A modo de reflexión

Humm! A veces me pregunto, Yorick, ¿No serás tu el que está fuera de lugar en todo esto? ¿El que se confunde de pensamiento? Cuando hablo con la gente, y me encuentro conversaciones, como la de ayer, por ejemplo, donde me aseguraban unos vecinos que estaban encantados con el cambio, que les proponía el ayuntamiento. Un magnifico pinar, que existe lindando la barriada pronto será un centro comercial. Ni que decir tiene, que el pinar, y el descampado que le precede, son el único lugar donde pueden jugar los niños, o se puede pasear sin ser víctima de un atropello. Pero los vecinos felices, un centro comercial, a las puertas de casa…
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Otros conocidos con los que hablaba hace unos días, me contaban que se han comprado un piso en el centro. Doscientos cincuenta mil euros, y estaban felices asegurando que era una ganga (¿?) yo no lo entiendo. Por más que me devane los sesos, no lo entiendo, y tienes que sonreir, y decirles que esta muy bien de precio, sino corres el riesgo de que al final no te hable nadie. No se puede esperar nada de personas como estas, absolutamente entregadas y rendidas. Conformes y vencidas. Hoy día existe un modelo de persona, que todo el mundo persigue (ahora hablaré de las excepciones) Para formar parte de los esclavos del pensamiento único, con la consigna de “Queremos vivir en paz” y la cabeza presta para girar la mirada a otro lado cuando cualquier cosa vista no se ajuste a dicha consigna.
Pero para molestia de quien se encarga de diseñar la vida de los demás, hay personas, muchas, que aunque intoxicadas, algunas más gravemente que otras, se resisten a claudicar sus mentes a un pensamiento único y consensuado. Muchos rinden por el camino. El desbaste es muy fuerte, como les explicaba al principio. Y otros muchos resisten, algunos en solitario y otros agrupándose en colectivos reivindicativos de su existencia.
Estos lugares y personas, son como un bálsamo, el reposo del caminante imaginario o del peregrino que busca un mundo mejor. Admirable son sin duda los fines que persiguen, en la mayoría de las veces, es el mismo, lo que ocurre es que se dispersan pensando quizás en pequeñas matizaciones, o absorbidos por su propia rutina.
Cuando llegará ese día en que todas estas personas fijen un objetivo común, una idea que les lleve a unificar sus esfuerzos en cierto modo sectarios. Aglutinar un mundo entero bajo las mismas premisas, ya hemos visto que solo hay una manera de hacerlo, y no nos gusta. Pero las resistencias solitarias tampoco llevan a ningún sitio, solo a la rutina al cabo de los años, y al distanciamiento y aislamiento de los demás. Sin embargo, consolidando todos esos esfuerzos se podría crear algo, una idea, un camino, una esperanza, que hiciera volver la vista a los que ya la perdieron, que hiciera tambalear una sociedad rendida, convirtiéndola en un lugar mejor para todos, sin exclusiones, sin competencias, sin envidias. Con el objetivo fijado en mejorar colectivamente, arrancando de nosotros ese egoísmo del que se nutre el actual sistema.

Si, si, ya sé, todo esto se ha dicho muchas veces, yo mismo llevo muchos años diciéndolo, pero es la única forma que se me ocurre. Fácil no es, el ser humano es mucho más complejo de lo que parece y lleva implícita una carga de maldad muy grande, de ahí deriva el mundo actual, y no cabe duda, y creo que en esto estaremos todos de acuerdo, que quién vive bien en él, hará todo lo posible para que continúe intentando extirparnos de su mundo, mediante la aniquilación o bien, la domesticación, por eso sigue siendo fundamental la reunión, que no se nos vaya el mundo de las manos, que nosotros también tenemos algo que decir ¿o no?

“La revolución hoy la haces tú, en un continuo proceso de decisión personal”
Pensamiento Sioux.

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