Caballero, tenga la bondad…

No puedo soportarlo. Me violenta, me irrita, me descompone. Cada vez que alguien se dirige a mí, con el término: Caballero. Todos los demonios me hacen hervir la sangre. La palabra en si, según el diccionario, hace referencia a los miembros de órdenes de caballería, a personas de alguna consideración o buen porte, o al hombre que se porta con nobleza y generosidad. Siendo así: ¿Puede alguien explicarme porqué la policía cuando se dirige a alguien con intención de interceptarle o detenerle utiliza tal palabra?
Yo creo, que el atentado lingüístico tiene más bien que ver con una estudiada asepsia que practican los encurtidos personajillos, y que en su ignorancia, practicando una educación palurda e inadecuada parecen querer decirte con esa burda forma de hablar y con su odioso lenguaje corporal, que o los acompañas civilizadamente sumiso, o te van a vapulear de lo lindo. Que para eso se colocan sus guantes con esa estudiada parsimonia esperando desanimar al más valiente. Sus miradas ocultas tras el ahumado de sus gafas y sus rostros de verdugo alejan ya de por sí cualquiera de las definiciones de la palabra.

Lo preocupante del asunto, es que el sistema policial se expande con rapidez a diferentes y cercanos gremios. Lo que nos hace rechinar los dientes continuamente. Tristemente, estrategias como esta nos aleja cada vez más de una auténtica comunicación. El protocolo de títulos y palabras que se utilizan a diario formando parte de eso que llamamos educación, es un arma de doble filo, y aparte de que el uso de los: Usted, señor, caballero, maestro, etc, pone en evidencia la falta de capacidad comunicativa de las personas, y no deja de ser un método de “zalameo” del que cabría desconfiar. Desgraciadamente, muchos, arrastrados por la vanidad, seguirán prefiriendo que se dirijan a ellos en los términos de educación reglamentados, con la única satisfacción de sentirse importantes por unos segundos. Sin percibir ni por asomo, que esos pequeños gestos de tiranía separatista caminan siempre en una sórdida dirección: la de marcar diferencias. Diferencias en realidad inexistentes, cuya única solidez es el dinero y el poder. Fuera de eso, todos y todas absolutamente se limpian el culo a diario, y acaban muertos tarde o temprano.

Que estas reflexiones no sirvan para cambiar los hechos, es evidente, pero siempre todos deberíamos hacer un poco de uso de nuestra supuesta inteligencia, y analizar esas costumbres o maneras que se nos pegan de ver y estar en contacto continuo con otras personas. Las coletillas en el lenguaje, y el mal uso de este, nos puede ocasionar a la larga muchos problemas, saber como hablamos puede resultar tan importante como saber lo que comemos. Por eso debemos estar atentos, al uso adecuado de las palabras. A diario, en la televisión y en la prensa escrita, se manipulan términos que acaban vaciándose de su verdadero significado. Son palabras que una vez descarnadas se arrojan sobre nosotros, confundiendo no solo los conceptos, sino el análisis que podamos hacer de lo que ocurre en este nuestro mundo. Ni que decir tiene, de que estos usos son premeditados, y que la intención esta clara. No la voy a repetir, solo añadiría que está en nuestra voluntad dejar de ser manipulados y manejados constantemente, que si no somos conscientes de la distancia que hay entre lo que nos dicen y la realidad, poco podremos hacer para cambiarla.


El reverendo Yorick.

EL BOBO DE KORIA



-El Bobo de Coria tiene el secreto porque ha descendido tan por debajo de toda posible dignidad humana que ha tocado ese fondo que sigue siendo inalcanzable para nosotros. Diréis que también ha bajado una cucaracha, o un mono o un escorpión, pero no es cierto. Ellos no tienen a dónde bajar ni a dónde subir sino con sus pobres patas. El hombre es el único que puede tener deseos o esperanzas o desventuras y frustraciones conscientes o inconscientes. El último nivel de la dignidad que conocemos está todavía muy por encima del nivel al que ha bajado ese enano cabezudo que parece no tenerse en pie y rendirse al peso de su propio trasero. Ése tiene nuestro secreto y el de los demás. Para alcanzarlo como él habría que aceptar todas las miserias del mundo. Hay que ir dejándose despreciar del pobre, del rico, del tonto y del sabio y recibir toda clase de indignidades imaginables, muy por debajo del mendigo, del abofeteado y pateado en público, del miserable por enfermedad o por idiotismo, del ciego, del cojo, del manco y del leproso. Muy por debajo de toda posible miseria entre las que conocemos y las que podríamos imaginar que son infinitas realmente, porque tienen sus raíces secretas en nuestro mundo inconsciente, tan insondable como el mismo universo. Ese enano tiene el secreto.
EXTRAÍDO DEL LIBRO DE RAMÓN J. SENDER “LA MIRADA INMÓVIL”


