AQUÍ YACEN DRAGONES II


AQUÍ YACEN DRAGONES     (Cuentos) II

FERNANDO LEÓN DE ARANOA

 

20 mayo de 1968. MADRID

 

BRÚJULAS

 

         Me dicen que algunas brújulas,

         no muchas,

         empiezan a tomar conciencia,

         y, avergonzadas,

         arrepentidas de su tradicional actitud,

         obcecada, tendenciosa, conservadora,

         comienzan,

         algunas,

         no muchas,

         a señalar hacia el Sur.

 

LOS GUARDIANES DEL VERTEDERO

 

         Vigilan la basura acumulada engrandes torres, a las afueras de las ciudades. Patrullan sus colinas de desperdicios, envases, neumáticos, viejos aparatos oxidados. Su reino es el de la miseria: lo delimita el perímetro de verja metálica que tienen a su cargo, y cuidan que nadie la cruce.

         Chatarreros, drogadictos, miserables, aprovechan sus descuidos para asaltar el vertedero. Como un comando desarrapado, trepan de noche sus altas vallas. Ellos, los que lo vigilan, les persiguen hasta darles caza y les despojan de cuanto se llevan (despojos).

         Guardianes de la nada.

         Vale tan poco su vida que la darán, llegado el caso, por la mierda que custodian.

 

LOS TERRATENIENTES

 

         Bienaventurados los terratenientes,

         porque ellos heredarán también

         la tierra prometida.

 

ORO

 

         Gold Treasure Endeavors and Co.,empresa norteamericana con base en Miami especializada en el rescate de antiguos galeones hundidos, reclamó la propiedad del oro hallado entre los restos del naufragio de la La Hispaniola, a 170 metros de profundidad frente a la costa de Cádiz, 36n 7w. Uno de sus barcos lo había encontrado, así que a ellos pertenecía.

         El Gobierno español hizo pública una queja formal. El galeón en el que el oro había sido hallado tenía pabellón español. Había sido fletado por su majestad el rey Felipe IV en 1631, así que cuanto había en él pertenecía en justicia a la corona española.

         El Estado peruano alzó también su voz. El barco será español, pero el oro que transportaba es peruano, producto del saqueo sistemático al que los españoles sometieron a sus colonias tras la Conquista.

         Los indígenas peruanos, descendientes de los legítimos propietarios del oro sustraído, no alcanzaron a leer la noticia.

 

DÍA LIBRE

 

         Se lo toma la muerte el jueves, cansada de trabajar. Los suicidas aterrizan dulcemente en las aceras, decepcionados, ilesos. Nadie muere en los frentes: los bombardeos no causan bajas, los pelotones de ejecución yerran el tiro y los generales, avergonzados, presentan su dimisión.

         Las catástrofes naturales se suceden, inofensivas. Los niños descalzos juegan a las aguadillas en las terribles inundaciones, los terremotos son caballito de feria. Cientos de miles no mueren, no se hace llamados a la solidaridad internacional: no se abren cuentas corrientes, no hay luto ni gala benéfica. Los tenistas no subastan sus raquetas.

 

LOS METEORÓLOGOS EN EL ASCENSOR

 

         ¿De qué habla el hombre del tiempo cuando no sabe de qué hablar?

 

DERECHOS

 

         Las piedras y los palos,

         los gritos, los cristales y las huelgas,

         derechos inalienables

         del hambre.

 

DIAGNÓSTICO

 

         Entiendo cómo se siente, la angustia que quizá ahora, en los primeros minutos, sepa controlar pero que a buen seguro se hará con usted, con su cabeza, y acaso rompa la tranquilidad de su hogar, de los suyos. No es fácil, con esa información en la mano, ser el que fue hasta ahora: salir a la calle, enfrentar la rutina, los bares de siempre, los mismos bancos, los saludos. No es fácil compartirla con sus seres queridos. Imagino sin dificultad cómo se sentirá su esposa cuando se lo diga; busque el momento, la manera. He consultado con colegas, prestigiosos doctores que no han podido sino confirmar mi dictamen. No hay medicación o prescripción que pueda cambiar el desenlace. Del mismo modo sé que no hay palabras que yo pueda pronunciar ahora que vayan a hacerle sentirse mejor. Sólo puedo recomendarle que busque la proximidad de los suyos como el soldado herido en combate busca a sus compañeros en la niebla. Que se rodee de aquellos que le quieren, que les quiera, que se lo diga tantas veces como sienta la necesidad de hacerlo. No tema a las palabras: son pequeños milagros y como tales obran, si acertamos a articularlas en el momento exacto, no siempre es fácil. Elimine lo superfluo, dedique el tempo a aquello que realmente merece la pena: sea egoísta. Piense en usted. Y no tome decisiones. No las tome ahora, concédase un tiempo. No es fácil escuchar un diagnóstico así, no hay estudios, ni viajes realizados, ni consejos que te preparen para escucharlo. No nos preparan. Nos para estudiar, para tener hijos, nos preparan para trabajar aquí o allá, para amar y para olvidar después. Pero a la luz de los síntomas que nos ha referido en sus visitas del doce del dos y del quince del tres, realizadas cuantas pruebas se han considerado necesarias, y a tenor de los resultados de las citadas pruebas, análisis, punciones, radiografías y biopsias, me veo en la difícil obligación de comunicarle que le queda a usted toda la vida por delante.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

 

 

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