DARSE A LA LECTURA


DARSE A LA LECTURA

ÁNGEL GABILONDO PUJOL

1 marzo de 1949. SAN SEBASTIÁN. España

 

 

         Podemos leer un texto, un discurso, pero su escritura ya está impregnada, enriquecida, del oír de aquel a quien se dirige…

         Leer es demorarse. Si tenemos prisa o miedo, no seremos capaces de hacerlo…

         Y, más aún, todo nuestro cuerpo participará, intervendrá, en esa acción, la acción de leer, que siempre es algo diferente de una simpe actividad…

         Leer (legere) es elegir (eligere). En definitiva, vivimos eligiendo, seleccionando…

         Es extraordinario que un libro pueda llegar a ser la distancia más corta de uno consigo mismo. Tanto que, en cierto modo, quien no esté dispuesto a que esto le suceda debería saber el riesgo que comporta leer, el de encontrarse.

 

         Los libros son ya forma de vida y son determinantes en la creación de espacios de libertad que no reduzcan la existencia a nuestro limitado horizonte ni en el tiempo y en el espacio…Y nos lo acercamos tanto y tan entrañablemente que sabe acompañarnos hasta el lecho y nos importa y mucho, su olor.

         Lo más significativo es que al leer un libro nos hacemos otros, esto es realmente lo divertido. Lo divertido es convertirse en otro.

 

         La lectura no es un sucedáneo de la vida, no trata de sustituirla, porque ella es vida…

 

         Pertenecemos a círculos, redes, asociaciones y movimientos en los que nos confirmamos una y otra vez en lo que ya somos y pensamos. Evitamos todo encuentro con los demás, si son de otra guisa y además solo escribimos o respondemos a cuantos no ponen en cuestión lo que decimos, sino que lo aplauden incrementando así el grupo de adeptos.

 

         Leer distrae, quizá, respecto de determinadas preocupaciones, pero no se trata de leer distraído, porque entonces lo leído no nos afecta. Para ello, no precisamos leer. Y no solo es un asunto de concentración. Es toda una forma de vivir la acción de leer: un retiro, con ascesis y meditación…

         Una buena lectura se ofrece como medicamento o, mejor como medicina.

 

         Leer bien nos enseña a leer mejor. Y si esto sucede sentimos un deseo, el de escribir.

--

EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

 

No hay comentarios: