BORRÓN Y CUENTA VIEJA


BORRÓN Y CUENTA VIEJA
JESÚS PARDO

5 mayo de 1927. TORRELAVEGA. Cantabria

        
         Me doy cuenta de que me he pasado la vida aprendiendo a vivir, y ahora que ya lo sé bastante bien, me encuentro con que apenas me queda vida en la que demostrármelo.
         Pues es ésta la verdadera síntesis del predicamento humano: Adquirir inteligencia plena con el tiempo justo para llamarte tonto, y diñarla.
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         El tiempo nos presenta batalla fuera y dentro de nosotros mismos, en campo abierto y cerrado, tan abierto y tan cerrado que nuestra derrota está garantizada de antemano.
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         Nada aclara tanto las ideas como la certidumbre de que hoy te van a ahorcar sin remedio a las tres en punto de la tarde.
DOCTOR JOHNSON
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         Algún día se escribirá un libro sobre la influencia de la mesa camilla en la historia de España.
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         Ambos extremos: opti y pesimismo, son pájaros de igual plumaje: el optimista es un tonto o un pesimista en ciernes; y el pesimista, un optimista bien informado.
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         De tres polvos al día, a dos, a uno,
         a tres a la semana. En lontananza
         dos, uno, si el ardor a tanto alcanza.
         Y el espanto final: cero, ninguno.
         Vida sin sexo, el fin de la esperanza.
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         Yo siempre he sido lector asiduísimo y voracísimo. Bibliófago, o, mejor, biblióvoro, más que bibliómano.
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         Mi idea del infierno es la ceguera, que se me resume de manera muy concreta en la incapacidad de leer, no ya de er en general.
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         Una mañana salmantina en que me despedí del cristianismo, yéndome despectivamente de un confesionario cuyo bicho me había prohibido seguir leyendo Rojo y Negro, so pena de negarme la absolución.
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         Mis rencores anticlericales nacieron y se nutrieron exclusivamente de los curas del Sardinero franquista, bajo cuya égida comenzó mi trayectoria intelectual. De su tosca, arrogante, mesetera ignorancia, autoritarios y dogmáticos como cómitres provincianos, fui testigo presencial desde las cimas altoburguesas de mi niñez y primera juventud.
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         La autoridad, cualquier autoridad, es un acto de violencia, tanto por parte de quienes la blanden como por la de quienes la sufren: y el que éstos la acepten no la hace menos violenta.
         Dicho de otra forma:
         Obedecer me resulta igual de irrespirable que mandar.
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         Su hubris agudo degeneró en una grotesca boda y le convirtió en una especie de muerto vivo, zombi literario cuya apariencia de arnichesca vida hizo de él un auténtico bufón para quienes le conocíamos bien. (Dice de Camilo José Cela.) (…)
         De simpática, clásicamente pesetero que siempre había sido, pasó aser descarada, tosca, zafiamente dinerófago, o, mejor, dineróvolo: dinero y más dinero, viniera de donde viniese: anuncios televisados de jerez y aceitunas, cabriolas, viajes en Rolls Royce por los campos castellanos con choferesa negra, trampas con sus conferencias, que repetía indecentemente, y con sus textos, que, siempre presuntamente autoplagiaba sin rubor.
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         El Eros autónomo, al contrario que el interactivo, que en mí fue tan tardío como intenso, llamó a mi puerta con temprana puntualidad.(…)
         Un relámpago inesperado, cerrando con hermética oportunidad la única gotera que aún pudiera abrírsele a mi autosuficiencia, al permitirme la incomparable jauja de vivir conyugalmente conmigo mismo.
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         ¿La muerte?...¿Dónde?... ¿En Venecia?...¡Bah!, ¡en cualquier parte!
         THOMAS MANN, en una conversación.
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         Resolví ceñir mi vida a actividades terminables rápidamente, a  fin de poder levar anclas sin pérdida de tiempo en caso de inesperado desahucio médico:
         Para empezar, compilé una lista de lecturas pretanaticas:
         Unos doscientos libros esenciales: cortos, legibles de pe a pa en dos o tres días máximo cada uno.
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

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