Según se ha descubierto recientemente, parece ser que la Virgen María se casó de segundas con san José el Carpintero (que lo hicieron santo por los cuernos que tuvo que soportar durante toda su vida) que era bastante bueno haciendo zuecos en el pueblo, aunque allí, con el clima que tenían, era como hacerle una paja a un muerto. Pero el hombre se defendía. Tenía para sus caliqueños, para la bonoloto de la época. También se compró un burro de inyección, con tracción a las cuatro patas. En fin, que Pepe no era un pelagatos.
Lo que no soportaba era las visitas que a su mujer le hacía el Espíritu Santo. Que por mucha forma de paloma que adquiriese, no dejaba de tener un mandao tremendo. (En aquella época, los nabos aún tenían hueso).
Tuvo que reconocer a Jesusito como hijo suyo, pero bien sabía que era el Hijo de Dios. Desde el momento del nacimiento, al niño le cogió una manía de que te cagas en las bragas. Le daba pescozones cuando Jesús le ayudaba en la carpintería. A la mínima, le llamaba fill de puta, claro, en arameo..
Cuando la Virgen veía lo que le hacía al chiquillo, como madre que era, la figa se le salía de las bragas de esparto, de la malaleche que le entraba:
-Cómo le des otra colleja al niño, soy capaz de pasarte la garlopa por el pijo, cabrón (Todo esto en el idioma vernáculo) Que me tienes hasta la figa!!
Lo peor vino cuando una tarde de canícula, San José sorprendió a la Virgen cepillándose –no con la garlopa- a su compañero de sindicato: San José de Arimatea.
Arimatea, era un pueblo que distaba unas siete leguas. Vamos, próximo a Galilea, como se desprende.
A partir de ese momento, José –al que todos llamaban Pepe, entró en una profunda depresión y empezó a tomar “barrechats” y carajillos a porrillo y, a partir de ese momento, la historia no cuenta nada, aunque se sabe de buena tinta, que se afilió al LEVANTE C. F. y cuando éste bajó a segunda división, fue la gota que colmó el vaso y se colgó de una encina.
El Bobo de Koria

la boda


Sin ningún tipo de pudor, todos los medios de comunicación se vuelcan con el acontecimiento. Lo magnifican. Y un enlace que solo debiera importar a los implicados se convierte en un circo para entretener al país.
Horas y horas de televisión, contando todos los detalles del enlace, los vestidos, los invitados, el menú, la música, etc.
Y tras las ventanas catódicas miles y miles de personas hipnotizadas de admiración. Miles y miles de esclavos dispuestos a digerir sin ningún atisbo de indigestión todo lo que les es trasmitido a través de sus magnos televisores. De la misma forma, al cabo de dos o tres días acudirán prestos a sus kioscos, a comprar las revistas que seguirán informando sobre los fastos. Y nuevamente soñaran con lo que no tienen. Vestirán sus pensamientos de deseos infinitos de poder ser como ellos, de parecerse, de que cambie su suerte, y en ese giro de la fortuna puedan codearse con quién asoma al televisor.

Al otro lado de la ponzoñosa pantalla una anciana se esfuerza porque el rictus de su cara parezca una sonrisa. De su brazo cuelga un tipo con aspecto de pelele. Ellos son los protagonistas del acontecimiento: Los duques de Alba.

La derrota que puedo llegar a sentir al verlos me paraliza los músculos, poco a poco, desde lo más hondo de mi mismo noto un hormigueo. Es mi sangre que empieza a hervir. Así, hasta que la ira me posee. Creo oír las voces de los muertos, de los desheredados de la tierra que claman desde sus anónimas sepulturas ante el espectáculo que ven: El pueblo rendido y sumiso aclamando a sus señores. Esa sumisión convierte sus muertes en inútiles, en esfuerzos y pérdidas baldías.

