BLADE
RUNNER. ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?
PHILIP K.
DICK
16
diciembre 1928. Chicago (Estados Unidos)
2 marzo de
1982. Santa Ana (Estados Unidos)
Allí, en la consola de Iran, marcó el
594, reconocimiento a la superior sabiduría del marido en todos los aspectos.
En la suya programó una actitud fresca y creativa hacia el trabajo, aunque no
lo necesitara, porque ese era su comportamiento habitual sin tener que recurrir
a la estimulación artificial que le proporcionaba el Penfield.
A pesar de la bragueta de plomo, el
polvo, sin duda, se filtraba en y sobre él, proporcionándole a diario, mientras
no pudiese emigrar, su pequeña dosis de sucia mugre.
La basugre son objetos inútiles, como
el correo comercial o las cajas de cerillas cuando has prendido la última, los
envoltorios de chicleo la prensa del día anterior. Cuando no hay nadie, la
basugre se reproduce a sí misma.
Algunas androides femeninas le parecían
atractivas, se había sentido atraído por varias, una sensación extraña debido
al hecho de saber que eran máquinas, capaces, no obstante, de reaccionar.
A pesar de no tener a mano el
climatizador del ánimo Penfield, se sentía lleno de optimismo. Lo que se
avecinaba también le infundió un intenso regocijo.
¿Sueñan los androides?, se preguntó
Rick. Evidentemente. Esa es la razón de que a veces asesinen a sus empleadores
y huyan aquí. Una vida mejor, sin estar sometidos a la servidumbre.
EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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