MÁS ALLÁ DE LA CULPA Y LA EXPIACIÓN
JEAN AMÉRY (Has Mayer)
13 octubre de 1912. VIENA. (Austria)
17 octubre de 1978. (Suicidio). SALZBURGO. (Austria)
Los judíos ya estamos acostumbrados. Hemos tenido la oportunidad de
observar cómo la palabra se hizo carne y cómo la palabra hecha carne se
transformó finalmente en pilas de cadáveres.
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Los camaradas (en Auschwitz) con un
credo político o religioso nos miraban por encima del hombro, algunos con actitud
paciente y caritativa, otros con rabia. ”Has de comprender”-me dijo una vez un
judío creyente- “que aquí toda vuestra inteligencia y toda vuestra formación
carecen de valor. En cambio yo tengo la certeza de que nuestro Dios nos
vengará”.
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Creo que Auschwitz ni siquiera nos
hemos hecho mejores, más humanos, más filantrópicos
ni más maduros moralmente. No se puede ser testigo de los crímenes del hombre deshumanizado
sin cuestionar todas las nociones sobre la dignidad del ser humano.
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La palabra cesa en cualquier lugar
donde una realidad se impone como forma totalitaria.
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El verbo expiró cuando despertó aquel
mundo.
KARL KRAUS
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Patria es seguridad, decía. En la patria
dominamos absolutamente la relación dialéctica entre conocer y reconocer, entre
espera confiada y confianza plena: puesto que la conocemos, la reconocemos y
nos atrevemos a hablar y a obrar, porque podemos depositar una confianza
razonable en nuestra capacidad de conocimiento-reconocimiento.
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Digámoslo una vez más con toda
claridad: no existen “nuevas patrias”. La patria es la tierra de la infancia y
de la juventud. Quien la ha perdido, se convierte en un errabundo, por más que
en el extranjero haya aprendido a no tambalearse como un borracho y a hollar el
suelo sin temor.
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Sabían muy bien lo que pasaba en torno
a nosotros y lo que nos hacían, pues al
igual que nosotros sentían el olor a chamusquina procedente del campo de
exterminio cercano, y algunos exhibían ropas que la víspera aún habían llevado,
antes de ser despojadas, las víctimas recién llegadas sobre la rampa de selección.
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La amenaza de muerte que sentí por
primera vez con toda claridad al leer las leyes de Núremberg implicaba también
aquello que habitualmente se denomina la “degradación” metódica de los judíos
por los nazis. Formulado con otras palabras: la privación de dignidad expresaba
la amenaza de asesinato.
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Auschwitz no tenía que ver con el
capitalismo ni con ninguna otra forma de economía, sino que era el desvarío,
hecho realidad, de cerebros enfermos y de organismos con instintos perversos.
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Auschwitz es el pasado, el presente y
el futuro de la humanidad o al menos de su parte llamada “civilización
occidental”.
EL BOBO DE KORIA
(RECOPILADOR)
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