por el mundo. Es autor de varias antologías y estudios literarios, en particular sobre Laforgue y Verlaine, y de un libro sobre el cementerio del Pére-Laichise de París. Creó una Academia Internacional de la Rata cuya finalidad, además de publicar la revista “Ratus”, consiste en reunir el mayor número posible de documentos sobre este roedor. Entre estos académicos, figuran artistas, escritores y cineastas como Luis Buñuel, como personalidades, del mundo médico y científico y personas de la más diversas actividades.

         En esos cuarteles de la pequeña burguesía, que  alojaban casi exclusivamente a oficinistas o a pequeños funcionarios no se dio jamás el calor humano que encontré sin dificultad en ambientes más desfavorecidos como tampoco la fantasía, ni el humor, ni la espontaneidad, ni la imaginación, en fin, todos los elementos básicos para la poesía, o sea para la vida en su sentido más jugoso. Todo se hacía por y para las apariencias.

         Los lisiados, las prostitutas, los alcohólicos y los chorizos del barrio también formaban parte de mis amistades privilegiadas. Al menos esos minoritarios no vacilaban en expresarse, en comunicarse, e incluso si lo que decían no tenía siempre un gran interés, tenían el mérito de tomar la palabra, de violar el mundo de parecer para intentar ser. Tuve, pues, durante años la sensación de vivir en medio de una inmensa colonia de ratas, ratas inofensivas, cierto es, ratas de laboratorio, condicionadas, anestesiadas, ratas objeto.

         Y como sentía más simpatía por los metecos y los asociales que por los pequeños burgueses, las ratas, portaestandartes de la miseria, me parecieron individuos totalmente respetables.

         Invasoras, destructoras, guerreras, estrategas, gastrónomas, polígamas y terriblemente inteligentes, las ratas nos observan desde la oscuridad de sus alcantarillas. Se alisan los bigotes de alegría porque no ignoran que nuestra civilización cerrará pronta sus taquillas y que, mañana, ellas pasarán a ser probablemente dueñas del mundo.

         “Sólo los imbéciles le preguntaban aún qué le condujo a sentir pasión por las ratas”.
Gérard Klein

         La rata, nuestro espejo mas odiado, nos refleja nuestra imagen más desoladora, la más humillante; la de la suciedad.

         “Las ratas son criaturas dotadas de una inteligencia superior.”
         Graham Greene- (Viajes con mi tía)
        
         Si todas las mujeres frustradas en el plano sexual pudiesen metamorfosearse en rata, los bastiones de la política de salón, los del psicoanálisis para modistilla de lujo y los del esoterismo de bazar –estas tres grandes plagas del mundo contemporáneo- se desdoblarían considerablemente.

         Pero no ignoramos que las ratas, al igual que la poesía, la idiotez o la fraternidad, no tienen fronteras.

         Durante el sitio de París de 1870, la rata tuvo también su momento de gloria. Sin demasiada reticencia fue admitida en la alimentación. (…)
Una rata de redondez impresionista se vendía por cincuenta céntimos, mientras que un ratón sólo costaba veinte. (…)
         Incluso el Jockey Club había introducido en el menú, a finales de noviembre de 1870, ratas cocidas bajo las cenizas y paté de rata al champiñón.

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


Tradicionalismo



Estoy seguro que entre los contados lectores de este blog abundan los conocedores de la obra de Thomas Bernhard. Para mi, la lectura de sus libros siempre supuso un trabajo de conocimiento de mi mismo, es como si el autor, con manos de cirujano hurgara en mi cerebro, despertando neuronas y provocando en estas chispazos de empatía y reconocimiento. De todas sus obras, hay una en particular a la que acudo con asiduidad y en la que veo numerosos atisbos de cercanía a mi propia realidad. Se trata de: Extinción. Un brutal y certero trabajo de sinceridad con uno mismo, donde se pone en entredicho la mayoría de los valores que se cultivan en las sociedades hasta la veneración, me refiero a la familia, el clan, la patria, el nacionalismo, o más bien provincianismo y el bestialismo de la raza humana, a través de actividades tan clasistas como los deportes, la caza, y la falta de criterio y aceptación de todo lo diferente.
Está claro, que no hay que nacer en Austria para sufrir la presión de sociedades con tan poco gratificantes metas en la vida. En toda la vieja Europa se repite el mismo patrón en amplios sectores de la población, para la desgracia general.
El pueblo donde vivo ahora, podría ser sin problemas la ubicación perfecta para el libro, y en otros muchos lugares de nuestro resignado país, ocurriría exactamente lo mismo, y podría hablar con cátedra pues mi tendencia al nomadismo me ha hecho conocer a fondo la desgraciada piel de toro. Hace años, ya lo conté en este sitio, llegué a ver en una habitación matrimonial la escopeta colgada de la pared, al lado del crucifijo, como la cosa más normal del mundo: la cama, dios, y el poder del fuego. Metan esos ingredientes en la cabeza de unos ignorantes y la ecuación les dará como resultado la historia de los últimos siglos que nos preceden. Masas de energúmenos orgullosos y regalados de sus respectivos caciques y señores, dispuestos a quemar pólvora, así se les convoque, en nombre de la patria o su dios.
Y no piensen que se me van las reflexiones de las manos, aunque sería el primero en alegrarme de equivocarme y premeditar mi juicio. He llegado a observar en estos sitios, que las mujeres defienden y apoyan el modo de pensar de sus hombres, aunque eso signifique rendir su dignidad y sentido común, para convertirse en esclavas de sus maridos y sus hijos, y es más, clavarían sus uñas en cualquiera que cuestionase lo verdadero y propio de su enfermizo proceder. Rodeados de superficialidad, ahogados en mediocridad, y satisfechos, muy satisfechos.
No es de extrañar que los pocos lúcidos que huyen de estos malsanos ambientes gusten de ciudades cosmopolitas, que les ofrezcan babilonias de neón donde diluir sus raíces y recuerdos, sin tener en cuenta, que su hambre la sacian los mismos que alimentan a su estirpe con cucharas de palo, y a ellos mismos con cubiertos de alpaca.


El reverendo Yorick.

NO ERA DEVOTO...

No era devoto, era de abstención.
B. K.

Yo asentía, aunque habría pagado cualquier cosa por recuperar el habla con el único objetivo de repetir esas formidables blasfemias rusas, tan jugosas como ciruelas maduras.
EL PÁJARO PINTADO – JERZY KOSINSKY

La nueva izquierda está molesta por una misa que emiten los domingos en TVE. Desde mi condición de ateo, me parece una chorrada monumental y ganas de tocar los cojones. A mí me molestan mucho más las sesiones paranormales de fútbol en todas las cadenas y no se me ocurre decir que eso está formando idiotas en mayor medida que una misa, que es más breve que un partido de fútbol, y que ve quien le da gana. Lo otro lo hemos de ver todos, nos guste o no, porque lo piden las masas y la publicidad, y lo copan todo, las públicas y las privadas.
GREGORIO MORÁN – (LA VANGUARDIA 27-3-2017)

¡A mí la Legión, que me hostio!
TENIENTE BRAVO – JUAN MARSÉ

Cuando el sentido crítico desaparece y se actúa de acuerdo a un dogma, todo está perdido.
JORGE WAGENSBERG

Sé que mucha gente se ofenderá, pero las peores organizaciones criminales de la historia de la humanidad han sido las organizaciones religiosas, que han echado mano de su calidad de representantes de la divinidad en la tierra para gobernar el mundo.
JORGE WAGENSBERG

La televisión-espectáculo que banaliza los problemas sociales y degrada su análisis hurta a la sociedad justamente lo que resulta imprescindible para que la democracia llegue a serlo realmente: la posibilidad de contemplar todos los componentes de la realidad para deliberar sobre ellos con todos los puntos de vista por delante. Es el instrumento más útil que puede haber para acabar con la democracia sin que nos vayamos dando cuenta de ello.
JUAN TORRES LÓPEZ – 4-2-2017

Fue así como, muy joven, por casualidad y sin apenas darme cuenta, contraje la incurable enfermedad de la lectura.
LA ANALFABETA – AGOTA KRISTOF


Además, el mundo de los libros. Como la carne envasada, era un poco más sustancioso y sabroso que en el que realmente vivíamos.
EL PÁJARO PINTADO – JERZY KOSINSKY

La realidad es tan rara que si uno no la toma con humor no queda otro camino que el suicidio.
J. L. BORGES

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

TENEMOS EL EJÉRCITO...

Tenemos el ejército más fuerte del mundo. Ocasionalmente tenemos que torcer el brazo de los países que no quieren hacer lo que queremos que hagan.
BARACK OBAMA (PREMIO NOBEL DE LA PAZ)

Por eso la actualidad carecía de auténticos héroes, porque la sociedad se ocupaba de proporcionar al individuo una satisfacción material que le neutralizara y de impedirle dulcemente la visión sucia y exacta de la realidad. Nos ha tocado vivir en un siglo indigno, concluyó.
ALGUIEN TE OBSERVA EN SECRETO — IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN

Si los curas no curan, ¿para qué están ahí?
B. K.

