GLANBEIGH

GLANBEIGH

COLIN BARRETT

1982. CONDADO DE MAYO. Irlanda

Tug es de esos que muchos prefieren ver de lejos. Lo llaman Medio Seso, pero no a la cara. Es corpulento, imprevisible, propenso a los ataques de furia y las pataletas.(…)
         El peso le da un aire lúgubre; el manejo y traslado de su mole es una empresa complicada y agotadora. Lleva el coco afeitado al cero y ropa oscura y ancha, como Marlon Brando en Apocalyse Now.

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         Una vez allí, sin haberse hablado apenas, las parejas buscaban refugio en algún tronco que les sirviera de respaldo o de techo y daban comienzo a sus negociaciones corporales.

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         …las cornisas impasibles de sus cejas no dejaban entrever la menor actividad cerebral.

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         Era de los que no soportan estar en su propio pellejo, y tampoco nos soportaba a ninguno de nosotros.

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         La pantalla de la tele se ha apagado, un diminuto punto azul levita en su negro centro. La corriente de aire silba por encima de su cabeza, atravesando la negrura; no se oye nada y todo es oscuridad. Durante un largo rato no sabe quién es ni dónde está. Cuando le viene a la cabeza, llama a su hijo.

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         Cuando  Arm y Dympna se acercaron, Arm percibió el olor del otro hombre, el hedor concentrado a pis reseco de adulto que escuece los ojos, lo cual explicaba por qué Hector procuraba apartarse reclinándose en las patas traseras de la silla.

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         -Según su teoría-explicó Hector al ver que el hombre no decía nada-, Jasus tenía un hermano gemelo. Y cuando clavaron al primero en la cruz y lo sepultaron en  la cueva, sus seguidores robaron el cuerpo e hicieron que a los tres días apareciera el otro y proclamara la resurrección de Jasus.

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         Al bajarse, Dympna dio una palmada en el techo del mierdamóvil.

         -Hola tío –saludó-, hoy si que hace un día de puta madre.

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         A la forma en que miraban absortos la veta gastada del mostrador, cavilando sobre sus especiales tribulaciones y deficiencia de curdas. A la forma en que siempre estaba solos.

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         Un escritor. Se quitó de en medio y tuvo que dejar una nota, claro, tuvo que intentar dejarnos un apéndice conciso. “Voy a echarme a dormir durante un tiempo más prolongado de lo normal. Llamadlo eternidad”, así se despidió de este mundo.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)