Los novios se dan un calculado baño de masas. Comprobando de paso el pulso de la calle que los vitorea. Pueden dormir tranquilos, deben de pensar, nadie inquietará sus sueños, nadie asaltará el castillo para decapitarlos y arrojar sus cabezas por la ventana. Nadie. Su imperio seguirá a salvo, y lo que es mejor, ellos mismos, lo que representan, lo que llevan representando siglos, sigue asumido por el pueblo. Es obvio que duerman tranquilos.
Su imperio forjado en la infamia de la historia se pierde en el tiempo, calculado hoy día en unos 600 millones de euros, aparte de las 34.000 hectáreas en terrenos agrícolas valorados en otros 200 millones de euros. Además de su patrimonio inmobiliario compuesto por 20 castillos repartidos por el país, y varios palacios. Una pinacoteca familiar, y una biblioteca imponente. Sin saber como se ramifica ese patrimonio, cuantas empresas y sociedades semiocultas creadas para camuflar y desviar dinero. Se dice que sus tierras han sido gestionadas de forma fraudulenta, solicitando ayudas europeas a cultivos específicos, sin que estos aparecieran nunca por ningún lado. Así con la soberbia del poder durante siglos. Adaptándose siempre a los diferentes gobiernos, como la iglesia, ahora monárquicos, ahora con el dictador, ahora con quien sea. Pero siempre conservando su posición y privilegios. Mientras un número incalculable de personas han muerto de hambre, en revueltas provocadas por esa hambre, con las manos atadas, sin poder trabajar la tierra, los enormes latifundios de la duquesa.
Así a lo largo de la historia. Sin ningún tipo de pudor esta nobleza enquistada en las sociedades impide su crecimiento, forma parte de esos estamentos poderosos que mantienen a toda costa su estatus. Apoyados por la clase política, por la iglesia, por la monarquía, por el ejercito. Por todo ese lastre social que como un enorme ancla nos sujeta en el puerto de sus intereses. Ahí, esclavizados, entretenidos, distraídos, huyendo de la realidad mientras satisfechos apuramos las miguitas que nos son arrojadas desde el balcón. Creyendo como idiotas que nuestra opinión cuenta, que nuestro voto es importante, que ellos son necesarios.

Apago la televisión y me quedo pensando, pensando en la derrota, en mi ira, en la profunda ignorancia que me rodea, y que como cómplice de quienes admiran nunca escucharían la verdad sobre ellos. Me duermo de cansancio, de agotamiento, de derrota, y en mis sueños aparecen los ancianos, los gritos de fondo, sus falsas sonrisas acaban mostrando unas fauces desproporcionadas, maléficas, retorcidas. La multitud espantada huye, todos menos uno, su rostro difuso se pierde en la polvareda de la huida. Porta una espada, y sin miedo se acerca a las bestias, y de un golpe las decapita. Poco a poco, el griterío cesa, las carreras desaparecen, y las gentes que antes huía, y mucho antes clamaba a los nobles, poco a poco se acerca a sus cadáveres. Los observan un segundo e indiferentes continúan su errático camino. Sin aspavientos vuelven a sus quehaceres. El hombre de la espada se queda solo junto a los cadáveres. Ignorado se diluye en la niebla. Pronto se oye de nuevo un griterío y la gente corre hacía otro punto. Allí el aclamado saluda con cara de circunstancia. Viste un uniforme militar, y de su pecho cuelgan decenas de medallas.

El hombre de la espada ha desaparecido y la multitud grita entusiasmada.

el reverendo Yorick.

