festejos

Asistimos a espectáculos que bien podrían denominarse de infamia civil. Me refiero a las celebraciones que en todas partes del país se suceden a lo largo del año, compitiendo entre ellas por convertirse en la mayor aberración lúdica.
Los habitantes de las diferentes ciudades donde ocurren estas fiestas asisten complacidos a la lapidación sistemática de miles de millones de ecus. Y para más despropósito, todas ellas, en relación directa con la iglesia, a través de sus máximos iconos, o simplemente con santos de segunda. Pero siempre presentes. Haciéndose notar.
En el actual sistema estatal en el que vivimos inmersos abandonamos cualquier gesto de participación en sus manos, lavándonos las nuestras de camino. Presenciamos a diario como millones de personas sufren en el mundo, bien por desastres de la naturaleza, bien por abandonos, guerras, explotación etc. Pero la tranquilidad de conciencia que produce saber que los gobiernos que nos representan, las ongs. La iglesia, e instituciones de todo tipo, hacen que podamos dormir tranquilos por las noches, sin inquietarnos lo más mínimo. Sin oír, ni siquiera cuando dormimos los gritos de la muerte y el sufrimiento.

Esta tranquilidad, nos permite asistir a diario a una vida rutinaria donde nos levantamos, desayunamos, leemos la prensa, y acudimos a trabajar. Así todos los días. Por que existe un gobierno que se encarga de resolver los problemas: el paro, la vivienda, el terrorismo, la inmigración, etc. Sus justificaciones ante los pocos avances en los temas expuestos son cubiertos de excusas que creemos al pie de la letra. Y si dudamos de su gestión, acudiremos convencidos a las urnas para castigar su gobierno. Y así cíclicamente durante toda la vida. Mientras el mundo se derrumba, convirtiéndonos en cómplices idiotas del asunto.
Y todos los años participamos de las fiestas mayores de nuestro lugar de origen o residencia, bien sean religiosas o paganas, aunque es bastante raro, que no aparezca algún santo por algún sitio. Unas fiestas, donde las autoridades locales no se privan de tomar la ciudad en beneficio propio, amparándose en la etiqueta de “bien de interés turístico” ahí es nada. Así, cuando visitamos otras ciudades o países, el cretino de turno se encarga inmediatamente de hacerte saber el conocimiento que posee de tu lugar de origen simplemente recordándote las fiestas del lugar. Vamos, algo así como en los años sesenta, cuando éramos conocidos en el extranjero por el flamenco, la tortilla de patatas, la paella y los toros.
Estos días de Mayo en los que estamos toca Corpus, una de las fiestas religiosas, y de las fuertes. En todas partes se organizan procesiones, misas, y gastos en engalanar una celebración de corte franquista e inquisitorial. Donde los del ayuntamiento se ponen al lado de los del capirote con una medalla colgada del pecho, y con un poco de suerte bajo palio. El ejercito, también suele participar en estos fastos, enviando representación de tropa, o paseándose algún estrellado, al lado del alcalde y el de las hostias. Y el resto de traje, o mantilla, portando una vela y rezando por lo bajo. ¡Qué espectáculo! 1Qué constricción! Si parece que se arrepienten de verdad.
Es solo un ejemplo, por nombrar una. Cada una de estas fiestas daría para un libro entero. Cada uno de estos engendros, que no entiendo a que cultura representan, apoyados por una inmensa mayoría de lerdos, que serian capaces de seguir a un gorrino sentado en un trono, sin querer vislumbrar ni siquiera por un instante la tontería en la que están inmersos. Con las ansias puestas en gritar, emborracharse y hacer el ganso en unos días en los que todo está “permitido”

EL HORROR: los sanfermines, la feria de abril, la semana santa, la tomatina, las fallas, moros y cristianos, san isidro, san froilán, la mercé, el rocío, el dos de mayo, los carnavales, nochevieja, etc,etc,etc,etc,etc,etc……………………………..


