(MAL) EDUCADAS

(MAL) EDUCADAS

MARÍA FLORENCIA FREIJO

29 junio de 1987. MAR DEL PLATA. Argentina

 

         Las convenciones sociales cambian, pero siguen a su manera e incluso disfrazadas de libertad o emancipación, poniéndonos en los mismos roles tradicionales que arrastramos desde la antigüedad.

         La cantidad de prácticas que hemos naturalizado y que forman parte del arquetipo(y exigencia) de la buena mujer son miles.

 

         Si decimos que las mujeres en el pasado no estuvieron, una vez más las negamos, una vez más las silenciamos. Estuvimos, pero nos borraron.

 

         Porque nuestra educación se ha basado nada más y nada menos que en estar preparadas para complementar a los hombres.

 

         Quien enseña a una mujer a leer y a escribir, sepa que proporciona veneno a una serpiente. MENANDRO

 

         Con la llegada de la Edad Media, la educación pasó a ser propiedad del  clero. Hombres y mujeres pobres quedaron relegadas y relegados de la formación. El poder de la Iglesia era tal que no solo impartía el conocimiento, sino que lo administraba.

 

         Se consolidó una maquinaria cultural para educarnos y transformarnos en la buena esposa/madre/femme fatal. Una máquina que nos arma durante años y que expide a una mujer sonriente, pero por dentro rota: “buena señorita!.

         En 1939 se conformó la organización “Sección femenina de Falange”, que esgrimía: “La única tarea que tienen asignada las mujeres, es la Patria en el Hogar”, “No hay que ser una niña empachada de libros que no sabe hablar de otra cosa, no hay que ser una intelectual…

        

         La gordofobia, además de un miedo personal que puede traducirse en enfermedades alimenticias, es una enfermedad social en donde sobre todo el cuerpo de las mujeres está sometido al escrutinio público…

         A través de una mujer que utiliza su capital estético, el hombre puede pavonearse ante otros hombres sobre quien tiene la mejor “propiedad”.

 

         Las malas fueron las mujeres que se metían en los asuntos de política, que hablaban, que accedían al conocimiento, que discutieron la doctrina eclesiástica, etc. Las buenas responden al disciplinamiento al que nos somete y desarrollan sus obligaciones de la manera más abnegada posible.

 

         Las brujas fueron aquellas mujeres que a través de sus prácticas cuestionaban, o ponían en jaque, consciente o inconscientemente, el adoctrinamiento de la cristiandad.

         La caza de brujas es la guerra contra las mujeres más importante que existió, una guerra concreta, con todos los artilugios de la misma: propaganda, instrumentos de tortura, exclusión, exterminio. El objetivo fue degradarnos, relacionar a la mujer libre con el diablo y destruir el poder que íbamos construyendo después de siglos de dominación…. Las mujeres que dejan lo que deberían ser sus obligaciones, fueron por años juzgadas con los ojos del odio y el hostigamiento.

 

Démonos tregua, fuimos (mal) educadas, pero ahora decidimos dar un giro de timón. Y empezar un nuevo camino.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


 

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