SECTAS INFAMES E INFAMANTES



Sectas, porque otra cosa no, difaman la imagen de la Virgen María. La Madre de todos nosotros y nosotras. Se basan, los supuestos historiadorzuelos, en supuestos documentos hallados en la supuesta Galilea, en unas excavaciones arqueológicas. ¡¡Algunos han llegado a afirmar que han encontrado las verdaderas bragas de la Virgen, nuestra Señora!! Cuando, harto demostrado está, que en ese periodo de la historia, todas las mujeres de Nazaret, Arimatea, Galilea y cercanías, andaban a chocho pelao!! El clima cálido, lo exigía.
No obstante esto, hemos de reconocer que María, antes que la Madre de Jesusito, era mujer. Y, como es lógico, debía de tener sus días mejores, sus días peores; sus días difíciles... y sus días fáciles. Y, como mujer que era, en el sentido más lato del término, tendría, es de suponer, sus deseos sexuales –aunque en aquél tiempo no existía la sexualidá-. Bien, dejémoslo en picores de breva.
Lo cierto es, que una tarde de agosto –téngase en cuenta que en agosto en aquella latitud, la temperatura media era 37 grados centígrados, a la sombra. Sin aire acondicionado, y sin ventiladores!!! estaba Ella barriendo el serrín de la carpintería de su marido y se presentó una especie de KEVIN KORNE, o alguien parecido. (Algunos dicen que tenía dos alas. No se ha podido confirmar) Lo cierto es que a la Virgen se la cayó la escoba de las manos y comenzó a temblar en galileo.
El forastero:
-VENGO A PEDIR UN PRESUPUESTO PARA UNA CASITA QUE ME HE COMPRADO EN EL PUEBLO. ES PARA ESTAR TRANQUILO, PORQUE ESTOY ESCRIBIENDO UN LIBRO, QUE CREO SERÁ UN BERSELLE.
-Jolín, me ha cogido usted sin arreglar...
-No importa, me acabo de enamorar de ti, galilea...
-¡Copón, me has puesto la pipa como un palo, Kevin.
-No me llamo Kevin, pero puedes llamarme como te salga del higo, Mari. ¿Te puedo llamar Mari?
-Mari y Maruja, cariño. Tú puedes llamarme cómo quieras...
-Pero, mujer, ten en cuenta que he venido a pedir un presupuesto para las puertas y los armarios de la segunda residencia que deseo tener en Galilea...
-¡Déjate de mariconás, ¿tú sabes la calor que hace aquí, bonico? (No estoy segura de acertar con el artículo. No sé si calor es chico o chica). A nuestros hombres el calor los derrumba y a nosotras nos enciende el motor de arranque (Valga la elipsis, que en este caso, casi es tan enorme como el de la película “2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO”)
-Y, puestos a dar presupuestos, yo te lo puedo hacer, ¿lo quieres con IVA, o sin IVA? De ti depende...
-Mujer, soy de familia acomodá, no pensaba regatear, pero lo prefiero sin IVA, como es lógico. Además, que el IVA va a parar a los jodidos romanos de mierda, y me tienen hasta los cojones...
-Dísmelo a mí...
-Bueno, ¿en qué quedamos?
-Pues, mira, ahora que tengo amontonao el serrín y las virutas, pienso que no es mala yacija para yacer, ¿no te parece, Kevin?
-Mujer, si eso va a repercutir en el presupuesto, pos manos a la obra, digo yo...
Tumbose Ella, espatarrá, y él (con minúscula, porque todavía no se sabía que era el Espíritu Santo, disfrazao de KEVIN CORNE)
.......................................... (En estos puntitos ha transcurrido toda la escena escabrosa pero, como estamos en horario infantil....)
Así es que, estando en el ayuntamiento (eufemismo estúpido), él le pidió a Ella el presupuesto.
-Pues, bonico, las puertas no te van a salir por menos de 220 denarios. Y en cuanto a los armarios, si van forrados,: por no menos de 328 denarios de nada...
-¡¡Cagonlavirgen!! ¡Huy, perdona, Mari!
-Kevin, no sabes lo que aprieta la Hacienda Romana, que es que nos tiene baldaos, chico.
-Bueno, no te lo he querido decir antes pero, yo soy el ESPÍRITU SANTO.
-A mí, cómo si me bailas una sardana deconstruida. Una cosa es que le ponga los cuernos a San José, que bastante tiene ya, el pobre, y otra muy distinta que no pueda comprarme unos refajos que acaban de venir de París. (¿En esa época ya se había fundado París, la de la Torre Infiel?)
El Bobo de Koria

Apuntes sobre un error histórico




En estos últimos tiempos, de crisis salvajes, de intentos asimismo salvajes que pone en práctica el capitalismo, con vistas a su propia supervivencia, se dan extrañas asociaciones, que podrían llevar a repetir pésimos errores que podríamos llamar históricos, dada la profusión de veces que estos se han dado.

En los últimos años, cuando el pueblo, ejerce su derecho a la manifestación, ésta, por supuesto, debe estar y está, de hecho, manipulada por el estado.
Su método es sencillo, se financian a los sindicatos de tal modo, que lo que queda, no es más que una subcontrata del Estado, un método de control, hacía una clase trabajadora casi inexistente, pero que aun así, es necesario controlar. De ese modo, los sindicatos mayoritarios quedan atados, y bajo la órbita del poder. Sus consignas, y sus líneas de lucha están por supuesto dirigidas desde arriba, es decir, desde las manos de los que los mantienen y financian.