San Ofendido Neri

PERSECUCIÓN

Los italianos abren la veda. A partir de ahora los inmigrantes ilegales que lleguen a su país serán tratados como delincuentes. Solo por el hecho de no tener papeles.
El resto de países de la unión europea fluctúa entre el silencio y una postura escandalizada ante la medida. Hipócritamente, pues todos saben que si la ley funciona allí, pronto será exportada a otros países. También se pena a quién alquile un piso a alguien que carece de papeles. Recuerdo que en Algeciras, si ayudas a personas que llegan en pateras cruzando el estrecho sin avisar a las autoridades también te multan.
Ya esta aquí el buen tiempo, las pateras empezaran a llegar a diario un año más. Un año más cientos de seres humanos morirán en el intento de tener una vida mejor. Cientos de seres humanos que son la avanzadilla de millones de ellos, dejados a su suerte, en países empobrecidos por guerras, por gobiernos bananeros, por reyezuelos.
En el sur de Africa se da la gran paradoja. Los pobres de Sudáfrica intentan expulsar a palos a refugiados que vienen del norte. Les culpan de la falta de trabajo y del hambre. Alguien se frotará las manos con estos hechos. El discurso es el mismo que podemos oír en cualquier bar de la península. Solo un necio puede pronunciarlo, dando por sentado que el sistema es perfecto y eterno. Solo un ignorante, que obvia su misma historia puede pensar de esa forma. Vamos a asistir a muchas cosas diferentes. Veremos fronteras acosadas y veremos muerte. Porque giramos en el sentido contrario al planeta. Veremos muerte por creer que un trozo de planeta nos pertenece. Por ratificar ese derecho con leyes. Por defenderlo con ejércitos. Por poner la razón de nuestro lado, sin comprender que solo es un punto de vista. Que es absurdo que esto dure para siempre. Que el mundo es un hervidero. Que a lo largo de la historia nunca hubo cien años de paz, en ninguna parte. Que el ser humano es un animal, un animal que se mueve, cuando tiene necesidad de ello. Así colonizó el planeta hace miles de años en busca de condiciones idóneas para su supervivencia. Igual que ahora. La diferencia está en que entonces no había vallas ni fusiles cortándoles el paso. Además de mucha gente que cree que sus derechos son los que deben primar, que su forma de vida es la correcta, que sus leyes, que dirigen y acotan todos sus movimientos, es la forma de actuar y vivir, y que nadie que venga de fuera puede turbar esa pobre forma de vida. Justificando así, cualquier intervención de sus dirigentes.


Yorick.

la fotografía

Suelo mantener correspondencia con algunos amigos. Con uno de ellos, intercambio noticias, libros, información, ideas, y cariño. Hoy recibí una carta suya. En ella unos cds. con sus trabajos y un buen montón de recortes de prensa. Los ojeo despacio. No son noticias ni opiniones al uso. Se nota que están seleccionados por alguien que sabe lo que busca, que recibe los mensajes o los gritos que a veces se cuelan en la cotidianidad. Alguien que desarrolló una capacidad de recepción y filtrado para toda la vorágine de información que recibimos a diario.
Entre los recortes que recibo me encuentro con una fotografía. Sin texto. Un escueto pié de foto da información sobre el lugar donde fue capturada la imagen.
Es una fotografía que no se contempla de un golpe de vista. Su fondo caótico mimetiza el contorno de la misma. En un auténtico basurero flotante dos niños se bañan y juegan.
El río es un merdal. Un cúmulo de podredumbre y desperdicio tan enorme que la presencia de los niños en el pone mal cuerpo, de tan brutal y repugnante que resulta.
El trozo de papel me escandaliza y hace que me avergüence de mi propia turbación. La fotografía me enrabia, me encabrona, me acalora. Me siento tan impotente que desearía que en es mismo instante reventara el planeta.
Poco a poco me calmo. Mi ira se transforma en ideas, en pensamiento que no es nuevo. Mil millones de posibilidades sobre igualdad, respeto, oportunidades, se me pasan por la cabeza. Me vacío en ello. Y cuando estoy vacío y exhausto vuelvo a mirar la fotografía y me fijo en los niños. Sus expresiones no son de sufrimiento. Como cualquier par de niños en cualquier parte del mundo juegan. Juegan con lo que tienen. El agua y la basura. Esa naturalidad que desprenden me atraviesa provocándome un escalofrío. De repente, me percato de que toda mi ira de antes, mis pensamientos, mis ideas, no son para que ellos vivan mejor. En el fondo de mi egoísmo y mi ruindad me doy cuenta que la igualdad que deseo es para vivir yo como ellos, para tener esa aceptación de su presente que yo no tengo. Para descubrir los secretos de los instantes vividos. Para acabar con mi tremenda cobardía que me convierte en esclavo de una moral de mierda tras la que me escondo. La cobardía que me doblega ante leyes, costumbres, miradas, reproches, manías, enfermedades estúpidas, relaciones artificiales, competitividad, envidias, rencor, sumisión, engaños, que prolongan una vida controlada. Que sucumbe ante una falta de improvisación total. Que me delata con un disfraz de honestidad que en realidad no tengo. Que me harta de mí y me harta del mundo.
La imagen del papel descubre y desarma a un hombre que como cualquier otro se engaña, se carga de razones para seguir aguantando. Se inocula el veneno de la mentira por falta de valor. Se inventa a alguien para atesorar una vida que en realidad no sabe vivir, y que por encima de todo teme perder.



A Pilar Molina de la Fundación Salvador Seguí. In Memoriam
Supo dejar de temer

miradas

1.- La sangre ajena chorrea por el pitón astillado mezclándose con la suya propia, el animal jadea con la boca abierta, los pinchazos de dolor le electrizan por todas partes. Ante él, el cuerpo caído de quien hasta hace un instante le acuciaba sin descanso. Los engaños gualdas revolotean ante sus ojos. La cercana muerte hace que todo pierda importancia pues es el único descanso posible.


