CANSADAS


CANSADAS
NURIA VARELA

1967. TURÓN. España

         Dame la perseverancia de las olas del mar,
         que hacen de cada retroceso un punto de
         partida para un nuevo comienzo.
         GABRIELA MISTRAL
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         Si estás convencida de que no existe el príncipe azul, ni tan siquiera el hombre de tu vida (como mucho, hay hombres o mujeres en tu vida), puedes mantener relaciones más o menos largas, más o menos intensas con quien te dé la gana, no tienes peligro de quedarte enganchada en ningún tipo de dependencia.
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-Si eres mujer y... Puedes votar, agradéceselo a una feminista.
-Recibes igual salario al de un hombre por hacer el mismo trabajo, agradéceselo a una feminista.
-Puedes solicitar cualquier empleo, no solo un “trabajo para mujeres”, agradécelo a una feminista.
-Es mujer tu médica, abogada, pastora, jueza o legisladora, agradécelo a una feminista.
-Puedes usar pantalones sin ser excomulgada de tu iglesia o sacada del pueblo, agradécelo a una feminista.
-Se te permite testificar en tu propia defensa, agradécelo a una feminista.
-Tienes derecho a tu propio salario aun si estás casada o hay un hombre en tu familia, agradécelo a una feminista.
-Tu marido te golpea y esto es ilegal y la policía lo detiene en vez de sermonearte sobre cómo ser una mejor esposa, agradécelo a una feminista.
-Te casas y tus derechos no desaparecen diluidos en los de tu esposo, agradécelo a una feminista.
-Puedes verte como una humana adulta plena, y no como una menor de edad que necesita ser controlada por un hombre, agradécelo a una feminista…. Etcétera…
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         Nuestro ideal de amor erótico ha quedado modelado por el romanticismo que, como un producto cultural occidental, se ha expandido por todo el mundo gracias a la industria cultural y a la globalización.
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Con el mecanismo de hacer como si no existieran las mujeres, se legisla, se argumenta, se escriben informes, libros, análisis… hasta se animan revoluciones.
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         De la cultura del menosprecio a la cultura de la violación solo hay un paso.
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         Es hora de la insumisión. Es hora de que las mujeres consigamos deslegitimar “dentro y fuera” de nosotras mismas un sistema que se ha levantado sobre el axioma de nuestra inferioridad..
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No nos queda otra que romper el velo de la igualdad, y especialmente, el velo del silencio; enfrentarnos a los guardianes del patriarcado y a sus mentiras. No nos queda otra que convencernos de que la obediencia no garantiza la supervivencia.
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



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