la verdadera historia de David y Goliat

Érase una vez un planeta que era gobernado por hombres implacables. Estos colocaban a uno de ellos como presidente, mientras el resto actuaba en las sombras. De entre todos los presidentes de los distintos países, había uno que era el más poderoso. De alguna manera su país y los hombres implacables que le habían colocado como presidente gobernaban sobre los demás. Así este país poderoso, seguido por los siguientes más poderosos, y por aquellos que sin serlo aspiraban a ello, gobernaban el planeta.

Amparado por su poder, y con el consentimiento del resto de países, el presidente más poderoso y los hombres implacables que lo manejaban cometían abusos y tropelías en los países más pobres, o en aquel lugar de la tierra de donde pudieran sacar algún provecho. Sin que nadie de los más pobres pudiera hacer nada. Curiosamente estos países llamados pobres, no lo eran, disponían de recursos naturales de sobra, solo las condiciones impuestas y la imposibilidad de desarrollo y comercio los hacia pobres.

En nombre del bien internacional se inmiscuían en los asuntos de los demás, derrocaban gobiernos, provocaban guerras, justificaban bloqueos, expoliaban el planeta y lo contaminaban en nombre del progreso y la economía.

En unos de estos actos, entraron en guerra con el presidente de un país, al que ellos mismos habían ayudado a encaramarse en el poder años atrás. Por medio de burdas mentiras convencieron al mundo de que dicho país, tenía capacidad bélica capaz de provocar grandes desastres y destrucciones masivas. De este modo la población ya empobrecida sufrió una larga guerra, donde participaron todos los países cómplices del más poderoso.

Una vez derrocado el presidente maldito, los invasores camparon a sus anchas por aquel país, donde a pesar de haberse declarado el fin de la guerra, un conflicto soterrado permanecía. Los invasores colocaron un gobierno disfrazado de occidental y hablaban de sistemas democráticos y otras mentiras. Mientras, los habitantes de ese país sufrían la desesperanza de no ver nunca luz al final del túnel. La complicidad del resto de países con el más poderoso rozaba la demencia, pues una vez demostrado que no existía tal armamento bélico, el pequeño país permanecía invadido de unos sospechosos guías democráticos, que coartaban cualquier intento de volver a empezar de la población indígena.

Un día, el presidente mas poderoso del mundo, visito aquel país, en el declive de su mandato, y en un ejercicio de cinismo propio de un desalmado, se presento allí, ha hablar de reconstrucción y decir palabras vacías, que sonaban vacías en los oídos del pueblo machacado por la guerra, por los bloqueos y por la desgracia.
En uno de esos actos, concentrado ante un grupo de periodistas, el presidente más poderoso del mundo soltaba su discurso repetitivo, falso y soporífero.
Uno de los asistentes, periodista del país invadido, llevado por la rabia de tanta ignominia y en un impulso loco e impotente, se descalzo, y arrojo con furia sus zapatos sobre el soberbio presidente. Este los esquivó con facilidad.
Este acto, de no haber estado presente televisiones y periodistas, podría haberle costado la vida al periodista, no fue así, pero la venganza de la represión caerá sobre el.

Esta es la verdadera historia de David y Goliat. Cuando el más débil se enfrenta al más poderoso siempre pierde. Porque no hay ningún dios que desequilibre la balanza a favor de los desposeídos. Así es la historia de la humanidad, así ha sido siempre y así seguirá siendo.

En esta historia David se llama: Muntazer Al Zaidi, y su impotente gesto de rabia infinita, habla por si solo. Es el gesto de cada hombre y mujer de este planeta que se siente aplastado por la bota del invasor, del que llega a su casa a robar, a imponer y a destruir, sin tener en cuenta a los habitantes del lugar. Es la historia de todos los David abandonados de los dioses que habitan este mundo, y que seguirán perdiendo y arrojando zapatos a los gigantes implacables.


El reverendo Yorick

A modo de homenaje: Ramón J. Sender

La primera vez que leí a Ramón J. Sender, yo estudiaba segundo curso de formación profesional, debía tener 15 años, y la lectura, fue obligada por la enseñanza de literatura de aquel tiempo. De aquella enseñanza, solo recuerdo mi rechazo brutal a los autores españoles y latinoamericanos (por suerte para mí, con los años pude corregir tan tremendísimo error) El libro que me fue impuesto era: -Réquiem por un campesino español- No recuerdo aquella lectura como una tortura, como ocurría en otros casos, es más, en el consabido comentario de texto que acompañaba a la lectura, saque muy buena nota, cosa que era de apreciar, en unos años en que mis buenos resultados escolares menguaban considerablemente. Siempre me quedó un buen recuerdo de aquel libro, aunque a su autor no volví a leerle hasta muchos años después.

Pasados quince años y en una librería de saldo encontré un libro suyo: Epitalamio del Prieto Trinidad. Desde luego con semejante título ¿Quién no le echaría un vistazo? Leyendo las tapas recordaba al Papillón de Charriere, así que lo compré. En cuanto vi la portada, recordé el Réquiem, y mi comentario de texto. Lo compré, y empecé su lectura de inmediato, sorprendiéndome a cada página que pasaba, el autor se convirtió para mi en alguien que tenía cosas que decir, dotaba a sus personajes de pensamientos que parecían no corresponderles y empecé a entender que una experiencia vital grande se escondía tras el autor. A los pocos días volví a la librería, recuerdo que costaban los libros doscientas pesetas, poco a poco, en las siguientes semanas me llevé todos los que había, cinco o seis títulos: Nocturno de los 14, Relatos Fronterizos, Don Juan en la mancebía, Las criaturas saturnianas, etc. Me empapé de Sender, y cada vez me gustaba más. Unos meses después, leyendo las memorias de Haro Tecglen, había un apartado donde hablaba de Sender, le echaba la bronca literalmente, por el cambio de rumbo de su literatura después de su exilio tras la guerra civil. Tecglen me puso sobre la pista de los tres libros que el consideraba imprescindibles: Imán, Siete Domingos Rojos, Viaje a la aldea del crimen.
Me costo tiempo pero los conseguí, Imán, no fue difícil, porque había sido reeditado varias veces, pero con Siete Domingos Rojos la cosa cambiaba, desde su aparición allá por los años de la Republica no había vuelto a ser publicado en España, fue en Mexico donde se publicó, y de pura suerte, en una feria de libro antiguo y de ocasión dí con el. Viaje a la aldea del crimen fue reeditado hace pocos años y también cayó en mis manos.

De Sender he leído opiniones de todo tipo. En casi todos los casos siempre hay algo que achacarle. Yo también tengo mi opinión. Ramón J. Sender puede ser el autor que más me haya influido, he leído prácticamente la mitad de su obra, y siempre que algún libro suyo cae en mis manos, consigue sorprenderme, conmoverme, y acabar asintiendo sus reflexiones. Su sarcasmo y escepticismo son insuperables. Su imprescindible sentido del humor también. Nunca un libro suyo me dejó indiferente, mi deuda con él es infinita.
En el caso de Sender, leer los prólogos que se hacen a sus libros, o los estudios que hay sobre él se convierte en algo tedioso y tendencioso. Salvo la excepción de José Luís Castillo-Puche. De todos los demás, es mejor prescindir. Si alguien quiere acercarse al autor les recomiendo el prologo que él mismo escribió para su obra: Los cinco libros de Ariadna. De los demás que dicen, que quieren que les diga…

Hace unos años hablando con Paco Madrid, sobre Sender me decía: -el mejor libro que ha escrito es Réquiem por un campesino español- En aquel momento no le contesté, supongo que la ingesta de cerveza ya estaba rondando el límite de mi organismo, y no estuve rápido. La opinión, es la que se puede leer en cualquier párrafo de libro de texto de lo que antes era 8º de E.G.B. En absoluto estoy de acuerdo, y siempre me quedó la espina de terminar esa conversación, pues cuando me viene su frase a la cabeza, siempre pienso en alguien que no ha leído prácticamente nada del autor, y sin embargo no duda en sentenciar de un plumazo.
Escribo estas opiniones personales, a raiz de la lectura que me lleva estos días. La editorial Virus, tuvo a bien publicar una obra de Sender, que yo codiciaba hace años, y de cuya búsqueda me había dado casi por vencido. Se trata de O.P. Orden Público. Publicado originariamente en 1931, y desde entonces hasta ahora olvidado (también tienen en catálogo los Siete Domingos Rojos) No puedo evitar cuando me sumerjo en un libro de Ramón J. Sender la complacencia que me produce su lectura, el descubrir, intercalado en las frases o los pensamientos de los personajes a una persona comprometida con su tiempo y sus circunstancias, valiente y no falto de esa cabezonería ilergeta de la que se sentía tan orgulloso.

Una vez escribí un cuento, en el que juntaba a un buen y admirado amigo, capaz de sacar punta a un alfiler, a Ramón J. Sender, y a mi mismo como discipulo y admirado aprendiz de esos dos grandes genios. No salió nunca de las páginas de mi libreta, ni creo que lo haga. Queda solo como homenaje y respeto por todo lo que me han dado estos dos grandes hombres.


Rafael Becerra.

la ventana

Una gran ventana me enseña un trozo del mundo. Un trozo del mundo que multiplicado por una gran cantidad daría una imagen muy parecida del mundo entero. Decir que no me gusta lo que veo a través de la ventana Es repetirme hasta el aburrimiento. Pero si me canso de decirlo siento como si empezara a formar parte de ese mundo hostil. Entonces opto por repetirme
Por volver a mirar fijándome en lo que veo, por intentar comprender…Por intentar:
Para el cuerpo no me huela a derrota
Para que las manos aprieten el aire
Para que los pies no se hinchen de abandono
Para que los párpados no caigan derrotados
Para que la sorpresa siga sorprendiendo
Para que aprender no se acabe nunca
Para que equivocarse sea el principio

Estar a un lado de la ventana no me hace mejor, pero da cierta perspectiva, solo eso. Veo personas, hechos, que podrían definirse como ecuaciones matemáticas, cuya resolución es muy sencilla, porque no hay incógnitas que despejar, solo disfraces que abandonar. Sin embargo, una gran carga parece caer sobre esos hechos y personas, dando la impresión de encontrarnos ante un enigma matemático.
¿Para cuando un psicoanálisis del mundo? La suma de nuestros complejos y temores nos convertiría en un paciente gigantesco y amorfo que llora de frustración. ¿Quién tomaría notas de los males de ese ser? ¿Se encontraría en el estúpido panteón de dioses inventados? ¿O sería elegido entre nosotros? Paternalmente elegiríamos quizás al gobernante del país más rico de la tierra…

No es necesario que nadie nos psicoanalice, no es necesario que nadie resuelva problemas imaginarios que nos hace débiles como comunidad. No es necesario. Pero si es necesario, que nos dejemos de ver débiles frente a otros, si es necesario que una opción de intereses comunes nos una dejando a un lado egoísmos individualistas que nos atrapan peligrosamente en la telaraña de la aceptación. Es necesario tanto…
Vuelvo a mi ventana, sigo mirando intentando comprender, intentando aguantar, con la mente puesta en el fin de las horas de trabajo. Con la cabeza llena de preguntas que nunca hallarán respuesta, queriendo que cada minuto cuente y sin saber como hacerlo.


el reverendo yorick

PENSAMIENTOS CONTRA LA MONARQUIA.

