GENERACIÓN OFENDIDA, DE LA POLICÍA DE
LA CULTURA A POLICÍA DEL PENSAMIENTO
CAROLINE FOUREST
19 septiembre de
1975. AIX-EN-PROVENCE. Francia
Bajo el pretexto de no herir sensibilidades, las ideas
progresistas han invadido nuestra intimidad, asignando identidades y
restringiendo el libre pensamiento. De la Introducción.
En mayo de 1968, la juventud soñaba con
un mundo en el que estuviera “prohibido prohibir”. Hoy, la nueva generación
solo piensa en censurar aquello que le agravia, que la “ofende”…Antaño, la
censura venía de la derecha conservadora y moralista. Ahora, brota de la
izquierda. O, mejor dicho, de cierta izquierda, moralista e identitaria que
abandona el espíritu libertario y lanza sus anatemas o edictos contra intelectuales,
actrices, cantantes, obras de teatro o películas. ¡Si al menos se alzara contra
los verdaderos peligros, la extrema derecha y el repunte del deseo de
dominación cultural!
En adelante, basta con que un grupo
tome prestada “la cultura de otro” para cometer un acto de dominación cultural
en sí mismo…
¿En qué mundo viviríamos si el blues
fuera considerado “música negra” y solo se difundiera en radios “negras”?...
He aquí las nuevas caras del
antirracismo y del feminismo a la americana. Abrazado por una juventud estudiantil
sedienta de radicalidad para poder olvidar sus privilegios, el antirracismo
identitario no sueña con otra cosa que con eliminar su competencia
universalista.
La cuestión ya no es saber si un hombre
viola a una mujer, sino si ese hombre pertenece a una minoría cultural o no. Si
tal es el caso, el hecho de salir en su defensa por ser minoritario prima sobre
la denuncia de violación.
Si ya no podemos interpretar un
personaje que no tenga la misma identidad que nosotros, si los trans solo
pueden hacer de trans, los homosexuales de homosexuales…
Una parte no desdeñable de la histeria
colectiva actual se debe a la delicada epidermis de las nuevas generaciones. Y
más aún al hecho de que se les ha enseñado a quejarse para existir.
Rosanna Arquette que ya no es noticia
en el mundo del cine, de repente tuiteó_ “Lamento haber nacido blanca y
privilegiada. Me da asco. Tengo tanta vergüenza”.
Los “ofendidos” de la izquierda
identitaria no conocieron la violencia del combate contra la segregación, el apartheid o el nazismo. No lucharon por
el derecho al aborto, ni por el derecho a amar sin ser arrestados …
Las universidades deberían enseñarles a
contextualizar, a soportar la ofensa y a responder a esta por medio de
argumentos. Lo que se produce es lo contrario. Los alumnos se creen que están
en un supermercado, y no en un claustro universitario. La época sacraliza a las
víctimas, y no la valentía. La renuncia responde a la intimidación.
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EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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