ORDEN PÚBLICO

Orden público
democracia
monarquía
castas parasitarias
que portan en una mano la venia de dios
y en la otra el pesebre
donde agradecidos habremos de comer

castas parasitarias
que nos salvan del caos
que están dotadas de un saber superior
que solo la sangre otorga

!hijos míos¡ nos dicen bendiciéndonos
y las lágrimas de emoción
marcarán los surcos de nuestro rostro

castas parasitarias
de sonrisa fácil y cerebros embotados
de los que rentan las estériles y cortas ideas
con las que nos doblegan
¡hijos míos! Todos juntos podremos
¡hijos míos! Dios proveerá...
claman con mirada frailuna
y silabeo de reptil

y aceptamos las pulgas en el cuerpo
las garrapatas como garbanzos
arracimadas en el cuello
allí donde la sangre es más pura
allí donde rendimos la vida

miramos hacía arriba con ojos de rumiante
que espera la ración y abre las piernas
para ser ordeñado
acariciado por el orden
seducido por su porte
embelesado por su lengua
negando la verdad evidente
ocultando la cobardía de ser
quién lance el primer grito
o refriegue el cuello por la pared
para arrancarse las bestias que le chupan la sangre
y defecan en las heridas

castas parasitarias
de las que creemos saber
pero no entendemos nada
y nos dejamos poseer y domar
les damos hijos y obreros
les damos soldados y sirvientes
les damos rameras y santas
a cambio de limosna y mentiras
miseria y enfermedad
veneración y cementerios
y orden
mucho orden público


Becerra
                      


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