He recurrido a su apelativo, no porque trate de emular al excelso bufón, ni mucho menos. Solo es por la admiración que ha despertado en mí este personaje histórico. Por lo que entraña su reducida persona y lo que de ella sabemos.
Siempre he sentido gran admiración por los tontos y, desprecio por los gilipollas y estultos que, me temo, somos la mayoría.
Porque va a ser el único tonto –Azarías- del elenco de la gran película “Los Santos Inocentes” el que va a rebelarse contra el repugnante señorito.
-¡Milana bonita…Milana bonita….!
B. K.

¿El Papa come papas?

Ese furibundo feminismo, que tanto se parece al machismo que combate.

BENEMERITOS Y MUY HONORABLES BANDIDOS!!!

Esa horteridad que constituye el verdadero carácter de Valencia. Esa “falleror” que por doquier, todo lo impregna.

La Tv echa lo que la gente quiere que eche, que es lo que la TV quiere echar porque la gente quiere que eche lo que la TV echa, que es lo que...

Existe una ideología: el consumismo.

Si se pudiera comer jamón, me haría mahometano.

DE MUJER A MUJER
Mari, mi marido se me ha hecho musulmán. Que sí, que ha dejao de comer el jamón que yo le compraba en Consum. Que se me va a la mezquita todos los días, en vez de ir al fúrbol, como debe de ser. Lo mejor de todo es que se me pone en pompa... con el culito que tiene el jodío!!!

“PAPAS VIDAL” PATROCINA LA VISITA DEL PAPA A VALENCIA.

Todos estamos condenados a encontrar nuestras verdades... Que suelen ser mentira.

DE MUJER A MUJER
Mari, me gustan más las ministras que los ministros: EN EL CADALSO LUCEN MÁS.

Estimado estulto: No, la ley de la gravedad no tiene nada que ver con la salud, ni con los hospitales.

Follar está bien, muy bien. Pero, reproducirse ¿por qué, para qué si sobramos gente en el puto mundo?

¡Qué tiempos, ver esa guillotina trabajar sin descanso en esa gloriosa Francia!!!
¡Hasta el Rey Sol fue desprovisto de su corona junto con la cabeza que la sustentaba!!!
Es lo jodido que tiene nacer en otro siglo. No se puede abarcar todo, porque lo de CARRERO BLANCO tampoco fue moco de pavo.

EL BOBO DE KORIA

Las putrefactas raíces de una podrida institución: La Iglesia.

A estas alturas, ponerse a hablar de la iglesia, podría parecer una perdida de tiempo, pero aprovechando una nueva visita de su máximo caudillo a nuestras tierras (un hombrecillo vestido de blanco, que arenga a sus fieles, que enardecidos le aclaman inmersos en una catarsis colectiva)
Me gustaría hacer algunas observaciones sobre la realidad de una institución, que aparentemente sin hacer ruido, se introduce como una hiedra salvaje en todos los resquicios de nuestra ya de por sí, podrida sociedad.
Una institución cuyos preceptos dicen se inspiran en el amor, la piedad, y la caridad. Huelga decir que todo esto no son más que palabras vacías, y que su fín, como la de toda institución parecida es el poder.
En la calle muchas personas son de la opinión de que este poder está mermado, de que ya no es lo que era, y de que no son tenidos en cuenta en los entresijos de la manipulación mundial. Nada más lejos de la realidad. Están por todas partes, invadiendo desde el más pequeño barrio, hasta la más grande de las urbes.
En nuestro día a día existen constantes que nos remiten directamente a ellos a través de un balizaje que rodea nuestra cotidianidad. Desde el calendario, pasando por los nombres de los colegios, las calles, los hospitales, los cementerios, los tanatorios, etc. Sus nombres aluden directamente al santoral completo, a la vida del supuesto hijo del supuesto Dios y a toda su familia cercana.
Por otra parte, su presencia lacerante en los medios de desinformación, las proclamas de párrocos, conferencias episcopales, vaticanos, iluminados, etc, son casi diarias. La sumisión que les rinden gobiernos de todo el mundo, ya sean: caducas monarquías, falsas repúblicas o dictaduras bananeras. Las subvenciones que reciben del estado, hasta hace poco directamente, ahora indirectamente. La presencia de su famosa casilla en la declaración de la renta. La introducción de sus tentáculos en universidades, casas de caridad, Ongs. Hospitales, la cotización en bolsa de sus empresas, etc. Todo ello nos habla de un poder económico que sería
imposible de calcular.
En definitiva, están por todas partes, propagada como una peste, y dispuesta siempre a mutar y sobrevivir, como un virus malévolo, que mediante una tremenda farsa controla el devenir de países enteros.
Yo creo que son para tomárselos en serio, para saber a que distancia están de nosotros y en que lugares plantan sus redes para atrapar incautos y reforzar su ya excelso poder.

Solo liberando nuestra mente de sus mentiras se les podría desenmascarar, e incluso acabar con ellos: ¡Abajo el Papa! ¡Abajo sus ceremonias religiosas! ¡Desafección también para la iglesia!


el reverendo Yorick.

homenaje a Monterroso



Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.


Augusto Monterroso

la memoria de los olores



Sucede en cualquier momento de nuestra vida. Para aquel que no lo ha descubierto aun, supone adentrarse en nuevos caminos dentro de su propia memoria, y ahondar más en sus propios recuerdos.
El gesto fortuito, que nos hace pasar distraídamente por los alrededores de un jardín, de un horno de pan, de un almacén de cereal, y que inmediatamente, nuestro cerebro active una alerta de reconocimiento de ese olor, retrotrayéndonos a un pasado ya vivido, algún pasaje de nuestra infancia, de la juventud, la presencia casi olvidada de alguna persona que se arrimó lo suficiente a nuestra vida, como para dejar una impronta que se memorizó en nosotros a través de un perfume, o de su olor corporal.
Esos olores se hacen familiares, se quedan a vivir contigo, y de alguna forma, cuando los reconoces en cualquier parte, te dan la seguridad de que su presencia guarda algo en comunión contigo mismo que te hace ser quien eres.
En mi caso, el archivo de olores de mi memoria es amplio, a través de ellos, rememoro lugares, personas, situaciones mas o menos agradables, que me hacen adoptar una perspectiva diferente del presente, y como estar conmigo mismo. La sensación de seguridad que me pueda dar una vivencia del pasado en el presente me reconforta. Aunque el recuerdo en cuestión no fuera de mi agrado, el hecho de haber sido vivido me supone enfrentarme a mi presente de forma distinta.
Los olores que más intensamente me sumergen en mi pasado, son los de algunas flores y árboles. A pesar de la intensidad con la que pueda recordar, digamos, por la cercanía de un animal, es en el caso de ciertas plantas, donde podría cerrar los ojos y ver la escena recordada perfectamente. Especialmente en tres casos: El jazmín, la higuera, y el azahar.
Suelo achacar la intensidad de esa ecuación de olores-recuerdos, al hecho constante del nomadismo que ha acompañado mi existencia. Bien es sabido que no todas las plantas y árboles se adaptan a todos los climas. Así, estas planta y árboles, están principalmente ligadas al sur donde nací.
El haber viajado a otras latitudes, con otro presente, hace que los recuerdos tomen un tono sepia, y que sean discretamente visitados.
De esa forma, el encuentro fortuito con alguno de esos olores. Se presenta como un agradable despertar que dota de color, y de voces a aquellos recuerdos que caminaban fosilizados hacía algún lugar de la memoria.
Basta ese encuentro para reactivar una memoria que ya no me abandona, sin la necesidad de viajar con un vivero portátil, los recuerdos consiguen reactivarse a través del olfato, como otros lo hacen a través del gusto, del tacto, o del oído.
De la vista no digo nada, porque es bien sabido el lugar omnipresente que ocupa en nuestras vidas. Relegamos voluntariamente los otros sentidos de los que disponemos, perdiéndonos penosamente todas las sensaciones excitantes que nos pueden provocar. Seguramente, que mi afán por desarrollarlos y conservarlos haya sido el detonante de que esos recuerdos relacionados con los olores se presenten con tanta intensidad. Un placer, que me sirve de aliciente para probar suerte con el tacto, el oído y el gusto.

Yorick.