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El amor mal entendido

empieza por las ostias,

los golpes y los porrazos,

por llamarte puta si te pintas

y perra mal parida si no le tienes

en la mesa la comida

cuando llegue del trabajo.
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El amor mal entendido

es el que te retiene junto a alguien

para evitar que se abra las venas,

el que te carga con cadenas de palabras

y cargos de conciencia.



El amor mal entendido

es el que sale a las tres en las noticias,

donde la novia deja de ir blanca y radiante,

donde se tiñe de rojo y de morado,

donde los ramos de flores se tiran

al ataud donde yace su cuerpo amortajado.



El amor mal entendido

es el amor de los que tienen

el corazon podrido,

deshecho y mal formado,

el amor de los acomplejados.




Y ya van nueve, aunque mientras escribo puede que aumente la cifra, nueve mujeres asesinadas en lo poco que va de año.
Los motivos por lo que alguien es capaz de hacer algo así... dificil de saber. En algunos casos podría ser por una cosa de cultura, o de falta de la misma, también por una falta de educación, por secuelas vividas en la infancia, por ser hijo de maltratadores, por falta de autoestima, seguridad, de valores... no sé. Lo que si sé es que hay que ser muy hijo de puta.

Superhéroes de barrio (parte II)

Amigos míos, como todo el mundo sabe, un héroe en muchas ocasiones es producto de sus propios enemigos, que inconcientemente y como resultado de alguna tropelía provocan el nacimiento de su propio azote. En el caso que nos ocupa ocurrió así.
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Un grupo de directivos de un órgano faccioso animados por un sentimiento patriótico y totalmente incontrolado por parte de la población ante los éxitos deportivos de la nación decidieron regalar a esta una letra para su himno, que permanecía inexpresivo literariamente desde hacía tres siglos. Los directivos del comité olímpico español, pensaron sin duda en colgarse la medalla y de paso formar parte de la enciclopedia con semejante idea, lo que no podrían prever sería la que se les venía encima.
Juntaron un jurado de seis entendidos, no sé muy bien de qué, y se pusieron manos a la obra, a la espera de que la población buscara en lo más profundo de su inspiración mecida por los acordes del himno. Y aquí aparece nuestro héroe. Paulino Cubero, que se sacó de la manga una letrilla, tan vacía de contenido y tan estulta como lo pueda ser cualquier letra de himno patriótico. Pero el jurado eligió la suya, que no otra, y como a los jurados hay que hacerles caso, que para eso están, pues los del COI tan contentos con su letra, frotándose las manos de haber conseguido su objetivo, y además avalada la letra por un jurado especializado (¿?) anunciaron rimbombantemente que habían logrado su objetivo, y emplazaron a todo el mundo para una fiesta de presentación, donde el mismísimo Plácido Domingo, tenor nacional, estrenaría la gloriosa letra.

Mientras tanto, nuestro héroe se frotaría las manos flipando, elegido para la gloria, pensaría, todos los periódicos hablaban de él: El parado que puso letra al himno. Observese el ensañamiento de división de clases ejercido por los medios, fulanito no es obrero del metal en periodo de desempleo, sino que es parado y punto. Parado, no se muy bien que pensar, ni lo poco que han cambiando las cosas en el tiempo.
Bueno, a lo que iba, el bueno de Paulino se las prometía muy felices, hasta que ocurrió lo que tenía que ocurrir. La letra del himno, se filtró a la prensa, antes de su estreno oficial, y en pocas horas estaba en boca de todos, la gracia que tenemos aquí para sacar punta a todo hizo el resto.
Analistas de toda clase se lanzaron sobre las cuatro estrofas para despellejarla sin compasión, ante la perplejidad del COI, que sin duda se dieron cuenta de que se habían pasado con semejante empresa. Así que en un intento desesperado de no pasar a la historia del ridículo como socios de honor, renegaron de la letra. De la noche a la mañana, no querían saber nada de la criatura que ellos mismos habían creado. Una comparecencia de prensa, argumentando que la letra no era del agrado de la población, y la promesa encarecida de que seguirían buscando los versos perfectos, dieron al traste con los sueños del pobre Paulino. Que presa de la indignación se pasea por programas televisivos, donde intenta lavar su imagen de cretino al que acaban de tomar el pelo. Se ve que hicieron caso al poeta, cuando decía aquello de que una canción no es canción hasta que no la canta el pueblo.
En mi humilde opinión creo que los geniales ideólogos que parieron la jilipollez de la letra se guardarán muy mucho de repetir, así que al himno este, que tenemos la desgracia de oír cada dos por tres, le auguro un futuro silencioso, coralmente se entiende, porque estruendoso ya lo es. Y nuestro héroe, seguirá luchando, en busca de justicia, ante tamaña infamia cometida en su persona, aunque seguro, que sabrá sacar tajada del asunto, quien sabe, si en forma de biografía, donde desvele los misterios de su inspiración, para tamaña obra, o donde explique los subterfugios de la historia. Lo que está claro, es que fijo, que abandona las listas del paro, de lo cual, me alegro, perderá el estigma, con el que le clasificaron: parado. Así que, seguro que en el fondo no salio tan mal parado, aunque espero que no cunda el ejemplo, ya saben, por el bien de la inteligencia.



