CELOS



Es cierto que hoy el Sol brilla y hace un hermoso día
noto la tibieza de tu mano en mi pecho
todo es hermoso
pero tal vez debería hablarte de mis cárceles
de los barrotes anclados en mi cabeza
y en cuya celda un día habrás de sufrir

Sé que te estropearía el día
si me diese por contarte
la humedad enfermiza que me trepa las piernas
y llena mi alma de verdina malsana
desde los tiempos de mi diluvio

éste idilio me colma de dicha
casi diría que puedo respirarte
pero me da escalofríos pensar
que con el tiempo conocerás
la morgue que hay en mi
repleta de cadáveres podridos
que son todos los psicópatas que una vez fui

Sé que cada uno encontrará los fantasmas del otro
arrastrando sus cadenas dentro de él
sé que una frialdad gélida
abrirá una grieta entre los dos
que usaremos cuchillos en vez de caricias
y que llegado el momento
acudiré al doloroso sepelio de los días que hoy vivimos
llevado de la mano por el pobre cobarde
que habita dentro de mi 

Rafa Becerra 

¿HAY CASTA...



¿Hay casta de cerdos más inmunda en todo el orbe? Yo digo que hasta que no ahorquen al último Papa con las tripas del último fraile no habrá paz en el mundo.
EL EQUIPAJE DEL REY JOSÉ –BENITO PÉREZ GALDÓS

Nunca, ni en las situaciones más desesperadas, he perdido mi sentido del humor, y soy de los que piensan que la vida está hecha de pura risa y que, por mucho que ignoremos lo que nos espera al final de la misma, lo mejor es ir hacia todo eso riendo, con una trágica falta de seriedad.
SUICIDIOS EJEMPLARES – ENRIQUE VILA-MATAS
                                              
Una persona empieza a envejecer cuando siente que sus tradiciones pesan más que sus proyectos.
JORGE WAGENSBERG                                   

Vivimos demasiado tiempo.
CARNETS (1935-1951) – CAMUS

La cultura de las redes implica una hiperactividad pero también una extrema soledad, la soledad de un individuo ante una pantalla, mucho más conectado que antes pero más solo que nunca.
ROGER BARTRA, ANTROPÓLOGO – (EL PAÍS 13-9-2015)

—Bien hecho. Sé que nos ganarás la copa — dice.
Y yo suelto entre dientes:
—Mierda, ganaré.
LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO –ALAN SILITOE    

Prefiero no continuarme. Prefiero que la dinastía se acabe conmigo, porque no tengo demasiada confianza en el porvenir. Prefiero no reproducirme.
GEORGES BRASSENS

Pero como el olor del papel y el placer de tocar el periódico no hay nada, al igual que oler un libro cuando lo abres.
INÉS ORTEGA – (LEVANTE 5-6-2015)

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



LA TOÑI



MARÍA ANTONIA JOSEFA JUANA DE HABSBURGO-LORENA. Más conocida por María Antonieta. Pero, en la intimidad de los palacios de Versalles era, “LA TOÑI”.

- Hoy estáis preciosa, madame Du Barry.
- Pos anda que vos, Toñi, estáis para haceros un corsé de babas…Ji, ji, ji, ja, ja, ja.

- Corred, que os pillo… corred… ji, ji, ji….

En el ínterin –mientras tanto, vamos- el pueblo de Francia pasaba más hambre que un maestro escuela en nuestra Dictadura Franquista.
Cuando le contaban lo mal que lo pasaba el pueblo y que no tenía qué comer, ella, La Toñi, mientras hacia equilibrios para que la gigantesca y grotesca peluca no se le viniera al suelo, contestaba:

            - Ji, ji, ji, …. Pues, si no tienen pan, que coman tortas…Ji, ji, ja, ja, ja…
            - Huy, disimulad, monsieur Georges, la Charlotte está haciendo pis en ese rincón.
            - Corred monsieur Georges, corred, que os pillo, tunante…ji, ja, ji, ja, ji, ji, ji…


La casa de la reina tenía alrededor de cuatrocientos cincuenta miembros.
La Casa de la reina empleaba doce doncellas, un jefe de guardarropa, un primer ayuda de cámara, dos ayudas de cámara comunes, un ujier común, cuatro ujieres por turnos, dos ujieres de gabinete y dos de antecámara, catorce ayudas de cámara rotativos, seis criados de cámara, un ayudante de guardarropa común, dos ayudas de guardarropa, un guardamuebles común de la cámara, dos ayudas de cámara tapiceros, un relojero, un peluquero-bañador, Léonard François Autié, dos peinadores a comisión,  Léonard Autié y Villanoué, una bañadora, una azafata del guardarropa y un mozo de guardarropa. A ellos se agregaban un sastre para los trajes de amazona, dos mozos de cuerda de la cámara, dos pañeros, una lavandera de la ropa interior de la reina, cargo que se otorgó a los hijos del señor Bonnefoy du Plan, mademoiselle Ronchereuil, que retiraba la bacinilla de la reina, dos frotadores y un ayudante, un bibliotecario y lector, el abate Neuilly y su adjunta madame de Laborde, un secretario de gabinete, monsieur Campan, esposo de la primera doncella. La salud de la reina se confiaba a un médico, monsieur Lassone hijo, un primer cirujano, monsieur de Chavigna, un cirujano común, dos cirujanos fijos, un cirujano partero, monsieur de Vermont, un boticario y un enfermero.
            El servicio de mesa, con diferentes denominaciones, abarcaba sesenta y tres cargos. La caballeriza ocupaba a setenta y cuatro personas. La reina, además, mantenía a un escultor, monsieur Rousseau; un pintor decorador, monsieur  Le Riche; un pintor de miniaturas, monsieur Dumont; un maestro de danza, monsieur Gardel; un maestro de clavecín, monsieur Henon; un fabricante de instrumentos músicos y un luthier, y a su joyero monsieur Boehmer. Además había unas trescientas personas empleadas que vivían de los favores de la reina y que se sucedían por determinado tiempo, que podía ser un año, un trimestre o una quincena. Todo este personal obedecía a un ritual minucioso: si la reina pedía un vaso de agua, el criado de cámara presentaba a la primera doncella un plato bermellón donde había un vaso tapado y una pequeña jarra, pero si aparecía la dama de honor, la doncella estaba obligada a darle el plato. Si la hija del rey o la señora condesa de Artois entraban en la habitación en ese momento, debía entregárseles ese plato antes de llegar por fin a la reina.

            La Casa de la reina se proveía con ochenta y siete “comerciantes que seguían a la corte”: joyeros, sombrereros, costureras, vendedores de joyas y de modas, perfumistas, sastres o tintoreros. Los principales figuraban en el Estado de los mercaderes, proveedores, obreros y obreras del guardarropa de la reina. En él se encontraba, sobre todo, como comerciante de telas que también proveía al guardamuebles real, Le Normand, cuya tienda de Au Grand Ture está situada (…)

            Los comerciantes de modas eran, además de mademoiselle Bertin, que estaba por encima de todas las otras, madame Pomée; mademoiselle Fredin, con la marca L´echarpe d´or en la calle de la Ferronerie; mademoiselle Quentin de la calle de Cléry; monsieur Richard de la calle de Bac, que proveía también a la princesa de Conti; la señorita Picot y la dama Berthelot para las “blondas” (encajes de bolillo) y los abanicos. La dama Hamell proveía las cintas. El señor Beaulard figuraba en la lista con la mención “accidentalmente”. Era el principal competidor de mademoiselle Bertin. Madame Etoffe sucedió a madame Pompée. Era costurera de lencería y comerciante de modas en su taller de Versalles, la calle de la Orangerie, donde la reina “incurría en gastos considerables”. Madame Payen, al igual que los señores Mirvault y Gerdret, proveía de sedas y puntillas, y el señor Boulard suministraba las medias.

            Además de Jean-Louis Fargeon, la reina tenía como perfumistas y guanteros al señor Prévost, sucesor de la viuda Huet.  Etcétera…

EXTRAÍDO DEL LIBRO “EL PERFUMISTA DE MARÍA ANTONIETA” de Elisabeth Feydeau.

Los pasadizos, patios, edificios y comedores están llenos de orina y materias fecales. Al pie del ala de los ministros, un porquerizo desangra y asa sus cerdos todas las mañanas. La avenida Saint-Cloud está cubierta de aguas estancadas y de gatos muertos.  VERSALLES DE LUIS XVI Y MARÍA ANTONIETA
EL PERFUMISTA DE MARÍA ANTONIETA -- Elisabeth Feydeau.


“Su ligereza, sus inconsecuencias, su poca capacidad, han contribuido bastante a
provocar, a precipitar la catástrofe.
Cambió enteramente las costumbres de Versalles; la antigua gravedad, la severa
etiqueta, se hallaba transformada en un galanteo licencioso, en una verdadera
charlatanería de retrete.
Todo hombre sensato no podía escaparse de la pifia de las jóvenes cortesanas,
cuya disposición a la burla estaba aguijoneada por los aplausos de una soberana joven y hermosa”
(Juicio de Napoleón Bonaparte sobre María Antonieta)
            Así las cosas,  el día 16 de octubre de 1.793, La Toñi, fue ajusticiada por medio de la sobria, elegante y, por qué no decirlo, encantadora GUILLOTINA.

            HOY SE CUMPLE EL DUOCÉNTESIMO VEINTITRESAVO ANIVERSARIO DE SU MUERTE.
Últimas palabras de La Toñi antes de que el verdugo CHARLES-HENRY SANSON le separara la cabeza del cuerpo:

-¡¡¡ Bondieu de merde!! ¡¡Je merde Dieu!!
-¡¡¿Cómo luzco ahora mis pelucas?!!
EL BOBO DE KORIA




Insignificancia




-Qué solo estoy-
Dijo el falso dios. Una revelación en un duermevela le constató su realidad. Solo como todos, solo ante la nada, y lo peor: solo ante la muerte.
No había pensado mucho sobre la muerte a lo largo de su vida, pero ahora que sus horizontes eran más cortos se le aparecía a menudo. La precedía un escalofrío asociado a cada nueva tara que aparecía en su cuerpo. Un ligero dolor, una nueva arruga, un sutil bulto en el abdomen, o restos de sangre en su orina. Trataba de alimentar la mentira de su deidad, con toda clase de conquistas terrenales, pero frente al espejo y en soledad, esas patrañas no le servían para nada. Acababa por entender con impotencia su debilidad frente al miedo a morir solo, y peor, el miedo a morir solo pero acompañado por un séquito de estado qué !malditos sean! se quedarían aquí tras su partida. Sabía que la mentira que había sostenido su vida, su deidad, era tan falsa como cualquier otra, y postrado ante esas estatuas que el pueblo entendía como sus creadores, él sólo recibía la frialdad de la piedra. No sabía de nadie que hubiera vuelto de la muerte para confirmar aquello que aseguraban los sacerdotes, otra vida, y además junto a sus divinos padres, gobernando el universo.
Ante el espejo entendía que ninguna mentira ni esperanza le producía consuelo alguno. La certeza más lúcida de toda su existencia lo golpeaba de lleno: la soledad, y el miedo. Un miedo obsesivo que enfrentado a su falsa deidad, le hacía detestar todo lo que lo rodeaba, sus hijos, su imperio, su pueblo, sus cortesanos y su familia entera. Un odio que acrecentaba su crueldad hacía cualquiera que mostrara felicidad, hacía la dicha, la alegría. Amargado como un monstruo devorador de mundos se veía abocado a la destrucción, para tratar de sentirse mejor frente al miedo. Pero nada lo aliviaba, enloquecido, asesinó y destruyó todo lo que pudo clamando a la ira divina, incomprensible para los mortales.
Un día arrastrado por la locura, condenó a muerte a todos los sacerdotes de su culto. Rechazó su propia religión argumentando una guerra de dioses en el cielo, de la que él, afirmaba haber salido victorioso. Arengaba a su pueblo  aterrorizado por su ansia de sangre, desde el púlpito de su deidad, ante los sacerdotes a punto de ser decapitados por los verdugos, cuando de pronto, la hoja de una espada apareció en su pecho, empujada desde atrás.

Ya no dolía el miedo, diría el demente que una paz fría subía desde su interior, ya nada importaba, ya nada sabía. Su sangre empapando el bello mosaico del suelo, se limpiaría pronto, su cuerpo sería engullido por el tiempo y otro iluminado ocuparía su lugar, y las cosas seguirían como siempre hasta que un día no lejano el escalofrío de la soledad lo despertará en la noche, y el miedo regresará de nuevo, para extender otra vez un fluido manto de sangre.

Yorick.

Empresa Tripalium Temporal




Las ETT son empresas de trabajo temporal. Es decir, empresas que explotan doblemente a los trabajadores/as. He tenido compañeros que han “gozado del privilegio” de trabajar para una ETT y, su estado de malaleche era constante.
Cuenta el diario Levante (5-10-2016) que cuatro trabajadores de una ETT han sido multados con 900 euros por agredir y robar a su antiguo jefe, por no pagarles el salario que les debía.
La Fiscalía, ésa que en los casos de bandidaje de Estado, oficia de Defensora, pedía cuatro años de cárcel para los trabajadores. En este caso -¿se ha equivocado?-, el juez se ha puesto ligeramente del lado de los débiles o de la justicia. Sólo les ha impuesto una multa. Parece que en la Magistratura quedan algunos jueces  sensibles a lo que podíamos llamar un poco de decencia.
Deseable sería que se dieran más casos como éste y que terminaran creando jurisprudencia. Así, los patronos esclavista, no se reirían además de explotar a la pobre gente que, para poder vivir sólo quieren/tienen que trabajar.
Creo que hace un tiempo, a la acción de los cuatro trabajadores se le llamaba acción directa, o quizás me equivoco. Voy a mirarlo en la Wikipedia.

EL BOBO DE KORIA

EL PUEBLO...



El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo
DE LA PELÍCULA “V DE VENDETTA”

El que desespera  de los acontecimientos es un cobarde, pero el que pone su esperanza en la condición humana es un loco.
CARNETS (1935-1951) – CAMUS

Periodismo es pedir cuentas al poder.
Marty Baron -- DIRECTOR del Washington Post                       

Poco después se casó con hombre mayor, poco agraciado pero muy rico, porque sus padres se lo exigieron. No fue una mujer feliz, pero sí adinerada.
55 RAYUELAS – EDITH ARON

… y trajimos a colación la incultura, la estupidez, la barbaridad y la maldad aniquiladoras que se extendían como una epidemia por el país, eso sí, con la aquiescencia de las autoridades…
LIQUIDACIÓN – IMRE KERTESZ

Nuestro pueblo (Austria), tuve que pensar además, es el primer pueblo irremediablemente degenerado de la historia, el primer pueblo incorregible, el primero que no iba a ser nunca capaz de expiación, el primero que no podría dar marcha atrás nunca.
ENSAYO SOBRE EL CANSANCIO – PETER HANDKE

¡Y qué viento levantan las togas de los abogados en su vuelo siniestro, un viento que hace estremecer!
GEORGES EL AMARGADO – OCTABE MIRBEAU

… y hacen el gesto de limpiarse el culo con la carta de agradecimiento que les ha enviado un general en jefe. Luego rugen La Marsellesa, con acompañamiento de pedos.
YO LO QUE NECESITO ES AMOR – KLAUS KINSKI

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)