PODRÍA EL SER HUMANO HABER OBRADO...


¿PODRÍA EL SER HUMANO HABER OBRADO DE OTRO MODO?

Extracto del artículo de JAIME RICHART, Antropólogo y jurista. (REBELIÓN  7-12-2019)

Si yo fuese uno de los asistentes a la Cumbre del clima que se va a celebrar en Madrid, diría a los circunstantes que antes de proponer iniciativas y para deducir la posibilidad de realizar propósitos, debieran hacerse los presentes esta pregunta capital: ¿podrían el ser humano y las naciones haberse conducido de manera distinta de la seguida hasta ahora?
Yo, personalmente, creo que el ser humano está abocado a su destino. Soy, pues, fatalista y determinista. Sostengo que si nos creemos libres, es porque ignoramos las causas que nos impelen a obrar. Pero admito que el ser humano y las naciones podrían haberse comportado de otro modo. De hecho hay sociedades que no han seguido los pasos del occidental. Sin embargo, para ello hubiese tenido que empezar por desembarazarse del tipo de Eco­nomía por la que se ha dejado lle­var, y de los factores que han determinado esa clase de “progreso” que han elegido. Es decir, que para comportarse de otro modo, no unos países sí y otros no, no unas corpora­ciones y empre­sas sí y otras no, no unos indivi­duos sí y otros no, sino to­dos, hubiesen tenido que renunciar a la economía capitalista, luego, ahora, neoliberal desde el mo­mento en que se detectó el peligro. (…)

Ese momento fue el año 1987, fecha en que se formuló por pri­mera vez el concepto de “desarrollo sostenible” como alterna­tiva al concepto de desarrollo habitual, en el documento cono­cido como Informe Brundtland. Y que, como consecuencia de lo ante­rior, todos los países hubiesen renunciado a su vez al “creci­miento” económico de­terminado por el PIB y por otros concep­tos economicistas que hacen trizas cualquier pronóstico hala­güeño de futuro. (…)

Pero, como he dicho antes, sólo hubiera sido posiblemente efi­caz si todos los países sin excepción, todos los gobiernos sin ex­cepción, y todos los individuos sin más excep­ción que la del criminal, se hubie­sen movilizado para ac­tuar de acuerdo con la idea y en sinergia absoluta para obviar las consecuen­cias de los excesos del desarro­llo material a secas. Sin em­bargo, una vez presentada, acep­tada y celebrada la propuesta de la primera ministra no­ruega, nadie volvió a hacerle maldito caso.
Dije antes que el ser humano podía haberse comportado de otra manera, de la manera dicha. Pero en un examen más detenido del asunto, no ha podido obrar de otro modo. Porque las condicio­nes exigibles expuestas serían pedir dema­siado a la espe­cie humana y, so­bre todo, a la marcadísima inclina­ción de las naciones, de sus go­bernantes y de los individuos a abusar de los demás, a apro­piarse de lo ajeno, a invadir territo­rios, a anexionárselos, a ven­der más que los demás y a hacer la gue­rra. Pues renunciar al cre­cimiento económico, fulcro, pivote o eje sobre el que viene gi­rando el acomodo o bienestar de unos cuan­tos desde tiempo in­memorial, sólo cabe en la fantasía. (…)

Treinta años después de la inicia­tiva de la primera minis­tra no­ruega, es cuando se ha desvelado la certeza de que íbamos por el peor camino. Y ahora que se proponen adoptar medidas de urgen­cia y de emergencia ¿creen que a par­tir de esta Cumbre es posible corregir todo lo que se ha hecho mal y co­rregirnos?(…)
¿Qué clase de medidas que no sea un brusco corte a la producción en el mundo de bagatelas, que lo son ya todo, se pueden ya adop­tar? ¿están dispuestos a renunciar al capitalismo y al mercado para regular la convivencia? Y si no es así, ¿Qué hacen aquí?(…)

En combina­ción con toda esa impres­cindible pero imposible determina­ción, ¿será posible volatili­zar billones de arte­factos superfluos que amenazan hun­dir el suelo terráqueo y dejar de fabricarse? ¿alguien de ustedes, científicos o no. piensa que pue­dan drenarse gradualmente ríos, lagos y lagu­nas y océanos encami­nados a con­tener más plásticos que peces,? ¿Es eso a lo que han venido? ¿a proponernos que toda la humanidad se ponga manos a la obra? (…)
Por cierto, también respon­deré a lo que me parece estar oyendo de ustedes como la más natural y al tiempo ingeniosa objeción a lo dicho aquí: “algo habrá qué hacer”. Pues yo a eso asimismo les respondo con la misma afirmación que hizo el inefa­ble escritor Cioran: “todo en la vida es para nada”.
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)






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