el viaje

Quiero cambiar de casa. Ir a vivir allí donde viven los decepcionados. Aquellos que hartos de mentiras aceptan su realidad, sea esta buena o mala.
Quiero ir allí donde viven los ateos, los que no necesitan el amparo de dioses de mentira, ni el consuelo de curas de operetas religiosas.
Seguir leyendo...


En ese lugar también viven los feos, pués no tienen nada que ocultar, allí no se sienten presionados ni avergonzados. Los que tienen barriga, o las mujeres gruesas tampoco tienen nada que temer. Es un lugar donde no existen clínicas de carniceros sin escrupulos que se llaman médicos.

De este lugar, los charlatanes emigran, porque corren el riesgo de secar sus lenguas en balde.
Los ciudadanos son sencillos y comprometídos. No existe entre ellos competitividad de ningún tipo, pués piensan que en el mundo hay sitio para todos. Ya aprendieron antes de llegar a no vender su alma por miedo, ni por codicia. Y están a salvo de mercaderes y recaudadores.

Recojo mis maletas llenas de hartura y decepción. Sin odio, y sin tregua para con mis esclavistas.
Quemando sus retratos y símbolos les niego mi atención y me reivindico libre. Ellos por su parte intentarán que de ninguna manera los abandone, les pierda el miedo y el respeto, amparandose en sus leyes, sus jueces, y sus policias y ejercitos. Esos que dicen creados para la paz. Con toda impunidad cláman seguros de no caer nunca. Mientras el hedor de los cadaveres inocentes se vuelve insoportable. Aunque nadie parece percibirlo. Solo los que se fueron de aquí.
Como yo ahora. Alejándome en dirección a mi mismo y a los demás, los que quieran, y los que sean capaces de oler...sin aguantar la respiración.

No hay comentarios: