Para realizar esta operación, aparentemente sencilla, hacen falta varios pasos. Lo primero que hay que hacer, es hacerse con un buen número de mierdas, dispuestos a cualquier cosa con tal de entrar en la institución mierdosa a la que aspiran. Una vez logrado esto, escollo que no presenta ningún problema, dado el gran número de aspirantes que se apuntan todos los años, se procederá, a un lavado profundo y continuado de cerebro, con vejaciones psicológicas incluidas, inculcándoles constantemente, que no son dignos de llevar el uniforme al que aspiran, de esta forma sus deseos miserables se canalizaran hacia ese uniforme, convertido en sagrado para sus cerebros vacíos. Una vez logrado el objetivo, de que la ambición de todos los mierdas aspirantes pasa por lograr el uniforme, servirlo, respetarlo y amarlo por encima de su propia madre, se procederá a la más ardua tarea de que los mierdas aprendan y se familiaricen con los códigos y leyes que habrán de hacer respetar. Esta parte es la más difícil, dado el corto raciocinio de los aspirantes y aspirantas, cuyo coeficiente intelectual verdadero, o sea la capacidad de pensar roza la nada más absoluta, por lo que deberán aprender cada ley de carrerillas…
Otro de los puntos importantes, es aleccionar a conciencia a los mierdas de que nadie puede ni debe discutir ninguna de esas leyes. Que todo el mundo es sospechoso, y mas, si es extranjero, gitano, o su aspecto es desaliñado (desconozco el criterio utilizado para este último punto) La promesa de que gozaran de inmunidad, y protección si alguna vez se exceden en su cometido debe ser recalcada, para evitar futuras dudas y sentimentalismos.
Una vez logrado esto, solo falta preparar una ceremonia para que las mierdas henchidas de orgullo la graben en sus obtusos cerebros, convirtiendo ese día en el más importante de su vida. Se les entregara un arma, para que puedan fardar, y sentirse claramente superiores a los demás, y se los soltara en la calle, con un código por cerebro, y un talonario de denuncias adjunto.
A partir de este punto, el mierda, con las prerrogativas aprendidas y enquistadas en su cráneo, podrá dedicarse por completo a las tareas de control que se les encomienden, pues no dudara ni se preguntara si hace lo correcto, ya que tendrá la certeza de que así es.
Llegados a este punto el mierda, se creerá tanto lo que hace y porque lo hace, que se dedicara a obedecer, opinar y sentenciar a troche y moche, con lo que el objetivo planteado estará cumplido.
Yorick.
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