Superhéroes de barrio I

Inauguramos hoy una nueva sección. La dedicada a aquellos hombres otrora anónimos que de la noche a la mañana se convierten en héroes populares, al romper su aburrida rutina de manera aplastante. Son muchos, en realidad, los que a riesgo de convertirse en el “hazmereir” popular, deciden romper esta imagen de mundo políticamente correcto y mostrarse tal y como son.
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La persona que merece el honor de inaugurar esta sección de corte investigadora es: “el hombre de la camilla”
Un hombre condenado a pasar sus días postrado en dicho artefacto debido a una enfermedad. Pues bien, nuestro héroe, dispone como único medio de desplazamiento de la ya nombrada camilla, un objeto que todo el mundo reconoce nada más verlo, pero esta, no es una camilla cualquiera. Detrás de esa silueta conocida y práctica se esconde un vehículo potente, impulsado eléctricamente, capaz de desplazarse casi a 20 Kms/h.
Así de pertrechado, este, hasta hace poco incógnito ser, se dispuso a embarcarse en la aventura que le daría fama, y que le depararía el honor de inaugurar esta crónica humilde de héroes populares.
Un día, “El hombre de la camilla” harto de pasearse por las calles más llanas de su pueblo, de ver las mismas caras, y de visitar siempre el mismo club de alterne, donde, la verdad sea dicha, el personal lleva años en nómina. Decide aventurarse más allá del horizonte, a un lugar del que le han llegado noticias, un nuevo y flamante club de carretera, lleno a rebosar de bellezas exóticas dispuestas a compartir su tiempo con cualquiera, sin importarles lo más mínimo su estado.
Con la idea obsesiva de visitarlo en la cabeza, una noche, nuestro hombre y su inseparable, se fugan del centro en el que vive cual “ Logan” en busca de su destino y se lanza a la carretera comarcal siguiendo el rastro del “Edén de Venus”
A los pocos kms. No sin antes sortear bichejos de la noche, y algún tractor afanado en sus tareas divisa su objetivo. Por fin, piensa nuestro héroe ¿habrá merecido la pena?
Nada más entrar por la puerta, “El hombre de la camilla” se convierte en la atracción del local, las chicas del club se pelean por estar con él –Bien ha valido el esfuerzo de llegar hasta aquí- Piensa nuestro héroe. Y de esta forma se entrega a una noche inolvidable.

Varias horas después, y saciado de placeres, el hombre comienza el regreso a casa ¿Pero…? ¿Era por aquí? Se pregunta confuso. No tiene miedo, y alentado por Mr. Jack Daniels se lanza por la carretera que sube a su derecha. Va tarareando una canción que se le quedó “pegada” en el club. La carretera gira de nuevo a la derecha, en una pendiente que no recuerda,-Qué más da- piensa- animado por la energía y el perfume femenino que lo acompaña. De repente, una certeza lo asusta un poco: ¡La autovía! Está dentro de la autovía sin posibilidad de dar la vuelta ¿qué hacer? Tras un segundo de duda se lanza adelante en un alarde de valor y a toda velocidad. Algunos coches le pitan al pasar, al ver el extraño vehículo sin luces que circula por el arcén. Los kms van pasando, nuestro héroe, teme por la carga de la batería de su vehículo, pero aun así, continua sin desesperar abrazando su destino.

Al poco tiempo, unas luces azules y blancas le deslumbran. ¡Es la benemérita! Que alertada por un aviso de O.R.N.I. (Objeto rodador no identificado) se persona en el lugar. Los agentes curtidos en mil batallas no dan crédito a lo que ven, mientras “el hombre de la camilla” se hace el “loco” con inverosímiles explicaciones….

El resto ya lo saben por la prensa, que cada cual saque sus propias conclusiones. Pero quede aquí esta crónica de este superhéroe de barrio, al que agradecemos su valor, coraje, y lección de desobediencia civil. No olvidamos y aprendemos….



El reverendo Yorick.

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