2.- La escena deformada llega a través de la mirilla. La mujer sin hacer ruido se empina para observar el ajetreo en el descansillo. Unos operarios vacían el piso embargado de sus vecinos. Estos siguen argumentando ante el policía municipal, que implacable se remite una y otra vez a la sentencia judicial. Al cabo de un rato, cuando el agente precinta la puerta. La mujer cierra la mirilla y se asienta sobre sus talones, para paliar el calambre que siente en los dedos de los pies. Excitada arrastra las zapatillas camino del teléfono, para contar todo a sus amigas.


3.- El autobús se retira del andén marcha atrás. Algunas personas lo siguen despidiéndose de sus conocidos. Todos los viajeros miran por las ventanillas buscando retener la imagen última de personas queridas. El hombre que va sentado al fondo del vehículo observa impaciente por que acabe la escena. En su bolsillo, su mano acaricia un papel sucio donde va anotada una dirección en la ciudad de destino.


4.- Los ojos apáticos miran. Los cuerpos desnutridos cubren el suelo, apilados, sin fuerzas, rodeados de excrementos. Sus ojos miran sin decir nada, sin odio, sin pena, como ojos de muñeca miran. Solo miran. La enfermedad del hambre consolida su reino. Las moscas se posan en los muertos y en los vivos, a sabiendas de que estos últimos pronto morirán, desovan su estirpe en las pieles tumefactas de la miseria.
En el bar, alguien grita al camarero para que cambie de canal.


5.- Las inmensas instalaciones se cierran con un muro. Sobre la cubierta de la nave principal unas letras impresas anuncian: Maderas Gioriz. Troncos de todos los diámetros se apilan ganando en altura a las tapias. A escasos 100ms. otros muros acotan el cementerio municipal. Los dos recintos atesoran cadáveres y ganan dinero con ello.

El caso de los presentadores clónicos

Ocurre algo. Se percibe. Un pacto secreto. Una confabulación soterrada. La definición es confusa. El objetivo inimaginable. Pero los hechos…certeros.

Todos los presentadores de telediarios de todas las televisiones se comportan de la misma forma. Sus gestos, sus posturas, sus miradas, su gestualidad en general, son exactamente iguales. Tan iguales que sobrepasa la línea del ridículo adentrándose en las aguas de la más torpe pantomima que se recuerde. ¿Pero…….? ¿Qué objeto tiene semejante fantochada?
Como decía al principio: No tengo ni puñetera idea. Y eso me preocupa enormemente. Aquí se está tramando algo.
Hay casos tan patológicos que merecen análisis aparte. El tío que hace los informativos del fin de semana en la primera es alucinante. Un portento de postura incomprensible. Hagan la prueba, quiten el sonido al televisor, y observen…. Observen al individuo en su labor de hipnosis hertziana. La mirada penetrante que no mueve ni un instante del centro de la pantalla, una ligera inclinación hacía adelante, como si no se apoyara sobre la silla, su brazo izquierdo estirado colocado el talón de la mano sobre la mesa, con los dedos crispados hacía arriba, los hombros desalineados, con el izquierdo más alto que el derecho, y lo más inquietante, un ligero movimiento pélvico de difícil interpretación y que en el fondo no recuerda más que una fuerte afección de parásitos intestinales. Y como colofón de expresividad, el cambio de gesto cuando la noticia lo pide, y en un alarde de control muscular relaja su ceño fruncido, cambiando la expresión de su rostro a una tenue sonrisa. Impresionante.
Hay variaciones por supuesto, otro gesto que se repite hasta producir retortijones es el que realizan colocando los folios que tienen delante con los dedos meñique y anular de ambas manos o jugar con un bolígrafo, que no se para que lo quieren, ya puestos a parecer que redactan las noticias allí mismo podrían completar el atrezzo con una grapadora, unos clips desparramados por la mesa y un bote de tipex.
¿Qué les pasará por la cabeza a estos individuos? Conscientes de ser las marionetas del cuarto poder. Manipulados hasta el mínimo detalle, convertidos en ridículos clones, abanderados del “buen rollito” ¡Escocidos!
Menuda banda de pendejos.

¿Y para qué estudiara periodismo esta gente? Total, para hacer y comportarse como les dicen. El orgullo de sus madres, sin duda con sus trajes y sus caras de cartón. Será posible, y pensar que se metían con Aberasturi cuando se sentaba en la mesa a comentar las noticias, recordado hoy día tiene su gracia, un tío que se rascaba la oreja o la cabeza como si estuviera en su casa, vivir para ver. Habrá que esperar otros diez años para ver hacía donde “desvoluciona” el asunto mientras, seguiremos echando unas risas de vez en cuando a costa de los domesticados de aséptica presencia.


El reverendo Yorick.