-Innumerables delitos, execrables maldades, han cometido siempre los reyes de todos los estados.
JUAN BAUTISTA PICORNELL (1748)

-Quien corta bolsas, siempre es ladrón; quien hurta provincias y reinos, siempre fue rey.
LA HORA DE TODOS Y LA FORTUNA CON SESO- QUEVEDO

-El pobre nació ochomesino –escribe María de las mercedes, la madre de Juan Carlos en sus memorias- y tenía los ojos saltones…Era horrible.
UN REY A GOLPE –PATRICIA SVERLO

-El monarca es el único que no ha de demostrar nada a nadie, porque es por naturaleza lo que es por cultura. Su posición social es definida por un dato biológico: es rey de nacimiento.
ENCICLOPEDIA DE LA ESTUPIDEZ- MATTHIJS VAN BOXSEL

-En el balcón de palacio
Hay un tiesto de claveles
Con un letrero que dice:
Viva Alfonso XIII!
DE UNA CANCIÓN POPULAR CON MOTIVO DEL REGICIDIO FRUSTRADO DE MATEO MORRAL –RECOGIDA POR PÍO BAROJA EN “MUSICA CALLEJERA”

-Es más fácil proclamarse emperador que conserje.
PENSAMIENTOS DESPEINADOS –STANISLAW J. LEC

-Dígales que mi herrumbrado bacín vale más, muchísimo más que su roñosa corona, pero que no estoy dispuesto a trocarlo por ella!
YO EL SUPREMO –AUGUSTO ROA BASTOS

-Si el rey había dado buen resultado, en otro tiempo, después de siete años de gobierno, era sacrificado en la fiesta de la cosecha.
MASA Y PODER –ELIAS CANETTI

-Que no queremos reyes idiotas que no sepan gobernar, lo que queremos e implantaremos: el Estado Sindical.
CITADO POR EDUARDO HARO TECGLEN 4-3-2003

-Ningún pueblo elige a su rey, lo que convierte siempre e irremisiblemente al monarca en el heredero político de un sistema no democrático.
XAVIER IRUJO AMETZAGA

-Los monolíticos
De la monarquía
Son mono y mona
Y han hecho cría.
DE CHAPUCERÍA Y BASURA – JOSÉ BERGAMÍN

-El mundo está mal hecho, los reyes deberían ir a la escuela para aprender a respetar sus propias leyes y a ser compasivos.
EL PRINCIPE Y EL MENDIGO –MARK TWAIN

-Rey: persona del sexo masculino, generalmente conocida en América como “cabeza coronada” aunque nunca usa corona, y usualmente no tiene cabeza de la que se pueda hablar.
EL DICCIONARIO DEL DIABLO –AMBROCE BIERCE

-Lo que en un rey se llama firmeza, en un asno se llama cabezonería.
T. ERSKINE

-La experiencia ha probado y esta Cámara declara que el oficio del rey es, en este país, inútil, gravoso y peligroso para la libertad, la seguridad y el bien del pueblo; en consecuencia, de lo cual queda abolido este día.
DECLARACIÓN DEL PARLAMENTO INGLÉS DESPUÉS DE EJECUTAR A CARLOS 1, 1649

-Aprender a reinar es fácil, a gobernar difícil
GOETHE

-Río, rey y religión, tres malos vecinos son
REFRANERO

-…si bien el cónsul o el rey, en razón de los medios, son señores de los demás, en razón del fin son servidores de los demás, y esto convierte principalmente al monarca, que debe ser considerado, sin duda, el servidor de todos.
DE LA MONARQUIA – DANTE ALIGHIERI

-¿No es extraño que se pueda acceder a los más altos cargos honoríficos del mundo (rey) sin dar exámenes, y que a cualquier médico de provincias se les exija examinarse?
AFORISMOS –GEORG CHRISTOPH LICHTENBERG

-Y nunca el odio llega a ser tan fatal para un soberano como el general desprecio
STEFAN ZWEIG

-CORONACIÓN: ceremonia en la que se inviste a un soberano con los símbolos exteriores y visibles de su derecho divino a ser volado con una bomba de dinamita.
EL DICCIONARIO DEL DIABLO –AMBROCE BIERCE


recopilados por el Bobo de Koria

la monja y los idiotas

Ya me lo decía mi madre: Hijo, tú siempre le estás buscando tres pies al gato. Pues se ve que debe ser así, de otra forma no me explico, lo que me ocurre. Verán, se habla estos días de la placa que querían colocar en el congreso a una tal madre maravillas, de profesión sus milagros. El hecho en sí no es más que una muestra más de la estulticia profunda que padecen nuestros gobernantes, además de demostrarnos, las verdaderas preocupaciones celestiales de los cristianos disfrazados de socialistas. La tal maravillas, con ese nombre tan rimbombante, picó mi curiosidad, porque he de reconocer que mi ignorancia sobre su existencia era profundísima, cosa que por otro lado me importa un rábano.
Bien, me puse a buscar información, y no doy crédito a lo que leí, casi no me sale explicarlo. Porque lo que yo veo, como una señora que estaba como una cabra, resulta que es motivo suficientes para que la iglesia te canonice. Hay que echarle huevos. Humillación total, decía la interfecta, sufrimiento total, por menos de esto te aplicaban electroshock en tiempos del enano infame, pero si eres religioso, está claro, que las llamadas perversiones sexuales (en sus propias palabras) no es sino un camino de llegar a Dios. ¡Joer! Una tía que se colgaba de una viga por el pelo… y esto lo explicarán en los colegios religiosos. Bueno, y lo de la canonización de mano de ‘telepapa’ ya es el rizo rizado, el argumento: las amenazas que recibió durante la guerra civil…amenazas, pobrecita. Les recomiendo se informen sobre las cárceles del franquismo para mujeres, gestionadas y dirigidas por órdenes religiosas, si, si, órdenes religiosas de monjas, cuyas torturas y crueldad solo son comparables a las ejercidas por la inquisición.
El otro motivo, es la recuperación de un niño que se había ahogado, y cuya madre rezó y rezó a la maravillas hasta que el niño se recuperó, vamos milagro en toda regla oiga.
Y ahora, el papanatas de turno se acuerda de que esta señora nació cerca o dentro del congreso, y nos sale con lo de la placa. Seguramente no tendrán otras cosas que debatir, cuando hablan de política, el congreso se queda vacío, y para divagar sobre gilipolleces, se llenan páginas y minutos en prensa y televisión.
Por cierto, si a alguien, le da por buscar información sobre la señora sadomasoquista de la placa, les advierto, a mi me gusta el cine de terror y no me impresiono fácilmente, pero cuando note la mirada de este ser taladrándome desde la foto… uff, enseguida me vino a la cabeza Carrero Blanco con hábito, que no les pase nada.

Aunque todo esto parezca cachondeo, en verdad es muy serio, que la sombra de la reserva espiritual de occidente nos cubra todavía es terrible, que no nos quitemos la maldición de las religiones de encima, es más terrible si cabe, sobre todo si solo juegan ellos, y siguen cohibiendo nuestra libertad de pensamiento con el apoyo incondicional de gobiernos decadentes y nacionalcatolicistas.


El reverendo Yorick.

¿Dónde quedan las libertades?






Cuando era chaval, y a finales de los setenta, recuerdo perfectamente los cambios políticos que llegaban al pueblo donde vivía. De algunos pequeños detalles entonces no era consciente, pero más tarde los descubrí, por ejemplo, los cambios en el callejero del pueblo. Un ayuntamiento comunista arrancó de cuajo a generales e infames de las placas con los nombres de las calles, el pueblo se llenó de calles de poetas, de políticos, de seres imaginarios y utópicos: la plaza de Pablo Iglesias, la calle de Mariana Pineda, la biblioteca pública Rafael Alberti, la Avda. de Dolores Ibarruri, etc, etc. Había en el ambiente una ilusión permanente, se respiraba un cambio, y podría decirse que se olía a libertad.
¿Qué queda hoy de esa ilusión? ¿Dónde quedan las libertades? Se vistieron pronto de mentiras, de engaños, de fracasos, de apatía, de falsedad, de corrupción, de incultura, de desgana y de cobardía. Esas placas permanecen hoy tan olvidadas, como las que hablan de militares y hazañas de la guerra civil o de antiguas repúblicas o monarcas, los habitantes de los pueblos las renombran o las olvidan, y estos hechos darían para pensar en esa pelea por los abstracto que mantienen los políticos que se suceden a lo largo del tiempo, un ansia subliminal de colarse en nuestros pensamientos, mediante nombres, estatuas o imágenes y que siempre acaban fracasando. Conozco un pueblo cerca de donde vivo, cuyo núcleo urbano, no tendrá una población de más de 500 habitantes, su trazado no llega a diez calles, y en todas ellas hay una o dos placas, recordando que tal o cual sitio lo inauguró el alcalde actual. Individuo sin duda atacado de una megalomanía aguda. Otro caso latente de estulticia es el nombre del auditorio mastodóntico que se levanta en este pueblo, y cuyo nombre hace referencia a la mujer de un infame político que gobernó estas tierras durante veintitrés años, y que nos llegó enquistado del franquismo.
Así quedan las cosas, en unos tiempos en que hasta el callejero se hace eco de la incapacidad de nuestro sistema político para crear o vivir en libertad.


El reverendo Yorick

el profesor de música

La respuesta del niño, le cayó como un cubo de agua fría. Por un momento se quedó sin palabras, pensando en que responderle, mientras el chaval le miraba fijamente, consciente del impacto de su respuesta: -Yo estoy a favor de la pena de muerte, en contra del aborto y de la eutanasia- Había dicho. Las palabras le martilleaban el cerebro, ¿Cómo era posible? Solo era un chaval, y las consignas ya estaban ahí ¿Qué sabía él de abortos? ¿De sufrimientos límites? Se daba cuenta en estos instantes de lo frágil que era su vida de profesor, el miedo al bloqueo siempre estuvo ahí, en momentos como este. Lo que más rabia le producía, era tener que tirar por la vía de en medio, a fin de evitar que la clase se le fuera de las manos. Pensar que tardaría meses en diseñar una estrategia para desde su clase de música, dejar constancia de su opinión sobre estos temas. Esto era lo más difícil y agotador, las limitaciones a las que se veía abocado y el riesgo que asumía al mantener una opinión contraria a la mayoría. Nunca, desde luego, opto por imponerlas, su único objetivo era el razonamiento, el debate, la duda, plantear las contradicciones de la vida con análisis para intentar que los chavales opinaran ellos mismos, alejándose de respuestas encontradas, así lo había llevado a cabo siempre, y así lo seguiría haciendo. De forma fría explicó al chaval que las cosas no podían ser tan extremas, que si existe un debate sobre cierto tema, siempre es porque diversos grupos de personas opinan diferente, y que estar de parte de la mayoría no da siempre la razón. Algunos más levantaron la mano, y expusieron su opinión, unos a favor del chaval, y otros en contra. Ese día estaba claro que no hablarían de música. Les dejó decir, pues el momento se presentó propicio, los mismos chavales, tenían opiniones enfrentadas, y los argumentos de cada grupo no aniquilaban a los del contrario, de esta forma, ejerciendo de soporte de báscula fue desgranando las opiniones de los alumnos de uno y otro lado. Cuando sonó la campana, como un resorte, todos los alumnos se movieron, esperando que él diera la clase por finalizada, así lo hizo, mientras salían del aula los observaba, ahí estaban todos haciendo bromas, y parecia que desconectados de lo que acababa de ocurrir en la clase. Los más acalorados de los dos grupos que se formaron se mezclaron con sus compañeros como si nada, mientras se dirigían al patio.
Se quedó recogiendo el aula, en una mesa olvidado había un folio, con el resultado del ejercicio que había propuesto para hacer una canción protesta, con letra redonda y temblorosa había una estrofa escrita defendiendo la pena de muerte –canción protesta- pensó, mientras se dirigía a la puerta riendo a carcajadas.





El reverendo Yorick.

crise

Arresulta agora que a crise que nos queren vender chega a un pico que é a reunión dunha pandilla de bastardos onde se van sentar as bases para que todo permaneza igual: os ricos máis ricos e os pobres máis pobres. O seu modelo xa non funciona todo o que quererían e vánse adicar a refundar o capitalismo. Quizais cunha revolución verde ou unha revolución laranxa pero o caso é que o engranaxe siga tirando para diante porque é de máxima necesidade. Se lle podería ir o chiringo abaixo…
Agora dínnos que aforremos, e mentras, cae o consumo, e aparentemente se rasgan as vestiduras. Millóns de excedentes unidos aos de sempre acumúlanse nos seus contedores mentras os países máis pobres téñense que apretar o cinturón cando o que queren é comelo xa que un cinturon de coiro ten moitas propiedades alimenticias.
Toda esta campaña orquestada dende o corazón da besta (os Estados Unidos) pretende pasar por algo espontáneo e impredecible. Ou sexa que os pillou en bragas totalmente. Pois eu reafírmome que isto se vía vir por calquera persoa da rúa, canto máis anos há polos bastardos capitalistas dos bancos e as multinacionais. Para un servidor todo está orquestrado dende as esferas e despois de todos os acontecementos de principio de século agora toca isto que marcará os designios da raza humana globalizada por decenas de anos.
Obama ese negriño tan liberal e cáseque comunista non é máis que o HOME que terá que campear cun mundo cambiante dende o modosismo para confraternizar con todos os conflitos do planeta. As campañas máis televisadas que nunca no estado español e supoño que no resto dos países europeos son unha chamada de atención a un cambio de mascariña que no fondo só se propón soster este monstro en declive dunha maneira máis lavada de cara para poder soportar as treboadas que se aveciñan con millóns de desempregados tanto na europa do benestar como nos estados unidos país das oportunidades e onde se reordenará traballo, producción e consumo para que o sistema capitalista siga o seu rumbo. Como pasa no estado español con Zapatero que vén ser unha cara de talante armado e exercita unha política modosa aparentemente e esquerdista aparentemente, o amo do mundo virá a ser un algo parecido ao que temos no noso puto país.
Resulta intolerable as inxeccións de cartos provintes da xente de a pé para con os bancos e empresas privadas que se están sucedendo en todo o mundo. Para despois acabar en paraísos fiscais… é o que se vén a chamar o socialismo dos ricos. Todos eles, os ricos blíndanse a costa do contribuínte e do diñeiro dos estados que sangran máis e máis aos cidadáns aos que tamén se lle dí que teñen que apretarse o cinturón. Aquí aínda non chegamos á desesperación doutros países e aínda rotos e gastados quedamos cos cinturóns soltos ou apretados. Estánnos pegando o pao e máis que o van facer. A xente hipotecada enganada, o desemprego… todos a velas vir e eles alá arriba facendo e desfacendo coas súas bolsas virtuais e coas baixadas e subidas de petróleo que comeza a escasear por moito que digan…
O dito vánse reunir e xa o tiñan programado dende hai moito para refundar esta escoria de sistema, e a oportunidade é poñer todo isto en evidencia e demostrar que non funciona, que é inxusto e mortal, que este mundo ten que mudar dunha fodida vez para que realmente a riqueza esté repartida e os monopolios sexan expropiados. Para en definitiva evidenciar que o capitalismo non só non é válido senón asasino de millóns de persoas neste planeta.

geografía interior

Amaneció nublado aquel día en la sierra del Carnero, los jarales goteaban los restos de algún chaparrón. En una curva unos cazadores subían un jabalí muerto a un Land-Rover.
Habíamos viajado toda la noche, Antonio Abenojar y yo. Desde Madrid hasta un incierto lugar perdido entre Extremadura y Castilla La Mancha. Antonio era de esta tierra. Habíamos pasado un año juntos cumpliendo el servicio militar, y ahora al licenciarnos, él me ofreció acompañarlo en este viaje para traer la furgoneta (que yo conducía) y que Antonio había comprado por encargo de su padre.
Pero este viaje, que al principio se presentaba como una aventura más de fin de semana, alocada e imprevisible, como había sido tantas veces en Madrid, empezaba a tomar un cariz extraño y nuevo a la vez. Ya por la mañana, al parar en Puertollano, Abenojar visitó a su novia, una muchacha de ojos grandes y mirada triste, pelo largo y negro y de altura mediana. Me saludó sin emoción alguna, y hacía esfuerzos para hablar con Antonio en privado. Fui a dar una vuelta por el pueblo mientras ellos hablaban de sus cosas, luego en el coche cuando continuábamos el viaje a la sierra donde los padres de Antonio trabajaban de guardeses en una finca, mi compañero me contó que su novia estaba embarazada. Qué le podía decir yo, ni siquiera tenía novia, y estaba como quien dice empezando a arrimarme a las mujeres.
Mis sentimientos se revolvían inquietos entre los montes que nos rodeaban. Antonio abrió los ojos y sin mirarme dijo: -Becerra, estamos llegando. Coge a la derecha en el próximo cruce.- Le obedecí reduciendo la velocidad y nos metimos por una pista llena de baches que serpenteaba monte arriba.
Se desperezaba Antonio Abenojar a mi lado, yo lo miraba de reojo aturdido por el cambio en nuestra relación y casi deseaba llegar donde su familia para poder refugiarme un poco entre otras personas. Por otro lado, el paisaje me atraía como un imán ¡Cómo olía el monte! En las pocas veces en mi vida que había visitado sierras como esta me sentía tan vivo, tan integrado, notaba como despertaban mis sentidos y siempre me decía a mi mismo lo que desearía vivir en un sitio así (Ahora, veintitrés años después, escribo este relato al pie de la chimenea de mi casa perdida en un invierno sin fin y en un bosque semisalvaje)
La casa me gustó desde el principio, era de piedra, de una sola planta y no se parecía en nada a las casas que yo estaba habituado a ver. Para un profano como yo en arquitectura rural, la vivienda se me presentaba antiquísima sin darme cuenta entonces que en los montes los pastores utilizaban en la construcción de sus casas y refugios los materiales de que disponían, esto es, piedra y madera, y que una capa de hongos invernales en la piedra haría envejecer a cualquier construcción levantada anteayer. Por dentro era rectangular con una sola habitación separada, en el resto del espacio una cocina de leña en una pared lateral, un fregadero de piedra a continuación y en la pared de enfrente una enorme chimenea con una campana a dos metros del suelo, y alrededor del fuego y colgados del techo, jamones, chorizos y tocinos. Yo estaba francamente emocionado, lo había leído mil veces, pero era la primera vez que veía algo así. El encanto de la familia de mi amigo hizo el resto. Por unas horas los pensamientos sombríos que me acosaban por la mañana desaparecieron. El cansancio y la falta de sueño también, las sonrisas se dejaron ver de nuevo, contagiados por Antonio Abenojar padre, Elisa, su madre, y Miguel su hermano pequeño, que andaría por los once años.
Después de desayunar unas tiras de tocino asadas, unas cortadas de queso y un vaso colmado de vino, el padre de Antonio me invitó a acompañarle a pastorear las cabras, yo acepté encantado, sus hijos quedaron en la casa, partiendo y colocando la leña. Enseguida intimamos los dos, yo le conté que cuando era pequeño, de la edad de Miguel, en el pueblo acompañaba a mis primos mayores cuando sacaban sus rebaños de cabras, y él enseguida me dijo que necesitaba un ayudante, que pagaba un buen sueldo y que si no estaría yo interesado ¡que oportunidad! Me decía yo. Hoy en día pienso que si me lo hubieran ofrecido diez años más tarde hubiera aceptado sin dudar. Amablemente le dije que no, quería volver a Madrid y empezar a trabajar, la idea de vivir en una ciudad tan grande yo solo me cautivaba.
Pasamos toda la mañana y parte de la tarde por los montes. El padre de mi amigo me enseñó la finca, en las temporadas de caza era cuando solían venir los dueños y sus amigos por aquí. Tenían una casa de fábrica moderna, como un palacete, ni que decir tiene que no me atrajo en absoluto, después de haber estado en casa de mis amigos.
Cuando volvimos a la casa encontré a Abenojar más animado y nos recibió con muy buen humor, su hermano Miguel, no se separaba de mí un segundo y no paraba de hablarme de sus cosas. Aquella noche cenamos todos alrededor del fuego, nos reímos mucho, Antonio y yo contábamos anécdotas de la mili y del año que pasamos juntos. Elisa, preparó unas camas en la sala. Sus padres se fueron temprano a dormir y Miguel también, al día siguiente tenían que llevarme a Puertollano para coger el autocar que me devolviera a Madrid.
Abenojar y yo salimos un rato fuera de la casa, el cielo estaba despejado y las estrellas brillaban con rabia. Nos sentamos en un tronco y empezamos a hablar de nuestros proyectos. Sin saberlo aun estabamos asistiendo a la última vez que estuviéramos solos los dos.
A la mañana siguiente, después de desayunar y despedirme de Elisa, nos dirigimos de nuevo a Puertollano. Abenojar, su padre, Miguel y yo. No hablamos mucho durante el viaje, la sierra se escapaba tras nosotros, las cumbres se fueron alisando y el terreno despejando. Miguel era el que peor disimulaba la tristeza del momento, los demás y sobre todo mi amigo y yo mirábamos absortos por las ventanillas, seguramente los dos deseando que acabara ese momento.
Cuando por fin el autobús arrancaba nos dijimos adiós por última vez a través de los cristales, y entonces fue cuando me rompí y lloré. Me sentía perdido entre una treintena de viajeros que miraban felices y risueños la película. Yo llevaba apoyada en mis piernas una bolsa con unos bocadillos que había preparado Elisa para mí, llevaba mis manos encima y notaba que a cada metro que avanzaba el autocar me alejaba para siempre de unas personas que me habían acogido como una familia. Abenojar y yo nos hicimos vagas promesas de escribirnos, quizás los dos sabíamos que de hacerlo, no iría más allá de un par de cartas, que la vida de cada uno continuaría, nuestro año de mili había acabado, Antonio volvía a su antigua vida y yo empezaba una nueva, pronto no seríamos más que un recuerdo y un rostro en una fotografía.

Los viajes en autocar pueden ser rápidos o lentos, según como se lo tome cada persona, en aquella ocasión mi viaje fue lento, a pesar de no durar nueve horas como cuando iba a Sevilla a ver a mi familia. Entramos en Madrid por la Nacional V. Yo vivía en Campamento y el conductor me dijo que hacía parada allí. Al llegar me despedí cortésmente de mi vecino de butaca y del conductor. Solo baje yo, con una pequeña mochila y la bolsa de los bocadillos. Me quede mirando el autocar mientras se alejaba por el paseo de Extremadura. Los pocos vínculos que me unían a mi pasado más reciente desaparecían. Ese autocar me traía de un lugar amigo y por unas horas se convirtió en un refugio. Ahora lo veía alejarse y me sentía desvalido, me aferraba a la bolsa mientras caminaba en dirección a mi casa. El ambiente de una tarde de domingo aburrido me recibió, a través de las ventanas se veían televisores encendidos, no había apenas tráfico y la gente paseaba mirando escaparates enrejados. Mi casa, estaba fría, había ropa revuelta encima de la cama, donde hice la mochila el viernes. Mi compañero de piso no venía hasta mañana, intenté leer pero no me concentraba, miraba los generosos bocadillos de jamón y queso que no podía comer, un nudo de congoja me apretaba la garganta.
Estuve así dos días, poco a poco el ritmo de la ciudad y de mi nuevo trabajo me absorbió, al queso casero hecho en la sierra del Carnero, al segundo día le aparecieron unos pequeños gusanos y a punto estuve de comérmelo de rabia. Después lo pensé mejor, con la rabia apaciguada tiré los bocadillos a la basura, puse la tapa al cubo y apagué la luz de la cocina cuando salí.

Nunca olvidé esos bocadillos, permanecieron en mi memoria como un amargo recuerdo. De algún modo siempre intuí, que aquella era una parada del tren de la vida donde podía haber bajado y no lo hice.


Rafael Becerra

reflexiones apocalípticas

Llego el momento, se impone encerrarse en casa, desconectar el teléfono, desenchufar aparatos de televisión y radio y reunir a toda la familia en el salón. Llegados a este punto, entenderemos que ya nadie puede hacer nada por nosotros, que estamos abandonados, desvalidos, desprotegidos. Por primera vez en nuestra vida nos enfrentamos a la realidad. A partir de ahora, no volveremos a sentirnos protegidos por un engaño, a partir de ahora, todas las decisiones tomadas, afectaran directamente a nuestra supervivencia, para bien o para mal. Desde este momento, la sensación de invalidez, nos inundará de congoja. Dentro de diez minutos abriremos la puerta, y entraremos de lleno en la vida. Las prioridades son tantas, que uno no sabe por donde empezar, aunque como una luz roja, parpadea en nuestro cerebro dos palabras: comida y agua. Una primera respuesta mental, nos sitúa en la tienda de la esquina, como todos los días anteriores, era el suministrador principal de nuestros alimentos. Pero… esa opción ya no es posible, ahora, la realidad es buscar comida, no buscar dinero canjeable por comida. Sino, apañárnosla para conseguir alimentos, en suficiente cantidad para que nuestras necesidades fisiológicas sean atendidas. ¿Dónde se busca comida, en una ciudad cuyo final se pierde con creces tras el horizonte? En estos primeros días, respondiendo a la idea de un almacenamiento caótico, el problema puede estar resuelto, pero, y después, la semana que viene, el próximo mes. Todos los mercados y tiendas, quedarán pronto totalmente desabastecidos, puede que pronto, tampoco haya suministro eléctrico, y el agua deje de aparecer por los grifos. La única opción que tenemos es no dejarnos arrastrar por el pánico. Eso es lo que ocurre en la calle ahora mismo, el tumulto se oye claramente desde este 8 piso. Gritos, pitadas de coches, completamente atascados en la calle, sirenas… el fin. No serán días fáciles, los que vivamos a partir de ahora, nuestras posibilidades de sobrevivir, son pocas, y nuestra marcha lenta, lastrada por nuestras circunstancias, nuestra propia raza será nuestro peor enemigo, llevada por la desesperación, y pronto la ley del más fuerte tomará la calle.