Era nuestra mera existencia la que le amargaba la vida y había acabado por agotarle la capacidad de comprensión, nos decía. Desearía no habernos traído al mundo, nos dijo una vez, y nos explicó que se arrepentía profundamente de habernos engendrado, primero a mí, por un desliz, y más adelante a mi hermano, ya programado.
MEJILLONES PARA CENAR – BIRGIT VANDERBEKE

Ya llevamos veinte años casados. Veinte años de aislamiento mutuo e indiferencia ante la vida.
LA MALETA – SERGUEI DORLATOV

En todos los sistemas económico-políticos que dividen a la sociedad en opresores y oprimidos, la mentira es un dispositivo consustancial o, dicho de otro modo, son mentirosos por definición. Sistema mentiroso que se basa en robar el producto del trabajo, con estratagemas, que usa represión, miedo, armas, idolatrías e ideologías. La dictadura de las creencias y las supercherías de “plus-mentira”.
FERNANDO BUEN ABAD DOMÍNGUEZ – (REBELIÓN 6-7-2017)

En los libros está todo lo que existe, muchas veces con colores más auténticos y sin el dolor verídico de todo lo que realmente existe. Entre la vida y los libros, hijo mío, elige los libros.
EL VENDEDOR DE PASADOS –  JOSÉ EDUARDO AGUALUSA

¿Cómo puede haber libertad de elección si no se aprende a elegir?
LA BROMA INFINITA – DAVID FOSTER WALLACE

Que con las cucarachas, hasta cierto punto, es posible convivir.
LA BROMA INFINITA – DAVID FOSTER WALLACE

¿Cómo puedes rezarle a un dios al que aún crees que sólo rezan los tarados?
LA BROMA INFINITA – DAVID FOSTER WALLACE

Era obvio que había entrado, de una vez por todas, en el bando de los viejos, y que no había esperanza de vuelta atrás.
LA POSIBILIDAD DE UNA ISLA – MICHEL HOUELLEBEQ


EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

Lázaro


¿Quién le mandaría a esta subnormal resucitarme?
¿Y porqué precisamente a mi?
Toda la vida bregando, con miedo, con frío, con hambre, con incertidumbre por el precio del trigo, por la invasión romana, por el destino de los hijos, siempre sufriendo, aderezado por unos miserables ratos felices frente a tanta desgracia, y cuando por fin voy a morirme, cuando me viene el calambre final y estiro la pata, aparece este idiota y para demostrar al mundo que es el hijo de dios, no se le ocurre otra cosa que resucitarme. ¡Claro! Mi familia encantadísima de que esté de vuelta para volver a dar el callo, vaya usted a saber por cuantos años, porque igual me ha hecho inmortal, o voy a vivir como Matusalem, ochocientos años.
¿Y si es el hijo de dios, qué trabajo le hubiera costado aparecerse ante mi, y preguntarme si me apetecería resucitar? ¿O es qué yo no tengo opinión? ¿Y las consecuencias? se las habrá preguntado el milagrero. Porque al principio todos alucinando conmigo cuando salí de la cueva, venga palmaditas en la espalda y felicitaciones, pero ahora que todo ha pasado, no se me acercan ni los perros. Todo el mundo me tiene miedo, salvo los cuatro turistas egipcios que vienen de vacaciones y los iluminados que vienen a tocarme. El negocio familiar se ha ido al traste, porque nadie quiere tratos con un ex-muerto, y la hacienda mengua rapidamente. Entonces, me pregunto: ¿Esto es un milagro o un castigo? ¿Y a quién reclamo yo ahora? Me dan ganas de ir detrás de él para matarlo, mira que tiene huevos la cosa, solo de pensar que tengo que volver a trabajar y a ocuparme de todo, y me entran sudores fríos. Yo que había sentido la nada, que era olvido, que mi último recuerdo era paz y vacío, y otra vez aquí, rodeado de cretinos y de romanos. Ahora, que yo aquí no me quedo, en este poblacho donde ya me dejé la piel una vez. Yo quiero ir a Egipto, o a donde sea que me aleje de lo que fui, y de la posibilidad de que “el hijísimo” me pille otra vez por banda para hacer otro experimento conmigo. Ni hablar. Ese a mí no me coge otra vez ni muerto, aunque me tenga que tirar en mitad del Mediterráneo, aunque tengo oído que puede venir andando a buscarme ¡Vaya tela! Y para colmo, que no se me ocurra decir nada malo de él en casa, que se me echan encima como las víboras. Lo dicho. Mañana temprano me largo sin despedirme, que seguro que hay algún lugar en el mundo donde poder librarse uno de romanos, de hijos de dioses, de profetas y de muertos de hambre, y poder vivir tranquilo esta media vida, o vida nueva o lo que sea, que según todos es un milagro, y que a mí, y se bien de lo que hablo, me parece una ¡soberana mierda!
¡Abur!

el reverendo Yorick.

miseria

Depílate el coño
afeita tus huevos
perfúmate por delante y por detrás
¡Huye de ti!

pinta tus uñas
rasca tus durezas
blanquéate el agujero del culo
¡Huye de ti!

apaga la luz cuando te laves los dientes
cierra los ojos al escupir
camufla tu aliento
con refrescantes chicles de fresa
¡Huye de ti!

de tus inmundicias
de tus humores
de tus olores
de tu realidad

saco de tripas apestosas
nacido estirpe de carroñeros
habitante de zahurdas y pocilgas
de cuevas malolientes
criador de sarna y piojos
portador de enfermedades
lazareto viviente
¡Huye de ti!

miéntete más fuerte
tatúa tu cuerpo
vacía tu mente
¡Huye de ti!


Paloborde

TIGRE BLANCO

TIGRE BLANCO
ARAVIND ADIGA
23 octubre de 1974, CHENNAI , India

         Entre al gente de mi país, es una antigua y venerada tradición empezar una historia rezando a un Poder Superior.
         Supongo, Excelencia, que debería empezar besándole el culo a algún dios.
Pero ¿a cuál? Hay tantas opciones…
Verá: los musulmanes tienen un dios.
Los cristianos tienen tres.
Y nosotros, los hindúes, tenemos 36.000.000 de dioses.
Lo cual arroja un total de 36.000.004 culos divinos entres los cuales puedo escoger.
         Algunos, y no sólo hablo de comunistas como usted, sino de hombres inteligentes de todas las tendencias políticas, creen que muchos de estos dioses no existen realmente. Hay quien cree que o existe “ninguno”. Estamos sólo nosotros y un gran océano de oscuridad a nuestro alrededor. Yo no soy filósofo ni poeta. ¿Cómo voy a saber la verdad? Es cierto que todos estos dioses dan la impresión de no pegar golpe –igual que nuestros políticos- y, sin embargo, salen reelegidos años tras año para ocupar sus tronos dorados en el Cielo.
        
         ¿Conoce la historia de Hanuman, señor? Era el fiel criado del dios Rama, y nosotros lo veneramos en nuestros templos porque ofrece un radiante ejemplo de cómo servir a tus amos con fidelidad, amor y devoción absolutos.
         Esa es la clase de dioses que nos han endilgado, señor Jibao. ¿Comprende ahora lo difícil que le resulta a un hombre conseguir su libertas en al India?

         Kishan y yo trasladamos a nuestro padre al interior pisando cagadas de cabra, que se hallaban esparcidas por el suelo como una constelación de estrellas negras.

         En mitad de la noche, comprendí por qué habían dejado allí el mosquitero. Me despertaron unos ruidos. La pared estaba cubierta de cucarachas.

         Nunca en la historia de la humanidad le han debido tanto unos pocos a tanta gente, señor Jibao. Un puñado de hombres han adiestrado en este país al otro 99,9 por ciento –gente tan fuerte, tan dotada y tan inteligente como ellos- para que permanezca en un estado de perpetua servidumbre. Una servidumbre tan férrea que usted  puede ponerle a un hombre en las manos la llave de su emancipación y él se la arrojará otra vez con una maldición.

         … aunque todas mis arañas se desmoronen y se hagan añicos, aunque me encierren en la cárcel y hagan que todos los demás prisioneros hundan sus picos respectivos en mí, incluso aunque me hagan subir los escalones del patíbulo, nunca diré que cometí un error aquella noche en Delhi  cuando le rebané el pescuezo a mi amo.


EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

CRIMEN PERFECTO O PAU Y PAU




            Recordó el día en que se unió a Pau. Felicidad indescriptible; abrazos de los amigos; votos de dicha imperecedera; choche de tintineantes copas; secciones de pastel dulcísimo; “¡que se besen, que se besen!”; regalos originales, otros estúpidos e inservibles; “¡viva Pau...viva Pau”; troceamiento de bragas y corbatas; “¡que tengáis muchos hijos!”...”se hará lo que se pueda”; besos a los suegros; “¡que se besen los novios!”; choque de copas; “¡que se besen, que se besen…!”

