KENTUCKY SECO


KENTUCKY SECO (Relatos)
CHRIS OFFUTT

24 agosto de 1958. LEXINGTON, KENTUCKY. Estados Unidos

CUARTO MENGUANTE
         Cody le contaba a todo el que se le pusiera a tiro lo infame que había sido durante treinta años de su vida. Llevaba una pistola. Se bebía una botella de whisky al día. Una vez ató a un hombre a un nogal con un viejo alambre de púas y le robó las botas.
         -Lo dejé descalzo y como cebo para las mofetas –decía Cody-. En aquel entonces yo era malo, malo de verdad, pero ya no.
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         Mandó a uno de sus hijos en busca de su marido, Wayne, que estaba plantando patatas en la cumbre de la ladera. Wayne era un buen hombre, muy trabajador. Dicen que le faltaba un hervor, pero dejémoslo en que su inteligencia era diferente y no le demos más vueltas.
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AHUMADERO
         Los Melungeon vivían en lo más recóndito de las montañas, eran los mejores rastreadores y cazadores de la zona. Ya estaban allí cuando llegaron los primeros colonos europeos. Los Melungeon no eran negros, ni blancos, ni indios y no tenían ni la más remota idea de dónde procedían.
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BLUE LICK
         Mamá siempre decía que yo estaba lleno de ideas descabelladas. Se largó hace dos veranos y no le hemos vuelto a ver el pelo. Papá solía decirle “Que te jodan, puta” y esa fue la canción favorita de mi hermano hasta que nos fuimos a vivir con la abuela al río Blue Lick.
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         Aparte de todo eso, la única cosa apestosa que se me ocurrió fue la casucha del retrete, que la abuela llamaba la Casa Blanca. Para reducir el olor, había plantado madreselvas alrededor y eso había atraído a avispas alfareras del tamaño de ranas de árbol. El Pequeño Elvis y yo preferíamos ir a cagar al bosque. Una vez, él se limpió con ortigas y decidió no volver a limpiarse jamás.
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BOLA 9
         Se lustró la punta de las botasen las pantorrillas  y empujó la pesada puerta. Moscas del tamaño de balas zumbaban por el aire humeante. Latas de manteca de cerdo para los escupitajos de tabaco descansaban en cada rincón.
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         -La primera vez que me la follé podía mear en un dedal –dijo-. Ahora echa un chorro ancho como un serrucho.
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)

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