CHAVS: LA DEMONIZACIÓN DE LA CLASE
OBRERA de Owen Jones
Este libro fue editado en el 2011, Jones se centra en su
país, Inglaterra, como buen conocedor de su gente. Trata sobre los CHAVS:
término peyorativo aplicado a los jóvenes, supuestamente delincuentes,
realmente parados. Pero, por extensión, la clase dominante lo aplica a los
pobres, parados y apartados: súbditos de cuarta o quinta clase, a la gente de
la que el sistema ha decidido prescindir y apartar al margen.
En su anterior libro, que recomiendo, EL ESTABLISHMENT,
muestra cómo la casta en poco tiempo se ha consolidado a la vez que a marginado
al resto de la sociedad. El paralelismo con nuestra dolorosa España es
extraordinario.
“Hay cada vez más razones para la esterilización obligatoria de todos
aquellos que tengan un segundo hijo –o tercero, etc.- mientras cobran
prestaciones sociales”.
JOHN WARD (Concejal conservador inglés, 2008)
La moral es personal. No existe la conciencia colectiva, la bondad
colectiva, la consideración colectiva o la libertad colectiva.
MARGARET TACHER
Todo ha de juzgarse según los criterios de la clase media porque,
después de todo, eso es a lo que supuestamente debemos aspirar. Se describe,
pues, la clase trabajadora como un vestigio inservible formado por vagos, flojos,
racistas, borrachos, macarras y demás gentes “sin aspiraciones”.
JOAN LITTLEWOERD ( Directora de teatro, inglesa)
Es a la vez trágico y absurdo que , a medida que nuestra sociedad se ha
vuelto menos igualitaria y que en los últimos años los pobres se han vuelto
realmente más pobres, el resentimiento hacia los de abajo ha aumentado.
OWEN JONES
El odio a los chavs justifica
el mantenimiento del orden establecido, basado en la ficción de que realmente
es un justo reflejo del valor de la gente. (…) Pero lo cierto es que el odio a
los chavs es mucho más que esnobismo.
Es lucha de clases.
Con ejércitos de abogados y expertos fiscales, la élite económica se ha
vuelto muy hábil a la hora de explotar las lagunas jurídicas y el dinero
barajado para evitar tener que pagar un penique.
La demonización de la clase trabajadora es un modo implacablemente
racional de justificar un sistema irracional.
El espectacular giro a la derecha de los partidos tradicionales de
izquierda ha abierto la puerta a la extrema derecha en toda Europa occidental…
La izquierda continúa defendiendo a los grupos más marginales de la
sociedad (…) pero demasiado a menudo lo ha hecho en busca de algo con que
“reemplazar” a la clase trabajadora.
La demonización de la clase trabajadora es el conquistador que se burla
del conquistado. Durante los últimos treinta años, se ha dejado a los
trabajadores sin poder en el lugar de trabajo, en los medios de comunicación,
en la clase política y en la sociedad en su conjunto.
Si las frustraciones de la clase trabajadora pudieran reorientarse hacia
los auténticos culpables, habría una oportunidad real de unir a la gente de
clase trabajadora, sea cual sea su origen.
La locura de una sociedad organizada en torno a los intereses de
plutócratas se ha puesto de manifiesto por una crisis económica provocada por
la codicia de los banqueros.
EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)