ELOGIO DE LA OCIOSIDAD (Y OTROS
ENSAYOS. Edit.1932)
BERTRAND RUSSELL
18 mayo de 1872. TRELLECH. Reino Unido
2 febrero de 1970. PENRHYNDRAETH. Reino Unido
Creo que se ha trabajado demasiado en
el mundo, que la creencia de que el trabajo es una virtud ha causado enormes
daños y que lo que hay que predicar en los países industriales modernos es algo
completamente distinto de lo que siempre se ha predicado…
Espero que, después de leer estas
páginas que siguen, los dirigentes de la Asociación Cristina de Jóvenes
emprendan una campaña para inducir a los jóvenes a no hacer nada…
La moral del trabajo es la moral delos
esclavos, y el mundo moderno no tiene necesidad de esclavitud.
Recuerdo haber oído a una anciana
duquesa decir: “¿Para qué quieren las fiestas los pobres? Deberían trabajar”.
Cuando propongo que las horas de
trabajo sean reducidas a cuatro, no intento decir que todo el tiempo restante
debe necesariamente malgastarse en puras frivolidades. Quiero decir que cuatro
horas de trabajo al día deberían dar derecho a un hombre a los artículos de
primera necesidad y a las comodidades elementales en la vida, y que el resto de
su tiempo debería ser de él para emplearlo como creyera conveniente.
El conocimiento moderno ha dado lugar a
un inmenso mejoramiento en el promedio de salud y, al mismo tiempo, ha revelado
cómo exterminar grandes ciudades con gases venenosos. Todo lo que distingue
nuestro mundo al compararlo con el de otro tiempos, tiene su origen en el
conocimiento “útil”.
Quizá la ventaja más importante del
conocimiento “inútil” es que favorece un estado mental contemplativo. Hay en el
mundo demasiada facilidad, no solo para la acción sin la adecuada reflexión,
sino también para cualquier clase de acción en ocasiones en que la sabiduría aconsejaría
la inacción.
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EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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