el destierro sutíl

Ahí esta, frente a mí, sentado en otro banco, a unos quince metros, habla solo, cabecea y sonríe. Sus recuerdos son felices -pienso- mientras lo miro. Algunos días ya lo veo muy temprano en el bar donde tomo café, en estas tierras de nadie que son los barrios-despojos de las ciudades, en pleno centro, a un minuto de nuestros insignes gobernantes una estirpe fronteriza da sus contados coletazos, mezclados a partes iguales entre yonquis, vagabundos y putas. Un arrabal miserable que se camufla durante el día malvive mercadeando con lo que encuentra en la basura, o con sus propios cuerpos. Sin aspavientos se hacen invisibles a los ojos de los funcionarios que pueblan la zona, que la deshabitan en el fondo. Que desconocen su historia y que ignoran que la mayoría de los fantasmas humanos que pululan por estas maltrechas calles ya nacieron aquí, que son víctimas de un progreso capitalista que deshumaniza estos barrios donde ya no se permite envejecer a las personas. Donde se rehabilita pensando en jóvenes venidos de afuera, que alquilarán o comprarán áticos y loft en pleno centro de la ciudad rodeados de historias y vidas que ignoran y ayudan a enterrar con su ignorancia.
Estas personas supervivientes de otra época, herederos de rentas antiguas los más afortunados, y sin saberlo estorbos de un progreso canibalista, sucumben ante una fuerza que no saben como combatir. Una nueva forma de colonización se extiende sobre ellos empeñada en exiliarlos y hacerlos desaparecer.
Generaciones de nuevas personas ajenas a la agonía que cada hora se vive en las calles campan a sus anchas en sus nuevos reinos perpetuando un páramo humano que nunca antes existió.

el reverendo Yorick.

adiós a Renderén

Adiós a un hermoso y difícil proyecto. Les deseo lo mejor a todos los que participaron de una forma u otra, y mi deseo de volver a coincidir con ellos en algún otro lugar. La explicación la dejo en sus propias voces:




outubro 2010



O Colectivo Ren de Ren cesou na súa actividade editorial.


O proxecto Ren de Ren foi nos últimos tempos un lugar de (r)encontro para moita xente libertaria da Galiza. Organizada, como colectivo editorial, como foro de debate e como dispositivo de distribución, esta rede de afinidade e apoio mútuo puxo en circulación duas monografías colectivas, ofrecendo soporte á difusión das ideas libertarias e impulsando o establecemento de redes de cooperación entre centos de persoas que len, debaten, escreben, deseñan, distribuen... cultura libertaria !

Chegou o tempo do peche... Nunca nos plantexamos chegar a ser unha editora máis pois este era un proxecto de propaganda polo feito, unha acción que perseguía que novas individualidades, abandonando o persoalismo, tomaran parte activa e decidiran darlle novos enfoques ao colectivo. Isto non aconteceu.

No camiño fican moitísimos contactos, agradables encontros, colaboracións desinteresadas, apoios valiosos e sinceiros, mais tamén en ocasións a inevitábel rocha da desconfianza e do silenzo que aínda mantén a moitas no illamento seitario. Unha vez máis queremos agradecer a colaboración de todos os colectivos e persoas que participastes nas distintas fases do proxecto.

Seguimos pensando que a investigación e a posta en práctica de novas propostas libertarias segue a ser a única vía navegável cara á revolución social e a emancipación individual e colectiva no marco da debacle capitalista. Aí nos veremos.

Por último apelamos á solidariedade das distribuidoras para que os exemplares non vendidos fiquen nos vosos fondos. O noso buzón de correo electrónico seguerá aberto para quen queira render contas máis adiante. Algo no que nós xa non imos insistir.

