Las regaderas son para el verano. Parte 3º



Como no hay dos sin tres, aquí teneis la tercera entrega de "las regaderas son para el verano"


Don mariano recibió por teléfono la noticia del desvanecimiento de su pupilo. Era muy temprano, no había despuntado el alba todavía y este contratiempo le había cogido por sorpresa mientras programaba el calendario de manifestaciones de los próximos sábados; una ardua tarea en la que Don Mariano llevaba ocupado varios días. Afortunadamente para él, esa mañana sacaba provecho a su erección matutina recreando su vista ante una foto de Norma Duval que había descargado de internet minutos antes: _Sin duda, gran invento esto de internet, pensó nuestro hombre mientras recordaba aquellos años no tan lejanos en los que guardaba la revista Interviu entre las ásperas páginas del ABC con el objeto de pasar desapercibido entre sus vecinos, eran tiempos en los que confiaba ciegamente en su quiosquero y en su director espiritual, otrora únicos confidentes de aquel su gran secreto onanista.
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De repente, el himno del Real Madrid sonó en su recién estrenado móvil Sony Ericsson último modelo, pudo distinguir a través de los colores rojo-amarillo-rojo de la pantalla que el número correspondía a Don Alfonso, el número 2 de su formación política en Galicia. Dudó en atender la llamada ya que intuía una consulta técnica sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Galicia que sin duda serviría de ayuda para la reunión que tendría lugar en Santiago de Compostela aquel mismo día; una pregunta para la que seguramente nuestro protagonista no hallaría respuesta alguna, dada la complejidad de ese gran debate político...

Lo temprano de la hora lo convenció para atender la llamada. Desde un hospital del Vigo, Don Alfonso le informaba de forma minuciosa acerca de como habían encontrado insconciente en su casa a Don Alberto, lo hallaron tendido en pijama al lado de un objeto similar a una regadera; también dio parte Don Alfonso de como el joven Don Alberto había sido trasladado con urgencia a un hospital en el que tendría que permanecer 24 horas en observación, la caída le había ocasionado además una fuerte brecha en la cabeza de la que emanaba abundante sangre. Al escuchar esta última información, Don Mariano recordó la famosa estrofa del grupo cañí madrileño Gabinete Caligari: "¡sangre española brotó rabiosa de su sién....!, canturreó para sus adentros.

Se despidió de Don Alfonso y colgó el teléfono. Palideció...palideció al mismo tiempo que el descenso de su flujo sanguineo hizo desaparecer lentamente lo que hasta hace pocos minutos era una gran erección _¡Otra vez será!, exclamó. No había tiempo que perder, había decidido coger un avión esa misma mañana para trasladarse a Galicia y visitar así a Don Alberto y reunirse de paso con los suyos. Se vistió un elegante traje de color gris, ajustó el nudo de su corbata y colocó con esmero un lacito azul en la solapa de su chaqueta...(continuará).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú si que estás como una regadera, ja, ja, ja.

Que imaginación tan desbordada