         Se preguntó, si fueron felices. Sí, se dijo. Hemos sido felices...muy felices. Sobre todo con la llegada de Vanesa. Vanesa, qué criaturilla. Mejor que Anacletito. No, ni mejor ni peor: distinta. Siempre me han gustado más las niñas, pensó. Porque, qué decir de Ulpianito y Niceforita. No, no en este momento no puedo querer ni preferir a uno más que a los otros. Adorables todos, eso es, todos maravillosos. ¡Ah, los hijos!

         ¿El trabajo? El mejor trabajo es el que se hace cuando es por vocación. El de Pau era mucho mejor que el suyo, y mejor pagado. Ambos habían hecho de su trabajo algo más que una profesión: un sacerdocio. Cómo exagero, se dijo. Sus amistades los envidiaban por este motivo. También por la casa que tenían. Durante esos diez años transcurridos de feliz matrimonio habían vivido muy desahogadamente. El dinero nunca había sido un problema para ellos. Además estaban los 400.000 de la herencia de sus padres. Nunca los habían tocado, no había hecho falta, ni siquiera cuando se casaron.

         En su mentalidad cartesiana algo no encajaba. Si había sido feliz, qué le había hecho tomar esa decisión, se preguntó. Quizás estaba evocando su matrimonio desde el punto de vista de los que les rodeaban. Sí, esa era la imagen que transmitían a los otros. Siempre había puesto un cuidado exquisito en parecer feliz. Y ahora supo que a fuerza de representar aquel papel había llegado a creérselo como les sucede a muchos actores. Las fiestas multitudinarias; los cumpleaños de los niños; los aniversarios de la boda; los nuevos coches mostrados como trofeos cobrados al destino transmitían la imagen ideal de la familia más feliz del mundo y provocaban toneladas de envidia a los amigos y conocidos, luego eran felices. Creyó notar como sus labios esbozaban una sonrisa sarcástica.
        
         Se volvió  a preguntar si había sido feliz esos diez años vividos con Pau, y, la contestación que se dio ahora fue ¡No!. Un escalofrío recorrió su cuerpo, ahora tan tenso. Si se encontraba en aquella situación no podía ser de otra forma. ¡No!, repitió con un grito. Algo le había amargado esos diez larguísimos años. Salvaba a los niños. Pero ahora no quería engañarse: había sido un infierno. Diez años de condena, se dijo. Y, como si un alucinógeno hubiese conectado perfectamente todas sus neuronas, como en un flash vio todo perfectamente explicado. Una tras otra, las secuencias se sucedieron vertiginosamente: gestos, sonrisas, actitudes, los suegros, enfados, violencia gratuita, el hermano de Pau,... el agente de la compañía de seguros... Los vio a todos agazapados, acechantes, esperando el momento oportuno para asestarle el zarpazo letal. Gestos, al parecer nimios, que enlazaban secuencias por sí solas inocentes y hasta cariñosas que ahora, le revelaban la terrible verdad que acababa de descubrir. Las sensaciones que habían desfilado por su mente se habían convertido en una certeza, terrible y definitiva. Ahora sabía  que aquella manada de chacales, con Pau a la cabeza, desde el primer día habían planeado todo para quedarse con su fortuna. Todo encajaba perfectamente. Había sido un plan frío y calculado para conseguir un solo fin: su fortuna.

         Ahora sabía quien le había llevado a tomar aquella decisión. Quien le había asesinado. Lo más terrible era saber que el crimen quedaría impune, saber que el asesinato había sido perfecto. Pudo ver la cara sonriente de Pau y deseó su muerte y su parentela.

         Quiso detener la terrible película que estaba protagonizando. Quiso rebobinarla hacia atrás para tener la oportunidad de vengarse de Pau y su familia. Calculó el tiempo que le quedaba: no excedía de un segundo. Aferró el volante con fuerza, tensó los brazos para que su cuerpo se pegase al asiento y pisó el freno a fondo tratando de contrarrestar el efecto del impacto que si la teoría de Newton no fallaba, debía producirse inmediatamente. Sí, se dijo, 9.81 m/seg. era la aceleración de la caída. Por eso había elegido aquel precipicio de 50 m. antes de dar el volantazo a su último 4 x 4.

         “Quizá, el airbag", pensó.


EL BOBO DE KORIA