Saúde!

el dueño y señor del corte inglés




Ahí lo tienen, el dueño de un imperio económico, que se ramifica tanto que se hace difícil seguirle la pista, fundación cultural incluida (Ramón Areces) la manida historia de los pobrecitos emigrantes que se fueron ha hacer las indias, volvieron y levantaron un imperio de la nada...Eso es lo que dicen.
Lo peliagudo del asunto, es la conexión política que pueda tener este sujeto. Mi ignorancia respecto a él podrían haber seguido su curso de no ser por un pequeño incidente que ocurrió hace unas semanas: La Huelga General. Ahí fue, cuando mi atención se fijo en su persona. Podría no haber sido así, pero la insistencia de la policía de proteger sus macrotiendas en toda la península me hicieron pensar. Y cuando digo proteger es proteger. En la puerta del corte inglés de Valencia en la calle Colón debía haber concentrados más de treinta anti-disturbios, colocados ante la entrada a un metro de distancia uno de otro. La misma imagen se vio en televisión repetida en otras capitales de provincia. Mi pregunta es: ¿La policía que pagamos todos tiene que ir a proteger las instalaciones de una empresa privada en tal número y cantidad?
Pareciera que en vez de un comercio fuera un punto estratégico para ser tomado, digamos como un centro de televisión. Con solo una llamada de este tipo se presentan en la puerta de su centro cuatro furgones llenos a reventar de policías. El poder de dicho individuo esta fuera de toda duda. Sus amistades, inversiones y especulaciones varias con tamaño imperio económico son mas difíciles de rastrear, aunque para muestra un botón.

el reverendo Yorick

las fuerzas armadas

¿Llevan algún tipo de arma o drogas? Esta fue la estúpida pregunta que nos hizo un agente de la guardia civil después de habernos pedido toda la documentación del coche y personal habida y por haber. Lo que me lleva a pensar que la misión de dicho agente y los otros tres imbéciles consortes que le secundaban no era desde luego velar por la seguridad vial, ni desde luego informarnos de si nuestro vehículo tenía alguna falta, que pudiera suponer un peligro para nosotros o para otros conductores. Su misión sin duda era convertirnos en sospechosos, la palabra que atemoriza al ciudadano pagador de sus impuestos y de conducta intachable, su peor pesadilla. Que en cualquier momento se lo puedan llevar por delante, vaya.

-Somos gente pacífica- le respondí. A lo que él con una sonrisa maliciosa y parapetado tras sus enormes gafas de sol me respondió: la gente pacífica también puede fumarse un porro. Que hijo de puta. Pensé. Pues con esa sonrisa maliciosa no estaba diciéndome otra cosa que si se le ponía en los cojones nos registraría el coche entero, con la certeza de encontrar algún motivo para denunciarnos, o por lo menos jodernos el fin de semana, a lo mejor a costa de la navaja que llevo en la guantera, que para lo único que la he utilizado en mi vida, es para hacerme bocadillos en los viajes, y para sanear un manguito del circuito de refrigeración del coche.

En menos de quince días me han pedido la documentación dos veces, la anterior fue durante la huelga general, donde unos maderos que se aburrían decidieron sacarse el tedio a nuestra costa, y de paso dejar bien claro, que si hubiéramos contestado a su provocación nos hubieran dado de lo lindo.

Mañana es el día de las fuerzas armadas, otro año más un desfile de machos y machas portando sus fusiles, cantando sus canciones patrióticas, y deseando dar la hasta la última gota de su sangre por su país. Qué bonito.
Otro año más soportando el alarde de fuerza de una masa de mongolos que se creen tocados por el dedo divino. Y otra banda de mongolos aclamándolos desde detrás de las vallas, vitoreando a su rey, y a su ejercito, el mismo que los conquista y los mantiene a raya a ellos, y no a ningún enemigo externo, el mismo que no duda en cargar contra su propia gente si reciben la orden, el mismo que sabe que hay un aparato judicial y mediático que los protegerá llegado el caso de disparar, el mismo que reniega de su propia familia si se lo ordenan. Seguimos teniendo la memoria corta en este país.


Solo deseo que algún año de los que me queden por vivir, no tenga que soportar esta pantomima, que la cabra vuelva al monte, que hayan desaparecido los tres ejércitos, y con ellos todos los que proclaman que para mantener la paz son necesarias las armas, cualquier forma de coacción, y sobre todo cualquier pensamiento que los encumbre, y que los convierta en los héroes que nunca fueron.

El reverendo Yorick.