RICOS POR LA GUERRA DE ESPAÑA
MARIANO SÁNCHEZ SOLER
2 mayo de 1954,Alicante
“Nuestra cruzada es la
única lucha en la que los ricos que fueron a la guerra
salieron más ricos”.
FRANCISCO FRANCO – 21 agosto de 1942
Con su peculiar manera de entender la política,
Franco siempre tuvo claro que el bolsillo y la patria iban indefectiblemente
unidos: que, mientras los asuntos de cartera marcharan bien, sus seguidores no
conspirarían contra su poder personal, cuyo ejercicio vitalicio era, a fin de
cuentas, su único objetivo.
Para conservar el poder durante casi
medio siglo, una clase social “franquista” logró beneficios portentosos al
realizar sus negocios contando con la protección –y la complicidad- del poder.
“El
franquismo hizo políticos a los ricos y ricos a los políticos. Luego, unos se
fueron casando con hijos de otros, asociándose en negocios, protegiéndose,
representándose; es decir, logrando más poder político y más dinero. De vez en
cuando, la casta admitía algunos advenedizos, becarios del SEU, opositores
perseverantes de familia humilde, engreídos muchachos del Opus Dei en horas de
cilicio y estudio. Una saga, una amalgama que hunde sus raíces en la vieja
derecha española de tranca y rosario”.
RICARDO CID CAÑAVERAL
El dinero aportado por
Juan March en junio, julio y noviembre de 1936 sirvió para financiar a Mola,
alquilar el Dragon Rapide, comprar
armas al contado en Alemania, Polonia y
Austria y evitar que Mallorca cayera en manos republicanas. (…)
Los March
participan en el accionarado de más de 150 compañías y comandan un grupo
empresarial que ha sido vanguardia en España en cuanto a bancos de negocios y
que goza de una alta liquidez.
Entre 1954
y 1975, el yerno de Franco fue capaz de compatibilizar su presencia en más de
treinta consejos de administración de diferentes empresas con la titularidad de
una docena de puestos de trabajo tanto en la sanidad pública como en la
privada. Su don divino de la ubicuidad fue tal y su poder tan evidente, que
llegó a superar los dos millones de pesetas de sueldo al mes, superior al del
mismísimo Franco, y por supuesto, cualquier ministro de la época.
Hasta la
muerte de Carmen Polo, la trama financiera de los Franco se extendió por más de
medio centenar de importantes empresas en las que los miembros directos de la
familia (los Franco, los Polo y los hermanos Martínez-Bordiu principalmente,
pero también personajes como Ramón Serrano Suñer, ajeno al clan, o el almirante
Pedro Nieto Antúnez) actuaron directamente o utilizando testaferros. Este holding de la corte de El
Pardo comenzó a forjarse a finales de los años cincuenta, y el año en que murió
el dictador atesoraba un capital social escriturado superior a los cien mil
millones de pesetas, de 1975.
Es parte de
la leyenda que, cuando la esposa de Franco (“Doña Collares”) salía de compras,
los mejores joyeros de Madrid cerraban sus puertas porque a ella se le olvidaba
pagarles, y las joyerías no se atrevían a enviar las facturas a palacio.
De todas
las corrupciones, “negocios” o cambalaches que protagonizó Nicolás Franco a lo
largo de su vida, sólo una acabó en escándalo político y marcó definitivamente
el ocaso del Régimen: el caso REACE.
En la
España de la posguerra, lanzada a la práctica del estraperlo –unos para sobrevivir,
otros para enriquecerse-, los “amigos” de Pilar Franco descubrieron unas
palabras mágicas de efecto fulminante, una fórmula capaz de abrir todas las
puertas oficiales: “En este asunto está interesada la hermana del Caudillo”.
“Un día tocarán a vuelo las campanas y
mi hermano será santificado”.
PILAR
FRANCO
En el balance final del 31 de octubre
de 1967, el importe total de las obras del Valle de los Caídos ascendió a más
de 2439 millones de pesetas. (…) La construcción del Valle de los Caídos costó
lo mismo que el presupuesto estatal para la educación preescolar (2421,4
millones de pesetas.
Tras la muerte de Franco, su fortuna (
José Banús Masdeú)se calculó en más de cien mil millones de pesetas. Poseía
decenas de empresas y cinco mil personas trabajaban para él.
“En
un sistema dictatorial como el franquismo, la corrupción es un elemento
estructural que, amparado por el poder, tiende a ser ocultado y desmentido, con
la complicidad de los medios de comunicación supeditados al poder político. En
estas condiciones la percepción por parte delos ciudadanos de los fenómenos de
corrupción tiende a ser menor. Se llega a dar la paradoja de que muchos
ciudadanos añoran los tiempos de la dictadura como tiempos de orden en los que
no pasaban estas cosas. Por ello, es necesario dejar claro desde el principio
que los niveles de corrupción económica durante el franquismo no tienen
parangón ni comparación alguna con la experiencia, lamentable sin duda, vivida
en los últimos años”.
CARLOS BARCIELA
La relación de la banca española con el
régimen de Franco llega a la simbiosis, al reparto de papeles, a la
identificación plena. De los 119 ministros que tuvo Franco, nada menos que 29
se sentaron en consejos de administración de entidades bancarias.
“Gobernó
durante cuarenta años como le dio la gana, ayudado generosamente por todo
Occidente –salvo insólitas excepciones, como México-, coronó a su sucesor,
enriqueció por medio del más descarado saqueo a sus familiares y allegados
instrumentales, deparó un remunerado retiro a sus viejos colaboradores y un
provechoso futuro progresista los hijos
de dichos próceres y se murió podrido por una de sus pocas enfermedades,
fusilando gente y saludando en la Plaza de Oriente a sus adictos hasta el
último mes de su reinado.
FERNANDO SAVATER
Muchos
hijos y nietos de aquella oligarquía franquista compuesta por ministros,
consejeros nacionales, notarios, abogados del Estado, gobernadores civiles,
procuradores encortes, subsecretarios o laureados patriotas no tienen ningún
problema en lanzar a los cuatro vientos sus consignas de amor al sistema
democrático español.
El libro es de gran interés por la cantidad
exhaustiva de datos y nombres que aporta. Demuestra que la Transición fue un
truco de prestidigitación para que los mismos cerdos siguieran hozando
tranquilamente en la zahúrda. En el lodazal de “su España”. Así, sumando los 40
años del franquismo a los 40 de democracia: el cómputo resultante es de 80 años
de “esto”. B.K.
EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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