superhéroes de barrio V

Nuevamente tenemos que reabrir esta sección, acuciados por un hecho insólito, increíble, y por supuesto descacharrante.

Como sabemos poco de los misteriosos protagonistas de esta historia, tenemos que echar mano de nuevo de la imaginación para convertir una triste y pequeña noticia en un periódico local, en un relato veraz, donde como siempre, intentamos introducirnos en la mente de los autores, con el fin, siempre científico, de ahondar un poco más en ese pozo de necedad, que son las mentes humanas.

Colóquense en situación: Una sobremesa cualquiera, en un hogar corriente de nuestro pintoresco país. Allí, mientras la señora de la casa, recoge la mesa y se afana en conseguir el blanco impoluto en sus platos. En el salón, su marido ronca sin piedad ante la televisión, a su lado su hijo mayor observa el documental de la 2. Su interés, ciertamente, no es faunístico, sino más bien comercial. En el documental, el protagonista, es el gran rinoceronte blanco, y el asunto que ha despertado el interés del muchacho, son las reiteradas insistencias del narrador, ante los ataques que sufren estos animales, para ser despojados de su cuerno, que una vez molido y vendido en el mercado negro, alcanza precios desorbitados, debido a sus supuestas propiedades afrodisíacas.
¿Y qué interés puede tener cualquier hijo de vecino en los réditos producidos por un cuerno de rinoceronte, si este es vecino de Cuenca o de Badajoz?
Pues, como todo el mundo sabe, por estas tierras ibéricas no hay mucha abundancia del buenazo del rinoceronte. Pero esto, no quiere decir que no los halla, en reservas, museos, y zoológicos de todo tipo. Y así, volvemos a nuestro muchachote, que sigue absorto en las explicaciones del narrador, sobre la vida y desgracia del gigantesco unicornio. En la cabeza del chaval, mientras tanto, se va fraguando un plan, y una maquiavélica sonrisa se va dibujando en su rostro plagado de granos. El dato que le provoca la sonrisa, y que el lector todavía desconoce, es nada menos, que en el pueblo del muchacho, existe un museo de ciencias naturales, donde reina por derecho un rinoceronte disecado. Así, que ya se pueden imaginar por dónde van los pensamientos del joven.
Efectivamente, lo han adivinado, la intención del chaval no es otra que reclutar algunos compinches entre sus más allegados amigos, y entre todos colarse en el pequeño museo para arrebatarle el flamante cuerno al rinoceronte disecado, molerlo después, y venderlo por internet, ganar unos cuantos “miles de dólares” y luego, pegarse la gran vida.
Su plan, huelga decir, que causa furor entre los amiguetes, que entusiasmados se ponen a las órdenes de su espabilado amigo, convencidos todos de llevar a cabo un crimen perfecto.
Y así fue, su plan, una vez realizado, funcionó a la perfección. Los muchachos se colaron en el museo, y lograron su objetivo, sin dejar ni una sola pista. El rinoceronte fue despojado de su cuerno, y así luce desde entonces. De los autores no se sabe nada, bueno sí, de lo que estamos seguros es de que la segunda parte de su plan no se pudo llevar a cabo. Es decir: ni habrían podido machacar el cuerno, ni mucho menos venderlo por internet. Y ustedes podrían preguntarse: ¿Cómo es posible esto, acaso el proceso de disecado perjudicó las propiedades del cuerno?
La verdad, es que es más sencillo que todo eso, verán, el supuesto rinoceronte disecado, resultó ser una réplica de gomaespuma, o algo parecido.

No les voy a describir la escena, de cuando los autores del crimen perfecto se dieran cuenta de la verdad. Pero lo que si creo, es que fueran quienes fueran, deben de estar rezando todos los días para que nadie les pueda seguir la pista y nunca se descubran sus identidades. Y así librarse, de hacer uno de los ridículos más espantosos de la historia del crimen.



el reverendo Yorick.

Subsidio por favor!!!