El reverendo Yorick.

Diario de un viaje al presidio de Bonxe.

En realidad, todo comenzó hace unos años. Cuando mi compañera, y yo, su compañero, decidimos cambiar el clima cálido del levante por el frío del norte. Una ciudad caótica por un pueblo. Un barrio por una aldea. Un piso por una casa. Y unas macetas por un bosque.
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El shock que nos produjo tan tremendo cambio a poco estuvo de dar al traste con nuestros planes. La difícil situación laboral gallega nos estranguló nada más llegar. Pero nos empecinamos en seguir, solos frente a todo. Poco a poco, la situación económico-laboral en la que nos encontrábamos se fue estabilizando. Lo justo, hay que decirlo. Y empujados por lo que siempre fuimos, empezamos aquí y allá, de forma dispersa a encontrar personas con las que compartir, ideas, cambios, revoluciones y cenas. Mi compañera y yo, su compañero, desde diferentes empleos animábamos lo que podíamos, e invitábamos a movilizarse a otras personas ciertamente atacadas de apatía y bastante grado de sumisión.
Los empresarios locales, campaban a sus anchas, en este caldo de cultivo. Amontonaban tropelías contra los trabajadores, entre el silencio de estos. Aunque a algunos, pillados por sorpresa conseguimos darle algún susto.

Hace cosa de un año, mi compañera, partiendo casi de la nada, logró junto a otras personas la creación de una escuela de Teatro municipal. Y de esta escuela, en unos meses, salieron dos montajes notables: “La casa de Bernarda Alba” y “Tragicomedia de Dña. Cristobita y el Sr. Roset” de Federico García Lorca.
Las dos obras, fueron muy bien acogidas por el público local, teniendo en cuenta que la programación teatral del imponente auditorio del pueblo no había pasado nunca la frontera del sainete.
Animadas por la buena acogida, las alumnas de la escuela se plantearon la posibilidad de realizar algún “bolo” fuera del pueblo. Y ahí surgió la idea de la cárcel de Bonxe. Mi compañera acepto la idea inmediatamente y a partir de ahí se puso en contacto con la dirección de la escuela del presidio y empezaron a hablar de fechas, pues los profesores de la escuela de Bonxe, quedaron encantados con la propuesta. El buen recibimiento de estos, agobiados siempre por las trabas de instituciones penitenciarias promovió que todo el proyecto quedara en manos de las dos escuelas, la de Bonxe y la de Teatro.
Huelga decir, que no fue fácil, movilizar a doce personas a arrimarse siquiera al muro de una prisión. Un camión de prejuicios y otro de miedo casi nos corta el paso. Hubo de todo, intentos de deserción, amenaza de enfermedades. Se habló casi de suspender la actuación. Mi compañera sufría en silencio la decepción, y yo, su compañero la secundaba. Pues teníamos entre manos la realización de un proyecto cultural y humano como no se había dado antes en este pueblo.

Hubo que cambiar turnos de trabajo, de clase, buscar coches, pero al fin, el 14 de enero nos poníamos en marcha hacia la cárcel, arropados por la lluvia, que apartó a los “civiles” de nuestros ilegalmente abarrotados coches.
“La casa de Bernarda Alba” comenzó con veinte minutos de retraso, con nervios, olvidos y problemas técnicos. Pero discurrió fluida. El público, como era de esperar respondió positivamente, sabiendo que tenian delante un grupo de teatro amateur, que de alguna manera y sin saber bien porque estaban allí mostrando su trabajo. Mujeres sencillas de aldea haciendo teatro en la cárcel, adolescentes implicadas en un proyecto humano. No es fácil de contar la satisfacción y la camaradería que se generó aquella tarde, entre las personas encerradas, las personas del teatro y las personas de la escuela del centro. Aunque tampoco podemos olvidarnos, claro, de los funcionarios de prisiones. Esos honestos trabajadores que se encargan cada segundo de recordarte donde estas, que agrian el aire con su presencia, como si de enterradores necrófagos se tratara. Esa lástima de seres, que se acuestan por la noche con la satisfacción del trabajo bien echo, mientras permanecen con los pies hundidos en la senda de la miseria.