Es fundamental, tomar una decisión. Y sobre todo, intentar adaptarnos lo más pronto posible, a esta nueva vida, el retroceso experimentado por nuestra existencia puede suponer una vuelta en el tiempo de cuatro, o cinco siglos, todos nuestros bienes dejarán de tener sentido. La muerte planea tan cercana, que más vale que nos vayamos preparando para lo que nos queda por ver. A partir de ahora, la realidad superará siempre a la ficción y cualquier atisbo de futuro deja de existir…………

de la demencia

dando manotadas al aire
pisando cuerpos caídos que son inmunes al dolor
se desemboca en el presente
tan oscuro como la sangre coagulada
que se derramó una vez
y permanece endurecida en la baldosa

un cotidiano de negación rodea a la criatura
apretando de congoja sus pulmones enfermos
las bolsas repletas de piedras
cuelgan en los cinturones
¿Quién osa aguantar mi mirada?
parecen decir todos
siente pertenecer a un combate
en el que no ha pedido entrar
y del que no puede salir
ni cerrando los ojos escapa de su presencia
y esas palabras le hieren como cuchillo herrumbroso
al tiempo que las hojas se desprenden
se deteriora la resistencia solitaria
nunca se está preparado para el invierno
ni para las avalanchas matinales
una misiva recorre miles de kilómetros
con su contenido intacto
así la historia reflejada en un papel
permanece oculta e ignorada a través de la estepa
¿Qué no basta con la vida de uno mismo?
el manto frío de la realidad arropa a los insensatos
que errantes vagan por el interior de si mismos
con la mirada congelada y un rosario de lágrimas de hielo
el fuego ya se apagó y trae la angustia consigo
corre detrás de la tormenta!
esperando que prometeo conceda una segunda oportunidad
como en una lotería demencial
donde el premio sea la extinción voluntaria
que alimente la máquina de guardar nombres



yorick

guarros...somos todos

Las calles aparecen cubiertas de despojos. Los chiquillos juegan en medio de la inmundicia. Los perros rebuscan, rompiendo las bolsas con sus dientes.
Los comentarios sobre los poblados marginales siempre son los mismos: -A los gitanos les gusta vivir así- A los rumanos resulta que también. –Que se los lleven de aquí- Cuando estos poblados marginales rozan algún pueblo o barrio de alguna ciudad. Los vecinos se manifiestan: ¡Fuera de aquí! Es el lema que más corean
En muy pocas ocasiones se opta por la integración. La solución que los municipios creen es la más sencilla es el dinero. Les dan dinero para que se vayan, les da igual donde, lo importante es que se vayan. Así creen que acaban con la basura.

Pensamos ser muy cívicos por echar la basura en un contenedor. Sacándola de nuestras casas. Eso es lo fundamental, sacarla de nuestras casas. Si no existiera servicio de recogida, también la amontonaríamos en la calle, en cualquier solar, lo más alejado posible de nosotros.
No es nada extraño en las ciudades ver la basura en cualquier parte. Si colocan un contendor para la recogida de escombros de una obra, a la mañana siguiente aparecerá en su cuarta parte llena de bolsas de basura, muebles viejos, o cualquier otro desperdicio, mientras a 20 metros el contenedor habitual, ese día solo se llenará hasta la mitad. Tampoco es raro ver caer bolsas de basura desde la altura de una vivienda, a solares que permanecen vacíos durante años en espera del beneficio especulador de sus dueños. ¿A que esa falsedad entonces? Todos somos iguales.
Hace un mes hubo una huelga de basureros en el pueblo donde vivo, dos semanas, los montones de desperdicios desbordaban los contenedores al tercer día en varios metros alrededor. ¿Qué hace la población? Simplemente sacan la basura de sus casas. ¿Les importa mucho la salubridad de la vía pública? En esos días fui a tirar el papel al contenedor de reciclaje, que curiosamente estaba vacío, sin embargo, alrededor de los contenedores, mezcladas con las bolsas de basura, muebles, plásticos y demás, había más de cien cajas de cartón que aumentaban considerablemente el perímetro de la acumulación de desperdicios. ¿No es esto otra muestra más de que todos hacemos lo mismo? Alguien podría argumentar que esto solo ocurre en barrios desfavorecidos, pero eso no es verdad, no es el caso del lugar donde vivo. Creo, además, que esta demostrado que cuanto mayor poder adquisitivo tienen las personas más se alejan de la realidad y de sus congéneres de a pie. Estoy aburrido, por ejemplo, de que cuando voy en carretera conduciendo, ser adelantado por vehículos cuyo valor no baja de 25.000 Ecus, y que sus conductores, sin ningún remordimiento arrojen las colillas por la ventanilla para no ensuciar el cenicero, que si por si alguien no lo sabe, se trata de una cajita extraíble destinadaza a almacenar colillas, cenizas, chicles y otros desperdicios que se generan durante la conducción, y cuyo vaciado debe hacerse en un cubo de basura, y no en el aparcamiento del área de descanso de la carretera. Nuestro espeso egoísmo, nos lleva a convertirnos en seres bastante guarros, la verdad, pero somos todos, pensar que en un poblado de chabolas lo son más, solo es marcar las diferencias. Por cierto, que los gitanos, marroquíes, turcos, rumanos y en general todos los pueblos desfavorecidos de la tierra, no van al Everest a practicar escalada. ¿Quién ha dejado allí las toneladas de basura que hay?
La realidad de todo esto, es que nos importa bien poco lo que ocurra con nuestra basura, mientras esté bien lejos de nosotros, la cosa es, que de seguir así, algún día acabará entrando por la ventana.



El reverendo Yorick.

el trabajo de su vida

Por primera vez en veinte años sintió que las cosas empezaban a cambiar. Y quién lo diría, por un trabajo. Hasta entonces, durante esos veinte años, su trayectoria laboral, había caminado siempre de mal en peor, erráticamente, agarrándose a cualquier trabajo que se presentara. Así, de contrato en contrato, de paro en paro, y de trabajos en negro en trabajos en negro. Veinte años. Cada ocasión en que arrastrado por la búsqueda de un nuevo empleo tenía que sentarse ante la máquina de escribir a componer un currículo, nunca sabía por donde empezar, nunca mentía, no hacía falta, hubiera sido descubierto de inmediato, pues siempre pensó que para mentir hay que valer. El problema era como componer una hoja de papel que le abriera la puerta de un trabajo, unos meses con sueldo, ¡joder! Poder ir pagando la casa, respirar un poco a fin de mes, y todo dependiendo de una maldita hoja de papel, llena de nombres y fechas, que de ningún modo avalaría todo su saber hacer, sus capacidades, sus aptitudes…
Esta vez, todo era diferente. Estaba parado, y en ese tiempo fue reclamado por la oficina de empleo para realizar un curso. Le habían llamado un millón de veces, para los malditos cursos. Hace años hizo uno de electricista de viviendas, jamás trabajó de electricista. Desde entonces, siempre encontraba una excusa para no hacer cursos, y funcionaba. Pero en aquella ocasión, la cosa era diferente, el curso estaba orientado a ingenieros, ¿como había llegado él a aquella selección? Cualquiera sabe. Lo cierto es que un par de años antes había trabajado de dibujante, en otra ciudad, atesoraba todos los contratos y certificados y se guardaba bien de que constara en su ficha de la oficina del paro. Seguramente el ordenador le había identificado como candidato al curso y así, sin hacerse muchas ilusiones acudió a la presentación.

Ante su sorpresa, le admitieron, y ante su sorpresa también, el curso prometía, tenía posibilidades, sabiéndose mover claro, aunque esto último siempre se le dio bien. Tres meses estuvo en la academia, al principio, todo le sonaba a chino, poco a poco, tenazmente fue comprendiendo, queriendo saber más, y aprendiendo todo cuanto pudo. Su profesor le alentaba, sorprendido quizás, de la presencia de aquel hombre allí, entre ingenieros y licenciados se desenvolvía perfectamente un obrero, un buscavidas. Era el de mayor edad del aula, pero también el más despierto.
Cuando termino su enseñanza, se puso manos a la obra. Esta vez el currículo no le supuso los quebraderos de cabeza de otras ocasiones. Tenía claro donde debía acudir. Cogió la guía de teléfonos y preparó una lista exhaustiva de todas las empresas donde pudieran estar interesados en alguien como él. Sabía por otro lado que la falta de título universitario era un obstáculo complicado en un país que padece titulitis, pero no estaba dispuesto a desanimarse.

Y ahí estaba el resultado. A los dos meses trabajaba en una oficina, delante de un ordenador. Las primeras semanas fueron agotadoras, tenía que aprender mil cosas, para poder desarrollar su trabajo y se puso manos a la obra plenamente. Merecía la pena, de repente no tendría que estar en invierno mojándose y en verano asándose de calor en cualquier obra, no llevaba funda ni pesadas botas de seguridad y empezaba a pensar que su opinión era tenida en cuenta. Se equivocó.
El estigma de obrero le perseguía, ¿como podría pensar?, iluso de él, que tendría alguna posibilidad de que cualquier idea que tuviera pudiera ser tenida en cuenta. Como decía antes, la “TITULITIS” es un grave padecimiento en nuestros tiempos. Siempre había sido consciente de este hecho, había leído muchos libros, tenía la rara afición de escribir, había acudido a congresos, incluso se matriculo en la universidad, aunque decepcionado la abandonó, y siempre en todas partes había oído la pregunta. Cuando manifestaba su opinión de algún tema, en alguna conversación, aparecía por allí la pregunta, como un mecanismo defensa, el interlocutor que veía sus argumentos desarmados por el análisis enseguida se refugiaba en la pregunta que sabía le daba cobijo y autoridad:- ¿Y tú que has estudiado? – Nada. De esa forma se zanjaba el asunto unos tienen las paredes enfermas de diplomas y el cerebro vacío y otros tienen lo contrario pero no tienen el aval que les presente como pensadores o estudiosos.
Muy pronto estas diferencias se mostraron en su trabajo, todo lo que hacía era puesto en duda, repasado y revisado un millón de veces, para en la mayoría de ocasiones cambiar un detalle mínimo, que demostrara sutilmente quién mandaba allí. Su jefa, más joven que él, no perdía ocasión para reafirmarse y poco a poco convertir al plebeyo que quiso ser ingeniero en un oscuro oficinista cuyo efímero reino fue menguando hasta quedar pegado al rincón de la fotocopiadora. Poco a poco, la animosidad que demostró al principio se fue apagando, los días se convirtieron en callejones sin salida donde cumplir una condena, y en su mente se empezó a fraguar la forma de salir de allí, mientras ella parecía ajena al cambio, y seguía, cada vez con más ahínco pidiéndole cuentas de todo, como si él fuera capaz de leer su mente dispersa.
Un día en que acudía a trabajar, con el ánimo por el suelo, se encontró de frente con un equipo de trabajadores que colocaban cable óptico por las fachadas, al final de la calle, otros obreros abrían una zanja con el mismo propósito, sin dudarlo un momento les abordó preguntando por la empresa para la que trabajaban, el sueldo que cobraban y las condiciones de trabajo. Aquel día no fue a trabajar. Cuando llegó su jefa, extrañada le llamo por teléfono, solo lo intentó una vez más. Ninguno de los dos volvió a saber nada del otro. El volvió a la calle, con una funda y unas pesadas botas de seguridad, pero feliz, se reía con los compañeros que haciéndole bromas le llamaban el ingeniero…el ingeniero del pico y la pala. De esa forma fue recuperando el ánimo.
Un día en que abría una zanja con el martillo compresor un coche paró delante de los obreros, era ella su antigua jefa, el se había quitado un momento la protección acústica y las gafas de seguridad para limpiarse el sudor, se quedó helado, por un segundo se miraron los dos, solo un segundo, al instante el se colocó los auriculares, las gafas y el casco, agarró el martillo con las dos manos y siguió perforando, el coche empezó a alejarse despacio conducido por una joven con la mirada perdida.