¿Quién es el último? -dije al llegar a la cola- El tipo que me precedía me miro y despectivamente hizo un gesto con la cabeza. Luego se giró ignorándome y se imbuyó en sus pensamientos. La cola daba la vuelta a la manzana. Como sabía que tenía para rato, intente de nuevo entablar conversación con mis sufridos y fortuitos compañeros de penurias: -Aquí tenemos para rato ¿Lleva usted mucho tiempo? El tipo se giro con cara de molesto y me dijo hoscamente que cinco minutos más que yo. Ya lo sabía. La señora de delante de él, que si parecía tener ganas de hablar, me dijo que su prima llevaba haciendo cola desde las siete de la mañana, y que casi había llegado a la puerta. tambien dijo que se mantenían informadas llamándose por teléfono.
Mientras me hablaba la señora, y entre medio de los dos, el otro tipo se removía incómodo. La señora seguía explicándome que la fila se movía tan lentamente debido a que todo el mundo acudía a la misma ventanilla, y que aunque habían reforzado el servicio, había demasiada gente. El tipo entre nosotros pareció animarse, y con el estilo malhumorado del que ya había hecho gala, comenzó a despotricar sobre los funcionarios de la oficina, y más tarde la tomo con el gobierno. Alguien le secundó unos puestos más adelante. Como la situación me divertía, comencé a meter un poco de caña. -Si ya sabíamos que esto iba a pasar ¿Donde estan ahora todos los que votaron a estos mangantes? Previsiblemente no apareció ninguno, todo lo contrario, algunos me corearon alzando la voz. Supongo que los más sospechosos de haberse convertidos en cómplices del gobierno a traves de sus tristes votos. El tipo de delante permanecia cabizbajo, y visiblemente nervioso, estaba claro, que allí se sentía completamente acorralado y fuera de lugar, supongo que sería un solitario de tantos, resentido y reyezuelo por derecho de su casa. Bastante parecido en el fondo al montón de desechos humanos que formábamos aquella larga fila. Esperando todos a que llegara nuestro turno para poner cara de pena al funcionario de turno, para recibir  nuestras miguitas de pan en forma de subsidio de desempleo. Luego correríamos todos a recuperar nuestro ritmo diario, lejos de las fastidiosas obligaciones que nos exigía la oficina de empleo.
Después de salir de allí, unos irían a comprar el pan, otros a echar la quiniela, otros a dar vueltas por las calles con la idea de olvidarse un rato de tanto hastío.
De vez en cuando a alguno de nosotros se le ocurriría ir a entregar algún currículum más, con una vana esperanza de que esa ocasión fuera la buena.

Al cabo de un par de horas, por fín me atendieron. Puse mi cara de pena, me dieron mis miguitas y salí de la oficina dispuesto a celebrar otros seis meses de tregua en el primer bar que encontrara. Por la calle de al lado pude ver de refilón al tipo que me precedía en la fila, parecía malhumorado, caminaba cabizbajo con las manos en los bolsillos. Perdido en alguna agria reflexión. todos volvíamos a nuestras vidas deseando olvidar una larga mañana de trámites.
Los funcionarios se marcharía maldiciéndonos entre dientes por hacerlos trabajar tanto. Y así cada uno consigo mismo buscaría a alguíen a quién echar la culpa de tanta fatalidad cotidiana, sin pensar nunca en la responsabilidad que cada cual tenía en la construcción  y mantenimiento de un mundo injusto y aceptado desde la mas aberrante de las cobardías: La propia.

Yorick.

LAS CHICAS DE FAMOSA

http://www.youtube.com/watch?v=Q_cB2WR-AXU


He pasado unos días de incertidumbre al saber que Famosa, la fábrica de las famosas muñecas iba a cambiar la ubicación de Onil. Por fin, la casa se reubicará en Las Atalayas de Alicante. Tranquilidad para sus trabajadores.
Por un momento pensé que el anunciado traslado se debía a la preocupación de la empresa por las muñecas que todos los años se dirigen al Portal a rendir el debido homenaje al Niño Dios. Que, preocupada –la empresa- por la gran caminata de las muñecas y, dada la edad de éstas, había pensado en trasladarse a un lugar más próximo al pesebre. Pero no, todo se reducía al vil metal.
Esta noticia ha removido en mí una preocupación que arrastro desde hace décadas. Sabedor de que el camino hacía Belén lo realizan a pie y con esos pasitos menudos que sabemos, el recorrido debía de resultarles enormemente fatigoso. No obstante, si en el principio eran jóvenes, cargadas de vitalidad, el avasallador tiempo, que hace mella en todos, debe de haberlas convertido en mujeres de avanzada edad que peinarán canas hasta en los chuminos. Así, cada año, para hacer el recorrido, debían de partir de Onil antes y el camino que al comienzo realizaban en varios días se tornó en meses de penosa caminata.
A pesar de todo, el camino lo han realizado siempre con verdadero interés y entusiasmo, pues:… y Jesús que está alegre se ríe en el pesebre… Cada año se alegraba de recibirlas ante las expectativas de unos polvitos que, tanto las muñecas, como él, disfrutaban revolcándose en la paja, jalonados, como se sabe, por la Virgen, la mula y los dos cornudos.
Han pasado casi cuatro décadas y las muñecas no son lo que eran, tampoco el Jesús, aunque supongo que seguirán retozando. Quizás con el ardor más apagado, pero donde hubo…
Más tranquilo quedo al saber que una ONG se ha ofrecido a llevar a las muñecas todos los años.

EL BOBO DE KORIA