ENTRE FANTASMAS
FERNANDO VALLEJO
24 octubre de 1942. MONTEVIDEO. Uruguay
Vejez hijueputa que pesas más que teta
caída de vieja, a las siete y veinte se desató el terremoto…
Era temblor, terremoto. ¡Pum! ¡Tan!
¡Tas! Se mecía el edificio como sacudido por un gigante borracho y rabioso.
¡Plaaaas! Se desplomó el de al lado. “Se colapsó” como dijo por televisión el
presidente…
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Sí. ¡Ay la vejez! La vejez es verbosa,
parlanchina, gárrula. Incontinente, insomne, avara, flácida. Olvidadiza,
memoriosa, arteriosclerótica, cegatona, artrítica, friolenta, arrugada,
manchurrienta, necia, obstinada, cerril, edematosa, dispéptica, terca, lerda,
colagoga, ética, canosa, calva, horrible, constipada, flatulenta, pilosa,
fétida, constipada. Senectus excretio est, diría ciceroniando: la vejez es
mierda. Calzó sucio, calcetín roto, analgésicos, descongestivos, digestivos,
antiflatulentos, antipiréticos…
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El hombre en lo más hondo delo más
hondo de lo más hondo de su alma oscura es un ser malo, y mientras uno más vive
y más lo conoce más malo es.
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“Ama a los perros como a ti mismo, y a
tu prójimo envenénalo”. ¿Y el temor a Dios? ¿Y a la Ley? ¡Cuál Dios, cuál Ley!
Dios es una entelequia tremebunda y la Ley una puta y además no se puede basar
una moral noble en temores.
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El ser más feo, más malo, más dañino de
la creación es la mujer preñada.
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Lo encontraron colgado del tubo del
baño con una soga. Dejó una nota: Ái les dejo la hipoteca, hijuetantas”.
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¡Malditas
madres! Primero lo encartan a uno con la existencia y después se mueren,
sumándole así a la carga que no pedimos el peso de un dolor que tampoco. (…)
¡Malditas madres! ‘Maldita la terquedad
en seguir perpetuando esta fuerza ciega que viene del lodo dela nada y va hacia
ninguna parte, esta catástrofe, esta infamia, este desastre! ¿Quién las mandó?
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Envidiosa del ayuntamiento universal, a
la Iglesia habrá que aplicarle el psicoanálisis, el hipnotismo u otras técnicas
para curarla de la temblorina de su histeria. Las religiones separan, el sexo junta.
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¿Y yo, cronista de la Muerte y sus
hazañas, me voy a ir de este mundo sin acabarme de limpiar el culo con la
Constitución de Colombia y los santos Evangelios?
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-Que Dios le ayude –me dicen el par de
señoritas solteronas del puesto de lotería cuando les compro un billete.
-Si Dios me ayudara no necesitaría
andar comprando lotería, viejas pendejas. No fue capaz de encontrarles a
ustedes marido…
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Y la hostia es comida y la bandera un
trapo y no hay en español palabras más abyectas que pueblo y patria.
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EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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