El reverendo Yorick.

siempre hay un culpable

La culpa siempre es de otro.
Si hay una guerra, la culpa siempre es de otro, tanto en los motivos de esa guerra, como en las decisiones que se toman en la misma. Si hay un desastre natural, la culpa siempre es de otro, de la naturaleza, por supuesto, y frente a la mala gestión siempre se encuentra un culpable. Si se trata de una crisis económica, la culpa siempre es de otro, del petróleo, o de los gobiernos más poderosos. Bajo esta premisa cualquier ineptitud en política económica se protege, los gobernantes se protegen, el pueblo sin embargo sufrirá siempre las consecuencias de esos desastres, sean bélicos, naturales, económicos, o de cualquier otro tipo. Los gobernantes se muestran preocupados y compungidos en sus televisiones y periódicos, hablan siempre de aguantar, de que somos un gran país, de que todo se arreglará, mientras exprimen al pueblo, mientras recortan cualquier tipo de ayuda social, y solo ellos se presentan como la solución al problema, “hay que tener confianza” dicen. Siempre hay que tener confianza en ellos. Ellos se encargarán de resolver nuestros problemas. Ellos, promesa tras promesa, mentira tras mentira, buscando siempre culpables que los exculpe de sus incapacidades y sus tropelías. Así, pasamos la vida, oyendo promesas, buscando culpables, y distraídos de la realidad. Entregados a esos gobiernos, que tan bien lo saben hacer… buscar culpables, digo.

el reverendo Yorick

CRONICAS GALÁCTICAS

Toda su historia fueron tiempos difíciles para aquellos seres. Pareciera que fueran castigados a no conocer la inmediatez de la muerte y por el contrario estuvieran extrañamente dotados para vivir con el miedo constante a su fin. Ellos mismos, en su crueldad, aprendieron a utilizar ese miedo para someter a sus semejantes y ese poder los enloqueció. Muy pronto todas las tribus de aquel mundo se vieron salpicadas de aquella condena. Muchas fueron extinguidas. Otras diezmadas. La locura convertida en gen estaba llamada a arrasar toda la vida de aquel lugar. Vivian en una constante improvisación, inventando futuros terribles o esperanzadores según les conviniera. Las víctimas de sus errores y sus supuestos aciertos eran olvidadas bajo una capa de tierra. Y la justificación que les permitía su capacidad para comunicar sus pensamientos abstractos se hacía cargo de las disculpas. Así expandieron sus fronteras, salpicándolas de miedo y brutalidad.
Sus obras, de porte magnífico, se enfrentaban vacías contra al tiempo, y la llegada de una hiedra derrumbaba los muros de la soberbia, así como el moho despojaba de su brillo a las piedras. En su errático caminar atravesaron épocas arrastrados por su balanceante devenir. Trataron de crear bibliotecas que los enalteciera como raza, pero fue tanto el calibre de sus mentiras y manipulaciones, y tan hueca la idea, que pronto cayeron en el olvido y la monotonía del engaño. Montones de legajos polvorientos se deshacían en archivos que nadie consultaba. Su pequeñez ante la quietud del universo y su incapacidad para entenderlo les atormentaba en vida y solo en la destrucción encontraba consuelo y se creían a la altura de las fuerzas arcanas del infinito. En una triste parodia de poder, estos seres malditos inmolaron su planeta arrastrados por la soberbia que les dio su ignorancia.

El reverendo Yorick

"LA VARA DE MEDIR"

Hubo un hombre que fue, y que ya no es. Vivió el tiempo que pudo, el que le dejaron, o el que le toco. Las personas que lo conocieron lo recuerdan, seguro que constantemente. Lloran su pronta desaparición. La muerte tiene esas cosas, que nunca avisa, o casi nunca. A este hombre no le avisaron, y ya no es. Otro hombre lo atropello con un coche. Puede, que en estos sucesos tan terribles, las personas muestren lo que son verdaderamente, hablando siempre desde un punto de vista humano. Esto es, creyendo que a una situación tan terrible, no le corresponde otro gesto que el intento de reparar lo irreparable. En la vida de aquel hombre no ocurrió así. El infeliz que cometió el atropello, guiado por los sentimientos a los que habrá apelado durante toda su vida, en los que fue educado, y sabiendo que es arropado por toda la gente que lo rodea huyó del accidente, corriendo a las faldas de su mamá para que lo consolara en su pesadilla. El niño grande y caprichoso, que vive en la cima del mundo, negó la ayuda a un agonizante. Fue su decisión. No seré yo quien lo juzgue por ello. El homicida es un personaje público, un artista dicen, alguien que hace de sus movimientos en un escenario arte, dicen. Tiene un público enfebrecido que paga y llena teatros y escenarios para verlo. El dice que el flamenco le corre por las venas, que es su vida. Puede alguien que comete un accidente y huye hablar de vida. Sabrá ni de lejos lo que es eso.
Papá sistema se puso en marcha, moviendo los engranajes de la gran estafa llamada estado. Juzgo, condenó, y exhibido en todos sus medios encarceló al niño grande. La viuda del hombre que fue y que ya no es, también salió en los medios, estos, sabiendo perfectamente lo que hacían se encargaron de que la imagen del dolor se convirtiera en imagen de odio implacable, se ocuparon de arropar al niño grande, de convertirlo en una víctima disculpable, que aun así y dando ejemplo cumpliría su condena, para después de ello ser rehabilitado. Así ocurrió.
Estos días el niño grande ya está en la calle, convertido en ejemplo de inserción y de aceptación de las normas, el niño grande se exhibe orgulloso, con el olvido por bandera. Todos, absolutamente todos, los periódicos de papa estado le han dedicado unas líneas. Y no solo eso, la televisión, le dedica cinco minutos de telediario a su elegido, ejemplo de reinserción, que solo piensa en seguir puliendo su arte y en seguir llenando teatros y pabellones. Sale con su cara de bueno, de niño grande, con coches grandes, matones grandes, y grandes despropósitos.
En ninguna parte se nombra al hombre que fue y ya no es. Eso no importa. Lo importante es que papa estado tolerante, permite que los hijos que torcieron su camino se rehabiliten. Y nos lo muestra a bombo y platillo. La justicia es buena. Parece decir. Sin embargo, basta un segundo de atención para descubrir que todo es una gran mentira. Las cárceles permanecen atestadas de personas, que a papa estado no le gustan, son desgraciados, reincidentes, y lo único que entienden es la mano dura. Papa estado, ya no pega, no le hace falta, pues hay muchas formas de joder a un ser humano que está indefenso, a su merced. Las cárceles están llenas decía, sin temor me atrevo a decir que no hay culpables como tampoco hay inocentes. Hay víctimas, muchas. Hay muchas personas que son condenadas y que ven como esas condenas se eternizan, cumplen sus penas y aun así continúan en prisión. ¿Por qué? ¿No dicen las leyes que veinte años de condena? ¿Por qué entonces muchos no ven fin a sus días de encierro? ¿No es esto otra forma de tortura? Son un mundo oscuro las cárceles. Un mundo que nadie quiere conocer. Hay una aceptación de su existencia y muchos mandarían allí a su propia madre. Culpa-castigo. Culpa-castigo Culpa-castigo. Papa estado recrimina y castiga. Castiga al que piensa, al que se manifiesta, al que se rebela, a todo aquel que quiere salir de debajo de su bota asfixiante lo castiga, lo encierra y le jode la vida. Porque muchos ya no vuelven nunca a ser libres, porque son asesinados, vejados, olvidados y humillados tras esos muros coronados de alambres de espino.
Cuento todo esto, para demostrar que la vara de medir depende de quien la lleve en la mano. Hay un hombre que lleva muchos años preso, más de veinte. Su condena no termina. Sus peticiones de revisar su caso, se archivaban una y otra vez. La vida de un hombre en manos de la justicia. El hombre desesperado tomó una decisión terrible: una huelga de hambre indefinida, su lema:¡ LIBERTAD O MUERTE! Dan pavor estas palabras. Solo dos caminos y uno de ellos no está en tu mano. El hombre comenzó su huelga, día tras día, así hasta setenta y tres. A los setenta y tres días, y movilizaciones por todo el país, una escueta nota de instituciones penitenciarias decía que su caso sería revisado, para concederle el tercer grado. No salió en los telediarios, ni en los periódicos. Su gesto de valor, de dignidad, se queda para los que sabemos de él. Setenta y tres días de huelga de hambre, que a buen seguro pasará factura a su organismo. Y todo porque a papa sistema no le gustan los hombres como él. Vemos constantemente como banqueros que desfalcan dinero a espuertas, políticos corruptos, policías corruptos, gente de la nobleza, todos ellos, cuando son encarcelados reciben tratos de favor, son separados de los presos comunes y viven ajenos a la cárcel en la que están. Sus condenas son cortas y a su salida son rehabilitados rápidamente. Todo esto en nuestras propias narices, mientras esas personas que llaman presos comunes se marchitan en esas fábricas de olvidos. Hasta que alguien como el hombre de la huelga de hambre nos recuerda con su ejemplo que son seres humanos como nosotros, y que si consentimos un sistema carcelario como el actual, en cualquier momento, por cualquier cosa, podemos acabar allí.

El hombre que se vio obligado a elegir entre la libertad o la muerte se llama AMADEU CASELLAS.

Superhéroes de barrio III

Han tenido que pasar meses de búsqueda en lo más oscuro de la prensa patria. Horas de dejarnos la vista y las neuronas de tanto ojear mierda periodística para encontrar a alguien digno de engrosar nuestra desnutrida lista de superhéroes de barrio.
Tuvo que ser nuestro corresponsal en Poio (Pontevedra) quién descubriera al candidato perfecto, oculto en un engendro de diario de la peor especie. La noticia rezaba así (nunca mejor dicho): -Detenido un hombre de 77 años por hacer una pintada contra la iglesia- El producto de su obra decía: CLERO CORRUPTO! Las primeras preguntas que se me ocurren son: ¿qué hace que alguien tras 77 años de existencia llegue a semejante conclusión? ¿Se necesita toda una vida para descubrir esto? Bien es cierto que muchos se van al hoyo sin saberlo, o sin quererlo saber, que es peor. ¿Qué tipo de decepción se llevaría nuestro héroe para dejarse arrastrar por la ira? ¿Qué le recomería por dentro para afrontar semejante reto? Para decidir, en un arrebato de lucidez, gastar parte de su exigua pensión de jubilado en unos sprays de pintura y lanzarse a la calle, de algún modo hipnotizado por los graffittis callejeros, y viendo en ellos una forma de comunicación verdadera. O puede que el recuerdo de su juventud, y de las pintadas antifranquistas que hizo, le motivara a utilizar el mismo método para sacar toda su rabia.
No se si llegaremos a saber la respuesta a estas preguntas.
Pero…no acaba aquí la cosa. Resulta que nuestro hombre fue denunciado por ¡vecinos! Que lo vieron desde sus ventanas (ya sabemos los pasatiempos favoritos de estos ejemplares ciudadanos, o ver la tele, o espiar por las ventanas, para tener temas de conversación en la mesa a costa de sus vecinos) estos, no se cortaron en avisar a la policia municipal de Ourense, que es donde ocurrieron lo hechos. Así que mientras nuestro hombre empezaba a rotular otra frase en la pared de un colegio religioso, fue sorprendido por los de siempre, los más sagaces, inteligentes y preparados cuerpos de seguridad: los municipales, guripas o guindillas. Según el lugar.
Nuestro hombre, al verse descubierto, a pesar de los inconvenientes de la edad, se dio el piro, lo que provocó el encabronamiento de los agentes, que no dudaron en preparar un dispositivo especial para capturar al prófugo. Quién en un alarde de profesionalidad, se deshizo del spray comprometedor, e intentó mezclarse con los viandantes, pero claro, nuevamente esas personas impregnadas del espíritu de colaboración ciudadana no dudaron en acercarse al anciano cuando este fue interceptado por otra patrulla de municipales, a dar testimonio de que efectivamente era aquél el hombre que buscaban. Ver para creer, se imaginan: -¡Señor agente! ¡Señor agente! ¡Es él! ¡Que yo lo vi! -¡Y yo también! -¡Y yo! -¡Y yo!
Nuestro sorprendido héroe no daría crédito, seguro que el buen hombre se cagó en la madre de sus eficientes conciudadanos, y no le falta razón, porque es que la noticia se las trae. Y por cierto, se ve que la policía municipal de Ourense, no tendrá muchas cosas que hacer, si se tienen que hacer notar en estas gilipolleces, se me ocurren cientos de ideas con las que podrían llenar su tiempo de aburrido servicio, ese, que pagamos todos. Mientras tanto, en noticias de ayer: un escolta y un agente de seguridad, se lían a tiros en una zona pública, y de esto ni hablamos, que no pasa nada, coño, que fue un mal entendido. Que ellos son profesionales.
No interesa, poner en duda la necesidad, de que estemos rodeados de supuestas gente profesional, que lleva un arma, que ellos saben lo que hacen, y cuando alguien cae abatido por un disparo, proveniente del arma de alguno de estos tipos, ya sean escoltas, vigilantes, cazadores, militares, policías o cualquiera que posea licencia de arma, aunque esté más pasao que una paraguaya a pleno sol, se dispersarán las noticias, con el fin de que no se abra ningún debate al respecto.
Esta mañana, cuando iba al trabajo, tuve la desgracia de pasar por delante de un banco cuando los seguratas, se disponían a traer o llevar la pasta, no sé, tendrían que haber visto la cara de asesino que tenía el que quedó en la puerta, delante del que tuve que pasar sin remedio, a diez metros, todavía notaba su mirada taladrándome, a lo mejor esperaba que me diera la vuelta para intentar apropiarme de la saca. Si es que….

