POESÍA, HOUELLEBECQ -II


         DE POESÍA de MICHEL HOUELLECQ


La luz evoluciona más o menos sobre las formas;
         Yo sigo acostado a ras del suelo.
         Tendría que morirme o que ir a la playa;
         Ya son las siete. Probablemente, ellos duermen.

         Sé que estarán ahí si salgo del hotel,
         Sé que me verán y que llevarán shorts.
         Tengo un esquema del corazón. Cerca de la arteria aorta.
         La sangre da media vuelta; será una hermosa jornada.

         Muy cerca de las sombrillas, diversos mamíferos
         Algunos de los cuales llevan correa y mueven la cola;
         En la foto tengo aspecto de ser un niño feliz;
         Quisiera tumbarme entre las umbelíferas.




         Los insectos corren entre las piedras,
         Prisioneros de sus metamorfosis
         Nosotros somos prisioneros también
         Y en ciertas noches la vida
         Se reduce a una sucesión de cosas
         Cuya entera presencia
         Define el marco de nuestra decadencia
         Les fija un límite, un desarrollo y un sentido;

         Como ese lavavajillas que conoció tu primer matrimonio y tu separación.
Como ese oso de peluche que conoció tus crisis de rabia y tus abdicaciones.

Los animales socializados se definen por un cierto número de relaciones
Entre las que tus deseos nacen, se desarrollan, se vuelven a veces muy fuertes y mueren.

Mueren a veces de golpe,
En ciertas noches
Había ciertas costumbres que constituían la vida y he aquí que ya no hay nada en absoluto.
El cielo que parecía soportable se vuelve de golpe extremadamente negro
El dolor que parecía aceptable se vuelve de golpe lacerante
Ya no  hay más que objetos, objetos en medio de los cuales se encuentra uno mismo inmovilizado en la espera.

Cosa entre las cosas.
Cosa más frágil que las cosas
Muy pobre cosa
Que espera siempre el amor
El amor, o la metamorfosis.



ÚLTIMA MURALLA CONTRA EL LIBERALISMO

Nosotros rechazamos la ideología liberal porque ésta es incapaz de proporcionar un sentido, una vía para la reconciliación del individuo con su semejante en el seno de una comunidad que pueda ser calificada de humana.
Y, por otra parte, el fin que se propone incluso es del todo distinto.

Nosotros rechazamos la ideología liberal en nombre de la encíclica de León XIII sobre la misión del Evangelio y con el mismo espíritu con el que los antiguos profetas invocaban la ruina y la maldición sobre Jerusalén.
Y Jerusalén cayó, y no tardó menos de cuatro mil años en volver a          levantarse.

Es algo probado, e indiscutible, que todo proyecto humano se ve evaluado, cada vez más, en función de criterios puramente económicos,
De criterios absolutamente numéricos.
Memorizables en archivos informáticos.
Esto no es aceptable y nosotros debemos luchar para que se ponga a la economía bajo tutela y para que ésta se someta a ciertos criterios que me atrevería a llamar éticos.

Y es que cuando se despide a tres mil personas y oigo chalanear sobre el coste social de la operación me entran unas ganas locas de estrangular a media docena de consejeros auditores.
Lo que constituiría una excelente operación.
Una depuración absolutamente benéfica.
Una operación prácticamente higiénica.

Confíen en la iniciativa individual, eso es lo que ellos repiten por todas partes, lo que por todas partes van repitiendo como esos viejos despertadores cuyo uniforme tictac bastaba generalmente para sumirnos en un insomnio fatigante y definitivo.
A eso, yo sólo puedo responder una cosa, que surge de una experiencia a la vez desconsoladora y repetitiva.
Y ésta es que el individuo, me refiero al individuo humano, es muy por lo general un
animalejo a la vez cruel y miserable.
Y que sería completamente inútil confiar en él a menos que se viese rechazado, encerrado y mantenido dentro de los principios rigurosos de una moral inexpugnable.
Cosa que no sucede.
En una ideología liberal, se entiende.

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)




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