ADIÓS MUÑECA


ADIOS, MUÑECA
RAYMOND CHANDLER

23 julio de 1888. CHICAGO. Estados Unidos
26 marzo de 1959. SAN DIEGO. Estados Unidos

         Su rostro, lleno de señales, davala impresión de haber sido golpeado por todo a excepción del cubo de una draga.
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         La piedra verde del alfiler no llegaba a tener el tamaño de una manzana.
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         Se trataba sin embargo de una cara muy corriente y era bonita como pueda serlo algo que sale de una cadena de montaje.
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         Una cuña de luz de sol resbaló sobre el borde de la mesa y cayó sin ruido sobre la alfombra..
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         Luego se oyó una risa. Una risa de muchacha. Forzada, tensa como una cuerda de mandolina.
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         Era rubia. Pero qué rubia. Cualquier obispo haría un agujero enuna vidriera para verla.
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         Encendí un pitillo. Me supo a pañuelo de fontanero.
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         Una chica que se cruzó conmigo, procedente del ascensor, devuelta a su trabajo, me lanzó una de esas miradas que, según dicen, hace que sientas en la columna vertebral algo así como una carrera en la media.
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         Piensa, sin ir más lejos, en la persona que dejó esa botella de whisky medio llena. Tenía un corazón, tan grande como una de las caderas de Mae West.
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         -A este otro joven no parece costarle ningún trabajo mantener la boca cerrada-
         -Está casado –dije-.Tiene práctica.
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         Una mano de dedos como salchichas sostenía mi tarjeta.
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         La señora Grayle suspiró.
         -Todos los hombres son iguales.
         -Lo mismo sucede con las mujeres…,después de las nueve primeras.
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         La cena de ochenta y cinco centavos sabía a saca de correos desechada y me la sirvió un camarero que parecía capaz de darme una paliza por veinticinco centavos, cortarme el cuello por setenta y cinco y tirarme al mar en un barril de cemento, por dólar y medio, impuesto incluido.
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         -Apártate de mí, hijo de la gran puta.
         Malloy se detuvo en seco y bajó el brazo que empuñaba el Colt. Aún se hallaba a un metro de ella. Su respiración se hizo agitada.
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         Se compró ropa de buena calidad y lo primero que hizo al salir de la cárcel fue ponerse a buscarla. De manera que ella le metió cinco balas en el cuerpo amanera de saludo. Él, por su parte, había matado a dos personas, pero estaba e namorado de ella. ¡Qué mundo!
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


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