En definitiva, me quito el sombrero, me quito el sombrero por los presos, por las alumnas de la escuela, por Marquino y su teclado, por Carlos, y su coche de empresa, por José Manuel y Loli de la escuela de Bonxe, y por Teresa, directora de la obra. A todos ellos, les deseo una vida llena de caminos en los que se atrevan a dar un paso más allá, pequeños pasos, que ayuden a derribar muros, a acallar calumnias, y a borrar fronteras que los coloquen frente a otro ser humano al que dar la mano.
Gracias

O pao

Fíxense nos dín ao facer o novo contrato da tarifa agora non vai existir a nocturna. Que senón lle damos o pao! Fíxense advírtennos dende a televisión. Agora vánnos colocar estufiñas como as de toda a vida só que con temporizador, valerán cada unha douscentos euros e se non se fixan o contrato un 50% máis por tontos. Fíxense nos prezos que suben e suben e nolo restregan e voltan a restregalo como os peixes no río…
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Fíxense en timofónica oigan! E no polo que vale un 16% máis, pero claro, se suben os pensos e sube o petróleo, como non vai subir é que cae de caixón. Fíxense ben como sube o seu paro, o noso xa o sabíamos pero é que agora sube o seu moito…
Fíxense nunha economía que estaba baseada no ladrillo como se derrumba, fíxense oigan! Non vaia ser que non nos demos conta. Fíxense nos beneficios netos brutos e malvados dos bancos e demáis familia, fíxense que nolo restregan e voltan a restregalo como os peixes no río. E eu que podo facer pois me río por non chorar como os peixes no río que lles cae a merda enteira de meiramas e das pontes. Ah! Non agora van facer un superlago nestas carboneiras un superlago que te chupis!!
Fíxense no IPC, ou o mellor dito, o prezo de todo e miren os salarios que xa chegamos aos seiscentos de mínimo interprofesional. Buaaaa neno que te cagas!
Fíxense neste nadal tan sombrío e con tantas luces. A quen lle gusta xa celebrar esta cousa? E seguimos facéndoo cando á maioría lles trae sen coidado a noitevella, os pastorciños, a sogra e os putos reis!! E non hai máis que gastos e malos rollos e seguimos ata a barbarie final…
Cámbiense á dixital terrestre que lle poderemos estafar millor. Merque un homecinema. Non! merque unha pantalla de cine igual de grande que nos cines que pechan por aí! Fala con todo o mundo para non falar con ninguén. Consolas ou non consolas…
Que nos están pegando o pao e non paran de rir nos anuncios…

Augafestas de xaneiro

Sr. Trapiello

Hace unos días, escribió usted en un dominical, sobre el velorio de Fernando Fernán-Gómez, y concretamente, sobre la última voluntad del fallecido de cubrir su féretro con la bandera rojinegra. Reflexiona usted, a partir de este detalle, sobre la militancia anarquista que pudiera tener Fernán-Gómez.
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De la lectura de su artículo uno deduce, que usted tiene un concepto de la Anarquía bastante confuso. Critica usted, que el artista, no se inmolase cual revolucionario de verdad en una lucha contra el franquismo, y recuerda maliciosamente que se pueda ser anarquista y académico.
Decía Eduardo Haro Tecglen, que a diferencia de la famosa frase: “prefiero vivir de pié que morir arrodillado” el prefería “vivir arrodillado hasta poder ponerse en pié” El anarquismo nunca fue un pensamiento suicida, y ya, sr. Trapiello, no se ponen bombas. ¿Sugiere usted tal vez, que todos los anarquistas que estamos disconformes con la monarquía debiéramos combatir a la misma con las armas? Nuestro camino hoy en día, pasa por ser un camino de resistencia, de desafección, de aprendizaje, y de enseñanza, así, día tras día, permaneciendo con la libertad y la verdad como bandera. No son necesarios los discursos sr. Trapiello, somos conscientes de lo titánico de nuestra lucha, y de cómo nuestra hermandad es vapuleada y ridiculizada por plumas y bocas de dudosa procedencia.
Los ancianos, son dados a buscar cariño y amor, gustan de sentirse arropados y reconocidos. Mis años me impiden esa necesidad, pero lo observo en ellos. ¿Recuerda usted a José Hierro, el poeta? Estuvo encarcelado durante el franquismo, y el rey le entregó el premio Cervantes, a un anciano que acudió con las zapatillas de ir por casa. A usted, estas anécdotas quizás le parezcan jocosas. Pero olvidamos algo. Nosotros podremos saber mucho sobre la guerra civil, leído miles de páginas, oído cientos de testimonios, pero no la hemos vivido, no hemos tenido a nadie apuntándonos a la cabeza con un arma, mientras echa a suertes nuestra vida. No nos podemos hacer una idea de lo poco que vale una vida cuando hay odio de por medio.
Son duras sus palabras Sr. Trapiello al decir que Fernando Fernán-Gómez hizo como otros muchos mirando para otro lado, pues si eligió el camino menos romántico de la lucha contra el franquismo, no por ello fue menos importante.
Estoy de acuerdo con usted en la sacralización que se hace en este país de los muertos ilustres. Pero ese echo, tiene un fin que usted calla. Si los medios no hubieran dedicado horas y páginas al fallecido hubiera dado lo mismo ¿entiende? Su cuerpo hubiera sido cubierto de igual manera según su voluntad. Y usted no hubiera escrito sobre ello. Pero la muerte de algunas personas no deja de ser un filón para otras, y al igual que ocurre en la naturaleza, al cadáver desplomado acuden los carroñeros que saben de la pasividad del caído. Esa es la diferencia sr. Trapiello, que el muerto, ya no se puede defender.


Rafa Becerra.