CINCO HORAS CON MARIO

CINCO HORAS CON MARIO

MEGUEL DELIBES

17 octubre de 1920. VALLADOLID. España

12 marzo de 2010. VALLADOLID. España

 

 

         “de repente. Ni se ha despertado. Luis dice que un infarto”…

 

         Borja llegó gritando: “¡Yo quiero que se muera papá todos los días para no ir al colegio!”

 

         Estaba en el libro y en el suéter negro que reventaban sus pechos agresivos, no me digas, Valen, estos pechos míos son un descaro, no son pechos de viuda, ¿a que no?...

        

         ¿Es que tanto esfuerzo te hubiera costado ganar para un Seiscientos, di, pedazo de holgazán?...

         Mario, las cosas salen de dentro y tú, desde que te conocí, tuviste gustos proletarios, porque no me digas que al demonio se le ocurre ir al Instituto en bicicleta… ¿tú crees que está ni medio bien que un catedrático se deje ver en público con un bedel?...

         Mario, pero la mayor parte de los chicos son hoy medio rojos, que yo no sé lo que les pasa, tienen la cabeza loca, llena de ideas estrambóticas sobre la libertad y el diálogo y esas cosas de que halan ellos…

 

         …porque ocasiones, ya ves Eliseo San Juan, qué persecución la de este hombre, “qué buena estás, qué buena estás, cada día estás más buena”…

        

         …¿para qué va a estudiar una mujer, Mario, si puede saberse? ¿Qué saca en limpio con ello, dime? Hacerse un marimacho, ni más ni menos, que una chica universitaria es una chica sin femineidad,…

 

         ¿Es que también era mala la Inquisición, botarate? Con la mano en el corazón, ¿es que crees que una poquita de Inquisición no nos vendría al pelo en las presentes circunstancias?...

         …¿qué puede dar de sí el hijo de una lavandera, intelectualmente me refiero, Mario, me lo quieres decir?

 

         ¿Pues no era la Revolución Francesa aquella de las tiorras desgreñadas que cortan la cabeza al rey y a las monjitas y a toda la gente buena, la de Pimpinela Escarlata o eso?

 

         Lo que quiero hacerte ver, Mario, es que entre hombre y mujer hay un instinto, y las chicas con principios, las honradas, las que somos como se debe de ser, gozamos excitándole en los hombres pero sin llegar a mayores,…

 

         … los negros con los negros y los blancos con los blancos, cada uno en su casita y todos contentos,…están hechos de otro barro, para otra clase de oficios, la caña de azúcar y así, que lo más, boxeadores, cualquier cosa, el caso es a lo bruto, no digas que no, todos.

         ¡No te hagas el desentendido, Mario!, anda por favor, mírame, un momento, solo un segundo, una décima de segundo aunque solo sea, te lo suplico, ¡mírame! Que yo no he hecho nada malo, palabra, por amor de Dios…

 

         “El corazón es muy traicionero”. “NI tiempo de confesarse tuvo”. “¡Pobrecito!”.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

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