enfermo crónico


 ¿Qué va a pasar ahora que vivo con una enfermedad crónica?

Veo al médico especialista encogiéndose de hombros y diciéndome con aire de autoridad que tendré que aprender a vivir con ello y aceptar el tratamiento.

Es cierto. Me he convencido de lo mismo, después de llevar algunos años bajo sus síntomas y observándome cada vez más abandonado en manos de la medicina que conocemos aquí y su omnipresente sistema de protección que es la Seguridad Social.

Porque lo que debemos tener claro, es que esos seres de ambos sexos que se llaman a si mismo doctores médicos, están muy lejos de conocer un proceso de sanación, por no hablar ya de un proceso de aprendizaje de la enfermedad. Su sistema pasa por aplicarte distintos tratamientos según te van cambiando de especialista, hasta que encuentras tu “top star” es decir, aquél fármaco barato utilizado para un sinfín de patologías que resulta, qué según su criterio de prueba y error, armoniza bastante con tus síntomas. Genéricamente hablando el esquema es perfecto. Te convencen de que: la ciencia ha avanzado mucho. Sí, es verdad, junto hasta que te topas con ella, y te convierte en un cronificado número de estadísticas médicas.

Y entonces volvemos a la pregunta: ¿Qué va a pasar ahora que vivo con una enfermedad crónica? Viéndolo desde la pesimista perspectiva que se me ofrece, las opciones son dos:

UNA.- Aceptar el tratamiento que me imponen, poner buena cara frente a los cientos de efectos secundarios que éste me producirá, y a su vez, combatirlos con nuevos fármacos y según sus propias palabras aprender a vivir con ello, lo que traducido viene a decir: Jódete.

DOS.- Efectivamente, aceptar que algo le pasa a mi cuerpo, tratar de entenderlo, aprender de la enfermedad, crecer con ella, y al mismo tiempo, buscar en nuestro interior la forma de curarnos nadando en nuestra experiencia, desatascando los traumas que nos martirizan. Ya se lo que piensan: Otro flipado espiritual.

Puede ser, no les digo que no, ¿pero qué opciones nos quedan ante el abandono que vamos a padecer? Cuando comprendes que estás solo, lo mejor es asumirlo, aceptar la ayuda que te viene de cerca, y dejar de creerte único, solamente porque no eres capaz de comprender y avanzar, y esto significa ser consciente de que puedes morir o quedarte inválido.

Estos años iniciales de enfermo crónico, he aprendido a vivir con el miedo, con la soledad, conmigo mismo, y únicamente ahí encuentro la fuerza para aceptarme, para quererme más que nunca, y ser consciente de mi realidad.

No estamos preparados para saber todo sobre nosotros, es una enseñanza que se empieza tarde, y pasa por un primer cribado que consiste en acabar con nuestros prejuicios, restar importancia a las cosas que creemos importantes, aprender a saltar las barreras que nosotros mismos nos hemos impuesto.

Sin tener que creer que deberíamos ser inmortales o vivir cien años, sí que hay algo cierto en que las enfermedades crecen con nosotros que las alimentamos con sentimientos y posturas en la vida, por lo tanto, provocar el fin de la misma o una ralentización razonable pasa irremediablemente por arreglar nuestros asuntos de la cabeza, empresa nada fácil, pero tampoco imposible. Estoy convencido de que muchas cosas de mi, no podría cambiarlas ni en cien años que viviera, pero otras si, y lo mejor, ser consciente de nuestras zonas oscuras nos acerca a estar mejor con uno mismo, lo que no deja de ser una forma de curarse. Acéptenlo, estamos solitos y es un buen momento para darse cuenta de que siempre ha sido así, el consuelo debemos buscarlo en nuestro interior y de paso expandirnos un poco al exterior, para quitar hierro al asunto, que tampoco hay para tanto. Pase lo que pase, uno ha tenido una buena vida, vaya por delante, y ese es un objetivo importante que está cumplido.


el reverendo Yorick.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor Yorick, suscribo en su totalidad lo que usted refleja en su acertadísimo artículo. Como siempre disfruto leyéndole.
Un cordial saludo.
A. C. T.

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no pasaba por su blog. Pero siempre es un placer leer a Yorick. LO digo porque siempre coincido con su atinada opinión sobre los temas más variopintos Ojalá muchos periodistas fueran como usted.
Reciba un cordial saludo.