DECEPCIÓN

...De todo aquel que no opine y no se comporte con la

rectitud de la decepción hay que sospechar cualquier cosa,

la peor. Mucho cuidado con esa gente”

Félix Grande


Define el diccionario:


Pesar causado por un engaño. Si perdura puede ser un desencadenante para la frustración y la depresión.


Creo que hay otra forma de verlo, pero efectivamente es un pesar, que puede ser muy grande si de lo que estamos hablando es de como vives dentro de una sociedad especializada en frustrar todas tus expectativas. No es difícil observar que esa misma sociedad se encarga de lanzar cortinas de humo, entretenimientos y falsedades para que ese “pesar” no crezca de modo que la población entre en estado de shock.

Pero si resulta que esa decepción deviene en otra cosa, todo cambia. Me refiero a la posibilidad de comprender que vas a ser decepcionado en prácticamente todo lo que el estado y la sociedad se supone que hace por ti. En ese caso, y si partimos del principio de que somos y seremos engañados y utilizados, no caemos tan fácilmente en la frustración y mucho menos en la depresión.

Conocer lo que se espera de ti, y permanecer en guardia frente a semejante panorama puede ser un revulsivo para generar un mecanismo de defensa ante lo que se te viene encima. No hace falta profundizar en la idea de que cada vez que te mueves para conseguir algo en la vida, te vas a encontrar con sujetos que de una forma u otra te van a engañar. Estar preparado para ello, minimiza los riesgos en el campo de tus emociones, y la cosa es tan dispar como ir a comprar una lavadora o la creación de un nuevo partido político que aglutina todas tus esperanzas. Es duro al principio, resistirte y negar a la evidencia toda credibilidad, pero si analizas profundamente todo lo que ocurre a tu alrededor, y antes de caer en la depresión, comprenderás que estás solo y que si te rindes, te entregarás por completo a aquellos que solo buscan tu explotación y tu sometimiento.

Por otra parte, discrepo de que estar decepcionado sea estar amargado. Estar decepcionado y reírse a pecho partido no es incompatible, porque en el fondo la decepción nos hace fuertes, al corroborar que efectivamente estamos resistiendo a la invasión externa que pretende hacernos esclavos. La risa, de hecho, nos libera y la decepción nos da seguridad. No esperar nada de quién te impone, aplasta, somete y esclaviza, define exactamente contra quién debe ir dirigida tu energía y tu ira, llegado el caso. Los esfuerzos del sistema por convertirnos en una masa homogénea son más que evidentes, a través del deporte, de la ideología, del nacionalismo, de las pandemias, del terrorismo, lo que sea, le viene bien para manipularnos y empujarnos al redil. Tienen medios de sobra, tiene estructuras que buscan tu apoyo y que en una gran mayoría consiguen por medio del funcionariado, del apesebramiento de la caridad, de los subsidios, de las limosnas.

Es un rival fuerte, personificado en gallo negro, pero no invencible, pues la decepción no es incompatible con el anhelo de que algún día nadie ni nada nos decepcione. Es necesario mantenerse sobrio ante la avalancha de ilusiones frustrantes en la que nos movemos, a veces, es complicado defender la plaza de la individualidad en un entorno propicio para el engaño, pero eso ya lo sabemos, si no, no estaríamos leyendo esto. En esos momentos conviene recordar que no estamos solos, que hay muchos más que se declaran decepcionados convencidos, que niegan la caricia en la cabeza y que incluso se revuelven para morder. Allá donde vayamos encontraremos a algunos más que si no son decepcionados, no están lejos de caer, comprender y actuar.


el reverendo Yorick.


El feligrés


 Qué tipejo ese dios suyo

me vendió la moto

de dejar todo lo mejor para después

tanto sufrir como perros

ya sabe

contemplando injusticias

tan grandes como aviones

y ver morir a tantos

¡pero tranquilo pendejo!

Que lo que está por venir

te va a compensar del carajo

hazte una idea:

compartir la eternidad

con angelotes sin sexo

que no se que tocaran con la lira

pero fijo que ningún corrido


como te puedes imaginar

allí no hay vicios

¿qué no harán falta?

No me joda compadre

toda la vida tomando

en el bar de la esquina

y me espera la sobriedad

pues creo que lo voy a pensar

que no lo critico oiga

no se confunda

pero es que uno se volvió callo

a cuenta de tanto padecer

y lo del cielo ganado

empieza a escamar


mire que le propongo un trato

yo le compro una velita

y le suelto en el cepillo

un dinerito que ahorré

pero a cambio

usted se olvida de mí

y así no compro boleto

que en ese crucero

no va gente como yo

pero no se apure

que le venderé buen género

bien lejitos de mi casa


apurese amigo

que el cielo ya lo ganó

yo me quedo un ratito

para apurar el trago

con los compadres

que los viernes hay partida

y luego a lo mejor

visitamos a la Madame

que la carne jamás se hizo piedra

ni la piedra corazón


¡con dios!

Hombre divino

sin pena quemo las naves

y a oscuras

que ya apagamos la vela