En fin, espero que a nuestro amigo de 77 años no le caiga mucha multa, y que ese espíritu contestatario y crítico que se le despertó le dure el resto de su vida, y no se le pasen las ganas de hacer pintadas contra el clero, los obispos, los maderos, los buenos vecinos o la putísima calavera de todos.

Salud.

contra la compasión

Se hace duro desperdiciar una existencia efímera solo siendo lo que no quieres. Ser arrastrado desde el principio por los finales que te son impuestos. Colaborar de forma consciente en la escritura de tu propio epitafio. Firmar tu condena llevado de la mano de tus educadores. Pertenecer a un sistema en el que cualquier improvisación estaba prevista de antemano. Donde no se respeta ni la locura ni la cordura, ni la vejez ni la infancia, ni el ser ni el estar. La mecanización de tu propio pensamiento es latente. El horror que te produce tu propio cuerpo es insoportable. La desesperación que te produce el fracaso es insufrible. Pertrechando un atentado constante contra la sencillez, negando contranaturalmente las energías que nos circundan y de las que somos parte. Nacidos y educados para competir y servir. Si en algún momento alguien intuye que su engaño corre peligro desmontado por algún argumento, el grito no se hará esperar, otros acudirán en su ayuda, para así enfrentarse juntos al juicio revelador y vaciarlo de contenidos amparados en la multitud a partir de ese instante, el instigador de semejante sacrilegio desamparado del anonimato, se convertirá en el centro de todas las calumnias impensables, víctima de una cruxificción pública y moral será juzgado y excluido con un destino incierto peor que la hoguera.
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Arrastrados por los gestos, por un lenguaje seductor, que se extiende a todos los niveles inoculando la mentira de que nuestra reclamación, o sugerencia es tenida en cuenta,sin ser conscientes de que somos lastrados por una vanidad aprendida, por un orgullo exaltado y puesto a prueba desde nuestro nacimiento. Utilizando con sutileza el individualismo, cuando es necesario creemos ser diferentes dentro de una masa homogénea de existencia inútil para nosotros mismos. La enfermedad que nos acabará matando es creada por nuestro propio cuerpo, ya que somos ajenos a sus gritos, corremos desvalidos en buscas de panaceas contra el miedo y el dolor, rogamos la existencia de rodillas, ante la satisfacción de quién nos observa sintiéndose ganador. Todos somos víctimas. No hay excepciones, ni escondite, ni justificación. Víctimas ridículas en un absurdo empeño de creer ser superior a los dioses que nosotros mismos inventamos. Víctimas de la vanidad, que hizo creernos que nuestra exaltada inteligencia nos hace mejores e imprescindibles. Seres caducos repletos de argumentos caducos. La búsqueda de un estado superior nos aleja del principio de brevedad de la vida. No hay más evolución que permanecer el tiempo que nos toque viviendo en la aceptación de la realidad. Una realidad cuya ecuación no logramos resolver, de ahí nuestra incapacidad de adaptación al medio, nuestra incomprensión de la química de la existencia, donde no son necesarios trucos ni justificaciones de científicos desvalidos. Ante este fracaso, que hasta los seres más ínfimos comprenden, se generó un tremendo montaje de existencia que camuflara el estrepitoso fracaso de nuestra raza acorralada en el callejón de su propia necedad.
En la inmortalidad de una mentira consumimos la vida, satisfechos y rendidos, o derrotados y decepcionados, en cualquier caso condenados a mentirnos y temernos.


Yorick.

Courel

Quería ir ao Courel a escribir unha novela polo tópico do aillamento e todas esas cousas. E non, a el non lle pasaría como na novela de Stephen King que por certo non a lera por outra banda. Esa que trata a tortura á que é sometido un escritor por parte dunha asídua fan. El vira o filme despois de ser mercado nun quiosco, nesas ofertas que saen ás veces co recén formato do DVD que seguramente nuns anos será remplazado por outro con máis ventaxas sobre todo comerciais.
Nunca fóra ao Courel (nin aos Ancares) e por esta teima, a da novela de marras, estaba teimudo no asunto. Onde se vira a un galego xoven coma él non ter visitado nin siquera pasado perto das montañas do leste.
Era un rapaz, quizais un rapazote moi inquedo e con gañas de facer cousas e aínda que non era un grande lector quería escribir narrativa xa que ata ese momento o que escribira fóra poesía e certas pseudoanálises políticas en medios “alternativos” e aínda que lle porfiara e porfiara á súa compañeira que nunca escribiría unha novela parece que claudicaría e poríase mans á obra.
De neno, na escola, léra as estupendas novelas de A Esmorga e Os Biosbardos e non estivera mal a experiencia coas lecturas. Tamén lle obrigaran ler algunha outra obra dun tal Xavier Alcalá da que nin sequera se lembraba o nome polo que non lle debeu gostar moito senón lembraría.
Anos máis tarde, no instituto, tamén foi obrigado a ler novelas mais do que nunca se deran de conta os profesores é que quizais lle pasou, pasa e pasará aos rapaces é que O Quixote é o principal culpable de que se afasten da lectura, xa que o principal protagonista de tan magna obra é o primeiro en poñerse tolo de tanto ler e xa se sabe que a loucura é o maior medo de todo ser humán despois do medo á morte.
Él no instituto non lera ningunha novela (obrigada) porque fora un rebelde e ademáis un pésimo estudante que a poucas aulas asistira. Tripitidor por vocación non chegou á universidade onde dín se forxan os millores talentos para as máis altas instancias.
Interesáranlle outras lecturas coma os comics (ou banda deseñada) e outras de tipo máis político porque moi prematuramente sentíuse atraído por ideas políticas contrarias ao sistema. Tiña un amigo dentro da banda ao que sempre lle preguntaba, en misa, sobre cuestións desta índole coma Bakunin, o comunismo, a independencia e toda unha mistura que non acababa de asimilar moi ben o rapazote, e que curiosamente no rito sacro de reparto de ostias iluminábaselle a experiencia de cuestionarse todas estas elucubracións filo-políticas ou poli-sofías.
Agora en pleno século XXI e cuns aniños de máis seguía sen ter moi claro todo isto mais aparentaba saber moito máis, por iso, asistía a manifestacións, puña a voz cantante en asambleas de todo tipo e ata divagaba e teorizaba e fanzines e revistas incluso electrónicas sobre utopías e distopías varias. Tamén gostaba de escribir poesía e de léla algo. Mais o tema da narrativa cruzábaselle un pouco. Primeiramente porque, que non foran grandes novelas ambientadas en marcos de conflitos políticos reais ou esas que tanto lle marcaran na súa adolescencia de tipo ficción mais de mundos lonxanos (que el consideraba que xa estaban aquí) onde a vixiancia e o autoritarismo e demáis barbaries para con as persoas chegaban a límites dun mundo fatal e extremo pois o noso amigo non quería saber de moito máis. Non gostaba da ficción “a secas” e os “intringulis”. Para iso xa están os filmes. Porque o noso amigo gostaba do cine. O que pasa é que o que non lle ían eran os filmes de tipo hollywoodiense (ou como se diga)… non lle gostaba a acción, prefería filmes independentes con problemas íntimos e filosóficos ou aceptaba comedias mais de xénero independente e como moito gostaba da ficción do tipo de seu gosto, novelas distópicas. E precisamente diso quería tratar a súa novela que a quería entitular 4891 en claro guiño a máis preferida das novelas de ficción distópicas que tiña o noso amigo. E por iso quería ir ao Courel a escribir nun paraxe sen igual, cunha natureza incomesurable sen o máis mínimo asomo de cables, antenas, vídeocamaras, internete ou televisión para lograr unha concentración sobre o mundo de 4891 que está claro que sería todo o contrario á serra luguesa. Unha paradoxa, vamos!
El escribira de todo o contrario que Novoneyra, incluso faría ao contrario de Novoneyra. Xa que este, en lugar de irse á metrópole, fóise aos eidos para falar dos eidos.
En troques o noso amigo iría de Ourense ao Courel… ben, xa sei que Ourense non é a metrópole de Fritz Lang mais o noso amigo saberá.

O outro día chamóume por teléfono, meu amigo, e díxome que ao final “pasa” de escribir a novela porque a casa onde a ía escribir chimpárona co resto dun monte para facer unha canteira. Díxome que estas eran moito máis rendibles que as novelas, sobre todo se están escritas en galego.

Alfonso Rodríguez.

pesadilla de verano

Recorrer la piel de toro estos días de verano se convierte en un suplicio, allá donde vayas, familias o grupos de turistas y veraneantes que se desplazan para pasar sus vacaciones. Con sus vestimentas ridículas que los iguala y que seguramente den la imagen más real de todos ellos: la mediocridad.
En los aparcamientos sus coches limpios y flamantes, estandartes de sus posiciones sociales. Al parar en una gasolinera o en cualquier bar en un pueblo de paso, los observarás pegados al televisor, pendientes de la evolución de los deportistas patrios en las olimpiadas. Caen dócilmente en la maniobra nacionalista de machaque mediatico con el deporte español.
Sus lecturas de verano ofenden la mirada de un amante de la literatura, pues solo basura disfrazada de best-seller copa el ranking de estos seres.
Fuera de su medio, se abstienen de comunicarse con nadie, y en los servicios y pasillos bajan la mirada, como temiendo encontrarse con alguien.
Ignoran por completo que son víctimas. Claudicando y aceptando se han convertido en lo que son. Y observados en su conjunto dan pavor, porque son legión.
Absolutamente domesticados solo necesitan una consigna, un mensaje de sus gobernantes y caminarán en la dirección que les marquen. Forman parte de un plan perfecto. Son los peones del poder. Sin objetividad.
Verlos a todos juntos acudiendo a sus vacaciones programadas, da mucho miedo.


El reverendo Yorick.

La estirpe del tirano

La estirpe del tirano no tiene compasión. Por una suerte de misterio genético sabe que la muchedumbre que a esta hora de mercado produce el murmullo creciente que se oye al otro lado de los muros del castillo, está allí para obedecerle. Que ellos son inferiores, que no tienen nada que ver con él, ni con su familia. Que mientras ellos duermen con camisones de finas telas en grandes camas, y juegan con juguetes importados, en cualquier casucha de la ciudad, se hacinan familias malolientes y harapientas, que buscan el calor de los animales para paliar el frío del invierno. Que mientras los fogones y la mesa del castillo, rebosa opulencias culinarias, en las callejas inmundas del exterior, una horda de chiquillos desnutridos se pelean por un mendrugo mohoso de pan duro.

Con naturalidad acepta, que la vida de cualquiera de aquellos miserables vale menos que la del más débil perro de caza de su padre.

Llegada la hora de su adolescencia, perseguirá con saña a las criadas y cocineras del castillo, con las que acabará fornicando amparado en el miedo de las desgraciadas y en la fortuna de su sino. Sus mayores le alentarán con orgullo, henchidos de que su progenie muestre su virilidad temprana. A sabiendas de que el derecho de pernada le otorgará el virgo maldito de las recién casadas, y las lágrimas amargas del orgullo maltrecho de sus maridos. Siempre amparados por la complicidad servil de una iglesia temerosa y ávida de poder.
En el supuesto imposible de que el cuento del príncipe y el mendigo ocurriese alguna vez, no tendría ningún final feliz. La estirpe del tirano mataría por volver a la protección de su estrella, repugnado por la miseria y con multiplicada crueldad, para que el orden milenario de las cosas no cambie su rumbo jamás.
Así fue siempre la estirpe del tirano, del reyezuelo, del dictador… Inventores de la sangre azul, que los diferencie de la sangre roja del miserable animal que es su semejante. Señalado por el dedo de su dios, para representarle en la Tierra que el creó, y dotado por derecho de nacimiento del poder de aplastar una vida humana con la facilidad de un niño aplastando una hormiga, regalado de un ejercito de manipuladores a su servicio que escribirán una historia de su vida plagada de mentiras que le sobreviva y contribuya a perpetuar su estirpe, como antes hicieron sus ancestros por él.

Mientras escribía este texto recordé un cuento de Jean-Paul Sartre, titulado: La infancia de un jefe. Muy ilustrativo. Por si a alguien le interesa. El reverendo Yorick

a cidade xardín

A cidade xardín ten un bó deseño
Ten árbores tan novas coma o viño
E corazóns herméticos-setos prefabricados
Os amantes séntanse no centro da lousa
Granito rosa estatuas de sal
Son regados con mangueiras de xeo
Polas subcontratas de desengano.
Centos de formiguiñas poboan
De súpeto as rúas enchidas de luz
(luceciñas titineantes con dor de ollos)
móvense rápido e torpemente tropezan
van na procura de utensilios e alimentos
e os amantes aliméntanse de vafo
no xardín deseñado convintemente.
Non hai humus senón subtractos
Extractos arroutos trousos e ar
Que combustiona ao sair dos tubos.
As formiguiñas levan paociños
Panciños carne fresca guirnaldas
Prásticos envoltos noutros prásticos
Hai algunhas que levan outras formigas
Máis pequenas, sen patas, sen antenas.
Os amantes teñen as pálpebras conxeladas
Cada catro pasiños sumidoiros
Escaparates e arboriñas novas coma o viño
Que hai que consumir
Antes de que nos consuman.
As formigas son negras e vemellas
Mais non hai formigas verdes
Agás as que se tinxen a cabeza
Tampouco hai granito rosado verde
Agás en forma de líquen pálido
Como a cara dos amantes
Que non poden ver as estrelas da noite
Porque a luz da cidade xardín
Roubóunas para os almacéns
Os amantes érguense da lousa e transfórmanse en formiguiñas.

-Morir a golpe de vida-

El horizonte amanece largo. En su brutal belleza nos avisa: hay una pena tras cada grano de arena. Las mujeres y hombres criados en este lugar de la tierra, portan las legañas del hambre. Pero las que les fueron impuestas por los hombres y mujeres de otro mundo. El que se intuye al otro lado del mar, a cuya orilla el desierto se convierte en playa.
Durante años, las miradas duelen, de forzarlas buscando vida en la serpiente azul que rodea el mundo. Que largo son los días cuando solo hay sueños para comer. Y esfuerzos baldíos. No hace tanto tiempo, el mundo terminaba cerca de casa, todo estaba al alcance de la mano. Ahora, ya no hay nada al alcance de la mano, excepto el hambre y la desesperación.

¿Podríamos nosotros imaginar siquiera lo que es el hambre y la desesperación?
Nuestros problemas se convierten en estupideces frente al hambre y la desesperación. Esas cosas que nunca podremos imaginar desde nuestro cómodo hogar, por muy miserable que sea.
¿Pero? ¿Qué piensan esos hombres y mujeres que desgastan su mirada y su esperanza escudriñando el horizonte? ¿Habrán oído las historias de los que son detenidos y devueltos a la pobreza? ¿Sabrán por ellos que cada vez resulta más difícil burlar la vigilancia? Y si lo saben, y aun así, arriesgan su vida surcando el lomo de una serpiente viva que pugna por tragárselos para siempre. Aun así, extreman la resistencia de sus hambrientos y débiles cuerpos. Aun así hipotecan su vida y la de sus familias durante muchos años para pagar a mafias de asesinos encubiertos que los embarcan masificados y abandonados a su suerte en cascarones de madera podrida. Aun así lo hacen. Se arriesgan a morir, porque el hambre y la desesperación es mucho peor, como estar muertos en vida. Porque el instinto ancestral que permanece agazapado en cada alma nos empuja a caminar allá donde las condiciones de vida son mejores. Ese instinto ancestral que en lo más básico nos transmite la herencia de los caza-recolectores que fuimos, que nos dibuja en el cielo la ruta que una vez seguimos tras los herbívoros que emigraban en busca de alimentos. Ese instinto que todos poseemos y que llegados al extremo insoportable del hambre y la desesperación también nos pondría en marcha a nosotros, como lo están ellos ahora.
Y si en las fotografías e imágenes de muerte que nos llegan estos días, y que nosotros con un simple gesto como pasar la página o cambiar el canal de televisión obviamos, nos fijáramos en sus miradas, descubriríamos algo, algo que nosotros olvidamos, que no recordamos, veríamos en sus miradas, además del miedo y el hambre, veríamos también, el brillo sutil de los días vividos en libertad, el orgullo de haber preferido morir en el intento, a perecer de hambre, y la paz triste de una muerte real que los libre de la esclavitud del hambre impuesta por los hombres y mujeres del otro mundo.

Yorick.

EN LOS PAQUETES DE TABACO. RESPUESTA A LA CAMPAÑA ANTITABACO DEL GOBIERNO, POR BOBO DE KORIA

-Fumar antes del fusilamiento alarga la vida.

-¡COMO NOS ROBAN ESTOS HIDEPUTAS¡
Pese a eso la chusma acude solícita a votar

-Si permitimos que estos cerdos nos roben, nos convertimos en piara como ellos.

-Nunca como ahora, EL BANDOLERISMO ESTATAL

-Todas las religiones consideran a las demás falsarias. La suya es la única verdadera. ¿COMO LOS DIOSES HAN CONSEGUIDO HACER TANTO GILIPOLLAS EN EL JODIDO PLANETA?

-La estupidez es el soporte del mundo.

-Cuando se despertó la Conferencia Episcopal todavía estaba allí.

-APRECIADO IMBECIL: No, ser fallero no te da puntos para ir al cielo. Pero los que os soportamos tenemos la Gloria ganada.

-VERDADES AXIOMÁTICAS E INCONTROVERTIBLES:
- Hacen falta más aparcamientos.
- De todos los coches solo se llevaron el mío.
- Solo estuve en doble fila 3 minutos.

ESTIMADO BADULAQUE: Ser cretino hoy en día, es garantía de éxito. Tu, no cabe duda tienes la capacidad para conseguirlo. No te arredres. No te amilanes: El mundo es tuyo.

-Esos guardias juraos de grandes cuerpos y “celebros” exiguos y obtusos.

-VERDADES AXIOMÁTICAS E INCONTROVERSIBLES:
- Nos han robao el partido.
- El furbol es asín.
- El árbitro estaba comprao.

-En la noche de bodas, el marido le pego la primera paliza. Al día siguiente ella era una viuda feliz.

-Pueblos que decretan tres días de duelo porque ¡cuatro gilipollas se han matao con un coche!


-Peor que un fumador pasivo, es un explotador pasivo.

-¿Cuánto falta para la ARGENTINIZACIÓN de España?

-Esas temidas vacaciones: ¡Treinta días con la parienta! ¡Treinta días con el pariente!

-Y, ¿Qué dice la universidad, el centro del saber?

-La prohibición de fumar y el culto al cuerpo tiene que ver mucho con el HIGIENISMO FASCISTA.

-La estúpida soberbia de los padres pensando que sus hijos serán distintos a los del resto, siendo que son hijos suyos.

-Estado quiere que dejemos de fumar para que no podamos encender los cartuchos de dinamita en las barricadas.

-Si Estado se preocupase de nuestra salud, no permitiría la explotación y la semiesclavitud.


--DE MUJER A MUJER
Mari, que digo yo, si Estado se preocupa tanto de nuestra integridad, ¿cómo es que consiente y fomenta que a las chicas se nos pague menos que a los chicos, por el mismo trabajo realizado, según se colige de la estadística del Instituto de inem?


-Patriotas, nacionalista. En fin, gilipollas.

-El fumar se va a acabar, ¿la explotación también?

-Nuestro Ejército glorioso, donde los haya, sólo ha ganado batallas contra el propio pueblo, desde ha mucho.

-¿Inocente? ¿Quién es inocente? ¿Queda alguno por ahí?

-TOREROS CON LA FEMORAL SECCIONADA

-TÚ QUE TIENES HIJOS.
¿Con qué cara les explicas que un furbolista gana cuatro mil millones de pesetas a l año, mientras tú ganas un sueldo de mierda?

-¿Misoginia o prudencia?





-Por qué no hacer de la celulitis algo tan bello cómo en su día lo fue la arruga?

-Que a un furbolista le paguen 10.000 millones de pesetas al año, y no hay una revolución social, quiere decir que todos somos borregos

-Todos los cachivaches que tenía eran de última generación. Su cerebro era de Cromagnon.

-La manera más rápida de quitarse años de encima: suicidarse

-Estos hideputas nos van a matar de seguridad.

-Hay que humanizar la Ciencia. Es decir, responsabilizar a los "sabios" que permanecen en el anonimato. Nominarlos como responsables que son. Incluso a sus familiares... por si algún día hiciese falta pasarles factura de sus tropelías.

-No te fíes de los que se preocupan de tus pulmones mientras te matan con trabajos de 12 horas, con un sueldo de explotación.

DE MUJER A MUJER
Mari, tú también te subes al borde del váter cuando meas en un sitio extraño?

-¡Ay, Mari, qué apuro. El verano encima y no sé cómo quitarme el quintal que me sobra!

-¡¡La servidumbre de tener que estar siempre guapa!!

-Yo no tengo michelines, tengo pirellis

-ES EL HOMBRE DE MI VIDA... Acabó siendo el hombre de su muerte.

-Entre 3500 millones de mujeres. ÉL acertó a encontrar la mujer de SU VIDA.

-Galicia: cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí.

-Me importa una mierda el terrorsimo. Me importa saberme explotado por cerdos que se dicen de mi misma patria y semejantes y humanos y demócratas

-El GPS es muy bueno, sobre todo para no perderte en el camino del trabajo. Que es el único que haces durante toda tu vida ¡Cretino!

-Aunque no fumes, la Muerte te espera puntual.

LOS X MANDAMIENTOS
Trabaja lo menos posible siempre que sea para un cerdo, o una cerda, que se enriquece a tu costa.



DE HOMBRE A HOMBRE
Nano, me he comprao un coche que sólo me cuesta 3 horas más de trabajo al día, durante 4 años.

-Y dijo DIOS: Hágase la luz... e HIDROELÉCTRICA PUSO UN CONTADOR.

-Él era un gilipollas reconocido. Su mujer, también. Decidieron tener un gilipollitas

-EL TABACO ADVIERTE: los sueldos miserables perjudican gravemente su salud y la de su familia.

-Partido SociaLISTO

-Desconfía de quienes te prometen la buena vida cuando estés muerto

-Le rayaron el coche y se suicidó

-Ser trabajador y de derechas, es como cagar pa dentro.

