EL ESTADO



Chocan mis adioses en tu pecho
en duro costillar de recio hueso
arrastro los pies embreados
del alquitrán flemoso de tus besos
despego las manos zaheridas
del roce ortigoso de tu cuerpo

no escapo de esta Circe carcelera
que censura mi cabeza desatada
que esclaviza mis años venturosos
y abandona mi vejez destartalada

mis días van escapando
disfrazado de liberto esclavizado
concibo retoños resignados
entregados al altar de negra piedra

hasta en la última hora
doy de comer a la bestia
que hace postre con despojos
de mi suerte mancillada
y santifica mi estertor
de héroe sacrificado
por el bien de su veneno
y el sustento de su dinero


Yorick

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre, me gusta.