¿Pero? ¿Qué ocurre más abajo? Donde otros sindicatos más pequeños pugnan por sobrevivir. Pues muy sencillo: Estos, si quieren tener algún tipo de presencia, no les queda más remedio que arrastrarse en la corriente que generan los mayores, apareciendo tímidamente en los alrededores de la bestia. Porque…no olvidemos, que el verdadero fin de estos pequeños sindicatos, no es otro, que optar, a su pequeño trozo de pastel. O lo que es lo mismo, las golosas subvenciones que el Estado pone en sus manos, con vistas a un control de sus líneas de lucha.

Aunque no siempre es así. Existe una honrosa excepción: La C.N.T.
Este sindicato, es el único, que no acepta subvenciones del Estado, el único que quiere abolir las elecciones sindicales, el único que se organiza de forma horizontal, donde la voz de cada uno se hace oír mediante la asamblea.

Con el fin del franquismo, llegó la legalización de los partidos y los sindicatos que permanecían en la clandestinidad. En aquel tiempo, mediante negociaciones provechosas, el Estado en construcción se cuidó mucho, de cubrirse las espaldas, y llevar acabo la gran mentira democrática en la que estamos inmersos, de esa forma, se propuso comprar a todas las organizaciones políticas, garantizando así, que no hubiera por ninguna parte ningún atisbo de contestación o revolución. Blindó una constitución hecha a su medida, y propugnó una ley electoral, que pusiera a cada uno en su sitio, dejándolo todo justo como había vaticinado el pequeño dictador: “Atado y bien atado”
Pero hubo una organización que no se atuvo a la venta de sus ideas, ésta fue la Confederación Nacional del Trabajo. Que volvía a coger fuerza, su afiliación crecía, y con ella el miedo del Estado, a tener en sus manos de nuevo un sindicato revolucionario, que diera al traste con sus planes de control y expolio del país.
Así comenzó una campaña de acoso y derribo del sindicato. De desprestigio, hasta que finalmente, dieron con la clave.
Desde dentro del sindicato, una serie de militantes, se separaron de las ideas y líneas de trabajo común, y fundaron la nefasta CGT.
Como es fácil de imaginar, ésta, pronto se acercó a la órbita del poder, de ese modo mendigó su trozo de pastel, y hoy día, es un sindicato más, alimentado por el Estado. Para crear más confusión, siguen manteniendo la bandera rojinegra, y un discurso revolucionario.

Volviendo a nuestros días, en los últimos meses, ha habido un acercamiento de los dos sindicatos, se han hecho movilizaciones conjuntas, y los falsos anarcosindicalistas han “zalameado” sin recato ninguno, a la C.N.T.
Estos acercamientos, pueden tener su lógica, no solo de estas dos organizaciones, sino de otros pequeños sindicatos, por aquello de la unión hace la fuerza. La pregunta es: ¿De verdad, cualquier sindicato que esté financiado por el Estado mordería la mano que le da de comer? No podemos olvidar, que de todas estas pequeñas organizaciones, la más fuerte, es CGT, la que está interesada en que todos tengamos la misma línea de lucha es CGT. ¿No está esta organización de algún modo sacando provecho de sus “socios” temporales?

En este punto, es donde entra el asunto de los errores históricos. Por ejemplo, el de la C.N.T. cuando colaboró en el gobierno de la II República, arrastrando así a su militancia a luchar por ella. ¿Qué recibió a cambio? Muerte, descrédito y olvido.
¿Acaso no fue la burguesía emergente, la que con engaños encabezó la revolución popular ocurrida en Francia, y origen del Estado moderno?

Estos, son solo dos ejemplos, de cómo ese digamos “romanticismo revolucionario” puede ser arrastrado para servir a los intereses de otros.
En mi opinión personal, la C.N.T. es lo que es. El hecho de bailar peligrosamente con el diablo al filo de la navaja no creo que vaya a ayudarle de mucho, sobre todos en los objetivos de la lucha.
Por el contrario sí pienso, que organizaciones como C.G.T. Se beneficiarían de contar con el apoyo, y la militancia de sindicatos pequeños, y que ellos en última instancia, son los llamados a negociar con el Estado y al poner la mano para recoger sus monedas. Traicionando una vez más a los desprendidos, y de paso desacreditando su bien ganada, y honrada reputación.


Yorick.