DE RATONES Y HOMBRES


DE RATONES Y HOMBRES
JOHN STEINBECK

27 febrero de 1902.SALINAS. Estados Unidos
20 diciembre de 1968. NUEVA YORK. Estados Unidos

         Lennie metió una manzana en el agua y agitó los dedos de manera que el agua se elevó en un chapoteo; se ensancharon los círculos a través de la laguna hasta llegar a la otra orilla y volvieron de nuevo. Lennie miró el movimiento.
         -Mira George. Mira lo que he hecho.
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         -El rancho adonde vamos está muy cerca. Iremos a ver al patrón. Ahora, fíjate. Yo le daré las tarjetas de empleo, pero tú no dirás ni una palabra. Te quedas quieto y no dices nada. Si descubre lo imbécil que eres, no nos van a dar trabajo, pero si te ve trabajar antes de oírte hablar, estamos contratados. ¿Lo has entendido?
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         -Y en cambio, ¿qué hago? –siguió George con rabia-.¡Te tengo a ti! No puedes conservar un empleo, y me haces perder todos los trabajos que medan. No haces más que obligarme a recorrer el país entero.(…)
         -Si no me quieres, puedo irme a las montañas y encontrar una cueva. Puedo marcharme enseguida.
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         -Bueno…, te diré. Curley es como muchos otros hombres pequeños. Odia a los grandullones. No hace más que buscar las cosquillas a los grandullones. Como si se enojara con ellos porque él no es grande.
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         -¿Por qué no le dejan estar allí? –preguntó Lennie.
         -Porque soy negro. Allí juegan a las cartas, pero yo no puedo jugar porque soy negro. Dicen que huelo mal.
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         -No siga gritando –dijo Lennie, y la sacudió; y el cuerpo de la mujer se movió fláccidamente, como el de un pez. Y luego quedó quieta, porque Lennie le había quebrado el cuello.
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         …-Y viviremos como príncipes.
         -Sí.
         Lennie volvió la cabeza.
         -No, Lennie. Mira allá a lo lejos, al otro lado del río, para que puedas ver casi el terreno.
         Lennie obedeció. George bajó la mirada hacia la pistola. (…)
         Apretó el gatillo. El estampido del disparo rodó laderas arriba y regresó laderas abajo. Lennie se estremeció, y luego fue cayendo lentamente hacia adelante hasta la arena, y yació sin estremecerse.
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


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