- DE MUJER A MUJER
Por fin se ha acabado la Semana Santa. Ya no sabía cómo desprenderme de mi marido, de mi madre... y de mis hijos. Seis días enteros con ellos ¡144 horas>! ¡Eso es la verdadera pasión, y no la de Cristo!

apariencias

Aparentemente no ocurre nada. Aparentemente todo va bien. El mundo en su cara afortunada se despierta un día más. Se respira cotidianidad, hay coches y camiones por la carretera y personas andando por las calles. Comercios abiertos, gente que trabaja, en las obras, el campo, o las fábricas. Las conciencias adormiladas rememoran el partido de anoche, o las carreras de ayer, o el congreso de su partido político. Participando así de esa apariencia en la que no ocurre nada.
¿No ocurre nada, o no queremos saber nada de lo que ocurre?
El gran monstruo come-vidas creado por los humanos se revuelve inquieto, porque en la parte del mundo donde clava sus garras, las personas a las que aplasta y de las que se alimenta se mueven. Tiene dos trabajos el monstruo, por un lado aplacar y someter ese movimiento, colocar las cosas en su sitio para seguir funcionando y mantener contentos a los humanos que lo crearon. Y por otra parte, ha de crear engaños suficientes para que las personas que viven sometidas pero sin enterarse a esas otras personas que crearon al monstruo sigan sin enterarse, ni se preocupen de cómo la bestia acaba con las rebeliones desesperadas de sus víctimas… las peor paradas digo.
Así los creadores de tan abominable ser maquillan sus actos a través del engaño, un engaño que consiste en hacer creer a quien lo padece que participa, que tiene derechos y opinión. Que formar parte de una comunidad que se reúne alrededor de un trapo de colores legitima que él sea, y los que no estén bajo ese trapo no.
De esta forma se consigue que aparentemente no ocurra nada. El monstruo fabrica constantemente consignas y palabras engañosas manipulando y cambiando el lenguaje, después las lanza hacia las personas que las engullen ávidas para tener con que defenderse sin tener que pensar.
Sin embargo, el monstruo es débil, sobre todo cuando los engaños son muchos, y las evidencias que los descubren muy grandes, muchos monstruos cayeron y nacieron otros más fuertes detrás, pero si cada vez mueren más deprisa es una mala noticia para sus creadores, y eso puede estar ocurriendo.
En este día en el que aparentemente no ocurre nada, tengo el pensamiento fijo en las personas que el fin de semana arrollaron la frontera de Melilla, nos enseñaron de su fuerza cuando están unidos, y de la fragilidad tonta de una valla. Los cogieron a todos, pero eso no va a durar siempre. Ahora el monstruo prepara nuevos engaños, intentando criminalizar a todo el que entre en su territorio de forma ilegal, legitima sus engaños nuevamente atemorizando a los que viven bajo su trapo de colores. Pero: ¡Cuidado monstruo! Si alguna persona perseguida, con papeles o sin ellos, luchando por su libertad de buscar un mundo mejor llega al horizonte de mi casa, te lo advierto, sus puertas estarán abiertas para él, tendrá toda la ayuda que pueda darle sin importarme un pito que me persigas también a mí, porque otras puertas estarán abiertas también, y porque es mejor participar del sueño de la libertad que vivir mil años como esclavo sin cadenas, sujeto solo por el miedo en este mundo artificial, donde aparentemente no ocurre nada.

el fantasma de espartaco
Nestes días caóticos de existencia
Da miña, da túa… do mundo
Quero erixir unha oración encontrada
Nestes días caóticos de desencontros
Quero erguerme e entonar un cántico
Querería escribir unha grande proposta
Mais nestes caóticos días só sae de min caos
Non ceos e non infernos non universos
Non liberdade non comprensión non
Sáenme esgarros enfermizos do máis fondo peito
Provocado por estes caóticos días de xenreira
De ver civilizacións enfermas matándose as arrastras
De ver ogros e demos deuses e pitufos
Inxectando veleno substraéndo enerxía
Das nosas faces que tornaron pálidas
Vexo dinosaurios que se negan a extinguir
Novas xeracións con grandes cairos afiados
E zombis estranos ultraxados polas sombras
Vexo desolación e destrucción a raudais
E vexo que nos enteramos de todo
E non nos enteramos de nada
Vexo ese gran-irmán certo, verdadeiro
Vexo desemprego e vexo o emprego das guerras
De barbaries que nos parecen alleas
Vexo xente tirándose polas fiestras
Por non aturar as vidas deste cemento
Cemiterio pagán do diñeiro e o luxo
Vexo ofensas colocadas nos valados na estrada
Vexo estragos nos terrapléns e na montaña
Vexo nenos morrendo de fame e de risa
Mália todo porque non se lle torceron os beizos
Como a todos nós.
Vexo e non son vidente
Nin visionario nin visor nin vouyeaur
Senón observo o ridículo reino de sandiós
Vexo as hipocresías nas pantallas
E como nos nosos reductos emulamos
Ás mulas que nos arrastran
Cuspíndonos entre veciños
Vexo un caos predecible, audible, mastigable
Por parte das xerarquías do armaguedón
Vexo esquecemento todos os días
E fíxome que o de hoxe non se lembrará
E vexo a velocidade e a treboada
A seca e a sede
o noxo asimilado con papel de celofán
vexo que o sabemos
e dános igual
vexo que as trompetas soan
e non gostan de escoitalas
cambiamos de canal
nestes días caóticos de existencia
da miña, da túa… do mundo
a de todos que non somos quen
de morder polo empacho
que nos tapona os oídos
que nos fai durmir
con ou sen conciencia
ata o día seguinte
dos novos desastres.
Quero erguerme entonar un cántico
Mais coma ti teño unhas pesadas cadeas nos pés…


Mark Trumbo

naufragos

Queda poco sitio para quien no pretendió. Para quien buscó la sencillez y pasó de rollos competitivos. Para aquel que nunca quiso empujar a nadie, aun a riesgo de nunca ser oído. Para quien busca el rincón plácido de la soledad, o el encuentro de una charla sencilla plagada de silencios. Para quien invitó a su mesa al viajero o recogió al caminante en la carretera. Aquel que creyó con fuerza en sus semejantes se queda solo ante dioses y políticos de empachante suerte embaucadora. Aquel que creció entre resignación y ánimo es arrinconado por modos y formas contagiosas. Sin siquiera pronunciar juicios, quien no pretendió se arrincona, presiente un amargo vaivén y acepta. Como aprendió de sus mayores en cuyas enseñanzas supo que los gritos y forcejeos no conducen a nada, que solo la calma y la resistencia soporta la tormenta. Que el código silencioso del lobo de mar es el único precepto valido. Aquél que nos remite a la desproporción de una supervivencia en los momentos más impensables. Que con cada hora finada nos enseña por medio de débiles señales que no estamos solos. Solo arrinconados. Sobreviviendo y aprendiendo. Sin acritud. Dispersos en un océano de aceptación, pero no solos. Cada encuentro con alguien similar se convierte en un descanso, en fuerzas renovadas para seguir aguantando a fin de evitar la extinción de una forma de ser y estar diferente. De una discrepancia que se enfrenta al echo aceptado de la multitud, que no duda en apuntar con el dedo a los supervivientes del naufragio.


Yorick.

alta cocina

Hace unos días fui al pequeño invernadero que construimos en casa y corté dos menudos brócolis que llevábamos mimando meses. Esa misma noche, los cocinamos y disfrutamos de un sabor único a cada bocado. Nosotros, Teresa y yo, no fuimos nunca a un restaurante elitista. Sin embargo, socializamos mucho alrededor de la comida. Cuando vivíamos en Valencia disfrutamos muchas veces de una mesa llena de cariño, comensales, amigos estupendos, y platos sencillos hechos con todo el amor de quien los prepara para el disfrute ajeno y propio. También íbamos algunas veces a cenar o comer a “la Gepolla” , “La Cambra” cuando Concha hizo de su casa una segunda casa para el barrio, o el bar de Matías. En todos ellos sabíamos que el placer de la comida siempre iba acompañado de un encuentro, de una mesa compartida, de una conversación, de una calidez humana que hacía que el hecho de la comida tuviera una importancia aislada. Siempre lo entendimos así.
Hoy en nuestra casa, a pesar del trabajo, o a veces del cansancio, intentamos mimar ese momento de la comida, en el que solos o acompañados, estamos. Donde el hecho de cocinar o de hacer pan, nos traslada a una cercanía hermosa. Donde mimamos una complicidad carente de prisas, que nos enseña el mismo crecimiento de los frutos, en los árboles o en la huerta. Sin excesos. Con una rara liturgia que nos hace admirar la maravilla de que una semilla de un milímetro esconda una planta de dos metros.

Y cuento todo esto, a colación de una entrevista que salio publicada en un periódico donde se preguntaba a unas personas sobre sus experiencias en restaurantes de alta cocina. Todos, lo contaban con orgullo, y no se cortaban a la hora de recordar las facturas. La más barata: 120 ecus. La más cara: 250 ecus. Por persona. Me fue inevitable pensar que si yo gastara 250 ecus en una comida me quedarían 500 para pasar el mes… Todo este espectáculo al que asistimos a diario es repugnante. Toda esta soberbia que da el dinero produce nauseas. Y lo único que saco en claro de todo ello, es, que por mucho que cambien las cosas en el mundo, o en mi mundo, pueden estar seguros de que nunca jamás querré ser como esas personas. Que pueden quedarse con sus comidas caras, sus vinos exclusivos y sus mierdas de diseño. Prefiero el mundo real, donde hay personas, hay olores, hay sabores, hay colores, y donde todavía puedes cruzarte con gente que no te juzga por la ropa que llevas, ni por el coche que conduces.

Que les aproveche

festejos

Asistimos a espectáculos que bien podrían denominarse de infamia civil. Me refiero a las celebraciones que en todas partes del país se suceden a lo largo del año, compitiendo entre ellas por convertirse en la mayor aberración lúdica.
Los habitantes de las diferentes ciudades donde ocurren estas fiestas asisten complacidos a la lapidación sistemática de miles de millones de ecus. Y para más despropósito, todas ellas, en relación directa con la iglesia, a través de sus máximos iconos, o simplemente con santos de segunda. Pero siempre presentes. Haciéndose notar.
En el actual sistema estatal en el que vivimos inmersos abandonamos cualquier gesto de participación en sus manos, lavándonos las nuestras de camino. Presenciamos a diario como millones de personas sufren en el mundo, bien por desastres de la naturaleza, bien por abandonos, guerras, explotación etc. Pero la tranquilidad de conciencia que produce saber que los gobiernos que nos representan, las ongs. La iglesia, e instituciones de todo tipo, hacen que podamos dormir tranquilos por las noches, sin inquietarnos lo más mínimo. Sin oír, ni siquiera cuando dormimos los gritos de la muerte y el sufrimiento.

Esta tranquilidad, nos permite asistir a diario a una vida rutinaria donde nos levantamos, desayunamos, leemos la prensa, y acudimos a trabajar. Así todos los días. Por que existe un gobierno que se encarga de resolver los problemas: el paro, la vivienda, el terrorismo, la inmigración, etc. Sus justificaciones ante los pocos avances en los temas expuestos son cubiertos de excusas que creemos al pie de la letra. Y si dudamos de su gestión, acudiremos convencidos a las urnas para castigar su gobierno. Y así cíclicamente durante toda la vida. Mientras el mundo se derrumba, convirtiéndonos en cómplices idiotas del asunto.
Y todos los años participamos de las fiestas mayores de nuestro lugar de origen o residencia, bien sean religiosas o paganas, aunque es bastante raro, que no aparezca algún santo por algún sitio. Unas fiestas, donde las autoridades locales no se privan de tomar la ciudad en beneficio propio, amparándose en la etiqueta de “bien de interés turístico” ahí es nada. Así, cuando visitamos otras ciudades o países, el cretino de turno se encarga inmediatamente de hacerte saber el conocimiento que posee de tu lugar de origen simplemente recordándote las fiestas del lugar. Vamos, algo así como en los años sesenta, cuando éramos conocidos en el extranjero por el flamenco, la tortilla de patatas, la paella y los toros.
Estos días de Mayo en los que estamos toca Corpus, una de las fiestas religiosas, y de las fuertes. En todas partes se organizan procesiones, misas, y gastos en engalanar una celebración de corte franquista e inquisitorial. Donde los del ayuntamiento se ponen al lado de los del capirote con una medalla colgada del pecho, y con un poco de suerte bajo palio. El ejercito, también suele participar en estos fastos, enviando representación de tropa, o paseándose algún estrellado, al lado del alcalde y el de las hostias. Y el resto de traje, o mantilla, portando una vela y rezando por lo bajo. ¡Qué espectáculo! 1Qué constricción! Si parece que se arrepienten de verdad.
Es solo un ejemplo, por nombrar una. Cada una de estas fiestas daría para un libro entero. Cada uno de estos engendros, que no entiendo a que cultura representan, apoyados por una inmensa mayoría de lerdos, que serian capaces de seguir a un gorrino sentado en un trono, sin querer vislumbrar ni siquiera por un instante la tontería en la que están inmersos. Con las ansias puestas en gritar, emborracharse y hacer el ganso en unos días en los que todo está “permitido”

EL HORROR: los sanfermines, la feria de abril, la semana santa, la tomatina, las fallas, moros y cristianos, san isidro, san froilán, la mercé, el rocío, el dos de mayo, los carnavales, nochevieja, etc,etc,etc,etc,etc,etc……………………………..


San Ofendido Neri