FAHRENHEIT 451


FAHRENHEIT 451
RAY BRADBURY

22 agosto de1920. WAUKEGAN. Estados Unidos
5 junio de 2012. LOS ÁNGELES. Estados Unidos


         Si os dan papel pautado,
         escribid por el otro lado.
         JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
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         …mientras los libros, que aleteaban como palomas, morían en el porche y el jardín de la casa. Mientras los libros se elevaban en chispeantes torbellinos y se dispersaban en un viento oscurecido por la quemazón.
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         -¿Es verdad que hace años los bomberos apagaban el fuego en vez de encenderlo?
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         -¿Y sabe una cosa?
         -¿Qué?
         -La gente no habla de nada.
         -Oh, tienen que hablar de algo.
         -No, no, de nada. Citan automóviles, ropas, piscinas, y dicen ¡qué bien! Pero siempre repiten lo mismo, y nadie dice nada diferente, y la mayor parte del tiempo, en los cafés, hacen funcionar los gramófonos automáticos de chistes, y escuchan chistes viejos, o encienden la pared musical y las formas coloreadas se mueven para arriba y para abajo, pero son sólo figuras de color, abstractas.
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         ¿No había un viejo chiste acerca de una mujer que habla tanto por teléfono que el marido, desesperado, corre a la tienda más próxima y la llama por teléfono para preguntarle qué cenaremos esta noche?
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         -No estabas allí, no la viste –dijo Montag-. Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar, para que una mujer se deje quemar viva.
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         -Deportes al alcance de todos, espíritu de grupo, diversión y no hay que pensar, ¿he? Organizar y superorganizar súper superdeportes. Más impaciencia. Las carreteras llenas de multitudes que van a alguna parte, alguna parte, alguna parte, ninguna parte.
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         La gente hablaba demasiado. Y tenía tiempo para pensar. Así que suprimieron los porches. Y los jardines para estar en ellos. Y mire los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodas. La gente debe estar de pie y corriendo de un lado a otro.
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         Con la ayuda de su método podemos acordarnos de cualquier cosa que hayamos leído una vez. ¿Le gustaría, Montag, leer algún día La República de Platón? (…)
Somos trozos de fragmentos de historia, y literatura, y Byron, Tom Paine, Maquiavelo o Cristo.
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         Y cuando la guerra termine, algún día, algún año, podrán escribirse los libros otra vez; se llamará a la gente, una a una, para que recite lo que sabe, y los guardaremos impresos hasta que llegue otra Edad de la Oscuridad…
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Y LA ROCA GRITÓ

         -No les pidas que sean lógicos –dijo Webb-. Un coche es un coche. Es grande, es lujoso. El dinero de un coche les duraría toda la vida. Y además, si logran detener un coche, pueden sorprender a un turista americano o un rico español, cuyos antecesores podrían haberse comportado mejor.
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         -Sí –dijo-. Siempre tienen dinero. Ya lo sé. Vienen aquí y piensan que con ese dinero se consigue todo. ¿Pero qué es el dinero? Es sólo una promesa, señor. Lo he leído en los libros. Y cuando alguien ya no cree en promesas, ¿qué pasa entonces?
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tuviera que aprender de memoria un libro para salvarlo del fuego. No sería uno, sino tres. De mi escritor favorito: Zafón

Anónimo dijo...

Con Zafón, un buen bagaje para un futuro esperanzador.No le quepa duda.