De megalomanías, caciquismos y otras normopatías cotidianas

¿Cómo puede un mal político permanecer en el poder durante veintitantos años? Alguien con un bagaje tan diferente y oscuro a la enaltecida democracia que nos ampara. ¿Verdaderamente es tan necio el pueblo? ¿O se halla sumido en un egoísmo colectivo que le obliga a permanecer indiferente?
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También cabrían otras opciones, puede que más peliagudas para muchos.
Que tal, si ahora resulta que nuestra orgullosa democracia no lo es tanto. Que el voto de los ciudadanos no es más que una tapadera, simple sondeo, cuyo fin, no es otro que prolongar el engaño. Si se mantiene un gobierno reaccionario durante muchos años, en contra de toda lógica, para después, y una vez agotadas sus posibilidades, cambiarlo por otro radicalmente opuesto que utiliza el progreso y la modernidad como bandera ¿No será que todo forma parte del engaño para perpetuar a las elites políticas y su aparato de poder?

Obsérvese, que toda formación política, desde la más pequeña, tiene listas cerradas. Los candidatos son elegidos pero no por nosotros los votantes. Y cuando se monta una fantochada como las elecciones primarias ocurre más de lo mismo. Los candidatos ya nos vienen dados. Todos los números de un partido son adoctrinados para servir a su causa. Y las excepciones son rarísimas y prontamente controladas.
Recientemente en una región de nuestro país tuvo lugar un referéndum para la votación de la reforma del estatuto de autonomía. La participación fue pírrica. Da igual. Valió. La votación se da por buena y el nuevo estatuto es aprobado. Siempre hay una explicación para la abstención, que en este país no se contempla como opción política. Que el día fue soleado y las gentes se fueron a la playa, al campo, o a comer disfrutando de la compañía de los suegros.
Todo menos reconocer que miles de personas se abstienen por estar hasta la coronilla de tanta mierda política.

Muy pronto, el circo electoral empezará su gira, con renovados y pestilentes espectáculos. Millones de jubilados, creyentes y jovencitos exaltados serán convocados, para llenar pabellones y posar como “planos generales” en los telediarios propagandísticos.
Se han preguntado alguna vez , que pasaría por la cabeza de estos malabaristas del engaño si un día de elecciones acudieran a los colegios electorales y los encontraran vacíos.

El gran fallo de su acartonada democracia, es, que en el fondo dependen de nosotros. Todo depende de nosotros, los que nos cruzamos por las calles, nos apretamos en el metro y vivimos en ciudades imperfectas.

Ya se oye a lo lejos la música del circo, ya vienen, ya vienen. Y nosotros en la encrucijada con la papeleta en la mano. En una dirección ellos, dispuestos a comerse sus ascos por unos días abrazando al pueblo. Y en la otra, la playa, el campo, o como quieran lo quieran llamar. En el fondo, para ellos…, ¡El horror!

Yorick

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los recien aprobados estatutos de autonomía (Cataluña, Andalucía) no tienen legitimidad alguna, como así lo demuestra el elevado indice de abstención en sendos referendums.

Bienvenidas sean iniciativas como esta.

Adelante, compañero