CONVERSACIONES
CON ALBERT COSSERY
3 noviembre de 1913,
El Cairo
22 junio de 2008,
París
De MICHEL
MITRANI, entrevistador
-Escúchame, niño, ve a sentarte en un rincón
y déjame trabajar. Si somos pobres es porque Dios nos ha olvidado, hijo mío.
-¡Dios! –dijo el niño-- ¿Y cuándo se
acordará de nosotros, padre?
-Cuando Dios se olvida de alguien, hijo
mío, es para siempre.
EL BARBERO MATÓ A SU
MUJER
-¡Trabajar! –exclamó Rafik -. ¡Ganarme
la vida! ¡Eso es lo que piensas! ¿Y
decías que me amabas? Entonces, ¿qué habrías hecho conmigo si no me hubieras
amado? Con esas ideas puedes matar a un hombre. No, Imtissal, yo no estoy hecho
para el trabajo.
-¿Para qué estás hecho entonces?
-Estoy hecho para dormir y vivir en un
rincón, lejos de los hombres. Escúchame, Imtissal, tengo miedo de los hombres.
Todos son unos criminales, como tú, y pretenden hacer trabajar a los demás.
LOS HARAGANES DEL
VALLE FÉRTIL
Pero
en cuanto al progreso espiritual… la humanidad no ha avanzado ni una pizca.
No, no es pereza. ¡Un idiota perezoso sigue
siendo un idiota! Y un perezoso es alguien que ha reflexionado sobre el mundo
en el que vive. Así que no se trata de pereza. Es el tiempo de la reflexión. Y
cuanto más ocioso esté uno, más tiempo tiene de reflexionar
Se negaba a dejarse tragar por esa
ciénaga aflictiva del amor. Lo que él sentía por ella no tenía nada en común
con esa pasión salvaje que ella parecía exigir de él.
LA
VIOLENCIA Y LA BURLA
Dedicarse a un oficio, no importa cual,
es una esclavitud. ¿Y la gloria? La verdad es que no tenía ninguna ambición.
Hay que tener un alma vil para desear la celebridad en un mundo tan idiota.
¿Exhibir el propio talento o parecer célebre? ¿Ante quién? ¿Puede decírmelo?
UNA
CONSPIRACIÓN DE SALTIMBANQUIS
-La vida, la verdadera, es de una
simplicidad infantil. No tiene misterio. Sólo existen los cerdos.
-¿A qué llamas tú cerdos?
-Si no sabes quiénes son los cerdos no
existe ninguna esperanza para ti. Es la única cosa que no se aprende de los
demás…
MENDIGOS
Y ORGULLOSOS
Lo que mata a la gente es la ambición. Y
también esa tendencia hacia la sociedad de consumo. Por mi parte, cuando veo la
publicidad en la tele, me digo: ya pueden hacerlo durante años que jamás
compraré nada de lo que me muestran. Jamás he deseado un coche bonito, jamás he
deseado otro cosa que ser yo mismo. Puedo caminar por la calle con las manos en
los bolsillos y me siento un príncipe.
Voy
a hacerle una confesión: me hubiese gustado tener hijas. No he tenido hijos por
miedo a que fueran niños. Si hubiese tenido una hija me habría gustado que
hubiera seguido siendo pequeña…
Un
gran libro es la mayor alegría que pueda existi en el mundo. Digo “un gran
libro”. Quiero decir que, cuando leía un gran libro, me sentía muy superior.
Para mí, la vida se convertía en algo maravilloso. ¡Era como un rey de la vida!
EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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